…Florentino, Pirindolo y Sanchís.
En la tarde de ayer, Florentino Pérez acudió a uno de esos actos inevitablemente chuscos que son los aniversarios de peñas; concretamente, el de la Ramón Mendoza, que cumplía sus bodas de plata. El evento se celebró en la muy noble villa de Alcalá de Henares, y fue extremadamente inusual por la mezcla de tendencias que se produjo: allí se juntaron con Florentino nada menos que Sanchís, Lorenzo Sanz y Ramón Mendoza Junior: Florentinisno, Mendocismo, Sanzismo y Sanchismo mezclados en una perfecta ilustración de la Pax Florentiniana imperante, claro indicio de que, una vez más, nos quedaremos sin elecciones: Sanz sabe que ya no está para estos trotes, y Sanchís no necesita el desgaste. Flanqueaban a Florentino el mítico Efigenio Albadalejo -alias Pirindolo-, presidente de la peña, y Pepe, quien ayer recordó alguna de las contrapartidas de su sueldo.
Por supuesto, cada vez que Floper va a uno de estos convites debe pronunciar un discurso, cuyo contenido, repleto de lugar comunes, varía poquísimo de una vez a otra. Sin embargo, como ayer hubo un turno de preguntas al final del mismo, se pudieron ver y oir algunas cosas interesantes: la primera, que la renovación de Cristiano ya está en marcha. He escrito que no comprendía la histeria por renovar a un jugador al que le quedan éste y dos años más, pero si ya se está trabajando en el tema me parece bien. Sólo pido que sea por un número de años razonable, ya que tenemos una tristísima tendencia a facilitar retiros multimillonarios a jugadores que ya no están para el primer nivel. También preguntaron a Floper sobre la vuelta de Raúl, y ahí salió el Pérez más populista: su respuesta fue que Baúl sólo se estaba tomando un descanso, y que volvería porque ésta era su casa, afirmación recibida con enorme algarabía (sólo faltaron chorros de pipas a modo de confeti). Habría estado bien que mencionara los dos millonazos que se llevó del Madrid cada una de sus temporadas en el Schalke, más que nada por ver la reacción de los entregados peñistas.
Y aparte de las palabras de Floper, también hubo -si es cierto lo que cuenta Manu Sainz- un silencio significativo: ante la petición de los asistentes de renovar también a Mou, se limitó a esbozar una sonrisa. Como no le habría costado nada complacer a esos aficionados diciendo que el portugués seguiría, parece que sólo hay dos opciones: o Mou le ha dado indicios que señalan que se va o, por lo que sea, se ha pactado no hablar sobre su continuidad. Sinceramente, cada vez creo más que Mourinho está «castigando» a Floper, y que de ningún modo puede dejar que se relaje asegurándole su continuidad: recordemos que hace apenas dos años Valdano aún era la mano derecha del presidente, y que seguramente salió contra la voluntad de éste. Con asuntos candentes que requiren decisiones dificilísimas (ya sabéis a qué me refiero), si Mou le dijera a Floper: «tranquilo, presi, sigo pase lo que pase», éste respondería: «pues ahí te las apañas tú con esos dos». Al ser ambíguo sobre su continuidad, el míster pone la pelota nuevamente en el tejado de Florentino, quien, pese a todos sus defectos, al menos parece tener claro que cualquier alternativa a Mou es garantía casi total de fracaso.
A estas alturas de la película todos pensarían que entrenador y presidente deberían estar totalmente coordinados en este tema, pero Florentino se ha vuelto tan contemporizador con los años (la canallesca sigue vendieno productos con nuestro escudo) que seguramente haya obligado a Mouriho a estos extraños malabares. Tampoco debe ser algo que pille por sorpresa al de Setúbal, ya muy experimentado en el mundo del fútbol. Pero no descartemos la posibilidad del silencio consensuado: lo cierto es que ahora los periodistas están absolutamente centrados en atacar a Mou, dejando totalmente tranquilo al equipo. Al final, Pirindolo regaló una placa a Floper en la que, con una simbología muy poco sutil, se veía la corona del Real Madrid reposando sobre la cabeza del presi. Con suerte, las semanas que quedan hasta el final de Mayo se cerrarán con los mayores éxitos, y Pérez verá con aún más claridad que, para el éxito de su reinado, la continuidad de Mou es tan importante como la de Cristiano.