El Ciclo Artúrico de Mou – Capítulo II. La batalla de Manchester

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Habíamos dejado cabalgando hacia Manchester a sir Mou, sir Rolando, sir Úsil y sir Karino. En su camino penetraron en una profunda floresta, y allí encontraron sentado a un caballero todo armado en colores azul y granate, cuyo nombre era sir Xavier, aunque se le conocía como el Caballero dels Valors i la Humildat. Y tenía otro caballero a su lado, de tan baja estatura que apenas podia llegar a los estribos de un caballo. Estaban estos dos caballeros junto a dos pabellones de seda y cendal, también en azul y grana.

– Señores caballeros- dijo sir Xavier-. No pasaréis por este camino; pues justaréis conmigo, o seréis mis prisioneros. Pues bien semeja que sois caballeros de la Mesa Blanca, y habéis de saber que vuestro rey Floper es el peor enemigo de mi país, el Reino de los Campanarios, y nunca ha hecho cuenta de los auténticos valores de la caballería. Por ende, todos sus leales son mis enemigos también, y de necesidad tendremos batalla mortal.

– Dejadme a mí entender con él- dijo sir Rolando, sin duda el caballero de más merecimiento de cuantos vivían en aquella época, que nunca rehuía el peligro, sino antes lo buscaba por acrecentar su honra. Entonces con gran ira se partieron con sus caballos, y se juntaron como el trueno. Y quebró su lanza el Caballero dels Valors, y Rolando le atravesó ambos costados, con lo que se quebró también su lanza, y le quedó el trozo en el costado a su enemigo. Sin embargo, sir Xavier sacó su espada, y descargó muchos ansiosos golpes, y de gran fuerza, e hirió muy gravemente a Rolando. Pero a la postre sir Xavier, al cabo de hora y media, cayó desvanecido del caballo. Mas no era desmayo auténtico sino treta, con la que intentó ensartar a sir Rolando a traición, por donde tuvo éste gran irritación. Y por tal motivo, cuando volvió a tener a su merced a sir Xavier, le desenlazó el yelmo prestamente y le tajó la cabeza.

Toda esta batalla había observado en silencio el caballero de baja estatura, y así permaneció hasta que salió de su pabellón un escudero, de nombre Carajo, ya entrado en edad y que amaba muy bien el vino, quien así dijo: «Sabed bien que este es Messíndrome, Caballero de Bimbo, quien no gusta de hablar, pero es sin duda el caballero más peligroso de esta época y aun de todas las conocidas, pues tiene la fuerza de siete hombres, y en muchas justas se ha llevado el precio y la honra. Por donde mejor haríais dado vuelta, pues no tenéis gloria que ganar aquí, sino mucha vergüenza».

Enojose entonces mucho sir Rolando, y replicó: «Bien puedo decir que éste sir Messíndrome es muy falso caballero, y en muchas justas tuvo lo mejor por artes de hechicería y por el favor de reyes corruptos, que mucha afrenta han hecho a la noble orden de la caballería. Y esto probaré yo ahora por la fuerza de mis manos».

En esto enderezó hacia Messíndrome y los dos se juntaron con toda su fuerza, y ambos cayeron a tierra. Evitaron entonces sus caballos, se pusieron los escudos delante, sacaron las espadas, y comenzaron a darse graves golpes, ora aquí, ora allá, acosando, tirando tajos y estocadas, y arremetiéndose como dos jabalíes, el espacio de dos horas. Y a la postre hirió sir Rolando a sir Messíndrome encima del yelmo, de manera que cayó de bruces a tierra, y allí quedó sin sentido.

– Harto tiempo hemos perdido ya-, dijo entonces sir Mou.- Partamos hacia Manchester, pues no es esta nuestra principal querella. Hartas veces hemos sometido al Reino de los Campanarios, y me atrevo a decir que en adelante nadie osará llamar a Messíndrome caballero de mayor proeza que sir Rolando.- Lo que pareció bien a todos. Y mientras cabalgaban juntos toparon con Merlín, al que al punto reconocieron.

– ¿Adonde vais? -dijo Merlín.

– Al reino de Manchester a derrocar a sir Ferguson, con la ayuda de nuestro Señor.

– Haced por mi consejo y ganaréis gran honra en esta batalla.

– ¿Cómo debemos hacer?

