El Destino es una puta, y es del Real Madrid

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Creo que podemos decir tranquilamente que ayer renació la Leyenda del Real Madrid. Y fue en un partido que nos recordó que los pronósticos en fútbol son algo fútil, pues es un deporte gobernado en buena parte por el caos, y si tiene lógica, está tan oculta bajo otros factores que resulta muy difícil vislumbrarla. Claro que también podemos pensar que todo obedece a un extraño plan cósmico, un Destino de trayectoria tremendamente errática, pero en el que al final todo encaja de algún modo. Yo abomino de todo pensamiento supersticioso, pero algunas cosas que hemos visto esta temporada dan que pensar, como el hecho de que, tras muchos años de narrar al día nuestras frustraciones europeas, precisamente en el décimo, cuando la gasolina no me da para más, lleguemos por fin a la final y estemos ya sólo a un paso del Grial, de la anhelada Décima. O el hecho de que el jugador con diferencia más tonto e indisciplinado de la plantilla (no el de peores condiciones, ojo), el defensa en el que nos habíamos cagado cien veces por su obsesión con el gol, haga el partido de su puta vida le clave al Bayern. En su campo. En unas semis de Champions. No sé si había alguna web que permitiera apostar por eso, pero la cuota debía ser como de un millón a uno.

Sí, fue singular lo de Canelita. Si me hubieran propuesto cambiarlo por Varane antes de empezar el partido lo habría firmado con mi sangre -como creo que el 90% de la página-, y fue el pollo y nos dio la eliminatoria casi solito. ¿La lección? Que el aficionado propone y el fútbol dispone, supongo. Y que donde hay calidad, al final, se puede sacar algo de provecho trabajando mucho. Sus goles también nos proporcionaron un suspiro de alivio a los que, después de ocho temporadas en el equipo, nos preguntábamos qué hacía todavía en él un tío que el balance anual te quitaba más de lo que te daba, y al que parecía preocuparle más la selección. Sin ánimo de parecer exagerado, creo que ayer Ramos justificó por primera vez ser central titular del Real Madrid, un equipo que no es la élite, sino la superélite, y en el que la calidad tiene un objetivo principal: ganar a los mejores de Europa. Ojalá el cameño ya nunca se desvíe de esa línea, independientemente de los bochornos que pueda hacernos pasar en su vida pública.

Jurgolísticamente, diría que el partido no tiene un análisis muy complicado. Quizá la paliza histórica que vivimos se deba al fanatismo de un personaje, Pep Guardiola, que actuó con una terrible irresponsabilidad, dejando al enemigo explotar sus fortalezas y dándole los espacios que lo convertían en mortal. Es un golpe tremendo para su prestigio como técnico, no sólo por la trascendencia y publicidad del evento, sino porque desnuda sus carencias como estratega. Cierto que le endosó un 5-0 a Mourinho en Liga, pero aquello probablemente fue un buen plan del portugués que salió mal; lo de ayer más pareció un ataque kamikaze, con el agravante de que sólo seis días antes la misma táctica había fracasado. Aparte de la mera satisfacción deportiva de ganar la semi, derrotarlo proporciona a los madridistas una satisfacción personal: creo firmemente que Guardiola es mala persona, epítome de uno de los peores defectos humanos, la hipocresía, y que se merece el tremendo bofetón de ayer. Cierto que muchos opinarán justo lo mismo de Mourinho, pero dudo que puedan hacerlo desde una psicología sana, no contaminada por la falsedad y la corrección política que lo impregna todo hoy día (aderezada por el nacionalismo victimista en algunos casos).

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Ola ke ase.

