El ocaso de los ídolos

La vida es mu perra, que decía aquel. Estos días asistimos a la decadencia futbolera y personal (porque estas cosas te afectan personalemente) de dos ídolos de masas: Raúl González, alias Baúl, alias el símbolo, y Samuel Eto´o, alias Kunta Kinte, el negrito al que Madrid dio zapatos y que ahora corre como un negro para vivir como un WASP, pero que se ofende si le llaman negro.

Analicemos primero lo de Baúl: No es que empiece ahora su decadencia -lleva tres años vegetando en el césped-, pero por primera vez desde hace un década ha salido de la convocatoria de la selección. Como los periódicos tienen que hablar de algo, le han dado gran relevancia al hecho, aunque realmente tenía que pasar más pronto que tarde. Sobre la selección haré una reflexión después, pero ahora quiero decir que Raúl se merece este revés: Ya comenté en una entrada anterior que el capi se ha convertido en un tipo odioso, pero el incidente del «This camp» me lo ha confirmado definitivamente. Ya conoceréis la anécdota, contra el Olympique ganamos el sorteo de campo y Raúl le dijo al árbitro «this camp». Pues por ahí no paso, no señor, no se puede ir por Europa y el mundo diciendo «this camp». Florentino quería que ofreciéramos una imagen impecable, y debió de sentirse muy frustrado: Antes teníamos a Hierro y a su dedo de ET, ahora «this camp». Qué bochorno. Deberíamos haber nombrado a Solari capitán.

Abundando en esto, dijo el otro día un contertulio de esta cada día más singular y gloriosa bitácora (aunque, ay, copada de protofascistas) que si el Madrid cuida su imagen oficial y lleva a los jugadores uniformados, alguien debería decirle algo a Raúl sobre su acicalamiento personal. Y coño, esto me recordó a Don Santiago, que tenía normas estrictas sobre los pelos de los jugadores. Sin duda Bernabéu le habría EXIGIDO al símbolo que se cortara las greñas y se afeitara, porque como ya he comentado alguna vez, el pelo de Raúl no fluye, es aceitoso, se le pega a la cabeza; da asco, coño.

Nuestro capitán es fascinante porque se ha convertido en la sombra de lo que fue, en el sentido más amplio: No es que sea peor, es que es su gemelo malvado: Del niño prodigio de pelo corto y afeitado impecable, al fallón antipático y con look «homeless». Hasta diría que tiene una vena autodestructiva: Esa imagen decadente y descuidada implica que, o Raúl no se quiere, o le atrae el mal: se mira al espejo y goza viendo su imparable caída. En el futuro se le estudiará como el héroe que pasó no a villano (ése sería un Gascoigne), sino a paria.

Hago un inciso para explicar la única forma en que creo que nuestra selección podría triunfar: Convocar a los jugadores y tenerlos tres horas formando bajo un sol de 40 grados, con el seleccionado frente a ellos gritando consignas y ellos respondiendo. «¡¡¡Vi-va España!!!» «¡¡Vi-va!!» «¡¡Arri-ba España!!» «¡¡Arri-ba!!» Y así las tres horas; y luego trabajar las tácticas. Conste que digo cosas como éstas porque soy el heredero de 50 años de comportamientos fascistas, me lo ha dicho una persona de bien catalana que controla mucho de estos temas.

Bien, hablemos ahora de Eto´o: El madridista se debate entre alegrarse o no de la lesión del camerunés. Es algo muy personal, realmente: Sé que hay madridistas señores y elegantes que nunca se alegrarían de una desgracia ajena, pero los que se congratulen por el menisco roto del negrito no tienen por qué preocuparse: Es una reacción muy natural. El fútbol se ha vuelto muy áspero y las rivalidades son cada vez más exacerbadas; desde lo de Figo nunca nada ha vuelto a ser lo mismo. Evidentemente, los cinco años de sequía barcelonista primero y los tres de sequía blanca posterior no hacen más que acrecentar la tensión y las ganas de chinchar al enemigo, de mofarse de él y de ver su caída. Aquella genial ocurrencia de «Madrid, cabrón…» del bueno Samuel puso la guinda a esta rivalidad.