– Señor —dijo Merlín—, ved de guardar siempre bien a sir Rolando, pues no estará perdida la esperanza muentras sea parte de vuestra compañía, así tengáis todas las llagas que os puedan caber. Tened también siempre cerca a Sir Jedira, a quien en breve enviaré en vuestro auxilio, pues él os protegerá en toda sazón, mejor que cualquier escudo hecho por hombre. Por último, mirad de mover a vuestros caballeros siempre mucho y bien, pues de otra manera no podréis romper la recia defensa mancuniana.

– En todo punto haremos como decís, y bien creo que pronto recuperaré el favor de mi señor Floper-, dijo Mou.

– Harto más grave es lo que está en juego-, respondió Merlín-, pues si no tenéis lo mejor en esta batalla seréis incapaces de retomar la demanda del Santo Grial. Sabed bien que muchos enemigos mortales acechan el reino de sir Floper, como sir Campílloris y Cebrianus, rey de Polanconia, y tan sólo el poder del santo cáliz le permitirá derrotarlos y ponerlos en vergüenza.

– Dinos, pues, cómo lo hallaremos, pues por la fe de mi cuerpo ése es nuestro mayor deseo.

– Muchas y muy cruentas batallas vendrán aun si triunfáis en Manchester. No fallezcáis, sino actuad siempre con  caballería, pues sólo los hombres de gran proeza y vida recta pueden completar la demanda. Allá donde vayáis buscad signos, prodigios… Cuando topéis con una esfera que lleve grabada la corona del rey Floper, sabréis que habéis hallado el cáliz. Pero estad bien avisados, aún deberéis hacer postrera batalla por él. Será ésta la más recia y cruenta de todas, y sólo si tenéis la victoria quedará acabado el Grial.

– Por nuestro señor Jesú Cristo-, dijo sir Mou, hago voto de tomar esta demanda, y no abandonarla por ninguna manera de guisa, sin importar cuán grandes sean los peligros que nos puedan venir.- Y otro tanto prometió el resto de la compañía. Con esto se partieron de Merlín, y esa noche durmieron en una ermita, donde tuvieron muy buena acogida. Al alba quebraron su ayuno, oyeron misa y reemprendieron la marcha. Al poco rato vieron una torre roja como el fuego, bien guarnecida de matacanes, y doblemente fosada. Y sobre la puerta de la torre colgaban cincuenta escudos de diversos colores, y a su pie había un hermoso prado. Era el noble castillo de Old Trafford, y en él se veían muchos caballeros y escuderos, cadalsos y pabellones, pues estaban ya apercibidos de la llegada de Sir Mou y sus buenos caballeros. Estaba en esa sazón sir Ferguson en la torre del castillo, mirando desde una ventana, cuando vio venir a los caballeros de la Mesa Blanca.

– Así Dios me ayude-, dijo sir Ferguson, aquí los tenemos ya. Y mandó tocar trompetas llamando al campo, por donde todos los caballeros se apercibieron para hacer batalla.

Estaba el grupo de Sir Mou debatiendo sobre si emprender su ataque cuando oyeron el trote de un caballo. Era sir Jerida, que había llegado hasta ellos apercibido por Merlín. E hicieron todos gran alegría de él, especialmente sir Karino, que también había sido sarraceno, pero ya había recibido el bautismo, por la gracia de Nuestro Señor. Y lo mismo había prometido hacer sir Jedira, una vez probara ser digno del sacramento.

– Muy bien venido sois en esta hora-, dijo sir Mou, pues bien semeja que batalla como ésta no ha habido en mucho tiempo.

Y respondió sir Jedira: «Mi brazo no os fallecerá, sino estaré con vos hasta mi último aliento. Y no ahorréis por mí, pues haré lo que pueda.»

– Bien dicho está eso-, replicó Mou. Y sin más, el grupo cruzó el puente que los separaba del castillo, fiándose a Dios. Moraban en Old Trafford por entonces muchos caballeros peligrosos, como sir Ferdinando, sir Van Persing y sir Ruhney, e incluso algunos traídos de la Asia por su gran proeza. Entonces se juntó cada parte con la otra, y cada hombre se aprestó en la mejor manera a hacer lo que podía. Entonces sir Rolando encontró con sir Ferdinando, y se derribaron uno a otro. Y acometieron sir Úsil y sir Jedira, y se encontraron con ellos sir Raphael y sir Ruhney, y allí se dieron tan fuertemente que sus lanzas se quebraron en trozos, y sus caballos cayeron de pechos a tierra. Y cada bando ayudó a sus caballeros a encabalgar otra vez.