La goleada deja en una situación francamente difícil al Bayern. Porque los alemanes no son ingleses, a quienes los goles les parecen espectáculo, y recibirlos gajes del oficio. Perder por más de un gol les jode mucho, no digamos ya por cuatro, en casa y en Copa de Europa. Jamás nadie les había metido cuatro chicharros como locales en competición europea, y que además se los clavara el Madrid fue echar vinagre en la herida. Lo de ayer fue muy bestia, equivalente al 5-0 que nos metió el Milan, con la diferencia de que se lo hicimos en su puta casa, y además eran superfavoritos para ganar la competición; incluso habían hecho esas camisetitas de la «La bestia negra». Pero los destruimos de tal modo que el último minuto fue como las últimas posesiones de nuestro Madrid de basket, con los de rojo rehusando jugar y renunciando hasta al gol de la honrilla; una cosa inimaginable. Sin duda las imágenes de ayer seguirán repasándose dentro de 30, 40, 50 años. Y la gran putada para la directiva bávara es que Guardiolen ya ha dicho que «el estilo es irrenunciable», seguramente algo bastante distinto de lo que esperaban oír. Lo más racional parecería mantenerlo, pero quizá lo acertado sea precisamente lo contrario.

En fin, queridos amigos, estamos en la final de la Copa de Europa. Parece mentira pero es así. No se me ocurre un colofón más extraordinario a la década fansista que la Batalla de Lisboa, algo que ya es un premio de por sí, sin duda merecido por nuestros desvelos a lo largo de todos estos años. Será contra Mou, de eso me caben muy pocas dudas. Si por algún milagro pasara el Paleti, sería un rival mucho más asquible, como aquel Valencia del 2000, pero parece que este Madrid ha de superar todas y cada una de las pruebas para alcanzar por fin la gloria. Si el Bayern fue el gran test futbolístico, el Chelsea sería el psicológico y emocional. Pero disfrutemos de estas tres semanas de emoción y cábalas que vienen, y confiemos en un equipo que, con sus virtudes y defectos, ha sabido dar la talla en los momentos supremos, y que tiene muchos futbolistas maravillosos. Estoy especialmente contento con el rendimiento de Bale, un tipo al que da gusto ver correr y jugar, y con un perfil deliciosamente bajo en lo personal. Temblores me da pensar que hubiéramos logrado el fichaje de Neymar, un jugador que ha resultado ser un conflicto andante. Es como si alguien nos hubiera compensado por el cagadón de dejar escapar a Ronaldinho. Llamadlo azar o destino, pero si éste último existe, aunque sea juguetón, parece que tiene simpatía por nuestro club.

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– Gayern de Múnich: 0
– La Bestia Blanca: 4 (Canelita (2) y Cristiano (otros 2))

Videresumen

Incidencias: partido para los anales (nunca mejor dicho).

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.El sueño está muy cerca…

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A apretar el culo

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No nos puede caber ni el pelo de una gamba.

Hay varias formas de afrontar el trascendente episodio para la historia del mandrilismo que viviremos esta noche: están los que, por un motivo u otro lograron dejar la histeria atrás y vivirán el partido relajados o impasibles (los menos); también aquellos que han hecho de la histeria un modo de vida y una adicción, y por ello no conciben ver al equipo sin niveles exagerados de yshterina en la sangre. Yo, particularmente, pienso que todos fallecimos en algún de las experiencias traumáticas de esta temporada, y que lo que experiementamos actualmente es un purgatorio sin fin, que acepto con resignación. El único problema es que el resultado de la ida, el 1-0, nos ha puesto a todos en una situación en la que, por mucha sangre fría que se tenga, es imposible no experimentar un nivel de histeria muy cercano o incluso superior a 9000.

Sí, estamos tan cerca del objetivo, y a la vez tan lejos, que los 90 minutos (o más) de esta noche serán vividos en un estado agudo de alteración tanto por aficionados como por jugadores. Claro que la peor papeleta la tendrán estos últimos, que cargarán sobre sus hombros las enormes expectivas y traumas colectivos de millones de seguidores de España y todo el planeta; no es una posición envidiable, realmente. Hay quien piensa que hay que salir al ataque, y otros creen que es mejor plantear una defensa numantina, pero ninguna de las dos opciones evitará a los jugadores sufrir como perras hasta el pitido final. A mí, sinceramente, a estas alturas me importa un carajo la opción táctica, e incluso no me desagradaría poner un airbus 320 frente a la portería y tirarnos todo el partido mandando balones al octavo anfiteatro. Fútbol bonito, fútbol feo, de ataque, de defensa… lo que sea. Tan sólo cuenta qu el marcador final refleje un resultado que nos dé el pase.

