– Una de las cosas más entretenidas de llevar una bitácora es chequear desde qué páginas te llegan las visitas. A veces vienen por enlaces directos, pero lo normal es que sea a través de buscadores. Sobre estos últimos, llama la atención cómo la gente parece creer que son entidades cuasi pensantes, capaces de entender el lenguaje humano.
Así, en lugar de usar palabras clave, prefieren escribir las frases más variopintas, esperando que aparezcan mágicamente, tal cual las han escrito, en alguna página web que les proporcione la información deseada. Por ejemplo, uno escribió: «horario del entrenamiento del real madrid del dia 27 de abril», y se quedó tan ancho. También había otro que buscaba «como hacerse miembro de los ultras sur» (¡menudo angelito!), y hoy mismo me encontré con un desternillante «persona que cuida las camisetas del vestuario del real madrid» (¡¿pero este qué es, un ladrón de equipación deportiva?!). Estaba aquel que introdujo en su búsqueda (quién sabe con qué propósito) «futbolistas maricones», y también uno que buscaba la «biografia de gravesen» (¿para qué la querría?). Como veis, compañeros, multitud de rutas para un solo destino: Fans del Real Madrid.
– Lo del Olegario Presas tiene cojones. Presentó su ¿libro? en una casa okupa -cómo no-, mostrándose preocupado porque «puede dejar de existir para que se construyan pisos uniformes». ¡Construir casas para que viva la gente! ¡Qué aberración! Su magnum opus abarca, como no podía ser menos, toda clase de temas: «Desde el problema de la vivienda, a la anorexia, a la lucha antifranquista y a la identificación del Barcelona con los valores catalanistas.» Sí, sobre todo cuando le dieron una medalla al caudillo, je je. Ya veis que un verdadero intelectual no tiene fronteras; quizá le faltó hablar de la forma de aliñar correctamente una ensalada, o de la interpretación de los anuncios de compresas. Para el próximo libro.
El «coautor» del engendro (o sea el negro que ha hecho medianamente legibles los vómitos mentales del pollastre), aseguraba que «ningún jugador del Real Madrid podría haber escrito un libro similar, porque iría contra los valores de su club». Cierto, cierto, nuestros valores son todo lo contrario del provincianismo tribal. Por otro lado, le aseguro que lo mejor para el mundo es que los futbolistas (salvo contadas excepciones) escriban los menos libros posibles, sobre todo si son como este.
Quizá lo más divertido es que «el tres por ciento de los beneficios del libro irán destinados a la Fundación La Bressola, encargada de promocionar la lengua y la cultura catalana en el sur de Francia.» ¡El tresporcentismo es ya una forma de cultura en Cataluña! Y por supuesto, para una causa nobilísima como es el pancatalanismo expansivo. ¡Gloria a los catetos periféricos!
– ¡Madribarsa en cuartos de final de la Euroliga! ¡Yow!