Por gordo

Pero puede ser sólo el primero… ¿A quién le toca ahora?

¿A Raul por borde?

¿A Guti por hortera?

¿A Zidane por acabao?

¿A Salgado por comepipas?

¡¿QUIÉN SERÁ EL PRÓXIMO?!

– Conmovedora serie en la web del club: «El legado de Florentino». O lo que es igual, «Yo, por mí mismo».

– Por el derbi no hay que preocuparse. Ya hemos ganado el de veteranos… ¡por 12 a 11!

Pico de oro

Primera rueda de prensa de Fernando Martín. La cosa es peor de lo que esperaba. El nuevo jerifalte llegó acompañado del preceptivo papelito. ¿Qué pasa en este país, que todo el mundo es incapaz de expresarse en público si no es leyendo lo que dice en una cuartilla? Esto está muy extendido en el mundo del deporte y, y en el fútbol en particular, especialmente cuando los jugadores se retiran. Sin embargo deberían entender que esos momentos, que se supone deberían ser emotivos, quedan de lo más frío y forzado cuando la despedida se lee en un papel, y además con una entonación pésima por lo general. Gallardón será un capullo integral, pero sabe improvisar un buen discurso. Y tampoco hace falta ser Demóstenes, coño, sólo tener las ideas claras y un mínimo de soltura.

Martín llegó con el papelito, digo (supongo que se lo estuvo preparando toda la noche), y leyó. Definitivamente la voz no le ayuda, y el tono tampoco: Debería darse cuenta de que cuanto más agudo se habla menos se debe gritar, porque de lo contrario pareces una vieja histérica. En lo de la voz aguda se parece un poco al caudillo, pero claro, éste ganó una guerra antes, y FM de momento nada.

Veo algo desorientado al nuevo presidente: ¿Qué es eso de «Ficharemos a quien haya que fichar. ¡Por dinero no va a ser!». Pero hombre, que luego nos tiramos años quitándonos el sambenito de la prepotencia. Hay otras formas de decir las cosas.

Cuando le tocó responder a las preguntas de los periodistas se perdió definitivamente. Sin duda la frase de la noche fue: «Hay que hacer lo que hay que hacer, y para hacer lo que hay que hacer hay que pensar qué hacer». Antológico. Podemos grabarlo en una placa y colocarla en la puerta del estadio.

Se rumorea que Vicente del Bosque y Hierro están en la antecámara. ¡Horreur! Hierro… ¿para qué cojones lo necesitamos? ¿Para tener una corbata más en el palco? Lo de «mediador entre plantilla y presidente» es lo más ridículo que he escuchado en mucho tiempo. Por si alguien no se ha dado cuenta, ese cargo pasaría por encima del entrenador, despojando a éste de su autoridad. ¿O es que un jugador va a transmitir una queja a la presidencia a través del mediador, ignorando por completo al míster?

En cuanto a Vicente, si le dan un despachito o le ponen a hacer sus cosas con los chavalines, todavía puede estar bien. Colocarle de nuevo en el banquillo sólo provocará unos efluvios a rancio nada beneficiosos para las narices de los sufridos socios. Yo particularmente, vista su actitud de los últimos tiempos, no tengo ninguna prisa en que vuelva.

Tras este primer par de días, sospecho que Martín va a ser un presidente anecdótico en la historia del Madrid. No obstante tendrá una temporada a su disposición para montar su proyecto; si no hay resultados tangibles se verá inevitablemente abocado a las elecciones. Por cierto que Sanz (el de los mil y pico votos) ya tiene listo su «freak show» para explicarnos por qué es importantísima su vuelta al club. Ugh.

En fin, Fernando, para que no digas que no te doy una oportunidad: Si te traes a Capello puedes contar con mi voto.

Empieza la regencia

– Unas rápidas impresiones sobre Fernando Martín. Lo primero, la imagen: El careto y el tupé desde luego no le ayudan. Encima, es pequeñajo. La voz es mucho más aguda de lo que sugiere su aspecto; malo para transmitir autoridad. En cuanto a la actitud, me parece que el señor Martín está más feliz que una perdiz. En el acto ese de anteayer se le veía contentísimo, y ya se formaban los primeros grupitos de pelotas a su alrededor.

Sobre sus proyectos, ha concedido una entrevista a Real Madrid TV, más bien poco enjundiosa. Este también incide en lo del cariño a los jugadores. Joder con el cariño, esto siempre parece una guardería; eso sí, para cobrar están siempre puntuales los tíos, sin cariño ni nada.

En fin, por ahora poco nuevo aporta el hombre este. Habrá que esperar a los próximos días para medirle mejor.