Llamadme acojonao si queréis, pero para mí el escenario más plausible es un Bayern dando la matraca y asaltando nuestra área durante todo el partido, más si cabe que durante la ida. Y para contrarestar esto, los nuestros tendrán que apretar el culo desde el primer al último minuto. Es jodido, porque saben que tendrán que interceptar cada tiro, marcar a los rivales a cara de perro, arriesgar en el corte, siempre al borde del error fatal que puedes dejarlos fuera; pero es su puto trabajo y tienen que hacerlo. Y por supuesto, los aficionados en casa estaremos también con el culo apretao, sin la posibilidad de cagarla como los jugadores, pero por otro incapaces de influir en el resultado. Padeciendo, en suma.

Lo bueno de esta noche es que, ocurra lo que ocurra, seremos por fin liberados, ya sea por alcanzar esa eternamente anhelada final de Copa de Europa, o por poder olvidarnos de esta mierda que tan poco provecho nos da. Yo desde luego creo que viviré una hipotética final con mucha más tranquilidad, porque el verdadero trauma son las putas semis, y después de todo el Madrid las finales suele ganarlas. Exceptuando a los lesionados de larga duración, está toda la plantilla disponible, así que en ese aspecto no hay excusas. Tenemos a Ronaldo y Bale, que algo deben poder decir en partidos de estas características. He leído por ahí que en las últimas cuatro eliminaciones del Bayern siempre les arbitró Webb o Proença, que no deja de ser un dato chorra, pero mira, ahí está. En suma, lo tenemos en nuestra mano, e incluso los indicios cabalísticos nos son en cierta forma favorables. Es decir que si hacemos méritos para ello, y tenemos la imprescindible dosis de suerte, nos clasificaremos. Aunque para ello debamos pasar dos horas con el culo más cerrao que la puerta de Fort Knox.

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La Polla Virtual estará abierta hasta las 20:45.

Boskov a través de sus frases

Sobre los jugadores:

«Un gran jugador ve autopistas donde otros sólo ven caminos».
«Ascolano con los pies debajo de la tierra, o con los pies en el cielo… ¡nunca Ascolano con los pies en el suelo!»
«Si no juega Castellini pongo a Hugo. Otro no hay.»
«Yo no he dicho que Perdomo juega como mi perro. Digo que sólo podría jugar al fútbol en el jardín de mi casa y con mi perro».
«Carbone con sus fintas puede desorientar a los rivales, pero también a sus compañeros».
«Gullit es como los ciervos que salen del bosque».
«¡Juegas como mosquito sin cabeza!»

Sobre los entrenadores:

«Los entrenadores son como los cantantes de ópera. Somos muchos y buenos, pero sólo dos o tres pueden cantar en la escala de Milán.»
«Los entrenadores son como las faldas: un año las mini son moda, al año después las ponen en el armario».
«El entrenador debe ser, al mismo tiempo, maestro, amigo y policía.
«En el fútbol hay una ley contra de los entrenadores: Los jugadores ganan, los entrenadores pierden».
«Si pongo en una fila todos los banquillos que he ocupado, podría caminar kilómetros sin tocar el suelo.
«Hay entrenadores que pretenden comerse a sus jugadores con jamón de San Daniele y queso Bel Paese. Pobres de nosotros y pobres de ellos».

Sobre el fútbol:

«Cuando Dios no quiere, balón no entra».
«Es mejor perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol».
«El fútbol engancha porque es simple y es bello porque es sencillo».
«Equipo que gana no se cambia».
«Ganar es mejor que empatar. Y empatar es mejor que perder».
A un periodista: «Creo que la cabeza sólo te vale para sostenerte el sombrero».
«Punto es punto».
«Penalti es cuando árbitro pita».
«Si quieres dar una mala impresión, habla con los árbitros, descubrirá tus debilidades de carácter».
«Chicos bien, moral alta, rival difícil».

