Bueno, pues ya se reunieron los ilustres (?) miembros del comité de disciplina, abrieron las entrañas del ave y determinaron que el Gitano Ronaldo se llevaba una suspensión de dos partidos como castigo a una no-agresión. Podría montar el numerito del cabreo y la idignación, pero me parece un ejercicio un tanto fútil: a estas alturas debería estar meridianamente clara la incompetencia de estos personajillos (¿a qué se dedican aparte de esto, por cierto?), que imponen castigos «ejemplares» a conductas que normalmente se producen con el jugador desquiciado (por ejemplo un cachete tras un encontronazo con el rival) e ignoran por completo engaños deliberados al árbitro -como simular faltas y agresiones-, que se hacen en frío, son completamente antideportivos y adulteran la competición. Además, estos tipos juzgan según sople el viento mediático, y la sanción de Cristiano es claro ejemplo: de toda la vida sería un partido sin jugar, pero ponen dos para satisfacer a los radicales y luego tras la apelación se queda en uno. Todos contentos.
Gritar y desgañitarse ante esta situación puede servirnos para obtener algo de benevolencia en momentos puntuales, pero no nos engañemos, no va a resolver el problema de fondo. Amigos, la solución es política y a medio plazo, 100% culerdo style. No queda otra. Lo más directo sería cargarse a Villar, pero digamos que lo veo complicado: las arcaicas estructuras de nuestro fútbol hacen que la elección del presidente dependa de las federaciones locales, de modo que los chanuchullos que se hagan con las federaciones de Murcia o la Rioja afectan la larga a clubes de repercusión mundial, por ridículo que parezca. Desgraciadamente esto ocurre con la inestimable colaboración (traición) de algunos estos clubes, ¿verdad, «señor» Laporta? En otros tiempos, muy alejados de esta era de plenitud democrática y de derechos para todos, los Gobiernos hacían lo que había que hacer, y se promulgó un decreto que limitaba los mandatos de ciertos dirigentes institucionales para descabalgar a Pablo Porta (Pablo, Pablito…), quien se había enquistado en la Federación. Ahora el siniestro Villar lleva… qué sé yo, ¿veinte? ¿Treinta años? ¡Y los que les faltan! UIncréible, un hombre con la inteligencia justa para abrir la boca sin babear y que ha podido mangonear durante décadas en el fútbol europeo. Debe ser divertido verle desenvolverse en las reuniones de la UEFA, sobre todo si se le despista el intérprete.
¿Soluciones, pues? Una sería mandar a paseo a la Federación, pero habría que planificarlo muy bien y daría mucho trabajo, al fin y al cabo sería una espece de revolución. La otra, la más práctica, es ir metiendo submarinos en la Federación y equilibrar fuerzas al estilo de la guerra fría. Que tú metes un tío para manipular, yo meto al mío y otro de propina, para que tengas que volver a esforzarte, cabronazo. Florentino ha de usar el clásico método de la mano de hierro en guante de seda, no nos queda otra. Si lo que esperamos es ecuanimidad y trato honesto sólo porque eso sería lo justo, vamos apañados. Corregir eso es un nuevo trabajo para Valdano y sus secuaces, si no están ocupados con grandes retos como impedir la salida de Gago del club.
Acerca de la reacción de los aficionados, recomendaría enérgicamente evitar la histeria. Nos han jodido, sí, la Federación está corrupta y es extremadamente chapucera, pero estos factores , muy distorsionantes y molestos, raramente son verdaderamente determinantes. Confieso que estoy un poco hasta la polla de oir hablar de árbitros, inclyendo al Tom Obrevo de los huevos. Vale, el tío fue un inepto, no vio o no quiso ver un par de penaltis, pero los inútiles del Chelsea fueron incapaces de defender una eliminatoria ganada en el minuto 89. Se llama competición, y a veces esas cosas pasan. Estoy cansado de que se cuestionen resultados deportivos por cuestiones arbitrales, los madridistas lo hemos sufrido durante mucho tiempo y no estoy dispuesto a pasarme a la podrida acera de enfrente. El Pedro (luego Pere) Barthe de los cojones se tiró lustros lloriqueando por los árbitros en las retransmisiones de básket de la selección: que si nos maltrataban, que si no pitaban esto y aquello, que si vaya escándalo. Se retiró el cenizo de Barthe para enrolarse en ERC o vete a saber, Luis conjuntó a una selección generación de jugadores brillantes y empezó a ganar todo, con fallos arbitrales o sin ellos. Antes de eso, en el 2006, fuimos a Corea con un equipo de chichinabo, que incluía a estrellazas como Joaquín y a Camacho de entrenador. Fuimos incapaces de meter un gol en noventa minutos a unos charlies que no tenían media hostia, y aún hoy algunos andan protestando por una puta pelota que no salió de fondo. Unos años después Luis conjuntó a una generación de futbolistas geniales que hoy mete miedo y que si pillara a Corea la pondría mirando a Pyongyang, aunque pitara un primo del delantero rival.
«Villar, cómemela.»
Y digo todo esto esto con la certidumbre de que existe una predisposición arbitral como mínimo inconsciente hacia el Barsa, de que las relaciones entre ese club y Villar son inconfesables y de que tienen una maquinaria de propaganda brutal, pero me da igual. Joder, son el Farsa, son el mal, ¿acaso esperábais algo distinto? Para algunos siempre valió todo con tal de ganar. El Madrid debería siempre contar con estas cosas, y, lo que es más importante, superarlas y no usarlas como excusas. Esta situación es análoga a la de las pelis de acción, en la que el malo emplea alguna triquiñuela para dejar al héroe malherido o impedido, y éste sin embargo le echa dos cojones y sigue adelante pese a todo. ¿Os imagináis a John McClane huyendo hacia el hospital porque le han dado un par de tiritos de nada? No, el tío se fabrica una venda con los jirones de su camisa y sigue luchando como un campeón. ¿Y esos héroes de artes marciales que luchan con una o varias extremidades jodidas? Si al prota de Karate Kid (gran peli) se hubiera ido a su casa cuando le espachurraron la pierna habría sido un jodido perdedor, pero Miyagi (gran personaje) le hizo el apaño del shiatsu y el tío salió medio cojo para partirle los putos hocicos al malo con la técnica de la Grulla. Steven Seagal, Van Damme, Jackie Chan… todas estas grandes estrellas nos han enseñado que ante la adversidad hay que atarse los machos y sobreponerse, sin lloriqueos ni excusas. ¿Por qué creéis que en las escuelas de artes marciales enseñan a defenderse de armas blancas y de bates de béisbol? ¿Acaso creéis que los matones estilo Farsa van a pararse a respetar las reglas? No, son unos macarras y se cuenta con ello. Rendirse nunca, retroceder jamás. Y si pierdes te jodes.
Sé que muchos estáis indignados, cabreados, frustrados. Que venís aquí buscando una voz amiga. Pero en serio, ponernos histéricos no va a solucionar nada. Los remedios políticos ya los he apuntado más arriba, y mientras tanto la prioridad ha de ser resolver nuestras variadas carencias deportivas. Que sí, que ojalá que el teniente Matute detenga a los malosos, pero mientras vamos a perfeccionar nuestra patada giratoria. No olvidemos que el gran reto del Madrid está en Europa, y que ahí no habrá villaratos que valgan. Nuestras apuestas han de ser la habilidad en los despachos (sólo para que nos atraquen), la mejora deportiva constante y el echarle dos cojones, en nuestro estilo tradicional. No sólo es posible ganar así, es nuestro deber.