Ah, las limpias de jugadores tras un año desastroso… todos hemos soñado con ellas, ¿pero hemos llegado a verlas alguna vez? Lo cierto es que en tiempos pretéritos eran relativamente habituales: había una notable incontinencia fichajil y raro era el año en que no se veían seis o siete caras nuevas, incluso sin contar a los canteranos ascendidos y a los recuperados de cesiones. Del mismo modo, se daba boleto a los jugadores amortizados sin mayores miramientos. Gracias a footballdatabase.eu podemos ver algunos ejemplos muy interesantes: en la temporada 92/93 se dijo adiós a dos jugadores superemblemáticos como Gordillo y Hugo Sánchez, sin que hubiera mayor revuelo, además de a un fichaje caro como Hagi; en la 95/96 salieron ente otros Martín Vázquez, Alfonso y Butragueño; al año siguiente, Laudrup, Luis Enrique (su padre es Amunique), Zamorano y Míchel; una temporada después, Alkorta, Lasa, Milla, Buyo y Zé Roberto. Y en la siguiente un terremoto en la plantilla, llegando entre otros Anelka, Balijc, McManaman, Salgado y Helguera, mientras que salían Seedorf, Panucci y Mijatovic.
Pero los tiempos han cambiado mucho, y cada alta o baja del Madrid se ha convertido en una delicada decisión estratégica. En la era floperiana, y excluyendo canteranos, los cambios llegan con cuentagotas, salvo dos grandes excepciones: la campaña 2000/2011, con Figo y cia, y la 2009/2010 (la del segundo advenimiento), en la que se fichó mucho y se dieron nada menos que 14 bajas. Hay que considerar que, por mucho que el Madrid encabece la lista de ingresos mundial, su margen de beneficios es escasísimo, y además unos hipotéticos números rojos deberían ser cubiertos por los miembros de Jurassic World, quienes preferirían que les arrancaran los dientes uno a uno sin anestesia que poner un euro de su bolsillo para el Real. Considerando que cualquier salida masiva de jugadores sería caso seguro muy deficitaria, es harto improbable que se produzca algún día.
A menos, claro, que llegara un gran HOSTIÓN. Pero no hostión de palmar en cuartos de Champions, ná; eso es pecata minuta, y de hecho fue rutina durante los últimos años de «el que tiraba del carro», ése que algunos quieren equiparar con Di Stéfano. Estoy hablando de tener que jugar la previa o incluso -horror de horrores- quedarse fuera de Champions. En casos así, lo impensable de pronto de vuelve pensable y se encuentra la maña para lo que antes parecía infactible. ¿Que se pierde dinero vendiendo a algunos jugadores? Se puede recuperar con lo que den por otros más cotizados. ¿Que fulanito es como un hijo para el presidente? Los informes técnicos internos, cuando alguien se molesta en mirarlos, suelen ser mucho más crudos que la mirada del presi, sobre todo en tiempos de derrota.
Personalmente, pienso que el Madrid precisa mucho más que una renovación del plantilla: necesita un cambio de filosofía, un giro rotundo en su política institucional, una inyección de vigor y muchas cosas más, pero desde luego también hay que sacar la montaña de inmundicia acumulada en el vestuario. Si el precio a pagar es un año en la Europa Lij yo lo pagaría gustoso; desde luego veríamos muchos equipos poco habituales. Pero incluso podría soportar un año fuera de Europa: ya pasó cuando Capello sin que se muriera nadie, y al fin y al cabo ya hemos visto cientos de partidos de Champions (no necesariamente buenos). Así las cosas, ilustres fansistas, la cuestión es: ¿qué sacrificaríais vostros por la limpia?
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