
Amigos:
Sé que son momentos duros, que estáis jodidos y que no veis más que ruido y basura por todas partes, pero los madridistas siempre tendréis un refugio mientras exista Fans del Real Madrid. Espero que eso os sirva de consuelo. El Madrid palmó, como es público y notorio, y el sueño de la Champions en el Bernabéu saltó hecho añicos. Busquemos sin más dilación las responsabilidades dentro de los distintos estamentos del club, empezando por la figura más cercana al césped, el entrenador: Asegura Pellegrini que no lee el Marca, y quizá sea verdad, pero mira de reojo el que lee su ayudante, y al final el efecto es el mismo; me niego a pensar que el entrenador no ha actuado en varios momentos de la temporada mediatizado por lo que decían los panfletos. Además, estoy convencido de que no existe eso que llaman «entrenadores de perfil bajo». Los hay más y menos bocazas, más y menos tímidos, pero cuando llegan a Primera todos, incluso el más gris e insulso, quiere dejar algo de su «toque» personal en el equipo. Y en este caso Pellegrini decidió que su «toque» fuera Esteban Granero. No había ninguna necesidad de sacar al chaval de inicio, todo el mundo asumía que está verde y además Van der Vaart agrada tanto o más que el canterano; pero Pelle lo puso igualmente, cuando era obvio que no estaba preparado para esta empresa, la más importante del madridismo en los últimos años.
Así que teníamos un centro del campo con jugador impuesto por la prensa (Amapolo), otro que era un caprichito del ingeniero gris, empeñado en demostrar que él también rocanrolea, y el tercero, Lass, que está en una notable cuesta abajo. Demasiada desventaja. Los problemas de Diarrá y Van der Vaart son exclusivamente mediáticos: el de Mali es directamente un apestado de la prensa, y el holandés un marginal: nunca ha podido hacerse con una portada, pese a haber sido varias veces el mejor. En cuanto al juego en sí, no me extenderé mucho: comienzo esperanzador, fallos en la definición, ajustes técnicos del entrenador rival en el descanso e impotencia durante toda la segunda parte. Empate, cambio político, desesperación y a casa. Los que piensen que la eliminatoria se perdió por el fallo de Higuaín se equivocan: se perdió por docenas de errores y pequeños detalles repartidos en los dos partidos, tanto de los jugadores como del entrenador. ¿Que faltó suerte? Es posible, pero esto es la Champions. Lo cierto es que en 180 minutos sólo fuimos capaces de marcar un gol, y no conseguimos imponernos claramente en ninguno de los dos choques. Tras el partido, Pellegrini ofrecía su visión sobre la eliminación: «BLABLABLA BLABLABLA, BLABLA BLABLABLA, BLABLABLA, BLABLABLA. Quiero añadir que BLABLABLA BLABLABLA, BLABLA BLABLABLA, BLABLABLA y BLABLABLA. Concluyo añadiendo que BLABLABLA, BLABLABLA y BLABLABLA.» Explicaciones muy convincentes, sin duda.
Pelle ha fracasado en la misión que se le encomendó, eso es innegable. Tardó una vida en darse cuenta de que Puti y Baúl estaban acabadísimos, luego los sentó pero siguió haciendo política, ha variado demasiado de sistema, lee horrorosamente los partidos… y como pecado final, ha vuelto a entregarle la confianza a Puti en el peor momento, el partido decisivo de la Champions, además de regalarle 15 minutos a un cadáver que nos dio la puntilla. Otra eliminación, otra vez con los dos bastardos en el campo, los dos «símbolos»; el eterno ciclo de la nausea y la mentira. Pellegrini, el muy gris Pellegrini, ha caído por su mediocridad y cobardía, como tantos otros antes que él. Y sin embargo, hay que tener muy claro que debe seguir. Porque es la única forma de rescatar al club del caos. Porque se hizo una apuesta a dos años, y dos años debe estar. Porque se debilitó la plantilla dramáticamente, y no fue responsabilidad suya. En la antigua Grecia, Sócrates fue condenado a muerte injustamente y se le ofreció la oportunidad de escapar. Sin embargo, su respeto por la ley era lo más sagrado, y el filósofo prefirió consumir una copa de mortal cicuta. Yo también llevo la coherencia hasta el último extremo, y digo que el triste del chileno tiene que seguir sí o sí. Decían que el proyecto no dependería de un resultado, y ahora es el momento de demostrarlo.

