Liderato de ver-ano

Rappol

Convertir un culo prieto en un pasaje para el disfrute requiere de horas de esfuerzo, amor y dedicación. Anoeta no iba a ser una excepción, y Zinedine Shin Chan alineó algunos de nuestros canallas favoritos —esos que son capaces de meterla en cualquier agujero-, con el orto de BEP en el horizonte. Pese a la voluntad clara de mimar a nuestra obesa favorita, al final los donostiarras sintieron la capitalina butifarra bien encajadita, cual dragón que sesteara arrobado sobre su flora intestinal.

En el primer periodo los chicos hicieron un trabajo muy ministerial, abundando en maniobras ya conocidas (Vini izquierda, Asociaté jugando al elástico, Case haciendo de primo zumosol, James haciendo el ridículo, etc…), aburriendo de manera muy solvente a los telespectadores con un cerocerismo muy podemita. Máxima igualdad en intrascendencia, si acaso superiores nuestro Pijamita (que, siempre insisto en estos detalles, se viene vistiendo como un hombre en los últimos partidos) y nuestro banquillo. Volvíamos a tirar un periodo entero, como si esperáramos a que la Real se descompusiera, cosa que no sucedería hasta el 90, aproximadamente.

Tras el descanso, Vini siguió lanzándose como un simpático tarado contra la defensa local hasta que encontró una messipena, que sirvió para que nuestro Capi Favorito demostrara que es uno de los mejores lanzadores de penalty de la Liga NN. Muy necesario, Paquitain, en este momento. Cómo se notó su ausencia después de colisionar con Isak (el Negro-No-Negro) y tener que dar entrada a Limitao. Ahí se nos pudo ir el partido, tras perder el centro de la cancha y la bola, pero las apreciaciones del árbitro (rigurosas) nos salvaron del empate de Llanuza y, al poco, nos concedieron un 0-2, con estelar contribución del Pajarete Valverde y el porterito local (vaya manta).

A partir de ahí, la Real nos tocó los huevos con intención, los cambios no obraron grandes milagros y al final se impusieron el bien, la cordura, la hombría y la seguridad de la verga superior, cuya sombra se proyecta ya bien erecta sobre las bocas espumeantes de nuestros rivales. Preciosa sombra.

Liderato, justicia social y nuevos rectos que alicatar en el horizonte. Sigamos ilustrando al mundo, mientras nos dejen los mayas.

El Socio

La principal noticia ayer fue que el Madrid logró ser competitivo, dejando aparte ayudas arbitrales. Por supuesto, se me dirá que con buena picha bien se folla, pero en otros partidos, cuando Vinicius se cayó en el área, normalmente ya iríamos perdiendo de uno. ¿Mi opinión sobre el penalti? Creo que no lo fue ni jamás debería serlo; cierto que casi todas las tomas son malas, pero la lateral (que podéis ver en el vídeo de la entrada) no deja dudas: el contacto de Llorente es prácticamente nulo, de ningún modo suficiente para derribar ni desestabilizar; es Vini quien pone todo de su parte para caer. Alguno quizá alegue que la mano del defensor no pinta nada ahí, pero sería un argumento muy cínico: ese tipo de contacto se produce docenas de veces en cualquier internada en el área. Quien piense que no fuimos favorecidos en esa jugada… bueno, digamos que las gafas del forofismo tienen las lentes muy gruesas.

Lamento no poder decir algo muy distinto de la siguiente acción polémica. Haciendo una interpretación MUY estricta del fuera de juego se puede decir que el jugador blanquiazul tapa la vista Curtuá, pero sinceramente no lo veo por ninguna parte; simplemente el delantero saca un latigazo y Pichabrava se la come. Un gol sólo debería anularse en circunstancias muy claras y muy concretas, lo cual lamentablemente no ocurrió en esta jugada; voy más allá: si la regla dice que por esa remota poibilidad de distracción el gol no vale, la regla está mal. La posterior jugada de Benzema que da lugar a nuestro segundo gol me parece igual de nítida, pero en sentido contrario: aunque toca con la parte baja del hombro, es claramente un control legal.

