Seguro que el planteamiento que dispuso ayer Mendilíbar para su Valladolid le encantó a Relaño. Una propuesta atrevida, ofensiva, «tratando bien el balón». Lo contrario de la racanería y el juego de contención, vamos. Les cayeron siete, y eso porque alguno del Madrid no anduvo más inspirado. Me preguntan si estoy contento con el Madrid, y hay que responder que sí, aunque matizando: pocos equipos van a salir en plan kamikaze como los pucelanos. Además, no se puede obviar que durante 25 minutos fueron dueños del juego y que lograron 9 o 10 corners a lo largo del partido. Aunque parezca paradójico, si nos hubieran metido un gol en la primera media hora creo que lo habríamos pasado francamente mal. La línea entre el gloria y el fracaso puede ser así de fina.
Pienso sinceramente que se notó la ausencia de Diarrá. A base de concentrar gente en el centro y arriba, el Valladolid nos robó muchísimos balones y dominó toda esa zona. Su problema es que en cuanto pasábamos del centro del campo teníamos contraataques en superioridad y con muchísimo espacio. Evidentemente, si le das espacios a un Baptista, un Guchi e incluso a un Robben sin ritmo, lo normal es que te hagan un roto (un siete, concretamente). El holandés se puso las botas; completamente libre, se movió a sus anchas por ambas bandas, intercambiando posiciones con Drenthe en los dos partes (interesante estrategia de Chúster). Resulta curioso el tiempo que se toma Robben para terminar las jugadas, quedándose casi parado durante unos instantes. No sé si se trata de una caracterísitica de su juego o de la falta de partidos. En cualquier caso s fabricó el primer gol casi solito, entregando a un Baptista que tiene una especial habilidad para bajar balones con el pecho y penetrar en el área (¡y donde quiera!).
El brasilero fue otro de los destacados, y sus estampidas con el balón controlado son ya una de las firmas de este Madrid. Lástima que aún no sea un fijo en el once. El segundo gol vino de un gran pase de Guchi que recogió Baúl marcando con bella ejecución. Cuando lo que tocaba era recortar al portero, inesperadamente el Mito hizo precisamente eso. De hecho, creo que es el primer recorte decente que le veo en cinco años. El tercero fue un latigazo de Robben a otro gran pase de Guchi. No se arrugó Baúl a la hora de ejecutar el cuarto, de penalti. Por cierto, cuando cayó Baptista al suelo las primeras filas del Bernabéu pegaron un pequeño bote. Dicen que el capi tiró un poco mal el penalti, pero a mí me parece que en esa situación lo importante es marcarlo, así que bien por él. El Socio, como véis, es increíblemente ecuánime.
Robinho se rompió a los 15 minutos (las putas selecciones…), lo que nos dio la oportunidad de ver a Drenthe todo el partido. El holandés de color hizo todo un despliegue de potencia y también dio muestras de calidad, que los que tenemos ojos en la cara ya sabíamos que poseía. ¡Este chaval necesita minutos! En fin, tras el quinto tanto, un golazo de Guchi, era aquello una orgía de felicidad. Seguramente Calderón se puso ciego de cubatas en el descanso e invitó a toda concurrencia (que por cierto, parece que había unos cuantos pijos en el palco). Hasta puede que invitara también a los jugadores al acabar el partido. Seguro que ya se ve campeón de la Champiñons.
El segundo tiempo estuvo distraído también. Cuando parecía que nos habíamos atascado con los goles, Guchi se sacó un tirazo a la escuadra que se convirtió en el sexto. El capi no hizo acto de presencia; pensaría que ya había cumplido. Salgado y Marcelo pasaron por ahí (¡vaya laterales!). Casillas al parecer jugó con una mano lesionada. No sé si sería por eso, pero falló en un balón por alto que podría haber sido la cantada del año. Sin embargo, al final del partido desvió de forma prodigiosa un balón que acabó en el larguero, así que una cosa por la otra. Drenthe marcó el séptimo y último metiéndose hasta la misma portería. ¡Ah, y Soldado jugó! Anda que tener el dorsal 9 desperdiciado de esa forma…
Una virtud de este Madrid es que puede contentar a absolutamente todas las facciones, tanto los holandesistas como los baptistas como los masturbadures insaciables del carvajalismo (de la rama San Martín, Roncerdo y cia). El gran defecto del equipo es que aún no tiene ni una idea de juego ni un once fijos. A día de hoy, no me aventuro a decir quién jugará contra la Roma. Sólo tengo claro que Guchi será titular, y que Bapista seguramente se caerá. Es lo más fácil. ¿Por qué no podemos tener un equipo para casa y otro para fuera? El fútbol moderno a veces necesita de este tipo de soluciones.
En fin, todos contentos y satisfechos por ahora. El Betis entrenado por el Fari es la última prueba antes de la Roma, y es de prever que los que jueguen en Sevilla serán exactamente los mismos que en Italia. A ver si la cosa sale bien (y de paso les metemos ocho).
– Real Madrid: 7 (Baptista, Baúl, Robben, Baúl (pen.) Guchi, Guchi y Drenthe)
– Valladolid: 0
Hombre del partido: Robben. Jugó lo que quiso, dio asistencias, marcó y no se lesionó.