El Petaculos del Paladium
Bueno, emocionante partido. Pero muy, muy mal el Madrid.
Menos futuro que Marty MC Fly en el presente distópico de 1985. Como si se tratase de la segunda parte de Regreso al Futuro con Biff Tannen penetrando a la madre de M.J. Fox, así nos penetró el PSG. Muy superior el moro-team. Lo único bueno que hicimos defender. Pero es que ni a la contra creamos peligro. ¿Cuántas veces tiramos a puerta? Recuerdo en todo el partido un disparo de Kross. Asqueroso partido del Madrid. Putísima mierda de partido. ¿Tan malos somos que tenemos aguantar así, sin crear una puñetera ocasión? A lo mejor si nos vamos para arriba nos meten 5. Muy inferiores, esto es lamentable. A ver este verano si podemos fichar y echar lastres. Si no es por Pijamita nos meten 8. Menos mal que Frodo Hormonón falló su penalti, sino tocaría aguantar su careto de bobo en todas las TV.
Ahora viene la pregunta terrible. ¿Tenemos equipo para jugar al PSG de otra manera? ¿ Tan inferiores somos? ¿Hay equipo, táctica, juego para remontar? Lo veo más negro que Vinicius en una peli de miedo. Bueno, ánimo y si no a tope con la Liga, mandriles. No hay otra.
Rappol
Tengo un amigo del que no sé nada desde hace casi veinte años que siempre que íbamos por ahí de farra y estaba ya en el culmen de la borrachera, me miraba muy seriamente y decía: «Mens sana in corpore insepulto». Ayer al Madrid no le llegó la mente más allá de donde ya podíamos intuir que no le iba a llegar el cuerpo. Pero lo cierto es que el equipo se marcó un partido lamentable, fofo, sinsustancia, chabolista, que hubiera llegado a ser desesperante si nos hubieran empezado a meter un chirlo tras otro. Porque no se podía esperar nada bueno ni del momento, ni de cómo llegaban algunos jugadores, ni de lo que empezó a verse por el streaming pirata a partir de las 21:00 horas.
Como polis con sobrepeso persiguiendo inmigrantes por las 3.000 viviendas, las evoluciones de nuestros muchachos eran costosas y costrosas. Había una incapacidad para el pase cercano, de media distancia, o para el largo y el decisivo, verdaderamente apabullante. Una movilidad así como de Ramón Sampedro mirando con los ojos una pajita en un vaso de Cutty Sark —el whisky venenoso más consumido del mundo—, unos movimientos espasmódicos… Eso por no hablar de las involuciones (Casemiro, Mendy y, sobre todo, Carvajal), y de la intrascendencia de la línea de tres cuartos, por unas y otras razones, todas ellas conectadas con el físico; ese físico tan necesario para aguantar una larga jornada de excesos sin más destino que llegar al fin de la noche.
Se puede pensar que el rol de Carlo, mi querido italiano mayorcete, se ha vuelto infame. Aunque es difícil cambiar intrascendencia y mal físico por más intrascendencia y mal físico. No hay mucha rotación posible, ahora mismo. Y cuando se te ha caído el equipo al pozo ese del caracol que subía dos metros para escapar durante el día, para por la noche escurrise uno hacia abajo, el panorama es el que se vio sobre el campo franchute durante los 94 minutos: el de un partido que con suerte empatabas y que con casi toda seguridad lo perdías. Como así fue, gracias a un destello mágico del francés deseado.
Estoy con los que opinan que no hay ningún motivo para la esperanza en el partido de vuelta. Salvo que en La Mastaba se nos aparezca el espíritu de Amón-Ra (Drope-Sán) con los perros de la histeria galopando incansables sobre el césped, descuartizando pesegeros, mordiendo pollas y escupiéndolas… porque entre las bajas y las altas, el lápiz del italiano se ha despeñado ya por el filo de la libreta, mientras Pintus pide otra Guiness. Algo triste, sí. Pero real.
Si este PSG no nos elimina dentro de unos cuantos días, no sé cuándo ni qué tendrá que fichar para poder hacerlo. Quiero creer que queda algo para caer, al menos, dando la cara. Sin embargo, ahora mismo no tenemos ni la mente ni el cuerpo para poder plantearnos algo distinto a la eliminación de Champions y, ya por fin, al entierro definitivo de una era. Solo tienen qué decidir cómo quieren que sea el sepelio.

El Socio
Ancholoto vino, comió jamón y perdió (oooootra vez). El conmovedor homenaje que Flóper quiso hacer a los trabajadores jubilados cuando lo trajo a principio de curso no ha resultado. Su contrato está ya «resuelto», lo de menos será cuándo se anuncie. Perder siempre es peor que empatar, pero que nadie dude que el 0-0 se habría vendido como un gran éxito tras el peor partido europeo del Madrid en bastantes, muchos años. Con la derrota, quizá el jubilado varíe un poco su alineación de álbum de cromos, cromos ya cuarteados y oscurecidos por el pegamento seco.
Neymar es otro que también se ha jubilado, pero aún lo sacan al campo porque los moros horteras siempre tienen que presumir de sus posesiones. Mensi, por su parte, ya sólo sirve para llevar el balón cosido al pie y tirar los penaltis al centro de la portería. Claro que los dos parecen jugadores cerca de su pico si se los compara con Carvajal; ¡qué derroición! Meflippé chapurrea español dignamente pero tiene voz muy rara, como de mantero mozambiqueño; costará hacerse a ella, pero si se la saca como ayer nos acostumbraremos, como con Rober Tocarlos.
La vuelta podría ser una bonita carga de la brigada ligera, pero más parece que será como un rebaño de vacas Angus cruzando parsimoniosamente el Pecos. Dudo mucho que el tema le quite el sueño a Ancianotti.
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– Putas: 1 (Meflippé)
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