Vuelta de semis contra el Gayern en el Pipas; señores, no se despacha nada más grande ni de mayor nivel en el cosmos futbolístico. (¿Mundial? ¿Qué es eso? Ah, sí, esa cosa que ven las zorritas en la tele con la cara pintada de colores). Los caminantes blancos obtuvieron un resultado de lujo en el Allianz Arena, un 1-2, pero como ya sabréis queda mucha tela que cortar. Me reitero en lo dicho en anteriores entradas: marcar no es la clave para los blancos en este partido, de hecho es algo que llegará casi seguro por la inercia del juego; lo fundamental será frenar las acometidas bávaras y evitar esos goles que tan dañinos serían para nuestros intereses.
Sí, estimados amigos: el Bayern nos quiere follar analmente, sin amor ni nada. Habrá a quien esto le parezca cuestión baladí, e incluso se plantee coquetear con el sexo entre varones: «venga, un rato por probar»; «vale, pero sólo la puntita». No saben cómo se engañan: muchos iniciaron esa estrecha y oscura senda, para no volver jamás.
Efectivamente, la clave está en la defensa, la D-fense, que sólo puede ejecutarse sólidamente a base de velocidad, calidad y concentración. Las dos primeras las traen de serie nuestros zagueros; la última, bueno, por días y ratos. Hoy deberán ejercerla al máximo durante 90 minutos (¿120, acaso?), porque cualquier resquicio, cualquier milímetro descubierto, será el hueco que aproveche la wurst alemana para excavar un profundo túnel del amor.
Por supuesto, también necesitamos que potra esté con nos; cierto que el otro día nos asistió durante todo el partido, pero nos hace falta su compañía durante hora y media más. ¿Querrá seguir siendo nuestra valedora? Y por otro lado, tras los indescriptibles sacrificios y rituales psicomágicos que debieron ser necesarios el otro día, ¿le quedará fuerza chamánica al irrepetible Von Rothbart para culminar la tarea? Son preguntas que tendrán respuesta esta noche.
Isco está lesionado, no habrá truco del enano. ¿Bale titular buscando masacrar al contragolpe, en un último cantar de gesta? Improbable, pero de ocurrir sería hermoso. El equipo afronta una tarea complicada, pero la fazaña inédita de alcanzar la tercera final seguida está al alcance de la mano; lo normal es que se pase, de un modo u otro. ¿Que algún hincha se infartará por el camino? Bueno, toda guerra necesita carne de cañón.