El camino sigue, sigue, sigue y sigue. Teruel, Albarracín, Figueras, Plasencia (ola Erik, qué hase), y tras todas ellas Barcelona, gracias en parte a una insólita propuesta: la rata de Foios, asiduo participante del Yoyas en otros tiempos, me invita a ver un partido en el Kampf Nou, a ser posible con la samarreta madrilista, ofreciendo además alojamiento para esta singular vuelta a España.
Como una etapa así encaja perfectamente con los propósitos del viaje, me dirijo una vez más a Barcemona, escenario ocasional de mis correría juveniles, cuando quería evangelizar a España sobre esas exóticas formas de expresión pop conocidas como manga y anime. La “rata” resulta ser un tipazo, serio o desfasado según toque, cabecilla o “padrí” de un grupeto de renegados del Yoya que acumulan mucho odio y mucha rechifla.
¿Cómo llega a formarse un diario yoya, realmente? En el principio está el blog de Banyeres (RIP), que congrega a cientos de fanáticos del Berzas dispuestos a quemar horas haciendo el análisis forense del club, de forma no muy distinta a los Fans del Madrid. Un día Banyeres da al botón equivocado, todo se hunde, sus acólitos se indapendisan y, aunque al principio la cosa parece funcionar, van produciéndose diversas purgas estalinistas: no tetas, no tacos, no off-topics que desagraden a los moderadores… la versión Flanders de un blog de hooligans.
Después de tanta criba sólo quedan ahí los más tontos de cada casa: los garbanceros de la incidencia acumulada y anal-istas de la guerra de Ucranía, apocalípticos de la estantería de saldos del súper. Mi grupo de renegados intenta convencerme de que alguna vez hubo allí vida inteligente sirviendo ello mismos como ejemplo, al tiempo que me cuentan cotilleos sobre los actuales y pasados miembros: el que es buena persona, el que es un cabrón, el que gana bien, el que es un currito, los que hablan como si llevaran cuarenta años de comprumisaris y han pisado el campo dos veces en su vida…
Hablando de eso, a mí me llega el turno el jueves, en el partido contra el Villarreal, sin samarreta blanca por cuestiones logísticas. El Kampf Nou o Spotify es probablemente el campo más alto de España, pero desde dentro da sobre todo la impresión de ancho, frente a la verticalidad del Bernabéu. ¿Viejo en el interior? Sí, pero seguramente no mucho menos que la media de los estadios españoles, sin excluir al Bernabéu durante las actuales obras escolarianas. Predomina en paredes y techos el negro sucio que tanto fascina en los espacios público catalanes (metro, Cercanías…).
La gent blaugrana se compone de futbolerdos normales, seguramente más abducidos que la media, pero no precisamente dispuestos a ir a la guerra por un panal mal pitado. No faltan los que comen pipas con verdadera fruición, pero están en franco retroceso, como en el Pipas original. El partido es malo, con un Villarreal inoperante y un Barcas que se impone a base de pura diferencia palanquil. ¡El equip ha resurgit! Nos vamos antes de tiempo como buenos tribuneros (pero de fondo norte alto como Mr. Bungle).
Al día siquiente continúo mi viaje (ahora hacia Santander) conociendo algo mejor a los culeros y a los yoyaires. Le digo en broma a la rata que me ha jodido la cosmvisión, porque ahora los culeros me caen (un poco) bien; algo que queda muy claro es que se puede ser antilaportista y antixavista sin ser bartorosellista. Mi conclusión de todo es una sentencia completamente veraz, por más que a alguno de aquí pueda no hacerle mucha gracia:
LOS CULEROS TAMBIÉN SON PERSONAS.
Actualisasió: Madrid-Cerdilla, por Rappol
La persistencia en la seriedad y la estética futbolística que se impone el Madrid es lo que hace posible que tantas bombas exploten en tantas cabezas, escrotos y píloros de España. Es algo casi inaudito que todo encaje por sistema y que los planes salgan casi siempre bien. Es un momento muy dulce, muy acolchado, muy bonito; peludo, como Platero comiendo pipas con azúcar. El Madrid es ahora mismo Max Hardcore diciendo “Takeitall” con una sonrisa noventera. Los rivales ligueros se resisten un poquito, hacen aspavientos y mohínes… pero al final se toman su lechecita y se van a dormir satisfechos porque mañana volverá a salir el sol y ya no tendrán que jugar contra el Madrid en varios meses.
El retorno de Isco al Bernabéu mostró un jugador que ya no da tanto el cante. Rodeado de jugadores inferiores a sus excompañeros, al malagueño vegano se le ven menos las hojas del rábano, y hasta parece más sano, pudiente y estilizado. No podemos decir lo mismo del Papu Gómez, el típico cerdo argentino que le llevará el mate a Sampanoli. Que siempre tengamos que toparnos con cerdos que nos desgracian jugadores, semana tras semana, y que ningún trencilla haga salchichas con ellos… Con el hambre que hay en el mundo. A ver si al próximo partido invitamos al Chef José Andrés para que se lleve alguno de viaje por ahí, a dar comidas empoderantes e igualitarias.
Vinicius, Rodrygo (multiplicador) y Valverde (Flak) siguen mejorando. En el colmo de la chulería, el Junior se cambió el papel con Modric para abrir la palangana, en una jugada plena de control y fino estilismo. Hasta Luka se quedó medio loco después de empujarla a placer. Fue un instante bello, como es este Madrid de padres e hijos, pero sin pedofilia, ni piqueradas, ni cosas raras: hombres felices que se abrazan alborozados porque juegan al fútbol de puta madre y, además, ganan. Y meten goles bonitos, y corren, y aprietan, y sonríen. Y van dejando lefa por ahí desperdigada… Pero es muy importante eso de la sonrisa, insisto. Después del empate sevillista, hubo una jugada en la que los palanganas apabullan a Mendy y fuerzan un corner. El Azul se da la vuelta… ¡y está sonriendo, coño!, haciendo gestitos con los brazos como queriendo decir que calma-que-está-tó-controlao… Y uno lo ve y dice, va, vale, venga, vamos a darles p’al pelo en lo que queda. Esto forma parte del plan. El azar siempre forma parte del plan.
Es por eso que luego entra en juego el Don —con su hijo, este Madrid es taaaan familiar—, mete cambios, nervio, oxígeno, fiambre mandolina… Es un genio el italiano, joder. Un caballero italiano, un entrenador de los que ya no quedan, un hombre intemporal. Camavinga (diazepam), Lucas (Vázquez) y Asensio (vale-soy-gay-pero-esto-es-el-Madrid), conectaron con lo que se estaba adormeciendo, y el pito blanco volvió a ponerse enhiesto para despertar del sueño al Sevilla y devolverlo para Santa Justa con un poco de resquemor anal.
Un recuerdo para Lujen Poletegui. Esperamos verte pronto entrenando a alguien que te quiera, y que te tenga llenita la nevera. Y Papu Gómez, ceeeeeerrrrrdo.
·····
– África del Norte: 3 (Modric, Lucas y Valverde)
– África del Sur: 1