Esta semana empezó en Francia el Mundial de lo que al parecer es el futuro del balompié: la variedad que, en vez de ser jugada por palurdos tatuados, es jugada por palurdas tatuadas. Nos cuentan los apologistas del invento que la versión féminas casi tan guay como la masculina, y tras ver el España-Sudáfrica de ayer la verdad es que me han evangelizado. Vean si no el resumen que encabeza la entrada (pinchando donde dice «Watch on Youtube»): deléitense con el prodigioso gol de las africanas, la potencia, la colocación del tiro, y el felino salto de la portera española, quien no llega a blocar por milímetros.
Gloriosos también los dos primeros tantos de las bravas hispanas, llegados de penalti pese a la calidad y la templanza de las defensas rivales. Y como colofón el tercer gol, donde la guardameta sudafricana da un máster de cómo afrontar el uno contra uno, siendo batida únicamente por la incomparable calidad de nuestra estrella Lucía García; salta a la vista que estas jugadoras son la élite mundial. Si a todo ello unimos la gracilidad y belleza de nuestras muchachas tenemos un espectáculo incomparable, que en breve va a reventar audiencias por todo el planeta. Que se vayan preparando los Cristiano, Mensi, Mbappé y compañía, que las nenas van a comerles la polla tostada en breve. El Madrí debe abrir su sección femenina con urgencia, ya que esta puede doblar o triplicar los ingresos del club fácilmente.
¡Vaya rejoná!
Hablando de cosas más serias (risas), el Madrí tiene la costumbre de deslizar datos «inexactos» cuando no quiere que se piense que ha gastado mucho en un jugador. Habréis oído por ahí que Hazard ha salido, como máximo, por 120 minolles de €, pero por lo visto no es verdad: la prensa británica no tabloidea está hablando de 130 millones de libras incluyendo las variables. Y hombre, el leuro está alto, pero todavía no equivale a una libra. Concretamente, a cambio de hoy 130 minolles de esterlinas son 146 de euros. ¿Las variables? Se van a cumplir todas, con la única duda del balón de oro; pero el tipo es uno de los favoritos este año y el Madrí sabe promocionar a sus candidatos, así que…
En fin, muchas pelas por un jugador que quedaba libre en un año, pero… me remito a la vieja máxima: ¡no es mi dinero! Además, es cierto que un Jasard es incomparablemente más rentable que tres Coutinhos. Una cosa que me ha gustado mucho es la carta de despedida que ha dirigido a los aficionados del Chelsea: cariñosa, extremadamente respetuosa y además haciendo sincera profesión de madridismo; el que la haya escrito se la ha sacao. Si a esto unimos que el tipo no tiene tatus, estamos ante una incorporación interesantísima. La única pena es que sea musulmán, y muy probablemente terrorista del Isis, pero bueno, que le revisen la mochila a diario durante sus primeros seis meses en Valdebebas y con eso iremos tirando.