Por Madrid SXXI
Ayer me sentí estafado con el partido. Podría haber hecho otras cosas pero me quedé a verlo y la sensación después del pitido final es de sentirte sucio. La primera expulsión habría que haberla visto en el Barsa-Madrid con Cubarsí de último hombre. Dudo hasta que hubiesen pitado falta. Echar a alguien en el minuto 14 por eso es cargarte el partido. Como así pasó.
Ha habido partidos de solteros contra casados con más intensidad que la segunda parte de lo de ayer. Como decía aquel chiste de la Unión Soviética: «ellos hacen como que nos pagan y nosotros hacemos como que trabajamos». Uno simulaba presión y el otro simulaba que quería jugar. Tuvieron que salir dos canteranos a dejar en evidencia que el rey estaba desnudo. Producía hasta ternura ver cómo el chaval pelirrojo pedía la pelota una y otra vez, encarando, metiendo intensidad. Los demás lo miraban como miraría la parroquia de un bar de pueblo al entrar una Drag Queen.
El segundo gol fue una imposibilidad Ancelottiana. Uno de los miles de balones colgados al área que no tienen a nadie que los remate, esa vez sí tuvo a alguien que usa la cabeza para algo más que de montura de gafas horteras. Prolongó la jugada para que Bellingham (recién levantado de una siesta de hora y media) metiese la puntita (cuántas veces lo habrá hecho estas semanas).
De la estafa de ayer , me niego a llamarlo partido, me quedo con la insultante diferencia de calidad entre Modric y el resto de centrocampistas, incluso con el croata andando. Si alguien se pregunta qué diferencia al Madrid multicampeón de Europa de lo actual, que observe la técnica de los pases y el slalom entre Luka y Tchouameni o Ceballos, o incluso Guler. Es otro mundo. Pero no hace falta ningún refuerzo.
Intuyo que Jacobo Ramón no va a ser el central que marque la siguiente década del Madrid. Que sí, que es muy madridista y muy buena persona. Amigo de sus amigos y fiel cumplidor de la ley de Dios. Pero no le veo el colmillo retorcido que necesita un puesto de altísimo riesgo en el Madrid como es el de central. Aunque es muy joven aún. Peeroooo…..
Mbappe en su temporada de fracaso absoluto según los antis, se va a ir por encima de los 40 goles y será el Pichichi de la Liga. Pero Bluffbape.
Y finalmente, a pesar de la pantomima general, el esquema 4-4-2 es el natural al Madrid, le permite dominar el medio campo y aplastar en su área a los rivales. Ese 4-2-4 que hemos sufrido todo el año nos lleva a una montaña rusa que se convierte en desastre ante equipos grandes. Pero había que meter a todos los cromos de Flóper, en su postrero ataque de galacticismo otoñal. Espero que aprenda esta vez, de nuevo.
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– Cerdilla: 0
– Real Madrid: 2 (Negro Pesetas y Negro Tullido)