
«Vamos a clavar unas puyitas (desde la normalidad)».
En la temporada 2004-2005, el prestigioso técnico Vicente del Bosque firma por un auténtico transatlántico del fútbol mundial: el Besiktas, ganador de 11 Ligas turcas y, en el ámbito internacional, de una Efes Pilsen Cup. Su nuevo club no le paga tanto como pretendía cobrar en el Madrid (3 millones de euros), pero se conforma con un contrato que ronda el millón y medio anual. En otoño del 2004 empieza a colaborar con La Razón para contar su fascinante experiencia turca, además de reflexionar sobre el fútbol español. Este archivo recoge todos los textos firmados por Del Bosque, además de otros publicados en el mismo periódico (bastante elgíacos) hablando sobre el salmantino. En su primer artículo, con fecha del 4 de Octubre, Krusy nos cuenta: «El campeonato turco es de un extremismo llevado hasta las últimas consecuencias. La derrota o la victoria son más grandes que en cualquier otro sitio», sin mencionar los resultados de su equipo. Un mes después, un artículo dedicado a su figura arroja luz sobre el asunto, y recoge estas palabras suyas: «La directiva es un caso sociológico. Después de nuestra peor semana, cuando perdimos contra el Ankaraspor, nos ofrecieron continuar hasta 2007». «Estamos sorprendidos de continuar en el club. A lo mejor a otro no le hubieran sostenido.» Y es que, aunque perdía mucho, tenía que ser bueno, ¿no?
El 20 de Diciembre, en una columna titulada Cosas de la prensa, pasa por encima (muy por encima) de la eliminación de su equipo en la UEFA y se mete a analista político internacional: «En lo referente al deporte, el Besiktas está fuera de Europa; Turquía, en cambio, se acerca y todos los avances hechos durante estos años tienen reconocimiento en el continente. Este país laico, aunque más del noventa por ciento de la población es musulmana, ayudará a la Unión Europea, que no tiene nada que temer del choque de dos civilizaciones.» Claro que sí, nada de choque, mejor alianza. Si los turcos son prácticamente europeos, ¿verdad? «En nuestro club han dimitido cinco directivos que no estaban contentos con la marcha del equipo», menciona de pasada. Ups… Luego se pone a hablar del Madrid, con el respeto la y clase que le caracterizan: «Llegan noticias de que el Real Madrid está interesado en un suplente del Arsenal cuando en verano interesaba el titular, con el riesgo de que Guti o Solari dejen de jugar. Me imagino que serán cosas de la Prensa…» «Parece que hay intereses personales por encima de los del club. Me imagino que serán cosas de la Prensa…» Gracias a Krusty, ¡el Madrid ya tenía entorno!
Para Febrero, a los directivos del Besiktas habían dejado de hacerle gracia las derrotas, y como imagino que ya no podían irse más miembros de la junta, se cepillaron a su entrenador «de prestigio». En su columna del día 21, Pantuflo evita cualquier tipo de auticrítica y despacha el tema de este modo: «Por los peligros de esta profesión – entrenador de fútbol- , el corresponsal de LA RAZÓN en Estambul se ha trasladado a Madrid para satisfacción de muchos amigos y me imagino con la sonrisa de satisfacción a muy pocos». Curiosamente, el artículo se llama Recuerdos de nuestra tumba, y a cuento del enfrentamiento de Champions entre Madrid y Juve rememora la eliminación del año 2003 contra los italianos: «Recuperamos a una pareja que nos dio muy buen fútbol tiempo atrás, Raúl-Guti, para, con su movilidad, incomodar a los defensas del rival. Pero en medio campo fue donde más arreciaron las críticas, la pareja Flavio-Cambiasso no era del gusto general.» Lo más jugoso es esta reflexión: «Tengo la duda de si ésta fue la causa de nuestro final o fue el librillo que no era el más moderno u otros motivos más oscuros.» Nuestro final, el tío siempre escondiéndose en el plural mayestático. Observen cómo saca lo del librillo (su obsesión), e incluso alude a «motivos oscuros» para su despido. ¿Como cuales, un plan de la masonería quizá? ¿Estaría el FBI implicado? ¿La trilateral?
