Ayer vovia a saltar la polémica en torno a Mou: en una entrevista a la televisión portuguesa, el santón de Setúbal revelaba que no había ido a la gala del Balón del Loro porque varios conocidos suyos le habían llamado para decirle que habían votado por él, pero su voto había ido finalmente para otra persona. La historia es un poco extraña (¿cómo sabían los votantes a quién había ido su sufragio antes del acto?), y quizá Mou no la cuenta con total fidelidad, pero hay que recordar que existieron denuncias similares en la votación por el mejor jugador. Estos indicios nos hacen cuestionarnos si, más allá del deficiente sistema de voto-con demasiado peso de los seleccionadores y jugadores-, esta elección se realiza de forma limpia.
Desde luego, la FIFA no es una organización que inspire confianza. De hecho, tenemos sobradas noticias de que es un organismo profundamente corrupto, al igual que su primo mayor, el Comité Olímpico Internacional. Estas estructuras supranacionales repletas de burócratas del deporte, dedicadas a mover miles de millones y a adjudicar eventos deportivos de impacto mundial, simplemente son un caldo demasiado fértil para los chanchullos, las trampas y el tráfico de favores. Si se puede manipular la elección del país que organizará un Mundial, seguramente no habrá excesivos escrúpulos para hacerlo con algo mucho más modesto como el Balón de Oro.
https://youtu.be/lLuf8rJAbyY
Ahora bien, aunque todo esto fuera cierto, ¿cómo podría demostrarse, quién sería competente para investigarlo? ¿La justicia suiza? ¿Es siquiera un delito? Al fin y al cabo, la FIFA podría darle el Balón de Oro a Albiol si se le antojase, ¿no? No existe ningún contrato que garantice que los votos vayan a ser escrutados fielmente, ni hay perjucio para nadie, más allá de un menoscabo de la imagen. Y aunque fuera materia denunciable, ¿quién debería querellarse? ¿Los jugadores y entrenadores perjudicados? Recordemos que el presidente del Sión desafió judicialmente a la UEFA el año pasado y al final no lograron nada, aparte de un agrio enfrentamiento con Blatter. La unica solución para evitar el conflicto directo sería que alguien ajeno a los jugadores o entrenadores afectados denunciase (¿pero quién?), o que la propia FIFA investigara de forma interna (grandes risas). En todo caso, esta historia no es sino otro síntoma de la obsolescencia tanto de la FIFA como de la UEFA, entidades cada vez más alejadas del juego en sí, y cuya importancia debería ser decreciente, especialmente en todo lo relativo a los clubes, que necesitan organismos rectores mil veces más dinámicos y eficaces.
Por supuesto, las declaraciones de Mou han servido para que la prensa lo enfrente a Del Bosque, el ídolo de los pusilánimes, pero esto lo dábamos por descontado, ¿no? El otro gran tema del día fue la entrevista de Ramos en la Cope, pero me vais a permitir que no lo comente hasta que la escuche yo mismo. Una última cosa: hay unos banners y vídeos estupendos a los lados de la página, y pincharlos ayuda mucho a vuestro amigüito el Socio. A ver si encontráis un segundito para hacerlo mientras os tocáis los huevos en el trabajo.