Valdagrini el bicéfalo.
Porque además la verdadera cabeza de la parte deportiva no es él sino el otro, el trilero. Cuestionado al final del partido, este ilustre personaje dio su explicación del desastre: «BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA. También hay que tener en cuenta que BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA, y BLABLABLA BLABLABLA BLABLABLA». Unas palabras que mitigaron mucho el dolor del madridismo, sin duda. Lo reitero, Valdano es el ventrílocuo de Pellegrini, y echar la culpa al ingeniero es como quejarse a Monchito, el muñeco de José Luis Moreno, de que sus chistes son malos. Si ayer el único «recurso» para remontar la eliminatoria que había en el banquillo era un despojo patético con el dorsal 7 fue por su culpa; si nuestros descartados son hombres clave en equipos que sí están en cuartos es por su culpa; si se ha postergado (¡¡una vez más!!) la radical y definitiva limpia del vestuario es por culpa. Y si el entrenador es un funcionario con pinta de sastre al que le preocupa tanto no molestar como ganar, es también por su culpa.
Debido a esto, no puede irse Pellegrini sin largarse Valdano, pues ambos son la misma criatura, Valdagrini, y deben compartir destino. ¡¡Basta ya de escudarse en el eslabón más débil!! Esto, claro, es un mensaje también para Florentino, quien tiene su propia cuota de fracaso. No quiero ser muy duro con él, que al fin y al cabo ha realizado su mejor esfuerzo por reflotar a un club herido de muerte, pero no es hombre de fútbol ni nunca lo será. Sus dos apuestas por Valdano han sido un rotundo fracaso, y el argentino tiene que salir al final de la temporada que viene (no de esta), para dar paso a alguien cuyas capacidades sean mayores que parlotear obviedades y encandilar a periodistas retrasados. Valdano, Butragueño, Pardeza… ¿soy el único que ve un déficit de talento y un exceso de pelotillerismo y complacencia? ¡¡Cuánta sangre de horchata, por Dios!!
¿Y ahora qué? Ahora a joderse y resistir, como hombres (también mujeres) y como madridistas. La prensa se ha quedado sin su juguete favorito y van a ser tres meses absolutamente infumables mediáticamente hasta el Mundial, quizá los peores de la historia del club. El bombardeo llegará tanto desde la prensa enemiga como desde la supuestamente «amiga»: artículos incendiarios, peticiones de ceses, de dimisiones, y sobre todo fichajes. Docenas, cientos de fichajes, los que hagan falta. A Bobby Gómez le van a sangrar los dedos de inventarse tanta mierda; Inda va a reventarse las cuerdas vocales de tanto berrear pidiendo la cabeza del técnico; Lama va a demostrar con papeles que Floren es el anticristo. Todos van a trabajar incansablemente con el mismo objetivo de cubrir al club en un oceano de porquería. ¿Mi consejo? Aislamiento total. Asomarse a esos periódicos, a esas webs, va a ser tan agradable como comerse un bocadillo de mierda, y lo mejor es evitar la experiencia a toda costa. Refugiaos aquí y discutid tranquilamente en esta reserva no-pipera, o incluso pasad del club y descansad hasta el año que viene, pero no tiene sentido hacerse mala sangre. Por supuesto, recibiremos una invasión absolutamente brutal de trolls, hijos sin padre, antiespañoles y basura humana en general. No os preocupéis, aguantaremos con gallardía, que para eso somos madridistas, y siempre, siempre volvemos. A los trolls les digo que en este blog hay libertad, pero si sobrepasan los límites tolerables no vacilaré en usar el botón de bloqueo, y después de eso no hay vuelta atrás. Tendrán que irse a vacilar a su puta madre cuando vuelva de hacer la esquina. La Liga la ganaremos, por supuesto, aunque nos importe una mierda, porque es nuestra obligación y porque no caiga en manos de gentuza. Por lo demás, el club necesitará planificación, cojones y cabeza. Las tres cosas que han faltado este año. Florentino, tienes la enésima oportunidad de hacer las cosas bien. Aprovéchala, aunque el precio de la lección haya sido dolorosísimo.
En fin, el 11-M casi nunca es un buen día para los españoles. Con alguna excepción, claro.
– Real Madrid: 1 (Cristiano Ronaldo)
– Olympique de Lyon: 1 (Pjianic)
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