Lamentablemente, la polémica distrae de un Madrid no brillante pero en mejoría, pese a sacar un once de alto riesgo. Vinicius, uno de los jugadores más polarizantes de nuestra historia, fue ayer una apuesta que dio fruto (dejando aparte el penalti). Me gustaría saber qué habría pasado sin esas jugadas, pero nada se puede hacer, y el caso es que ya estamos arriba, que era lo más difícil. Con todo, no deja de ser curioso que cuando un arbitraje nos favorece haya titulares a cinco columnas, y cuando son «otros» los que se encuentran puntos de regalo, la cosa apenas se comenta de pasada. La Real mejor que nadie debería saber esto, porque lo sufrió hace bien poco.

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– Reala Sociedala: 1
– Madriz: 2 (Rabos (pen.) y Benzema)

Potra, hálbitro y fantasistas

Rappol

Probablemente hoy el ministro Marabilla informará sobre los tramos horarios de visionado de los partidos del Madrid, destinados a salvaguardar la salud mental de nuestros mayores, protegiéndola de las bandas de nenas cuya estulticia y apesadumbrados modales aterrorizan a tantos y tantos barrios de la internet. Parece ser que en los de las 22:00 horas, los hombres deben incorporarse a las 23:00, ya cenados y en pijama. Con todo, el dortó Seemoon puntualizará que se trata de una medida temporal, porque a veces se gana y a veces se pierde; aunque hay plenas garantías de que, con carácter general, después de la primera parte suele venir la segunda, y no a la inversa. Y que al Madrid cuando le va bien en una, le suele ir mal en la otra. Y viceversa, obk, y asegurarse diariamente antes de acostarse de que no hay nadie dentro de ninguno de los armarios empotrados de sus domicilios. Porque salimos más fuertes… que es por lo que se ganan y remontan los partidos. Salimos más fuertes, pri, ladalada, ¿saes?

De manera que en el arranque de la segunda parte el partido estaba justo donde lo quería El Maestro Chi-Flow-Zen-Sú Mizisú; con un Valencia que casi no podía con sus huevos y un Madrid placenteramente instalado sobre los cuerpos cavernosos de Mendy (no sé por qué se odia tanto a este muchacho, después de llevar 400 años aguantando maldades) y Casemiro, que está en un estado de forma sensacional.

Hubo un poco de balonmano, y algunas tímidas contras tiradas por la chotería, pero el Madrid se hizo con la bola y cargó mucho por la izquierda hasta que Hazard Rivas (noveahsilepegan) se desmarcó trabajosamente y sirvió para un Asociaté que estaba en la posición en la que no suele fallar: centradito, en carrera, portero vendido y a un toque. Gal. ¿Saes, González?

Con la lata abierta, el campo se le hizo larguísimo al Valencia. Entonces, el Madrid empezó a sentirse más a gusto que los fans de Pablo Alborán en una sauna de Tonga, y hacia el minuto 70 como es tradicional se fueron haciendo los cambios. Volvió Marco Asensio —esperemos que definitivamente—, que marcó un bonito gol tras desborde de Mendy por fuerza (confiésalo, Custer: te gustó y sonreíste al ver asomar el dedo gordo del pie izquierdo por el agujero de las pantuflas). Todo era felicidad y pedos suaves, sonrisas que desdibujaban la Covid19, para demostrar que hasta de la peor de las maldiciones a veces puede brotar esa flor bella que … oigan, dónde estará nuestro buen … ¡ay! ¿cómo se llamaba?

En fin. En plena oleada de belleza, Asociaté marcó un golazo de bandera para certificar el chivo a la leña (asistido muy bien por Asensio), tras un magnífico contragolpe que comenzó con robo de Casemiro al chino en la frontal del Madrid. El chino (o coreano sudao, según otras fuentes nada despreciables) quedó tocado en su bulbo raquídeo, y la emprendió con Captain Magneto Peña Floyd Roger Billy Wilco Ramos, en una inenarrable serie de coces no exentas de plasticidad oriental que supusieron su abandono prematuro del campo (y no llevaba mucho dentro, ya saben que antes de llover chispea).