Así que desterremos la mala conciencia. Hay un montón de desgracias en el mundo cada día: terremotos, enfermedades, socialismo… en medio de todo esto, la lesión más o menos grave de un futbolista que al final no va a dejar secuelas relevantes es una fruslería. Alégrense sin culpa en privado, o incluso en público, que Samuel es joven y en unos meses estará otra vez metiendo goles. Mientras tanto, que el Barça languidezca y sufra sin su aportación. Tan buenos que son, pues a ver si pueden suplirle con garantías. Lo que está claro es que si ganamos la Liga, en nuestros cánticos habrá multitud de referencias al simpático camerunés, que quizá extraiga de ello una lección que calme el ardoroso fuego de su ambición, parecida a la que aprendió cuando se quedó fuera del Mundial.

Creo que Raúl y Eto´o podrían irse un día de copas y, mientras apuran un vaso de whisky, enunciar en voz alta esta conclusión: «En el fondo sólo éramos humanos».

Hala Madrid.

Emerson

No, no es un error. La entrada se titula Emerson, pero hemos decidio dedicar el frontispicio al momento cumbre en que el Generalísimo Francisco Franco recibe una medalla de manos de un gerifalte culé (porque en esa época sólo había gerifaltes). En los próximos meses intercalaremos de manera subliminal esta imagen y cosas parecidas para tatuarlas en vuestros córtex. ¿Goebbelsianos? Sí, lo asumimos. Pero con una diferencia, nosotros no pretendemos convertir por repetición una mentira en verdad, sino hacer de una verdad otra cosa mayor. El llamado por algunos traviesos club nandrolista condecoró al Caudillo en dos ocasiones, y ya se ha dicho que fueron dos insignias de metal frío llegando a la raicilla del grito franquista. Por favor, difundid entre vuestros conocidos este hecho. Algo tan hermoso no merece el secreto, no merece confinarse en el cofre polvoriento y cerrado del tabú. Abramos las ventanas y los armarios, saquemos los fantasmas, la ropa vieja a orear, que el viento (¡libre!) que maneja nuestra barca (homenaje a Reyes) la lleve a las riberas púbicas y doradas de la verdad (homenaje a Pedro Jota). Ese acto no fue un acto más, fue el gran gesto nandrolista, su mayor gesta: pagar los servicios prestados. Quienes siempre hemos dudado de la lealtad culé nos vemos obligados a rectificar. Franco se fue al otro mundo con la gratitud nandrolística y dos pequeños rasguños en sus pezones. ¿Por qué es tan importante recordar esta escena? Pues porque los actuales prebostes nandrolistas (porque ahora sólo hay prebostes), en su intento delirante por convertirse en un club antifranquista treinta años después, iniciaron, meses ha, una campaña de masivo lanzamiento de típex sobre su propia historia (porque el típex no se acaba en Ferraz, el nandrolismo es un inmenso cipote eyaculando típex por doquier, haciendo de la historia futbolísitca del siglo XX un paisaje nevado). Hubo un libro de ciencia ficción sobre el nandrolismo y su relación con el franquismo y, hace unos días, el psicotroll barretinado Joanet nos regaló un documento en el que podía leerse cómo un órgano nandrolista denominado Consejo de Notables decidía por mayoría que lo que aparece en la foto nunca existió. Ay, si todo pudiese ser así, si yo, reunido con lo más notable de mi mismo, pudiese desandar lo andado…

Pero la entrada se titula Emerson porque ya toca defender a este excelente futbolista. Defenderlo de los ataques de la progresía futbolera, pero también de los piperos que ya levantan su rumor de criticonas, su runrun gallinaceo, cuando la toca el brasileño (por cierto, me encantó lo que dijo el socio: los piperos y el cri cri de sus pipas, que son como grillos en la noche de Chamartín, sí, una masa social kafkiana que se convierte en grillo, que produce el sonido de 75.000 grillos acallando el voceo ya cada vez más marginal de los ultras), defenderlo decía de los ataques interesados, porque es obvio que Emerson es la proyección de don Fabio en el campo y que un buen modo de decapitar a nuestro tribuno (¡la tribuna enfrentada al tribuno!) es empezar por Emerson, apodado «El Puma». Para que Diarrá pueda hacerse ubicuo necesitamos de la inteligencia táctica y la capacidad de sacrificio de Emerson, que huyendo de todo protagonismo se ha dado a si mismo un aspecto ocre y abnegado. Es un brasileño a lo Mauro Silva, rarísimo e insensible a la samba, que cuando corre parece cargar sobre sus hombros algún peso invisible, corre con los brazos algo abiertos y yo siempre que lo veo me acuerdo de esos comandos que van corriendo por la jungla con metralletas, lanzamisiles, cantimplora y machete cubano. No es que sea lento o mayor, es que carga sobre sí con todo el equipo, aguanta sobre sus hombros toda la matraca táctica de Capello y es el ancla en un equipo de veletas. Emerson hará mejor a Guti, por ejemplo, y asumirá la parte de liderazgo con la que Raúl no pudo. De Raúl se dice un poco lo que se decía de la Quinta: buenos hijos pero malos padres. Ya parece que Raúl mejora un poco ahora que parte de su liderazgo lo carga también en sus anchas espaldas de estibador el bueno de Emerson.

