Sanitarium
Efectivamente mejor partido del Madrid en la temporada, a excepción de lo de la Roma que fue una anomalía.
Ayer funcionó la columna vertebral: Ramos, Casemiro y Modric, con aportes varios. Yo sigo pensando que Vinicius es especial. Casi merece la pena ir al fútbol para verle a él. Encara siempre, regatea muchas veces con éxito y le falta solo esa precisión final propia de jugadores ya maduros. Creo que el chaval tiene un futuro brutal.
El problema del Madrid ayer fue el mismo de la temporada, que es la dificultad de hacer gol y también de rematar. Ahí echamos de menos al egoísta. En partidos claves, sobre todo de eliminatoria, un gol es un mundo.
La buena noticia es que el equipo defendió bien y no encajamos goles. El Sevilla llegó muy poco y se vio al Madrid más intenso. Yo creo que los jóvenes como Reguilón o Ceballos ayudan a subir el umbral.
Si otras victorias parecían un accidente, lo de ayer contra un rival directo y competitivo ayuda a soñar en un cambio a mejor. Sigo pensando que en Champion ante un equipo top va a ser muy difícil, pero ver brotes verdes, con jugadores jóvenes haciéndolo bien, da esperanza.
Rappol
Esperanza y fe son palabras que empiezan a verse más seguido por los pasillos de esta página. Rectitud y polla que trepana deberían ser las próximas, cuando se maximicen y empasten las virtudes teologales de este Madrid del concilio losariano primero. Todo llegará. No olvidemos que al Dios del Fúmbol le agradan los valientes. Y ahí el Padre Losari no se está cortando, tirando del catecismo del Castilla y mandando penitencias a los fofisanos. Menudo iluminado…
Decíamos el otro día que los que quedaban de la vieja guardia eran Modric y Ramos, y que a ellos se venían adosando cual botafumeiros temblorosos algunos imberbes, de esos que todavía sienten remordimientos después de hacerse una paja. Ayer les salió una buena misa, y aunque algunas hostias hubieron de tragar, el polo de carne quedó para los sevillistas y Mateu, y los huevos en casa. Así sí, hermanos. Intensitos, como los extravíos de Santa Teresa.
Hubo orden en el coro desde el principio, aunque también intentos de penetración sin concreción. Ay, hijos míos, que no es pecado. Hubo también garra, presión, solidaridad y buena sonoridad cantando los hits de la liturgia. Tiros centraditos, desbordes del Vinillo y sólo el disgusto que casi nos da Escudero mientras se cantaban los salmos. A Chopped le partieron la boca, a Modric la cara y después de comulgar la gente se quedó callada esperando a que pasara el descanso.
La segunda parte subió enteros a partir del padre nuestro y el chutazo de Celiballos al larguero. Gusta ver a los zagalitos chutando de media distancia, hay un buen recurso ahí. Lo dejó claro Casemiro (Lázaro, ayer) con el santo pepino que hizo justicia a todos los desmarques del Vinillo, las subidas por la derecha, la concentración… La segunda parte fue absolutamente inmaculada. Se lo merecían más que Míchel.
Cerró el partido Modric mostrando la enseñanza de la parábola. Con fe y cojones no temas que te partan la cara. Roba y entra en el templo para echar a todos los mercachifles del fúmbol. El Madrid es mi pastor, nada me falta.
El Socio
Está yendo poca gente al Pipas, se nos ha llenado el club de apóstatas con carnet. Quizá espoleados por esta crisis de fe, cuando ya nadie daba un maravedí por ellos, ayer los jugadores echaron un par de… estrategias al asunto y se revelaron contra un sombrío destino, haciendo el mejor fúrbol de la temporada.
Dicen los hecspertos que cuando quitas a un jugador que marca a los rivales con la mirada te mejora todo el equilibrio defensivo del equipo. ¡¡Podría ser!! El Madrid lolariano está pasando de ser amorfo a tener una incipiente definición, pero claro, un par de partidos buenos no bastan: queremos ver siete, ocho de este estilo para sacudirnos el escepticismo. El gol de Casemiro fue importantísimo, liberador, un zapatazo (¿testarazo?) que premió todo el trabajo realizado y nos permitió atravesar la siguiente meta del slalom; uno de los pocos momentos emotivos de la temporada hasta ahora. Mateu nos cabreó luego cortando incomprensiblemente un contraataque, aunque en su descargo diré que debió vibrarle el brazalete del línea, e imagino que jamás se ignoran esas indicaciones.
De momento Lolari ha esquivado la trampa más común de los «interinos», que es apoyarse en los capos del vestuario. Está tomando decisiones incómodas pero necesarias, las únicas que nos dan alguna posibilidad de éxito. Ahora ya sólo nos falta un tipo que las enchufe para dentro, ya sea un miembro de la actual plantilla o un fichaje.
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– Magrip: 2 (Casemiro y Modric)
– Yonkis und gitanen: 0