Hora feliz, final feliz.

El Socio

A mí no me gustó el partido del Madrizzzzz, principalmente porque fue la enésima vez que salieron relahaos. Da igual que nos juguemos la Liga o que vayamos líderes, que haya virus o radiaciones atómicas, estos siempre se tocan los cojones la primera media hora. ¡¡Casi llegas a entender a los piperos!! Por supuesto, el Violencia olió la sangre, dándonos el primer sustazo con un palo tras tiro ajustado de Rodrigo (otro jugador nuestro en ese equipo que tanto nos odia). Un rato después combinaron como quisieron en la frontal, gol y a remar… o así habría sido de no haber mediado el BAR, ese invento demoníaco. Tres minutos de deliberaciones para finalmente decir que no, que no había sido gol porque un choto tenía una uña adelantada o algo así.

Soy perfectamente consciente de que esto que voy a decir no será popular entre mis lectores, pero me suda la polla: me parece vergonzoso que se anulen goles así, por jugadas de distancia microscópica en las que es imposible discernir ventaja alguna para el atacante; mientras numerosas voces llaman a flexibilizar estos criterios absurdos, los árbitros van a su puta bola, rompiendo el poco ritmo que le queda a este deporte y anulando goles que deberían ser válidos. Quejarme de esto es es un tanto paradójico viendo los robos flagrantes que perpetran semana sí, semana también los del exércit desarmat, pero en fin, alguien tenía que decirlo.

La cosa es que el gol violencionista no subió, y gracias a eso pudimos dar asquete otra hora larga, hasta que se nos encendió la bombilla. Este Madrí es como un dos caballos del 65, se toma su tiempo para calentar el motor y coger revoluciones. Cierto es que una vez en ese estado ya hacemos así y así e incluso nos entran goles muy bonitos, como los de Ausencio y Benzema. «Au» siempre ha tenido un don para los goles espectaculares, y la verdad es que marcar a los 10 segundos de entrar es excelente para la confianza tras una triada; cuidado no lo veamos pronto en una carroza… En cuanto al tanto de Benze, psé, no estuvo mal, yo podría meterlo también… Bueno, fue un golazo, pero ya sabéis que le servirá de coartada para salir los próximos 20 partidos hasta arriba de grifa, o la mierda que se ponga en la cachimba.

En fin, este sigue siendo el Madrid del jiji jaja y que sea lo que Dios quiera, hasta que te llegue un George Floyd con el nabo untado de meta y te haga la caidita de Minnesota. Estos pavos no aprenden.

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– Magrif: 3 (Benzemalo (2) y Ausencio)
– Violencia: 0

Zidane es un papafrita

Custer

La pena, y lamento haber insistido tanto en esto, es que Papafrita jamás tendrá la suficiente humildad como para agradecerle a Cristiano Ronaldo lo que ha hecho por su carrera de entrenador. Allá él. Ahora de lo que se trata es de buscar a alguien que nos ayude a atravesar el desierto. Propongo a Bordalás…aunque supongo que Despachos, en estos momentos, estará barajando otros nombres. Lo que está claro es que el cambio es necesario. Ni un minuto más Papafrita debe seguir al frente de esta cosa. Campana y se acabó. Que firme el finiquito y que se pire a Juventus, a la Selección Francesa o a donde le salga de los cojones. Que deje ya de hacer el mamarracho, por favor.

Ang-L

A mí a diferencia de a vosotros la alineación no me pareció rara, salvo por el puto bulto sospechoso. A Valverde y a Casemiro hay que dosificarlos en estos partidos contra equipos que huelen a descenso.

El problema principal es que, como ya dijimos hasta la saciedad los «todomalistas», nos faltan mediocentros defensivos. Algunos incluso os reíais de Llorente, pues a mamarla, otro partido en el que nuestro centro del campo no da más de sí con solo uno.