Y por supuesto, «Fútbol es fútbol».

Vujadin Boskov (1931-2014). Entrenó al Real Madrid entre 1980 y 1982, ganando una Liga y dos Copas.

Victoria en zapatillas

Por Guarroson

Los dos últimos partidos del Real Madrid habían sido la final de Copa del Rey contra el Barcelona y la ida de unas semifinales de Copa de Europa contra el Bayern, y al ver al Osasuna en el televisor me entró un poco de jet lag. Este tipo de partidos casi sin aliciente se hacen muy aburridos cuando no se juegan en el Coliseo Alfonso Pérez, porque uno sólo puede fijarse en el partido y no distraerse leyendo los paneles publicitarios que anuncian talleres de coche y electricistas o contar todas las publicidades que lleva el Mallorca en su indumentaria. Osasuna tiene un montón de esos jugadores que al oír en una conversación de bar no sabes si juegan en el Elche, el Almería o el Levante. Del once inicial pareció normal la aparición de Cristiano para que cogiera ritmo de cara a Múnich, pero no tanto la de Modric o Di María. ¿Sicario Casinigro no está ni para este tipo de partidos? Fue el único suplente que no fue titular.

En ataque el Madrid era el Ebro por la izquierda, el Cofio por la derecha y el peñón de Gibraltar en el centro. Todo el ataque posicional era de Cristiano, Isco y Marcelo, cosa que suena lógica. Morata no encuentra su sitio en el mundo, y eso tiene que ser muy duro cuando tu mundo es el Real. Morata en el Madrid parece un crío de 15 años saliendo con una MILF, y da la sensación de que juega con dos números más de calzado. Además aúna lo mejor de cada casa: las rachas sin marcar de Morientes y las ocasiones falladas de Higuaín. La falta de confianza se nota prácticamente en cada acción, y durante la primera parte realizó más acciones de pívot que de delantero. Cómo estará el pobre que hasta Isco le dio un beso en la cabeza, sana sana, culito de rana.

El partido tenía aire laxo por la descompensación del once y la poca oposición de Osasuna, a medio camino entre una pachanga veraniega y un partido de all stars en la NBA. Aún no había sonado el ‘illa illa illa Juanito maravilla’ y Cristiano ya tenía un gol. Esos goles que marcan Cristiano o Bale desde lejos parecen más un triple que un gol. Ramos jugó un partido muy sobrio en defensa (alguien le habría dicho que si veía amarilla contra el Osasuna no podría jugar en Munich) y muy alborotado en ataque. Subió y subió cada vez que pudo, porque al bueno de Sergio se le acumulan las dedicatorias, un abuelo fallecido y un hijo que va a llegar. Menos mal que como ya no están Mourinho ni Özil tiene una dedicatoria menos que hacer.

Osasuna llegaba sin asustar y el Madrid balconeaba el área rojilla pasándose el balón como si quemara. Jugó Nacho otro partido aséptico, formal, casi diplomático, todo lo contrario que Cristiano, que si en la primera parte metió un triple, en la segunda hizo lo que parecía un smash de Nadal. Lo malo de los goles de Cristiano es que después vienen sus celebraciones. Narciso se ahogó contemplando su propia imagen, y un día CR se hará daño en el tendón de aquiles al dar el saltito de superhéroe.

Tras los dos hits de Cristiano, las caras B y las rarezas. Marcó por fin el farandulero Ramos en su cuarta o quinta incorporación, y para sonrojo de los defensores de Osasuna Carvajal hizo el cuarto de cabeza, como una vez que Mejía le marcó al Betis. El estadio se quitó el corsé y se puso a festejar, sospechando que el año no acabará con la Copa del Rey. A mi me gusta mucho la alegría de la gente, pero ojo a la cara de gilipollas que se nos puede quedar, que aún no hemos jugado en Munich y regalamos la liga al Aleti.

