El partido
Los jugadores del Mandril se han empeñado en llevar vidas para lelas con los del Brasas, y por una extraña ley de vasos comunicantes aprietan el culo cuando los culeros están fuertes, y lo aflojan cuando los de la esquina se van a la puta calle. Lo vimos en aquellas infames semis de hace unos años, y ayer estuvo a punto de repetirse con pasmosa exactitud. Porque puedo prometer y prometo que si la Far$a hubiera seguido adelante, los nuestros habrían salido al campo con una actitud muy distinta. ¡Y con qué actitud salieron! Exactamente la contraria de la que se necesita en una eliminatoria cuasi-sentenciada: Cague, confianza, amorcillamiento… llámenlo X. Todo el mundo en la luna de Valencia, y la Juve 0-1 en el minuto 2. Sssstupendo, como decía Forges.
Quizá una lección del «relajado» partido de ayer es que no puedes hacer debutar a un jugador en Champions a menos que necesites un revulsivo desesperdamente o que ya esté todo visto para sentencia. Vallejo estaba histérica en su primer baile del instituto, y casi cada balón que recibía lo sentía al rojo vivo. ¡Pero si hubiera sido sólo él…! Vaya festival de despropósitos y errores, con más caídas que una película de Charlot. No sé si es que los nuestros estaban subnormales, si el campo estaba muy mojado o si había quedado engrasado con el aceite que perdía más de uno. En fin, un puñetero despropósito.
Con todo, creo que ni en la ida fuimos tan superiores ni en la vuelta tan inferiores. En ambos partidos los detallitos marcaron todo, como el tacón que falló Bale por poco o el gol del empate anulado a un Isco en posición legal. De haber sido concedido este tanto, todo el drama posterior jamás habría ocurrido (¿o sí?), pero bueno, es lo de la abuela y las ruedas. Cuando nos fuimos 0-2 al descanso, el olor a mierda era ya abrumador, y entonces el calvo hizo una de sus locuras-genialidades: quitar a Casemiro, su «seguro de vida». Yo soy de pueblo, pero me parece que ante todo fue un mensaje psicológico a la plantila: sabía que el problema estaba sobre todo en la cabeza, y que quitar a Vallejo habría supuesto reconocer que sí, que todos eran un desastre. Creo que sacar a Lupas-Ausencio y salir al ataque funcionó en cierta medida, hasta que llegó otro «detallito» de la noche, la megacantada de Keylor, quien pasó de héroe a villano en una semana, como por otra parte es tan frecuente en el fútbol.
Consumado el cagadón y casi agotado el tiempo reglamentario, me dispuse a pagar la cuenta en la cervecería donde estaba, porque si algo tenía claro es que no iba a tragarme media hora de drama adicional por la incompetencia de nuestros muchachos. Fue entonces cuando llegó…
La polémicanal
Minuto «noventa y», caída de Lupas en el área y penalti. Revolución mundial. Buffon se encara con el árbitro; no sé lo que le diría, pero apuesto a que estaba relacionado con su augusta madre y con una profesión muy antigua. A la calle. Todo pendiente de CR…
¿Fue penalti, no fue? Bueno, lo que yo diga da exactamente igual (se seguirá hablando del tema dentro de 20 años), pero ahí van mis dos céntimos: es del tipo que yo nunca pitaría. Si ya me gustan poco los penaltis de por sí, menos aún los que se pitan por contactos que en condiciones normales nunca derrumbarían a un adulto hecho y derecho. El defensa hace un gesto raro con las manos, como empujando (aunque luego apenas toca a Lucas), y creo que eso es lo que le condena. Francamente, entiendo el disgusto de la Juve, y resolver todo en la prórroga o penaltis habría sido más acorde con los méritos de ambos equipos. Dicho esto, es una circunstancia del fútbol como las que ocurren miles de veces cualquier fin de semana, y me reitero en el gol mal anulado a Isco. En una eliminatoria muy pareja, la moneda cayó de cara del Madrid (que además dio el primer golpe). Todo lo demás, como dicen por aquí, es ruido.
Luego, claro, quedaba el «detallito» de meterlo. Sin miedo a equivocarme, fue el más difícil de la carrera de Ronaldo. Más presión y atención mundial eran imposibles. No sé si mantuvo la sangre de horchata o si esas circunstancias que habrían aplastado a otro lo excitaron, pero lo tiró como en un entrenamiento: fuerte, preciso y a la escuadra. No digo que tuviera más mérito que la chilena de la ida, pero la dificultad psicológica fue mayor, por más que se trate de una acción ensayable (imposible olvidar casos como los de Bebeto, Roberto Baggio, Figo…). Otra hazaña de lo que ya parece un libro de caballerías futboleras.
Quiero referirme a la teoría de la conspiración, tema predilecto del Yoya pero tan poco consistente. La desmontó en una frase: si el árbitro hubiera querido meternos en semis habría dado el gol de Isco. Tan simple como eso. Ah, ¿que el árbitro estaba comprado pero el línea no? ¿Cómo es que puedes comprar al jefe pero no al subalterno, nos encontramos ante un linier incorruptible? Pero si es tan honesto, ¿por qué pita en una competición sucia? ¿Y el que le tocó ayer al City, ese sí estaba en el ajo? En fin, tiene muy poco recorrido la cosa más allá del error humano y la mala aplicación del reglamento (en mi opinión, hay demasiados fueras de juego y demasiados penaltis).
Eso sí, hay equipos con historiales más «llamativos», y desde luego si lo de Obrevo o lo del PSG no fueron para nada robos, sino «noches épicas de fútbol», lo de ayer exactamente lo mismo; o follamos todos o la puta al río, ¿no? Habla alguno de Champions «manchada», un concepto bueno para el debate pero completamente irrelevante. Aunque eso de hacer un campeonato impecable está muy bien, Champions es Champions, la ganada chapuceramente por el Chelski en los penaltis y la del 4-1 en Cardiff; en el palmarés no hay ningún asterisco junto a ciertas ediciones que aclare «ganada por el árbitro» o «ganada sin jugar una mierda». ¿Que el antimadridismo le quitará brillo a la 13 si la ganamos? Es su narrativa, habrían tratado de empañarla de otro modo (ejemplo: «de las tres seguidas sólo tuvo mérito la de 2018, las otras fueron por suerte/árbitros»). ¿La opinión de los otros equipos sobre lo de ayer? Estarían encantadísimos de la vida si les hubiera pasado exactamente lo mismo que al Madrid. El fútbol es un deporte percibido como limpio o corrupto en función de lo bien o mal que le vaya a tu equipo ese año, siempre ha sido así y seguramente siempre lo será. Los que ahora perjuran que se desenganchan para siempre, estarán pegados de nuevo a la pantalla el año que viene, anhelando su «chute» de victoria.
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– Real Madrid: 1 (CR, penalti)
– Juventus: 3 (Manchuki (2) y Matuidi)
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