Lucas Vázquez, diréis. Pues Lucas Vázquez si puede ser titular en algún partido, es justo ayer, contestaré. Que los del Betis son bastante paquetes, menos su moro y nuestro ex Luke. Otra cosa es cómo se dio el partido y las reacciones de nuestro autista, ahí si que ya no estoy de acuerdo. Obviamente si se pone chungo el partido, Lucas tiene que ser el primer cambio. Luego no se puede sacar a Kroos por Mariano. Vale que Kroos no estaba haciendo gran cosa, como todos los partidos en los últimos dos años que juega junto a Modric. Parecía claro que el cambio tenía que ser Valverde por Lucas y Mariano por Benzema. Y bien pronto, no en el 70 y en el 80.

Y Benzema, hijo de la gran puta. Este ñordo ya solo vale para regatear hacia atrás y dar pases en el mismo sentido. Y al parecer la única forma de que digan que ha jugado mal es que les regale el segundo gol, si no hubiera sido otro partidazo de sus intangibles y su gol del mes, de penalti, con dos cojones.

Que os follen a los nuncamalistas.


Familia Zidane.

Rappol

Cada uno se suicida como quiere. Faltaría más. En pleno siglo XXI y con un país de manipulados que se creen libres y se echan a la calle para celebrar el Día de la Mujer Trabajadora —lo que excluye a tantas y tantas tipejas que se dedican a la política—, también existen entrenadores ciegos que se resignan a no dar banquillo a tipos que hace semanas que dieron positivo en coronavirus futbolístico, como Benzema, el Morciégalo y Chopped Vázquez. Y puedo llegar a entender (porque he leído «La peste») que Mizisú desee desde lo más profundo de sus pelotas argelinas que todos se sientan importantes, partícipes, contribuyentes … ¿Pero para qué? ¿Para la gloria? ¿Para qué gloria? Esto no es la gloria. Es la UCI de los equipos legendarios. Y para salir de aquí necesitamos medidas drásticas. El tiempo para encontrar algún vestigio de gloria en la bacineta del pipí se acaba.

Dijo Mizisú: «Hágase el milagro». Y salió Chopped a melonjamonear y el Morciégalo a cojear una chispa en el arranque del partido. Los béticos trazaron su plan sobre la media, con un Fekir temendo en tres cuartos y las espaldas bien cubiertas. El partido estaba donde lo quería Rubí, y nuestra indolencia se pagó con un gol tras error absurdo del Paquitán (Benzema andaba por allí también, pesado como el cobrador del frac con sus asociacionismo de los cojones) y un Pijamita que pensó que iban a mirar el VAR y se comió el trallazo de Sidnei (de pasado deporculista). Menudo plan, afortunadamente equilibrado por un penalty que no vi mientras tecleaba un comentario, y que Benzema convirtió como para tratar de engañarnos a todos. Chico espejismo.

Como viene siendo habitual, en la segunda parte mejoramos algo nuestras prestaciones ofensivas, pero los cambios no solucionaron nuestros problemas de planteamiento. Seguíamos sin dominio en la media. Y tras la locura asociacionista de Benzema (terrible balón regalado para que el ex-culerdo Tello atravesara media cancha para batir con comodidad a Pijamita)… Tengo que detenerme aquí… El balón fue terroríficamente infantil… El balón fue un esputo, un miasma, una puta mierda asociativa… El balón fue como ver a cámara lenta a un tipo colgado de una cornisa sabiendo que va a acabar hecho guacamole en cuanto avance unos segundos el vídeo… El madridismo cabal tuvo que pensar al unísono «Pero qué haces, hijodeputa»… El gol de Tello. Charcutería barata.

Después, se pusieron a correr un poco, que es lo que hará Pedro Sánchez mañana: tratar de hacerse el digno en toda esta broma pesada del coronavirus. Siendo amable, un partido lamentable. Atiendan a partir de mañana, si se estiman a sí mismos y a los suyos, a las cuestiones verdaderamente importantes.