El día 7 de Marzo expone su visión sobre la cantera madridista: «Observando el pasado domingo el partido entre los filiales del Real Madrid y del Alético Madrid veo, con alguna sorpresa, cada vez menos, eso sí, cómo de los veintidós jugadores que empezaron el partido, en el Real Madrid sólo había un jugador nacido en Madrid, y, en el equipo del Atlético tres, número que se me antoja escaso». «Algunos dirán: «Y qué más da que sean de Madrid o de fuera, lo importante es que sean buenos ». Es verdad. Pero la realidad es que aquellos que llegan de fuera no superan, en general, a los que hay aquí. Llegan muchas medianías y el negocio muchas veces hace que los clubes no se abastezcan de los mejores.» Una visión moderna y rompedora, sin duda.
El 28 de Marzo, en La deshumanización del fútbol, vierte toda su mala baba opinando sobre la rueda de prensa que Florentino había ofrecido unos días antes, tras caer en Champions contra la Juve (era el año de Luxemburgo). Dice Krusty: «el fútbol necesita (…) dosis de organización «emocional », de «afición », de «sentimiento ». ¿No son estos valores los que hermanan la gestión moderna del deporte profesional con la visión de la empresa del futuro? Esto choca con la soberbia, el no asumir errores, el creer que sabes de todo, vamos, lo que fue la última conferencia de prensa del presidente del Real Madrid, del atribulado, nervioso y crispado, en las palabras y en los gestos, acompañado de la prefabricación del ambiente para el último partido, pancartas rancias incluidas. No me gustaría ser un elemento que rompa la unidad del madridismo; además, soy uno de los pequeños granos de arena en un desierto, dominado». Pues para estar dominado, tienes bastantes más periodistas afectos que Florentino, amigacho.
El 18 de Abril, en Perder los papeles, vuelve sobre la política: «Cataluña recupera los «papeles de Salamanca » en una batalla política y por consejo del Comité de Sabios. Parece de justicia. Sin querer meterme en ningún charco, es de sentido común». Pues muy bien. Luego hace un analogía bastante torpe entre este asunto y la rivalidad Madrid-Barsa de ese año, preguntándose «quién perderá antes los papeles».
El 25 de Mayo, en Benítez y el maestro de Casillas, se escandaliza porque no se renueva contrato a uno de sus afines: «Uno de esos entrenadores que trabajaron con nosotros fue Manolo Amieiro. Sabía por algún rumor que no iba a continuar. No me lo creía, ahora se confirma. ¡Qué barbaridad! Es uno de los pocos rescoldos que quedan de mi estancia en el Club. Hablar de los méritos de Manolo es fácil, ha sido el educador y formador de todos los porteros de los últimos años, de los que Iker Casillas es el estandarte. Cada vez que alguien se metía con Iker, se le clavaba en el corazón, era como si se metiesen con él. Muy trabajador, siempre le parecía poco tiempo el que tenía para trabajar. Metódico, paciente, discreto, leal, inquieto para mejorar. ¿Por qué sale del Club? No ha hecho la pelota a nadie, no es de la cuerda, ¿es revanchismo, o precisamente no le renuevan por ser una persona muy trabajadora y con muchos conocimientos de la pedagogía de los porteros? Valía o amiguismo.»
El 6 de Junio, en Figo, una garantía, vuelve a lamentar un despido. Está claro que a Pantuflo no le gusta nada que salga gente del club, aunque esté acabada y se le pague hasta el último duro: «Seguramente, esté en un error por mi parte, pero no hay mayor equivocación que decir que hay que tratar a todo el mundo por igual. No quiero juzgar, ni debo, si Figo tenía que jugar o no. Bueno, por dar un toque, él siempre ha sido una garantía. ¡Ay, las formas, qué fastidio! Con lo que cobra, ¿por qué tenemos que darle alguna explicación…?»