– La selección española jugó y, curiosamente, ganó y hasta metió bonitos goles. Qué cosas…

Hughes sabático

Amigos, escribo para despedirme de vosotros. Durante un tiempo estaré alejado de la bitácora y me temo que también del fútbol. Asuntos personales muy absorbentes me van a ocupar el tiempo que esto requiere. No creo que me aleje de la actualidad del club, es imposible desentenderse de lo que le sucede. El Madrid es como un hijo tonto, golfo o con problemas. Digamos que tendré un ojo siempre vigilante, una mirada de reojo que espero no me deje bizco como a la mayoria de periodistas deportivos. Bueno, este sitio tiene su importancia. Para quienes vivimos el madridismo en soledad es casi casi indispensable y debe continuar. Yo, si el socio me lo permite, volveré en unos meses, presumiblemente para entonces el club será un nido de Kennedys y de demagogos y ahí tendrá que separarse el grano de la paja: habrá discursos y todo discurso encierra una visión de las cosas. Será divertido. Ah, y no pasa nada si estamos uno o dos años sin ganar nada, el madridismo necesita curtirse. Como el anonimato me protege puedo confesar que alguna vez lloré por el club. Como a todos, se me han caido las lágrimas cuando el Madrid ha agarrado la Copa de Europa, pero aprendí a amar a este club mucho antes, con el 5-0 en Barcelona y con lo de Tenerife. Creo que lloré de pena y de orgullo. Me sentía triste por la imagen de esa camiseta y algo humillado. Y siempre que lo pienso me avergüenzo un poco, pero qué cojones, el madridismo es la única militancia que me permito y la llevo hasta el final, como todo lo que se quiere. Suelto esto para decir que mi madridismo se forjó en las derrotas. La Quinta me hechizó, la camiseta blanca radiante en los resúmenes del domingo, cuando el Bernabéu era un coso rodeado de tierra clara, pero fue el vapuleo constante y el desvalimiento de los primeros noventa lo que me atrapó. Hemos de recuperar la actitud de entonces, cuando el Bernabéu tenía algo de estadio argentino y ganas de jarana. El Madrid es el equipo que más ha ganado, pero también es el que más ha perdido y nos quedan muchas cuentas pendientes: volver a dominar a los miserables rivales domésticos, poner a la Vecchia putana, bien sodomizada, en el sitio que merece y más adelante, cuando ya se nos haya olvidado todo eso, recordar a los pijos de Milán quién manda aquí, algo que le queda pendiente a Florentino. Porque va a seguir, va a seguir la dictadura del Madrid… Y ha de volver el viejo himno. Ya lo ha hecho, sonó contra el Zaragoza. Su letra, llena de ese retoricismo añejo que suena tan lejano, resume muy bien lo que somos. Ya está bien de la ampulosidad blanda del himno de Plácido. Necesitamos un himno que se pueda corear y jugadores a los que poder cantar y dedicar letras. Yo nunca cantaré nada para Ronaldo, sólo Guti merece mi alarido. En fin, recuperemos todo eso y volvamos a ser un club heroico. Os cuento una cosa: formé parte durante unos meses de una peña madridista en Valencia y en ella había un señor mayor, un anciano, aparentemente distraido y no muy futbolero que sólo hablaba para reclamar cojones. Un hombre humilde, pequeño, renegrido, rural. Un español de antes, vamos. Este señor, cada vez que el Madrid ganaba y atronaba el himno en los altavoces se levantaba, cerraba los ojos, agarraba una invisible gachí, una mocita, dejando una mano para su copa, eso sí, y se marcaba un pasodoble que solía acabar en zapateado. Se arrancaba por «alegrias madridistas» y una felicidad difícil se asomaba a sus ojos. Y yo siempre pensé que estaba viajando a otro tiempo. El Madrid es una ilusión y una región de la memoria. Que vuelva el himno viejo, coño, y con él todo lo demás. Se trata de que los chinos se parezcan un poco a nosotros, no de que acabemos todos como pekineses.

Y nada más. Esta página se situa frente a los antimadridistas, pero se descuelga del oficialismo y del seguidismo de los medios. No hay Lamas, ni Sanzistas camuflados, ni hay complejos. Una peña en el éter donde dejar nuestras impresiones en torno a la particular visión del socio. Viene muy bien cuando el equipo pierde, se agradece poder poner en palabras la mezcla de amargura, sinsentido, y violencia difusa, sin objeto, que genera una derrota. Los argentinos dicen bronca y va por ahí. Las derrotas del Madrid me desestructuran. Por un momento las cosas pierden su valor y se trastornan. Yo soy un ultra al revés, sentimental y teorizante, que en lugar de aporrear la cara a un infeliz aporrea un teclado. Yo agradezco a Michel Salgado el haber hecho posible tantos desahogos y al socio la posibilidad de escribir y comunicarme con los demás.

Saludos a todos: al madridismo concienzudo y entusiasta del Ángel, a Daniel, que ha defendido las esencias, al comedido Álvaro, a Redondo, un tipo al que el Madrid le duele, a odie, ot, geodotto (pedazo de madridista), al sensato Santillana y al muy equivocado aunque aún aprovechable Nadj. Y a los que ahora, con las prisas, olvido. Y al socio de forma especial, claro. Hasta pronto, tíos.

Nos vemos en unos meses. Sigan participando. Está claro, ya se ha dicho, que será de esta bitácora de donde salga la regeneración del madridismo. Somos un poder fáctico alternativo e insobornable y el secreto mejor guardado del madridismo. Somos la esencia y el espíritu y Bernabéu estaría orgulloso de nosotros. Es más, nos tendría de página de inicio.

¡Hala Madrid!