Volvemos a estar en la segunda plaza, habiendo dilapidado en siete días el golpe actitudinal en la mesa que dimos ante los culerdos y (esto es lo peor) borrando definitivamente cualquier vestigio de competitividad y solidez defensiva que hayamos vislumbrado este año. Quedan muchos partidos, sí. Pero cada vez quedan menos. Sobre todo de los importantes.

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– Manque pierda: 2
– Madriz 1 (Benzema, pen.)

El milagro de Steve Urkel

Rappol

El once titular de ayer no invitaba a grandes optimismos —ni a optimismos de ningún tamaño, teniendo en cuenta precedentes—, pero Mizisú debió aprovechar la semana para ponerle una ofrenda al Dios del Fútbol. Este, agradecido por el gesto, decidió bendecir a jóvenes y viejos vestidos de blanco y por ahí se empezó a desatascar el partido. Para no perder la costumbre, en la segunda parte, porque la primera fue como un gigantesco flan recubierto de caramelovirus.

Las sorpresas de Mizisú fueron Isco, el Morciégalo y Valverde jugando casi de extremo derecho (jugó en realidad de hijoputa-táctico), alternando de vez en cuando el ataque total que se planteaba constantemente por la izquierda, con un trabajo muy sacrificado de Casemiro y del propio Isco en los retornos. Paradójicamente, la mayoría de los sustos de la primera parte nos llegaron por la zona de Carvajal, cuya temporada desafía al entendimiento.

Sin embargo, la apuesta adolecía de lo de siempre: el benzemismo asociativo, la ausencia de claridad en los metros finales y el prurito de pase que siempre nos atenaza cuando lo que hay que hacer es matar. Punto.

La segunda parte, por contra, empezó a traernos buenas noticias y detalles positivos que fueron cayendo todos de nuestro lado (gracias, Dios del Fútbol). La fe de Vinicius se incrementó, el centro del campo culerdo empezó a hacer aguas y las ocasiones más serias caían a nuestro favor. A Tiesén le dio un ataque de entrenador de vacas y sentó a Vidal para hacer entrar a Whitebread, invitando a Kroos a mostrarse más en el apoyo del ataque. Resultado: en una jugada atascada en banda izquierda, gran pase del alemán, reculada de Piqué (que despreció a Vinicius en un gesto que le salió muy caro) y 1-0. Miraba a la grada el brasileño, señalándose el escudo, feliz, mientras Casemiro daba puñetazos de rabia en el suelo. Aquí pasaba algo.

El Putaloni trató de estirarse un poco entonces, pero el Madrid estaba ordenado y mordía todo lo que podía en la salida culerda (Modric-Isco, cambio razonable, Valverde-Lucas, cambio obligado y Benzema-Mariano, cambio que nos gustaría ver más y antes). Pero sin ningún elemento sorpresa por parte de las visitantes (Messi no quería), los blancos desperdiciaron alguna ocasión de matar el partido definitivamente (incomprensible que Pijamita no sacara rápido tras falta a la desesperada que subió a rematar Terrestreguén). Hasta que Mariano, el hijo pródigo (últimamente también me acuerdo a veces de RDT, que sale a gol por partido desde que está en el Español), se hizo la chupada del siglo para matar el partido en el descuento.

Alguien debería tomar nota. Sobre todo, de las cosas que agradan al Dios del Fútbol. Porque sea como sea, todavía estamos ahí. Y físicamente ayer parecíamos un poco recuperados. Esperemos que ya anímicamente el giro sea definitivo. Matar. Punto. Matar. Punto. Matarlos a todos. A sus familias. A sus amigos. A sus conocidos. Ser peores que el coronavirus, coño. Hala Madrid, hijosdeputa.

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De marra, marra, marra villa.

El Socio

Cuando uno está en una situación desesperada y adopta medidas igualmente desesperadas para solucionarla, es juzgado enteramente por sus resultados: si fracasa es un pobre loco que murió matando, pero si triunfa es un genio. Creo que Zidane está familiarizado con el término «barakka», esa suerte de los valientes que tanto acompañó a nuestro Invicto Caudillo, y ayer se la jugó todo a una carta, incapaz de aceptar la derrota sino era luchando bajo sus propios términos. Este clásico crepuscular pudo perfectamente acabar de otra forma si el Barcas hubiera metido cualquiera de las que sacó Pichabrava o las que mandó a las nubes Griman (y tan gris), pero el destino se tiñó de blanco.