Termina la temporada y empieza a planificarse la siguiente. El 24 de Agosto, Pantuflo dedica su artículo a los fichajes de ese año, algunos de los cuales -esta vez con algo de razón- no le parecen muy acertados: «A qué tipo de convencimiento habrán llegado para hacer un cambio tan extremo, trayendo futbolistas bajo el eufemismo de «jugadores de equipo » con el consiguiente perjuicio para la cantera, sin que superen el nivel de los chavales, que por cierto, acudieron a la gira de rebote. Conociendo el paño y sabiendo el disgusto que producía el no utilizar promesas, no me lo puedo creer. ¿Quién habrá convencido al que manda? Estará arrepentido ya. Hay sospechas que no puedo llegar a explicarme. Razones personales. Influencias externas. Adiós, a las frases hechas.»

«Un jugador que huye de arabescos».
El 5 de Septiembre, en Luces y sombras, insiste sobre el tema. Curioso cómo se ceba con el fichaje de Ramos: «Las sombras, esas adquisiciones de Pablo García y Diogo, sin discutir su valía, pero no superior a lo que hay en la casa. Se ha vuelto a un pasado que no han dejado de criticar. Es para escarbar. Dentro de las sombras, pongo el fichaje de Sergio Ramos, aunque sé que tiene calidad, pero, ¿es mucha más, desde el coste cero de Arbeloa, hasta los casi treinta millones de euros que han pagado por un jugador que hay quien ha dicho que lo podían haber fichado cuando era cadete? Una coincidencia entre Arbeloa y Sergio Ramos: los dos eran laterales reconvertidos a centrales. Si Arbeloa hubiera jugado los 25 partidos que ha jugado Sergio Ramos con el Sevilla, seguramente, hoy se daría el caso contrario. De momento, Sergio Ramos es suplente de Míchel en la absoluta y Arbeloa, titular en la sub 21.» «Hay expectación por la presentación de Sergio Ramos cuando retumba todavía la de Samuel, «el mejor central del mundo… » Y ha durado lo justo. Menos mal que siempre aparece un Inter por ahí. De Sergio, ¿qué van a decir?, quizás, ¿la mejor promesa del mundo?»
El día 10 de Octubre, a cuento de un partido de la elección, hace una oda al baulismo: «Raúl iguala a Fernando Hierro, y el miércoles se convertirá en el jugador de campo con más partidos jugados. Son cifras que por lo menos provocan admiración. A nivel de jugadores, dentro del vestuario del Real Madrid tuvo dos apoyos importantes, Hierro y Redondo, entre otros. No se cómo se encontrará ahora de acompañado o si se ha quedado solo. Han sido hombres con compromiso, con mucha responsabilidad. Fueron buenos profesionales y amigos. Dudo si desde las alturas tiene todas las bendiciones, el mismo cariño. Creo que no está dentro del grupo de predilectos. Por encima de las condiciones que Raúl tiene como futbolista, destaca su inteligencia para desentrañar cada partido. No es jugador a quien gusten los arabescos (aunque ha hecho goles que están en la mente de todos, me quedo con la conducción desde el propio campo en el tercer gol al Valencia en la final de París, que fue de una gran belleza) y sí, es partidario de lo útil, de lo efectivo. Ha tenido altibajos en su rendimiento, pero me parece que si hay una virtud en su trayectoria, es la regularidad. En lo personal, varios apuntes: familiar, austero, sensible con los desfavorecidos y, algunas veces, arisco con los descarados«. Los decarados, je. ¿Descarados como quién, Robinho, quizá? ¿Baptista, Huntelaar?
Buf, tanto Krusty es agotador, amigos. Mejor dejo el resto de sus columnas para una tercera entrega, si tengo fuerzas.