Pero hay más roles que se comparten: Cannavaro alivia a Beckham del engorro de ser el guaperas oficial. Por fin podrá el inglés hurgarse la nariz en el autobús porque todas (¡y todos!) estarán mirando al Apolo napolitano. Van Nistelrooy libra a Ronaldo de la estresante obligación de marcar (que es un poco la obligación de echarle el quiqui diario y contractual a la parienta) y nos lo convierte en artículo de lujo, y ¡oh jugarretas del destino! Raúl, que pasa a ser colíder gracias a Emerson, libera un poco de sí y se convierte tambien en co-dilema, aliviando así a Guti, quien gracias a eso y gracias a la ayuda táctica de hermano mayor de Emerson se convierte, a sus años, en jugador maduro, superando su década de adolescencia futbolística. Cualquier día aparecerá en Valdebebas moreno y con el pelo corto para pasmo de todos (Nota: me he preguntado muchas veces la razón que lleva a Guti a mantener esa melena lacia y aceitosa color de bisutería, la respuesta es que esa imagen se ha apoderado de él. Guti es prisionero, rehén de un peinado atroz. Quien se ha dejado barba o perilla sabe lo difícil que es cambiar: uno ve a otra persona en el espejo por cierto tiempo. Si de lo que se trata no es de una barba, sino de ese tocado marujil, debemos multiplicar por mil esa sensaciónn equívoca de pérdida de identidad. Comprendamos a Guti, no es del todo libre). Raúl se convierte un poco en lo que ha sido Guti. El jugador metáfora, el jugador que divide a los piperos, el jugador que abre debates casi intelectuales en el club y trifulcas guerracivilistas en la grada. Ahora lo es Raúl. No me meteré por falta de tiempo en ese asunto, pero es evidente que en torno a Raúl revolotea siempre la nubecilla eléctrica, el zumbido del ruido mediático y de la polémica. Y eso no es malo, al contrario. Alivia a Guti de su trauma, le permite madurar pero no hace peor a Raúl, porque, como otro señor apellidado Emerson dijo una vez, todo héroe se aburre al final de su carrera y Raúl necesitaba las banderillas relañistas y el puyazo cobarde de los plumillas del sempiterno toro pasado. Emerson, por lo tanto, inicia por sí solo una cadena de efectos positivos en nuestro Madrid. Los jugadores comparten entre sí las pesadísimas cargas que impone nuestro amado club. Los galácticos, los fab flo, no tuvieron esa suerte.

Emerson es un jugador fundamental también porque a menudo se gira a hablar con los defensas, les anima, les pregunta, les ordena. Es un jugador que dedica parte de su atención a la defensa, el único que se gira, que está pendiente de lo que sucede atrás y que por tanto resulta indispensable para que no se parta el equipo y para dar al juego una continuidad que es más presencia que transición. Emerson es el ancla que nos fija en el mediocampo. Yo de táctica no sé, pero sí percibo que en un deporte donde todos miran hacia delante debe de ser muy bueno, por extraño, que alguien mire hacia atrás y se preocupe por sus defensas. La defensa madridista ya deja de ser una cosa ortopédica (los Spasic, Woodgates, Samueles y demás fueron como órganos implantados en un cuerpo que los rechaza) añadida a una delantera estelar, el equipo comienza a ser un cuerpo único que se dobla, o mejor, que se alarga o estrecha a la altura de Emerson, al grito de Emerson. Emerson no se toca, piperos.

¡¡Viva la raza gitana!!

En el mundo hay muchos hijos de puta, y también muchos antimadridistas. No todos los hijos de puta son antimadridistas, y viceversa, pero ambas condiciones suelen coincidir. Un claro ejemplo es Óscar García:

«En un año que se presume con demasiados encuentros asperos y pocas ocasiones para disfrutar, el público del Bernabéu recuperó la sonrisa perdida y saboreó esta cómoda goleada. Por si no hay más.»

Esto siendo líderes y después de ganar 5-1 en un encuentro que se presuponía peligroso. Lo repito: Hijo de puta.

