Rappol
El Manchester United es un equipo curioso, todo plagado de bigardos empecinados y bien dotados para el juego directo. Apuesto a que es el equipo del que más camisetas compran las mujeres de la Commonwealth. El teatro de los sueños húmedos, capitaneado por el rictus cada vez más dadaísta de Mourinho, da para lo que da: gustito y medalla.
Montoro le dijo a Zidane que para qué tocar lo que recauda copas y tuvimos 4-4-2 para empezar la temporada oficial de trinque, desfalco y todas esas cosas. Casemiro, que es muy cumplidor y marca la casilla de la iglesia católica, abrió el marcador en posición dudosa. En Barcelona trazaban paralelas mientras recaudaban para urnas. No sabemos de quién serán las cenizas que acabarán por meter dentro.
Para el Real Madrid la primera parte terminó en la pausa para la hidratación. Zidane debe recordar a los chicos que se sigue un ratito después de refrescarse, pues bastante tenemos con nuestras proverbiales relajaciones iniciales al inicio de los periodos, tan celebrados por nuestros rivales como por la prensa deportiva especializada en tampones. Mala suerte para el antimadridismo al que se le alargan mucho estos días.
El buen trabajo de la BB y de Isco, nuestro bendito Toulouse-Lautrec, tuvo su recompensa iniciada la segunda parte. 2-0. Mou dio el partido por perdido y metió al saltimbanqui Fellaini para morir bombeando hasta el final, para regocijo de la hinchada mancuniana de mejillas sonrosadas.
Las chicas y Lukaku tuvieron su premio cuando Keylor recordó alguna pillada que le hicieron de adolescente en el baño, única mancha en su aseado partido. Al otro lado del campo De Gea y el larguero trabajaban duro preguntándose porqué aquel fax se fue al limbo. ¿Tuvo Edurne algo que ver?
Se fue marchando el partido, con los cambios que escenifican el escalafón y muestran que Ronaldo está ahora centrado en lo judicial. Al Madrid la declaración le sigue saliendo positiva en copas. Que cada perro se lama su pijo, esté en París, Madrid, Barcelona o las Islas Caimán.
El Socio
Gran superioridad del Madrid, un tanto inesperada. Fue una verdadera lástima que no entrara el larguerazo de Bale, porque nos habríamos puesto 3-0 y habríamos logrado un resultado muy llamativo y un chutazo de prestigio internacional. Gran desempeño del galés, por cierto, a quien se le escatimarán elogios por no haber marcado (también le pitaron un fuera de juego inexistente cuando iba a anotar a placer). De modo similar, el premio al mejor jugador (siempre un tanto pipero) fuera para Isco, cuando habría sido un merecido premio al enorme trabajo de Casemiro.
Parece ir asentándose la idea de que no traeremos más jugadores. ¿Realmente Zidane se pasará al 4-4-2, convirtiendo el fichaje de un delantero top en un caro capricho?
En cuanto al Manchester de Mou, ¿por qué es tan flojo? No sabría decirlo; han gastado muchísimo dinero, pero no parecen tener jugadores diferenciales. Si este año no se lleva algo importante, quizá Mou debería plantearse coger la selección de Portugal o iniciar un proyecto en un equipo mediano o incluso pequeño. A casi todos los entrenadores les llega un punto en que pierden el toque, y no creo que quiera convertirse en un nuevo Benítez.
En cualquier caso, la imagen del Madrid queda aún más acrecentada, al igual que el aura de Zidane, que hace sin hacer. Incapaz de generar un solo titular interesante, la eficacia de sus resultados va camino de ser legendaria. Conviene coger al Barcelona en este mismo estado de forma, y no hacer las concesiones defensivas de ayer, para asegurarnos el título.
Una última nota: existe ya tal diferencia estética entre las grotescas celebraciones por una Champions -colmadas de todo tipo de iconografía hortera- y los sobrios festejos de las supercopas que el club debería plantearse seriamente hacer obligatorio vestir únicamente el uniforme del equipo al recoger los títulos.
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– Real Madrid: 2 (Casemiro e Isco)
– Manchus: 1 (Bluffkaku)
Destacados: Case, Isco, Bale. Señalado: Mau.