Por Zinexine
Qué sería de la Liga Española sin la intensidad ni la competitividad de estos encuentros en la Catedral. Un lodazal, que diría Segurola, quien también ha lamentado la opresión de la ciudad de Madrid sobre la cordial afición del Athletic cuand ésta visita la capital. El periodismo se muere, argumenta con propiedad, pero la objetividad sólo la pierden los demás. En medio de todo aparece Bielsa, que ha logrado prácticamente todo aquello de lo que se acusa al malvado Mourinho respecto a un ‘campeón del mundo’, Fernando Llorente, pitado de nuevo por el respetable debido a su pésimo rendimiento. Pero el más observado, criticado y silbado en nuestras visitas a los bilbaínos es Cristiano Ronaldo: representa el súmmum de la rivalidad existente entre el Athletic y el Real Madrid. El día que una afición ‘hostil’ aplauda a Cristiano, podremos decir sin temor a equivocarnos que el Madrid ha perdido toda su esencia.
El Madrid llegaba a San Mamés en un ambiente de sentimentalismo forzado por ser el último partido que jugará en este escenario. Los de siempre exigían la presencia testimonial de Casillas en plan homenaje póstumo, pues con cada parada de Diego López un sudor frío recorre la espalda de los amigos del guardameta. Pero Cristiano quiso terminar con las nimiedades a los dos minutos, al ejecutar un libre directo imposible para Iraizoz. No obstante, el conjunto de Mourinho se vio involucrado en una dinámica negativa de juego después del gol: sin una salida de balón correcta por la ausencia de Varane, el portero madridista hubo de realizar dos paradas de mérito en los únicos acercamientos bilbaínos. Sin embargo, Di María pudo sentenciar por la vía rápida, pero se encontró con el larguero en su irregular remate.
A falta de fútbol, comenzaron a llegar los avisos en forma de ‘intensidad’ local (lances del juego, por supuesto). Y ahí es donde se empezó a ver la compostura de Cristiano. Ayer probablemente cualquier jugador del planeta habría sido expulsado, ya que el acoso y derribo hacia el portugués fue constante por parte de Ramalho y demás defensores. Las entradas de Muniaín y Toquero, sobre Marcelo y Albiol respectivamente, carecían de mala intención pero son sinónimo de tarjeta roja hasta en la Liga de Taiwan. Cristiano respondió con otro gol, un testarazo espectacular tras una falta lateral ejecutada con maestría por Xabi Alonso. Aún le dio tiempo para asistir a Higuaín en el tercero. San Mamés le despidió con una sonora pitada, mientras el portugués aplaudía a los madridistas desplazados a Bilbao e introducía su dedo índice en el oído, en un toque de buen humor en la victoria blanca.
En los enfrentamientos Mourinho vs. Bielsa (cuatro) nos encontramos con un balance de 4 victorias y 17 goles a favor del técnico portugués. Una conclusión significativa para Mourinho es el buen rendimiento de Sergio Ramos en el lateral derecho, aunque la presencia de Pepe como central a día de hoy no es garantía de nada. En el lado negativo, un Modric del que se esperaba más, ahogado en campo propio, con muchas pérdidas de balón en la primera mitad. Toca ahora un poco exigente compromiso ante el Betis, en el que el Madrid hará rotaciones pensando en el enfrentamiento europeo ante el Dortmund de Jürgen Klopp.
Zinexine edita Diario Digital Madridista.
Azletik de Bilbado: 0
Real Madrid: 3 (CR7 (2) e Higuaín)
Incidencias: Señorío a tope en «La Catedral».
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