Dice Morientes en la prensa que, tras hablar con Camacho, se queda en el Madrid. Esto es un error, señores. Al delantero se le han dado oportunidades de sobra sin que nunca haya acabado de cuajar, y sin disfrutar de minutos su rendimiento baja dramáticamente, en parte por su escasa fortaleza moral. El propio Del Bosque (¡que no es precisamente la alegría de la huerta!) decía: «El fútbol es un deporte para tíos felices, y Morientes por el motivo que sea no lo es». Las cifras tampoco mienten: Nunca ha llegado a 20 goles en una temporada, y raramente decanta encuentros decisivos.
La cesión al Mónaco tenía y única y exclusivamente un objetivo (y no precisamente jodernos en cuartos de la Champions): Que el jugador pudiera revalorizarse y encontrarle una salida. Bien, eso es exactamente lo que ha pasado, y si no se le vende ahora ese valor se habrá esfumado dentro de un año. Todo para tener un suplente descontento y además de sueldo «galáctico». ¡Recapaciten, señores directivos!
Una bitácora muy prometedora. Suerte y ánimo.
I.
Gracias amigo, esperamos contar con grupo fiel de visitantes y pasar magníficos ratos.