Hace un rato he visto unas imágenes del entrenador del Leganés. Acababan de marcar un gol importante y lo celebraba gritando: «¡Gooooooooooooool! ¡Me cago en mi puta vidaaaaaaa! ¡Me cago en mi puta vidaaaaaa! ¡Me cago en Dioooooooooos!» Nunca me han gustado un pelo los entrenadores que no celebran los goles, y está claro que este tío tiene pasión, así que, por si ha conseguido traspasársela a los jugadores, es mejor andarse con ojo en el partido de Butarque.