Marc Genou
Lo primero para solucionar un problema es reconocerlo. La falta de autocrítica de este equipo roza lo surrealista. El argelino calvo lleva haciéndose el longuis durante mucho tiempo y sinceramente, esto ya empieza a oler. El club y el equipo están sobreestimándose continuamente en todas las facetas del deporte actual y en días como ayer es cuando más cantan las verdaderas debilidades. La alineación de salida es un mamoneo y un desprecio a la Champions que no procede. Qué buenos somos de boquilla, qué de goles vamos a meter, Cristiano es el mejor, Benzema está en plena forma, el equipo rinde a todo trapo y llevamos veintisiete partidos invictos. Cojonudo, sigamos mintiéndonos a nosotros mismos a ver si cuando despertemos es a base de hostias.
El Madrid geriátrico es una auténtica mentira que no ha funcionado en ningún pasaje de la historia y no va a funcionar ahora ni en el futuro. Ninguna empresa privada que quiera triunfar puede funcionar con una rotación de personal nula. Sólo los mamotretos estatales funcionariales que encadenan nadapletes de productividad pueden permitirse algo similar, apoyados en el bolsillo del honrado ciudadano. Si eso ha llevado casi a la ruina a la rica Europa, qué no provocara una política similar a un club privado. Pero nada, nos tapamos los ojos, los oídos y dentro de poco la nariz y a callar, que todo va a salir bien, ¿verdad?
Gomorra
El rato final en Varsovia fue como tener el rabo enhiesto de un maromo descomunal apretando por detrás, abriéndose paso con una fuerza lenta pero inexorable, mientras una voz beoda nos susurraba palabras ininteligibles pero de tono perverso empapadas en aliento a vodka de mercadillo. Estábamos prácticamente rendidos, sometidos por unos brazos grandes y peludos, con la lágrima gorda a punto de caer por la mejilla en señal de derrota absoluta, cuando el cielo de los autistas se apiadó de nuestra terrible desgracia y mandó a Kovacic como un ángel redentor para mantener la zona cero virgen y a salvo de pollas paganas. Esa estuvo cerca y todavía nos cuesta caminar como hombres gallardos y recios, ojo ojete.
El Socio
Con este partido, Zidane se propuso trollear a toda Europa y creo que lo consiguió, tanto con el planteamiento como con el resultado. El tipo se desmelenó (es un decir) y dio rienda suelta a su creatividad, con un heterodoxo 4-2-4 que debería haber desembocado en una lluvia de goles. ¿Resultó? No. ¿Se lo reprocho? No, ¿por qué? Porque el hombre intentó algo diferente (si bien absurdo) el día que pensaba que se lo podía permitir, contra un equipete que llevaba la L de los novatos. ¿Que el rendimiento fue pobre? Quizá, pero me da la sensación de que otros años no habríamos levantado ese 2-3. Algo tiene el Zidane que inspira una vergüenza torera a estos tipos gracias a la cual no tiran ningún partido, aunque no jueguen un carajo.
Si alguno se pregunta a qué achaca el míster el empate, la verdad es que en la rueda de prensa no aclaró mucho: «partido raro»; «después del 0-2 bajamos la intensidad»; «no es culpa sólo de la defensa»; «quizá nos relajamos un poco». Fundamental la última frase, que nos devuelve al paradigma mandril: «Salimos relahaos». Excesivamente simple, de acuerdo, ¿pero acaso no es esto una virtud en el innecesariamente complejo fútbol contemporáneo? «Si corremos más, si le echamos cajones, con nuestra calidad acabaremos ganando», ese es el mensaje de Zidane. Todo lo demás se convertirá en»partidos raros». Por cierto, 100 encuentros lleva con nosotros Rainman. ¿Son muchos? Puede, pero yo creo que aún está tanteando el terreno, buscando la confianza para sentar a quién le dé la gana (quizá una teoría voluntarista).
El hecho es que el equipo no pierde desde el día del Villalobos, aunque muchos sostienen que es una racha artificial. Bien, el 19 tenemos uno de esos partidos que llaman «tests serios», contra el Paleti: si palmamos, podría decirse que el equipo se parece bastante a la mierda de pavo, pero hogo, que si seguimos imbatidos… muchos tendrán que mamar.
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– Autoescuela Warszawa: 3 (Yo qué sé)
– Mabrí: 3 (Bale, Benzema y Kovachiche)
Incidencias: 15 espectadores en el Estadio del Ejército Polaco.
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