Hala Madrid, hijos de puta.

Guarroson edita 20six dollars in my hand.

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Real Madrit: 5 (Yitán (2), Ramos, Carvajal y Marrata)
Putasuna: 0

Incidencias: Minuto de música de Morricone por Tito y pasillo de Campeón de Copa.
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Liga ACB: Real Madrid-Valencia Basket. La 1.

Vencimos y Venceremos

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¡¡¡Ya estamos en la Final Ford!!! (Sí, Ford). El partido fue más o menos según lo esperado: con un Olympiakós duro y extremadamente puñetero, que no se daba por vencido pero que en el fondo sabía que había dado a Madrid a dar su última bocanada de aire. El deporte no es algo que se practique en el vacío, y lo cierto es que el ambiente influye sobre los jugadores y mucho; así, aunque el juego del Madrid no fue significativamente distinto al del practicado en Grecia, el factor cancha pesó lo suficiente como para no ir perdiendo nunca, ni tener ventajas inferiores a los seis puntos. Desde luego, hubo muchos momentos delicados, y además nuestro porcentaje de acierto en triples fue calamitoso, pero por suerte, en los momentos decisivos la balanza se inclinó a nuestro lado, a veces de forma tan inesperada como con la técnica de Spanoulis, a quien probablemente le pudo el ego. Pero si alguien brilló en esos momentos calientes fue Felipe Reyes (antes Baulipe), que se mostró simplemente imperial en los rebotes ofensivos del último cuarto, decisivos para el cómodo final de partido que vivimos. Ha sido una serie dura, sin duda, pero nos hemos convertido en un mejor equipo, como destacó Laso. Por cierto, operarios del Palacio cuentan que encontraron una pila de calzoncillos cagaos en el vestuario de Olympiakós; ya se los han enviado al Pabellón de la paz y la amistad.

Ahora queda lo mejor, la Final Four de Milán, donde nos esperan Maccabi, CSKA y Far$a. El hecho de que Armani cayera antes de tiempo es sin duda un alivio para los finalistas, que no tendrán que preocuparse de la presión añadida de jugar contra el anfitrión (y también es un marrón menos para los árbitros, lo verdad). Tenemos tres largas semanas para prepararnos (sin olvidarnos de la Liga; mañana recibimos nada menos que al Valencia), y el sábado 16  (el día que empieza Eurovisión. ¿Casualidad? ¡¡No lo creo!!) nos enfrentaremos a la apestosa Far$a, un equipo peor que nosotros, al que debemos ganar. No digo que sea fácil, ojo, pero lo realmente preocupante será la final, contra -previsiblemente-  un CSKA fortísimo pero al que ya ganamos bien este año. Cierto que seguramente el público italiano apoye a los rusos por Messina, pero no dejará de ser un partido muy igualado en campo neutral. Ahora mismo sólo cabe lamentar la duda de Draper, con una fractura menor pero que pone en duda su participación en la final. Carroll sólo disputó un minuto ayer, pero ahora tiene de tiempo de sobra para ponerse en forma. Crucemos los dedos para que todos lleguen sanos al magnífico reto milanés.

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The Bichos are back

En cuanto al fúrbol, el partido de Liga puede parecer un trámite, pero no lo es, porque mañana el Paleti juega en Violencia (al loro, que no estamos tan mal), así que la victoria es importante y necesaria. Afortunadamente, nos toca un equipo muy propicio para tal objetivo, el repugnante Putasuna, al que incluso jugando con suplentes vamos a darle la del pulpo hoy. ¿Podemos enviarlos a Segunda? Sí, cabe la posibilidad (están a sólo tres puntos del descenso), y eso debe ser una motivación adicional. Se espera que entren hombres de refresco como Varano, Marcelorzas (que se ha ganado a pulso ser considerado suplente), Etarrita y el Hermano de la Hermana, sustituyendo al padre irresponsable Karim Benzema. El que parece que se ha empeñado en jugar es el Yitán, por aquello de ponerse en forma y, por qué no, para amarrar el Pitxitxi. Parece que también será titular Bale, otro jugador que necesita acumular minuios para la superbatalla de Múnich. Pero esa será otra historia.