Hablando ya del partido, a mí me pasa como a Hughes, que no entiendo de fútbol, así que no sé por qué el otro día teníamos ocho tíos por detrás del balón y hoy nos pillaban todo el rato al contragolpe. El caso es que en ambos partidos dominamos el juego, y eso es bueno. Esta entrada ha de servir de homenaje a un jugador: El gran Kings, Reyes, al que he tratado tan injustamente desde aquí. Es un gitano, sí, pero es el príncipe gitano. Ya hemos abierto todos los ojos: Jugar con Beckham era hacerlo con diez. Digámoslo claro, el fútbol de los extremos puros, como el sevillano, es el auténtico, y lo demás mariconadas. Esos pases, esos regates, esas penetraciones son lo que nos da la vida. Y vaya tiros se marca el gachó. Un Madrid que tira de fuera del área, ¡esto es un sueño! Golazo imperial hoy. Cuando le cambiaron ya dio todo un poco igual.

El patapum padentro de Beckham es como un juego de fútbol del Spectrum, como volver a los tiempos del Match Day y de los Ritman Rovers. El inglés está nervioso, ayer quiso -sin éxito- lanzar el penalti de Van Nistelrooy, pero su culo y el banquillo han formado ya una dualidad indisoluble. Se ha quedao pa hacer el anuncio de Pepsi.

Como decía, Reyes es el príncipe gitano, y Diarrá es un cristo negro. Ayer parecía tres jugadores en vez de sólo uno; en todas partes estaba el tío, repartiendo (en todos los sentidos) y marcando su ley. Va a hacer historia, el negraco éste. Hasta bicicletas hace. Obsérvese su impresionante estampa en la foto de abajo, ¡es puro ébano!

Guchi estuvo bastante correcto, a veces se pasó de individualista y de preciosista, pero en general no parece mala idea ponerle ahí. ¿Qué pasará cuando llegue Ronnie? Mi pronóstico es que si Guchi sigue pitando, Ronaldo va a ser suplente de Van Nistelrooy pese a todo lo dicho.

Acerca del rival, si alguien entiende por qué nos ganaron la espalda tantas veces, que lo explique. Cannavaro parecía algo despistado, ¿no? De todos modos sólo nos metieron un gol, obsequio de Casillas.

Sobre el símbolo: Se hablará largo y tendido del tema, cómo no, pero es inútil, ninguna de las dos partes convencerá a la otra. Sus adictos dirán que ha renacido, y sus detractores que el primer gol estuvo bien, pero el segundo fue un regalo, y que por lo demás hizo lo de siempre: correr. A mí, personalmente, el otro día me pareció mucho más futbolista Cassano. Cada vez me guío más por la zancada para saber si un futbolista es bueno o malo: según corre, así juega. Cassano o Reyes fluyen con el balón, tienen una carrera armoniosa. Raúl parece que lo va conduciendo a empujones. En cualquier caso, poco se podrá avanzar en este debate hasta que pase un tiempo: Si dentro de 10 partidos Raúl ha sido el hombre clave en varios de ellos y ha metido otros ocho goles, otra cosa será.

En cualquier caso, el partido contra el Dinamo confirma la consolidación del Madrid como potencia creciente, en lo que supone el inicio de un camino de éxitos. El próximo obstáculo en ese camino, el Paleti, nos puede inquietar tanto como un escarabajo tuerto. Vamos a ponerlos mirando pa Cuenca.

Real Madrid: 5 (Van Nistelrooy (2, 1 pen.), Raúl (2) y Reyes
Dynamo Kyiv: 1 (Un ucraniano)

El mejor equipo del mundo

No he visto el partido contra el Betis (estaba de viaje), pero sólo con conocer el resultado, ver los comentarios aquí y las reacciones de la prensa, lo tengo claro: Este Madrid está creciendo hasta unas dimensiones siderales, y además practicando un juego totalmente opuesto al que tanto gusta a los analfabetos (en el sentido literario y deportivo) que atestan las redacciones de este país. Están está muy, muy irritados ante un Madrid independiente, que ha elegido su propio estilo y que encima gana.

Capello y el Madrid estaban destinados a encontrarse, ahora lo veo más claro que nunca. No debió irse hace diez años y ahora se quedará mucho más tiempo, a comer jamón y a levantar copas. El talento del Madrid y la disciplina del italiano dan como resultado la mejor versión posible de este club.