Entonces sir Rolando tomó otra lanza y allí derribó a sir Van Persing, sir Garrick y sir Wallbeck. Y cuando su lanza se quebró echó mano de la espada y empezó a dar tajos a diestro y siniestro, haciendo tan grandes hechos de armas que era maravilla ver. Y hubo también fuerte batalla entre sir Karino y sir Raphael, pero en aquellos días sir Karino no llevaba vida recta, por donde su fuerza flaqueaba. Tanto era así que algunos lo llamaban por burla «le Blanchemains» («manos blancas»), por proceder de Francia y parecer poco recio en la batalla, pese a ser caballero de muy buenas virtudes. Y por sus faltas estuvo sir Karino varias veces cerca de ser puesto en lo peor, si bien sir Úsil y sir Jedira lo auxiliaron en toda sazón.  Así siguieron hasta hora de vísperas, sin que ninguno de los que miraban pudiese saber quién podía ganar la batalla, dándose estocadas y tajos unos a otros en todas las partes desnudas donde podían herir, de manera que la sangre les manaba hasta el suelo que era maravilla ver.

Y cuando era cercana la noche, por acuerdo de ambos bandos se otorgaron uno al otro descanso, e hicieron voto de volver a encontrarse el día de Santa Olivia, para hacer batalla a todo trance. Se retrajeron pues los hombres de sir Mou a una landa cercana, harto magullados y fatigados. «No fallezcáis», dijo Mou, «sino tened fe, pues bien creo que en la segunda batalla tendremos más y mejores hombres de armas, por donde venceremos y tendremos un honroso día sobre ellos.» Y con esto restañaron sus llagas como mejor pudieron y se retiraron a descansar, confiando en que la nueva batalla les traería la victoria.

Agradecimientos: Thomas Malory y Francisco Torres Olver.

Con el pito de los suplentes

Por Civ.

Había algunas dudas acerca del once que podía sacar Mourinho para este partido. Siendo todos conscientes de que Manchester era prioridad absoluta y que hacer reservas era no una opción y sí una obligación, la duda era hasta qué punto llegarían dichas reservas. Pocos antes de las 16h00 (bendito fútbol vespertino con luz natural) se respondió nuestra pregunta: rotaciones al máximo. Sólo cuatro hombres del baño del Nou Kampf repitieron: Diego López, Ramos, Varane y Coentrao, casi toda la línea defensiva. Dejar fuera cinco titulares, como en el partido de ida de la Copa, fue una decisión arriesgada, pero está claro que salió a pedir de boca.

El primer tiempo se jugó a un ritmo bajo. Del Barcelona se esperaba que saliera con sangre en el ojo después de haber recibido una derrota tan dolorosa, pero ni eso. El Madrid, por su parte, mostraba cierta inseguridad en sus acciones, sobre todo al pasar del medio campo, con una clara falta de conexión entre jugadores que sólo coinciden en los entrenamientos. Más por dicha falta de tensión que por aciertos, en 18’ llegaron los dos primeros tantos: se adelantó el Madrid por medio de Benzema, tras una gran acción ofensiva de Morata por la banda izquierda, culminada por un centro que el francés sólo tuvo que empujar ante la pasividad de portero y defensa azulgrana, y empató el Barca doce minutos después. Messi tuvo a bien volver a aparecer, y en su única acción de mérito del partido se desmarcó de un Ramos algo despistado para después regatearlo y definir con un remate al primer palo, que como en La Coruña Diego había dejado desprotegido.

De aquí al final de los primeros 45′ no se vio mucho más. El banquillo del Barcelona, en Sede Vacante, había dispuesto una novedad táctica con la presencia en el centro del campo de Iniesta, dejando a Cesc en el banco y entrando Villa por la banda izquierda. Pretendía con ello una mayor seguridad en el toque de balón (¡más tiquitaca!) para prevenirse de contrataques, a costa de perder profundidad. Eso hizo que el Madrid notase pronto que una presión adelantada no iba a ser tan eficaz, y esperó un poco más atrás de lo que es común, descansando sin balón, lo que se tradujo en ver a un equipo que tocaba el balón sin sentido y a otro que observaba cómo lo hacía. Sólo un par de ocasiones (disparo con la derecha de Messi y cabezazo fuera de Morata) dieron algo de picante antes del descanso.