Vinicius es un jugador en edad de formación que normalmente se iría asomando al primer equipo tras chuparse una larga mili en el Castilla o una cesión en cualquier equipete de nivel medio. Sin embargo, le ha tocado sustituir a la vez de Cristiano, Hazard y Bale, y el mundo entero asiste a cómo un chaval sub-20 intenta aprender a chutar y pasar. El proceso está siendo lento y doloroso, pero el dios del fútbol quiso ayer que nuestro muchacho desgarbado, el vecino de los Winslow que destroza el salón accidentalmente preguntando «¿He sido yooooo?» le marcara un gran gol al mejor portero del mundo junto con Alisson. Que fue otra vez de rebote, sí, ¿pero qué más da? ¿Acaso no es una técnica de tiro como otra cualquiera? Además el rebote fue en Piqué, lo cual aumenta el placer. El compañero sentimental (que no esposo) de Shakira es un tipejo peor que Buardiola, quien al menos es abiertamente sepa-rata. Piqué no, Piqué quiere que ambos bandos compren en su botiga, y te pide hacer negocios con él mientras ayuda a socavar los cimientos de tu país. Ayer llevaba ese cote de pelo retarded que se estila ahora, y recibió un justo castigo a su iniquidad; que se joda mucho.


¡¡Despiporreeeeee!!

La jugada del gol tuvo un glorioso prolegómeno en el pase de Kroos; muchas veces se usa a expresión «telegrafiar el pase» para criticar a quienes delatan un envío mediante su gestualidad, pero «Toni fútbol» no es que lo telegrafiara, directamente parecía estar llamando un taxi, agitando la mano en alto. Yo, que sé alemán, le leí los labios y vi claramente cómo decía «corre, negro, corre». Y vaya si corrió. Porque sin duda lo mejor de Vini-Urkel es que se las juega todas, penetrando por la izquierda una y otra vez sin importarle su ratio de acierto; al fin y al cabo, hay quien dice que el fútbol es saber correr con la bola cosida a los pies, lo demás es añadidura.

¿Qué decir de Marcelo? La insistencia de Zidane en alinearlo seguirá dando que hablar durante años, pero yo no me veo autorizado a reconvenir a un tipo que lo ha ganado todo en el césped y en el banquillo. Lo del brasileño pudo acabar ayer en tragedia fácilmente, pero el caso es que hizo justo lo que esperaba el técnico: completar una banda izquierda que era nuestro único argumento ofensivo. Su carrera geriátrica contra Messi nos recordó la crueldad impasible del Padre Tiempo, y si él no quedó muy bien, peor parado quedó el «GOAT», quien ahora es el hombre que perdió una carrera con Marcelo. Pero bueno, le metió cuatro al Eibar, seguirá firmando su propio cheque varios años. Al fin y al cabo, él es el verdadero entrenador del equipo, muy por encima de ese señor canoso vestido de cura sentado en el banquillo visitante.

La noche tuvo glorioso colofón con el golazo de Mariano, un jugador por el que no puede evitar tener debilidad. Una vez más salió como si fuera el último partido de su vida y una vez más cumplió, metiéndola por donde no había hueco. Fue un gol crucial en lo anímico, que mandó al equipo al vestuario dándose golpes de pecho y creyéndose capaz de todo. Ciertos madridistas bastante influenciables dicen que les gusta Mariano «a pesar de», como si no tuviera absolutamente todo lo que necesita un nueve (golpeo excelente con todas las partes del cuerpo, oportunismo, potencia, hambre), y tratándolo como una especie de Julio Salinas mulato. Yo les pediría que dejaran de repetir gilipolleces fabricadas en las factorías del antimadridismo y pidieran más oportunidades para este notable jugador, mucho más en este Madrid para el que cada gol es oro puro.

