Por Rappol
Nos las prometíamos muy felices ante el primer partido serio de la temporada para el Real Madrid, en su visita al Colchopolitano. Con buenas sensaciones en todas las líneas, la recuperación de algunos jugadores…«Oh, juega Bellolingam, ¡bien! Ya debe estar en forma —se la han chupado bien durante su recuperación»… «Oh, Carvajarl. Eten-no»… «Menudo banquillo tenemos, ¡boah!»… Pero en cuanto empezaron a rular los primeros planos después del 1-0 de Le Normal, comenzaron las sensaciones extrañas. «A ver la repetición… Coño, si ha centrado el hijo de Caminero, ganándole la partida a Carreritas». «Hostia, vaya empanada lleva Piterjausen». «¿El portero del Real Madrid no era Pijamita; por qué está más metido debajo del larguero que Casillas?» Hum… Quizá un despiste puntual. Estos partidos son de mucha tensión, el escenario aprieta, la ultraderecha se recorta en el horizonte, la chusma de la grada genera un campo de energía negativa que puede arrastrarte hacia el interior de tu propia bolsa escrotal…
[Una mierda gorda empuja un poco el esfínter desde dentro. Esperaré al descanso para ir a cagar, a ver si el Madrid se entona un poco…]
Perdía bolas Lingam en tres cuartos, y parecía que le costaba un poco volver a las incomodidades del campo, después de tanta tumbona, tanto reggae, y tanta felación. El Arleti hacía transiciones rápidas, pasándose el mediocampo blanco por los huevos cuatro de cada tres veces, con un Barrios que parecía Ken luchando contra unos tipos random con el mono de karate sin planchar; y encontrando muchas facilidades en las bandas; sobre todo en la derecha, en la que Calvajarl fue superado durante todo el tiempo que anduvo sobre el terreno de juego. Sin embargo, al equipo le surgieron unos chispazos de Vini, El Turquito y Siquesá para ponerse, de manera un poco inopinada, 1-2…«Ahora, ahora, veráh, veráh, veráh…»… Pero seguía cayendo Resurrection Koke por el huerto de Calvarjal, hasta que cruzó una bola que Piterjausen (de nuevo) volvió a no oler y Sorloth cabeceó sin mucha belleza a gol. 2-2 y a la caseta…
[Debieron ir a la «gaseta» más bien. Aproveché para relajar las tripas antes de volver a la retransmisión del partido. Y, esta es la verdad, las sensaciones extrañas no se fueron por la taza del retrete…]
El arranque de la segunda parte trajo de nuevo a Asjenszio a la columna vertebral de la defensa blanca. Entendí que un poco para echarle una mano a Calbajar, y otro poco por el golpazo que se llevó Limitao en la primera parte (Sorloth chutó, literalmente, sobre su tobillo). Pero esa mano de Asnescio fue la que empezó a ahogar definitivamente el desorden mental de los blancos. Y cuando el árbitro se inventó el penalti de Gooler, saltaron todas las alarmas. Como digo, yo ya había evacuado, y con la sensación reciente, me empezó a parecer que los de blanco habían empezado también a tener ganas de ir al baño a ver unos TikToks. Ni una protesta seria hubo y, aunque Gooler se disculpaba con ojos de incomprensión, crecía la sensación (extraña, ¿lo he dicho ya?) de que el equipo se iba a empezar dejar ir por el sumidero. Que sí, que sí. Que Julián, que Julión, que Giuliano y que la madre que los parió a todos qué bravíos toritos son, pero menudo teatro… Empezaba a resultar evidente que el equipo de los blanquísimos pantalones blancos, se estaba cagando encima. Y ahí ya comenzó el sindiós.
[¡Pero bueno! ¡Templarse, hijosdeputa!¿Esto qué es?]
Con 3-2, la única brújula que tenía el Madrid para conectar líneas se fue a chupar banquillo. Creo que ni El Turquito ni nadie comprendió del todo el cambio. Porque a partir de ahí, el equipo pasó a la irrelevancia más absoluta, un espasmo encadenado en todas las lineas, y un lada a lada nefasto que espantaría al mismísimo Zidane. ¡Si no tiraron a puerta en la segunda parte! El Cholo, por sus partes, comenzó a estar en su salsa pocilguera, y aspaventeaba y pedía manadas, manadas y manadas de tarjetas de todos los colores para los madridistas, mientras los jugadores arléticos se rebozaban sobre el campo como mejor saben que les jode a los de blanco. Y ahí, nuestros débiles mentales, entraron hasta la cochambrosa cocina turco-argentina del entrenador mejor pagado del mundo, y se dejaron dar de mamar tranquilamente durante el resto del partido.
[Y luego el cuarto, y después el quinto…]
Fue esperpéntico, fue vergonzoso, fue deleznable. Fue triste ver a Franco comportarse como el chaval que es, enrabietado por la derrota, al tiempo que las sombras blancas vagaban por el campo pensando en si se les vería un bulto en la zona trasera de los pantalones… Franco debió salir desde el inicio, Galonso. Y lo sabes perfectamente. Franco debió salir a la cancha desde el principio, Galonsito mío. ¿Tan pronto vas a empezar a cavar tu tumba? Franco debió salir desde el arranque, para que igual a algunos les entrara un poco de vergüenza por la lamentable actitud que estuvieron mostrando durante tantos minutos antes de que el muchachito rockero entrara. Porque el partido se comenzó a perder tras el 2-2, Galonso. Cuando quisiste apelar a la garra y todas esas cosas, ya era demasiado tarde. Aunque también es cierto que tampoco se aprecia mucha garra en este equipo cuando el partido es serio y empiezan a venir mal dadas: este equipo se deshace como roña en inodoro cuando se le echa un poco de Pato WC. Cualquier equipo serio es un Pato WC para el Real Madrid.
Demasiada pusilanimidad, Galonso, muestra este equipo sobre el campo. Piensa que si este Arleti te puede meter cinco, el equipo de Sweaty Divorced te puede meter 10 sin tener que despeinarse mucho. Recuérdalo Galonso. Y recuérdaselo a todos esos flojos de tripas que entrenas.
[Pildoreo:]
– Pijamita pudo hacer más en el gol de falta de Julián.
– Física y anímicamente el equipo pareció un calco al de todas las nefastas noches europeas y nacionales de la temporada pasada, ante equipos Pato WC.
-Me di cuenta de que jugaba Valverde porque tras el pitido final le hicieron un primer plano… y tenía una cara de loser que helaba la sangre.
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En resumen, partido para no olvidar, al contrario de lo que se suele decir en estos casos. Que no se les olvide, Galonso. Los éxitos o fracasos de la temporada dependen mucho de ello.
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– Palético de Madrid: 5 (Por el…)
– Real Madrid: 2 (Negro Pesetas y Niñopajas)