Mundo-Deportivo2
Old Farsa is back.

Era indudable que los suplentes del Madrid habían dado la cara en el primer tiempo ante el mejor equipo posible del FCB, pero también se veía claro que si se quería ganar este partido se necesitaba algo más. Así, Mourinho resolvió, tras unos minutos de tanteo, introducir dos sustituciones decisivas: Kaká & Benzema out, C. Ronaldo & Khedira in. Benzema, pese a haber marcado el gol, pareció como siempre últimamente, despistado y torpe. Es buena señal que vaya recuperando el olfato para lo que viene, pero sabemos que debe exigírsele mucho más. En cuanto a Kaká, volvió a recordar aquel tango de Gardel -hoy un juramento, mañana una traición-, y la buena exhibición hace siete días no tuvo continuidad, siendo, con diferencia, el peor madridista sobre el césped. En cuanto a la colocación de las piezas, Cristiano se quedó en punta, aunque abarcando un amplio radio de ataque, y Khedira acompañó en el centro a Pepe, subiendo Modric hasta la mediapunta. Luego, también tendría tiempo de descansar Coentrao, entrando Arbeloa en su lugar, para que los esfuerzos estuvieran repartidos.

Si las caras B del Madrid habían aguantado con cordura el juego farsalonista, la sola entrada de Khedira y Cristiano bastó para que el campo se fuera inclinando poco a poco y nuestra superioridad fuese cada vez fuese más evidente. No sufríamos en defensa (cero tiros a puerta recibidos en el segundo tiempo), mientras que en ataque un medio campo con el empuje de Khedira y Pepe se imponía para que Modric, Callejón, Cristiano y Morata hiciesen daño. Fruto de este esfuerzo acabamos logrando el 2-1, y tuvo que ser a balón parado, por donde se nos ha ido la Liga. Minuto 36, córner que bota Modric, y Ramos se adelanta a todos para cabecear a la red.  De aquí al final la reacción barcelonista fue nula, y estuvo mucho más cerca el 3-1 que el empate. Ronaldo gozó de dos nuevos golpes francos que lanzó con maestría brasileira, uno de los cuales pegó en la cruceta. La jugada más discutida estuvo en el 90’ con un claro piscinazo de Adriano dentro del área, buscando un contacto que no llega a producirse con la pierna de Ramos, apartada para evitar la pena máxima. El histerismo final de la culerada, con protestas rabiosas saldadas con la expulsión fuera de tiempo de Valdés, es más muestra de impotencia que de lo polémico pudiera ser el arbitraje, por lo demás mediocre.

Individualmente, quizá destacaría a Cristiano, que desde que entró en el campo convirtió un partido igualado en uno de sentido único. Ahora mismo nadie puede negar, pese a los 39 goles de Messi, que es el jugador más decisivo del mundo. También me gustó mucho Morata, demostró que con trabajo los jóvenes del filial pueden tener oportunidades de calidad. Tenía ganas de ver a Modric ante el FCB, y no decepcionó: brilló tanto de mediocentro como de mediapunta. Su baja estatura le permite fajarse de igual a igual con los enanos culés. También gran partido en el medio de Yayá Pepé. No esperaba que, dos años después, Mou desempolvara esta solución de emergencia.

La semana que hemos vivido ha sido seguramente una de las más gloriosas de la era Mou. Domesticar a una bestia negra como el Barcelona, reducir a la insignificancia a Messi y mostrar una variedad de recursos tan rica ha sido toda una inyección de autoestima justo en el momento adecuado. Aún no se ha ganado nada, pero a tres días de una eliminatoria crucial, creo que la continuidad de este Proyecto debe ser independiente de la misma. El partido de Manchester será muy distinto a estos dos últimos, pero Mourinho tiene sobrada capacidad para tomar las decisiones que nos lleven a estar en el bombo de cuartos.

Civ. edita El Cuarto Tiempo.

– Real Mandril: 2 (Benzema y Ramos)
Farsa: 1 (El Monguer)

Incidencias: Jajajaculerdos.
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La puntilla

Molaría despedirlos con esta canción.