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– Real Madrid: 2 (Vinicius y Marciano)
– Barcas: 0

Miércoles de ceniza

Rappol

Zidane hizo una lectura nefasta del partido. Es un partido que tienes ganado simplemente metiendo refresco en la media, pero manteniendo en el campo al único tipo que le creaba problemas al City: Vinicius. Cuando sientas a Vinicius liberas a un tipo del mediocampo inglés, y cuando Pepi saca a Sterling, hace 2 a su favor. Resultado: presionan mejor la salida de balón y te hacen el empate por el lado de Carvajal. En otra jugada similar por la misma banda, te cagan el penal. Y en otra salida mala, te cagan a Ramos. Todas en origen porque concedes superioridad a la media rival por hacer un mal cambio (invitas a que te ataquen). El Madrid desapareció después del Bale por Vinicius.

Y en chino mandarín.

Custer

Me habría gustado equivocarme en mi pronóstico. Lo digo muy en serio. Pero era complicado. Quien se junta con papafritas acaba apapafritao. No hay más. Ojalá esto sirva para poner en la calle a la Cosa del Banquillo y empezar a construir el futuro tomando este deporte un poco más en serio. Y que se empiece a tomar en serio desde Los Despachos donde se ha trabajado con el puto culo… si es que acaso alguien se tomó en algún momento la molestia de trabajar. Habrá que fichar un entrenador bueno (y los hay a puntapala), a jugadores buenos, o simplemente buenecillos, y no gastar millones en refuerzos mediocres para que el Castilla de los cojones se mantenga vivo en Segunda B. Parece absurdo, incluso surrealista, pero es justo lo que se ha hecho. ¿El Barça? Pues lo de siempre. Mantener la dignidad el tiempo que se pueda, defender posiciones, cavar trincheras y que esto acabe cuanto antes. Campana y se acabó. Fin de la historia… y lo que es mucho peor: Fin de la Histeria, que era, a fin de cuentas, lo único que en verdad nos mantenía entretenidos.

El Socio

Sí, bueno, ¿no? Lo normal es que Pepi no te folle en tu propia casa con el equipo más bien mediocre y acomodaticio que llevó (¡dormían la bola perdiendo 1-0!), pero si te pones un tutú rosa, le recortas un agujero en el culo y te pones boca abajo sobre la cama, ¿qué esperas que haga? El vestuario seguramente aún se pregunte cómo se pudo perder ese partido, y sinceramente no sé si alguien lo tiene muy claro. ¿Mal cambio de Zipayo, bajón físico, los azares del fútbol? La verdad es que da rabia sacar ese gol con tanto esfuerzo y luego irte a casa con una cruz de ceniza en la frente porque no has sabido aguantar el balón 10 minutos como podría hacer cualquier equipo de Primera. Toca marcar dos en City, con la pequeña ventaja de que puedes encajar; no es una misión imposible, pero la estadística es tozuda en cuanto a las posibilidades de sacarla adelante. En cualquier caso, no se debería haber llegado a esta situación límite tan pronto. Al menos Zipayo y compañía pueden agradecer que aún dependen de sí mismos para hacer algo positivo esta temporada. Toca lamerse las heridas, recomponer filas y sacar el fútbol que le quede dentro a este grupo.

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– Real Madrid: 1 (Isco)
– Pepi: 2

Masters of Disaster

Rappol

El hombre es un animal de costumbres, y nuestros hasta hace poco aguerridos y alegres muchachos tuvieron a bien recuperar las peores que les conocemos por lo visto durante los noventa minutos. A saber: resucitación de equipos y jugadores en racha negativa, vestimenta de poloflán, meloneo intrascendente, moñequismo en el remate, histeria desatada por llegar a la línea de fondo y pase-pase absurdo cuando tienes un tiro claro (efecto colateral del moñequismo).