La Polla Virtual estará abierta hasta las 20:00.

La hora de la verdaZ

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Aunque estaba claro que el Olympiakós había perdido algo de fuelle respecto al año pasado, no creo que a nadie le hiciera demasiada gracia saber que había que jugarse los cuartos contra ellos, que son el paradigma del «equipo hueso». A Laso se le ha llegado a preguntar si perdimos  adrede contra el Zalgiris por extraños cálculos para la Final Four. Su respuesta fue contundente: «Eso es una estupidez. Nosotros queremos ganar todos los partidos y salimos a ganar todos los partidos. El de Kaunas lo perdimos porque jugamos mal, pero quisimos ganarlo. Pensar así es una estupidez, de verdad no lo admito». El caso es que nos tocaron los de Spanoulis, y el transcurso de los cuartos no ha sido precisamente sorprendente: Dos victorias en casa y dos partidos muy duros en el «Pabellón de la paz y la amistad», donde dan hostias como panes, que desgraciadamente se han perdido. Lo tuvimos a tiro (nunca mejor dicho) con los libres del primer encuentro, pero faltó sangre fría, frescura o lo que sea.

Llegamos así al quinto y último partido: no va más, quien gane se clasifica para Milán. Quizá algunos aún estén lamentándose por la mala suerte, pero hete aquí que CSKA también tiene que jugar el quinto, y Milán, que iba como una moto, se ha quedado fuera de su Final Four por patinar en el primer partido, perdiendo en la prórroga. Lo que está claro es que Grecia, incluso sin dinero, sigue siendo una fuerza a tener en cuenta en el baloncesto. Tan claro como que tanto los rusos como nosotros lo tenemos muy bien para ganar, simplemente jugando a nuestro nivel y con una concentración del 100%. Desde el 2009, año en que se instauraron los cuartos a cinco partidos, nadie ha remontado un 2-0, ahí queda el dato. Algún griego anda muy crecido, pero veremos quién se caga hoy en los calzones.

La semana pasada trajo la mala noticia de una nueva lesión de Draper, que se ha fracturado un brazo y llegará justo a la Final Four, pero por suerte Carroll ya está para jugar. Algunos aún seguirán dándole vueltas al tema del temporero que no se fichó cuando las lesiones, pero no tiene mucho sentido ya. No se fichó, y quizá no fue tan mala decisión. Además, con bajas o sin ellas, si perdemos tres partidos seguidos contra este Olympiakós, seguramente no estamos para campeonar en Europa. Seguramente hoy la clave esté, una vez más, en imponerse en el juego interior, y en dosificar un poco las jugadas individuales alocadas. Laso fue muy claro al respecto tras el último partido: «El Olympiacos jugó como un equipo. Normalmente son los equipos los que ganan partidos y campeonatos, no los jugadores de forma individual. Esa fue la diferencia hoy entre ellos y nosotros». Tá claro, ¿no?

El consuelo por llegar al quinto es que la eliminatoria tendrá un cierre como es debido, con la afición apoyando al equipo, que no no estará tristemente eclipsado por el fútbol como el otro día (realmente acojonante el tercermundismo organizativo europeo; como si coordinar unos putos partidos de dos deportes fuera física nuclear). El papel para el Palacio está agotadísimo  (el de las entradas, no el higiénico), pero si no vas a ver el partido ni siquiera por Streaming, deberías mirarte fijamente en el espejo y decir: «¿por qué soy tan hijo de puta?» En serio, ¿por qué? En fin, para mí este Madrid de basket es una cosa muy grande, y creo que aún va a darnos las mayores alegrías. Esta noche no fallaremos.

Euroliga: Cuartos de Final, quinto partido. Real Madrid – Olympiakós. 20:45 (Streaming).