En realidad me sabe mal usar este símil taurino hablando de los farsantes, porque ellos no son nobles ni atacan derechamente, como hacen los soberbios mamíferos de nuestras dehesas. No, los culés son más bien amantes del engaño y del ataque inesperado, después de mil y un vaivenes y amagos, pero se entiende lo que quiero decir con el título: nos visita una bestia herida que nos ha dado por c… mucho tiempo y es hora de matarla, quemarla y pintarnos la cara con las cenizas de sus restos mientras hacemos bailes rituales. Es un partido muy incómodo para el Barça, con mucho más a ganar que a perder, y del que sólo se irían con una sonrisa si ganaran claramente.

El Madrid, por su parte, se encuentra en una situación de lo más curiosa: por una vez podrá jugar un superderbi con relajación casi total, pero motivado al mismo tiempo. Esto lo hace muy peligroso, por más que hoy puedan salir varios jugadores menos habituales. Los Kaká, Callejón, Essien, Modric y compañía, en un partido tan interesante, no van a rendir mucho peor que los titulares. Aunque a priori la victoria parecía secundaria, para mí la final de Copa ha cambiado el escenario: Si hoy ganamos tanto nosotros como el Atlético, los del Manzanares se quedarían a nueve puntos de Barça, lo que les obligaría a disputar la Liga hasta el final. Esto les haría llegar a la final de Mayo mucho más desgastados y maceraditos, exactamente como a nosotros nos interesa. Aparte de esto, debemos ganar por orgullo y porque les derrotas ante el Madrid hacen muchísimo daño en Can Barça, un club que jamás ha abandonado su pulsión autodestructiva.

Tal como decía en nuestro último Podcast, resulta curiosísima la falta de pragmatismo de los culés, dispuestos a morir alegremente si se mantiene la fidelidad al «estilo», músicos del Titanic que se hunden con sus violines y sus fracs. En la vuelta de la Copa, aun a sabiendas de que el Madrid podía destrozarlos al contragolpe, nos dieron precisamente los espacios que necesitábamos, y pese a ello bueno de Roura -que no deja de ser el segundo del segundo- aún no parece plenamente convencido de que hay que cambiar cosas. Esto se traslada a todo el modelo de club, dejando fuera cualquier sistema o jugador que no encaje, y para colmo con absoluta dependencia de un solo futbolista, Messi, que ahora está bajo de forma. ¿Qué futuro próximo le aguarda al Barça, ahora que muchos saben anular su juego y no encuentra refrescos adecuados en los puestos claves? Desde luego, parece muy negro.

El partido es a la cuatro de la tarde, una hora idónea para el fútbol, ¡¡por fin!! Este horario vespertino permite jugar con luz y calor, y que toda la familia acuda al fútbol, sin necesidad de salir luego a la fría y triste noche, ni de llegar de casi de madrugada a casa. A ver si los auténticos cretinos que manejan los derechos televisivos toman buena nota de la audiencia de hoy, que sin duda será igual o superior a la de los partidos nocturnos, y empiecen a desplazarnos gradualmente a las tardes. Pero no cuento con ello; son demasiado estúpidos.

La Polla Virtual estará abierta hasta las 16:00.

¡Podcast 2×3!

Enlace de descarga en Ivoox y en Itunes.

Vuelve nuestro afamado y maravillosísimo Podcast, después de que McNulty y Favelas se tomaran unas vacaciones para probar las delicias de Chueca, ese barrio extraordinario en pleno corazón de Madrid. Según han declarado, sentados en unos cojines muy blanditos, jamás serán los mismos tras esta experiencia. ¡¡Bien por ellos!!

Los contenidos del Podcast 2×3 son:

– Introducción por Yimmi MacNulti.

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– Entrevista a Francisco Beltrán, alias Futbletran, entrenador de fúrbol base y poseedor de los secretos de los morfociclos.

– Tertulia, con la participación de Pedro Ampudia, L’Inspecteur y El Socio.

El Podcast de Fans del Mandril, sin duda la mejor compañía para el obrero, ama de casa, estudiante, sindicalista y nini. ¡¡Qué bonito!! ¡¡Hala Mandril!!

Podcast patrocinado por CARLSBERG, la cerveza que sabe a meado de burro (reproducid el vídeo de la sección «Páginas Recomendadas», en la columna izquierda, cabrones).

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