El acoso al club se está volviendo espectacular: No hay un solo medio que no lleva a rajatabla la cuenta atrás de los 50 días que en su momento comentó Capello, y despreciar nuestro juego se ha convertido en el nuevo paradigma de la corrección política deportiva. El antimadridismo se ha convertido en un ente tan monstruoso y despreciable que es ya un deber moral aplastarlo, a base de nuestra idea futbolística y de victorias. Esta Liga la gamos a ganar contra vosotros. Por nosotros. Hala Madrid; viva España siempre.

Al puto banquillo II (la venganza)

Nuestro sabio comandante (sí, hablo de Capello) dijo ayer que haría rotaciones en el equipo, lo cual es una forma fina de decir que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (o sea unas pequeñas molestias en el tobillo), nuestro símbolo correteador va a irse a ir al banquillo, para desolación de Juan Pípez. Desde esta bitácora aprovechamos (y sé que no estamos solos, que somos muchos millones más en el mundo) para pedirle al padre Fabio que premie los esfuerzos de Raúl con una larga, larguíiisima rotación, vamos, que rote cual planeta surcando el espacio. Que descanse de tanta carrera de acá para allá. Raúl es un lujo y hay que dosificarlo, como a Puskas en sus últimos años. Con que juegue la Copa yo ya me doy por satisfecho, y le sacamos en hombros al final de cada partido. Qué bonito.

Con su suplencia unida a la de la rubia peligrosa (ustedes saben de quién hablo) y la del tipo de los anuncios, alineamos algo bastante parecido a un equipo, con la duda de si entrará Robinho o Guti por el símbolo. Si entra el negrito puede quedar una cosa bastante festiva; veremos. El rival, un Betis que aún es una incógnita, con un Sobis que apunta maneras, pero al que creo que podemos vencer con cierto márgen. Hay morlacos más peligrosos en la Liga.

Al puto banquillo

Tiempos más brillantes llegan a la casa blanca. Según informa ABC, en el entrenamiento de ayer Beckham volvió a jugar con el peto de la ignominia, el de los suplentes. El que le corresponde. He llegado a odiar a Beckham, que no es culpable de nada pero síntoma de muchas cosas: Es el símbolo del Madrid que descarta a Ronaldinho para traer «el cromo que falta», del Madrid famoso pero no triunfante… Un jugador que en un equipo ganador sumaría, pero que a uno perdedor no lo levanta. Y es, sobre todo, un jugador monótono, pecado capital en cualquier futbolista, pero mucho más en uno de banda. ¿Alguien espera una jugada salvadora de Beckham, el regate inesperado, el gol in extremis? ¿Algo aparte de su versión lateral del «patapum parriba»? Nada nada, la sentencia está dictada, otro lastre al banquillo. Raúl, tu reinado del terror se acerca a su fin.

En una nota aparte, observamos con satisfacción cómo Capello ha agarrado firmemente las riendas, controlando con meticulosidad cada aspecto que pueda afectar al rendimiento del equipo. Hasta les analiza las meadas. Nos cuenta El Mundo:

«Fabio Capello (…) puso a sus jugadores en fila y, uno a uno, los sometió a unas pruebas médicas que incluyeron análisis de sangre y de orina, la demostración del valor superlativo que el italiano concede al estado físico de sus pupilos. (Lo que no sé es si les sacó la sangre y la orina personalmente.)

El Real Madrid cumplió con la primera parte del plan de choque diseñado por Capello para poner en forma a sus jugadores, una obsesión después de confesar a su entorno que «a este equipo no lo han entrenado bien en los últimos tres años».

Capello supervisó personalmente estas pruebas a la espera de conocer los resultados. El italiano se implicó en el proceso igual que se implica en asuntos como la dieta de los futbolistas o la obsesiva exigencia de llevar una vida personal sujeta a horarios propios de deportistas.

El entrenador del Real Madrid obligó a todos los futbolistas a pasarse por la enfermería para facilitar las muestras, incluyendo a jugadores como Ronaldo, sin importar los minutos de juego.»

«Por si quedaba alguna duda del fervor de Capello por el trabajo físico, tras las pruebas médicas sometió a su plantilla a 40 minutos de gimnasio. Hubo más trabajo físico que entrenamiento con el balón.»

Qué glorioso. En mes y medio van a estar como motos. Les vamos a mear en la cara a los del Barça para que puedan hacer análisis ellos también. Un Madrid mediano se va a cargar al mejor Barça de la historia simplemente con algo de rigor y una disciplina espartana. ¿Puede haber una mayor muestra de superioridad?