Sí, bueno, ¿no? Esta semana la NFL visitó el Bernabéu y todo el oficialismo se sintió reivindicado: buscaban frenéticos twits de periodistas gringos (aunque tuvieran sólo 15 seguidores) que alabaran las bondades del estadio reformado («¿¡Lo véis?! ¿Veis cómo es el mejor del mundo?). Si los elogios son de alguien de cualquier otra parte del globo, pues bueno, se agradecen y ya, pero si vienen de un «americano»… ¡¡ahí ya hablamos de otra cosa!! La verdad es que en medio de esta euforia pro-gringa sólo se echó de menos a Flóper y a JAS ataviados con su traje de flamenco, imitando a Pepe Isbert y Manolo Morán.
No dudo de que a nuestros amigos de ultramar les guste la admirable verticalidad del Bernabéu y la acertada atmósfera que se ha logrado con el videomarcador y el techo. Sin emebargo, es elocuente su silencio sobre la fachada-rejilla, así como sobre los interiores, los puntos de restauración y el hipogeo, mega-artefacto del cual desconocen los pormenores. Porque claro, si les cuentas que te has dejado unos 400 millones de dólares en un sistema que maltrata el césped y que llevas casi un año sin puedes usar por la normativa de ruidos, quizá dirían otra cosa.
Pero bueno, le vino bien el partido de «zamarritos» a la autoestima del club, y estoy seguro de que Flo repetirá hasta el día de su muerte que, según los periodistas gringos, el NeoPipas es elmejónestadiolmundo. No obstante, se le vienen al «prez» temas más delicados, básicamente la asamblea súper-ordinaria del próximo domingo, en la cual se tratará el delicado tema de la reconversión del club. Una porción gigantesca de la idiosincrasia blanca es esa cuasi-ficción de que el socio (poco más que consumidor de un producto llamado abono) es el dueño de la entidad; digamos que es así en el sentido de que si realmente les cae muy mal un presidente (ejem, Calderón) pueden echarlo para poner a otro que haga y deshaga a su gusto, pero ahí acaba lo de la «propiedad». Muy poca voz tienen los socios de a pie sobre el destino del club, sobre todo cuando no existe ningún «tanque de pensamiento» o grupo de presión capaz de articular un discurso coherente y aplicable, aunque sea sólo en la teoría.
Todo este paradigma post-bernabeuista (recordemos que las sacrosantas elecciones se celebran por primera vez en 1982) se verá sacudido cuando se apruebe el cambio de modelo del club. Si adoptamos el sistema alemán, el Madrid pasaría a ser una sociedad híbrida, con una parte de Club deportivo y otra de S.A., en la cual entraría capital externo, al parecer una necesidad constante pese a supuestamente estar batiendo constantemente récords de ingresos y demás.
Los socios pasarían a tener unas participaciones que no se pueden comprar ni vender, y es importante aclarar esto, porque desde que se informó de esto no han parado de salir enteraos hablando de lo que valdría cada una de las «acciones» y teorizando sobre la posibilidad de venderlas por una elevada cifra. Pero eso no ocurre en Alemania ni va a pasar en España, porque no son acciones realmente, sino una especie de participaciones que sólo dan derecho a voto.; el socio que pensara que le iba a aumentar el patrimonio por tener carnet merengue puede olvidarse de eso.
Ahora bien, si vamos a la madre del cordero, es decir la elección de presidente, ¿cómo funciona eso? Bueno, en Alemania resulta que la junta directiva propone un candidato cada tres años, y los socios deciden si lo quieren; no son unas elecciones abiertas como hasta ahora, sino más una cuestión de sí/no. Y por lo visto, existe el requisito de ser ex jugador.
¿Cómo llevaría este cambio el socio blanco, tan apegado a los aspectos superficiales de la democracia? Mal, probablemente, pero si se lo presenta Flóper lo aceptarán, aunque se lo rechazaran a cualquier otro. No descarto que el modelo alemán se tocara de modo que aquí sí se pudiera presentar quien quiera, pero me parecería un error: ya que vamos al cambio, acabemos para siempre con ese desfile de frikis y oportunistas que son las elecciones. Lo que sí me parecería bien sería poder presentar a figuras de prestigio que no hayan sido futbolistas, como Nadal, tan mencionado en las conversaciones sobre presidenciables. Este artículo del PSOE Herald ofrece algunos apuntes sobre lo que propondrá el club.
Pronto sabremos qué ocurre con este cambio, casi igual de trascendente que la reforma del estadio; quién sabe si el gran saneamiento de Flo no será el de la lata de sardinas, sino el del anticuado modelo institucional. Pero ojo, porque la asamblea lo apruebe, habrá que hacer un referéndum, y eso sí que puede desencadenar la campaña más casposa de la historia. Se pone uno a temblar sólo de pensarlo, pero si ocurre lo narraremos como notarios de la actualidad que somos.