Con todo, el Madrid arrancó muy centrado y hasta el minuto veintisiete de la primera parte no cedió en intensidad, acumulando varias ocasiones —dos de ellas muy claras, un moñequito de Benzema y un cabezazo de Casemiro a puerta vacía, cortesía del portero local—, y poniendo al respetable en el capítulo de la serie que ya conoce: nos iremos al descanso cero a cero y luego nos pondremos en modo cagaprisas.

Y al descanso decía yo que en el setenta iríamos dos a cero, pero al poco de iniciarse la segunda parte caí en la cuenta de que el intrépido Pijamita había decidido desafiar a la suerte con su indumentaria gafe por antonomasia. Entonces lo vi claro. No ganábamos ni de coña, como sucedió después.

Hernández Hernández (Xavi-Xavi, Céspett-Céspett…), que también es un ser humano, no escapa a la máxima costumbrista con la que comienzan estas líneas. Tacita a tacita fue cavando nuestra tumba, culminando con un penalti que convirtió en manos de Ramos. Es un personaje siniestro este Hernández Hernández, siempre con una sonrisita gangsteril y un abanico de movimientos despóticos que acompañan las decisiones que toma en el campo. Entre su actuación y nuestra ansiedad, se empezó a ir el partido a la mierda justo cuando Hazard empezó a cojear. Porque nuncaaaaa las desgracias vienen solaaaaaaas…oh…oh…oh…lalalalaaaaaaa…Danza Invisible, como la espalda de nuestros laterales.

En la cuesta abajo que no consiguieron remontar los cambios de Mizisú, el Jorobado de Notre Morales agarró una bola que venía bombeada en banda y se sacó un zurdazo que Pijamita midió mal en su movimiento para cubrir el palo (pensó que iba fuera, de ahí que bajara los brazos con el típico movimiento reflejo de «nopazaná-vajuéra»). Entonces, el Madrid se sentó a morir como el Capitán John Miller, mientras el tanque pilotado por Carlos Martínez pedorreaba extasiado los grandes éxitos de la culerada y los granotas perdían tiempo buscando minas en el césped. Un triste final para un equipo triste que pena de manera indecible cuando no encuentra el gol, más veces de lo que nos gustaría, por desgracia.

De este modo, nos vemos de nuevo en la encrucijada de jugarnos la temporada en los próximos días y ante las excrecencias del culerdismo. Y lo peor es que ahora mismo estamos mal, perdiendo fuelle en la media y con el punto de mira extraviadísimo arriba. Por destacar algo, citar a Isco, que parece poca cosa para lo que se avecina. Nos toca hacer un John Rambo de los buenos, porque casi sin darnos cuenta estamos ahora mismo justo como estaba él, acorralados. Nuestra última salida es matar. Punto.

Pablo

El tal Aitor que ayer parecía Buffon redivivo debe estar preparando ya su llegada a un grande, otro porterucho al que hacemos leyenda.

Segurito que Odriozola no se marcaba hoy un partido TAN malo como el de Carajal. Y MacSebo, pues, ya estamos todos de acuerdo en que lo mejor es que no vuelva a jugar jamás de titular y si acaso que tenga unos minutos contra el Granada para despedirse del Pipabéu, preferiblemente con el partido ya resuelto.

Jasar a ver cuándo volverá, justo cuando más lo necesitábamos se lesiona. Otro clásico más que probablemente tendremos sin jugar sin él, pese a que esos fueron los partidos para los que se pagó más de 100 millones por él, no para hacerle unos taconeos al Getafe. Ya empezamos a estar como el Peseyé con Neymar. Dupont-Cooper otra vez al rescate de la Farsa y BEP.

Estamos a un «jaja la gosadera» de otra goleada en el Pipabéu, para vergüenza eterna, con hac-trí de Messi incluido. Otra temporada «de transición» perdida, donde los culpables serán, por supuesto, Jovic, a quien lo soltarán 10 minutos a hacer el imposible milagro en el clásico, James, que ha jugado menos que nada, Mendy, linchado por los Custer del Pipabéu, y por supuesto, Mariano.

Os veo muy contenidos, es hora de soltar a los perros de la histeria.

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– Lefante: 1
– Mandril: 0