Pos vale

Custer

El Barça nos ha hecho un Madrid-Bayern… ¿Y qué?
¿El perro es mío?
¿Nos ponemos a llorar ahora como Buffon?
¿Tiene Hernández Hernández un cubo de basura en vez de corazón?
¿Lo mandamos a la grada a comer crispetas?
¿Es eso lo que quieren?
El típico lloriqueo Juventino.
No, hombre, no.
Eso es Yuyu cuando estás a punto de jugar una Final que puede ser Histórica.
A ver si nos comportamos.

Más escandaloso que el arbitraje me pareció Zentrán y su alineación suicida. Ni le vi sentido a lo que hizo frente al Bayern ni tiene sentido lo que hizo ayer. Se ha jugado la salud del 7 y la de Modric… ¡y la de Ramos! Se ha jugado PARA NAAADAAA la salud de la Columna Vertebral de la Champion. Veremos cómo llegan a Kiev con este capullo a los mandos. ¿Qué aprendimos ayer? Lo que ya sabíamos: que el Madrid sigue sin saber ponerle la correa a Messi y que el próximo año va a necesitar un barco más grande. Sí, amigos: es preciso fichar a Neymar porque sin Ronaldo en el campo nos falta un Tótem, alguien que pida y conceda y, sobre todo, que mire a puerta y la enchufe. ¿Asensio? No, no es el Hombre… ¿Bale…? ¿Estamos de cachondeo?

Falta un Próximo Balón de Oro para frenar el siguiente Proyecto Messi… Cristiano y Neymar pareja de baile. Ese es el Plan… Habrá que soltar La Pasta, claro. ¿Para qué la quiere Florentino? ¿Para qué la está ahorrando con tanta avidez? ¿Acaso pertenece a la Hermandad del Puño? Bastante inoperante estuvo el equipo contra diez. Mucho lerele y poco lirili cuando miran de reojo al enano. Le tienen un miedo del copón. Gracias, Roma, cittá eterna… la piú bella del mondo… Suceda lo que suceda en Kiev habrá que mover el cocotero a lo grande… y que Zentrán no se agarre al tronco con las uñas, que mejores entrenadores que él los hay a cientos. Lo que hizo ayer en Can Barça merece un Cero. Sigue y sigue jugando con nuestra salud y con la del equipo. Está obsesionado. Se le ha ido completamente la chola… ¡Incluso afirma que la Liga es más difícil de ganar que la Champion!…
¿De qué va este tío?
Fuera ya, hostia.

El Socio

Zidane sacó un equipo de gala, quizá la última vez que veamos a la famosa/infame BBC. Se le intentó arrebatar la imbatibilidad al Brasas y, aunque se hizo un papel digno, no se consiguió. La historia debería terminar ahí, pero por lo visto estamos ante un «escandaloso robo arbitral». Curioso que los que hasta ayer no le daban la menor importancia al partido, e incluso abogaban por salir con el Castilla, hoy se sientan intolerablemente afrentados.

¿Pero sabéis qué? Fue un arbitraje como tantos otros, y hasta podría decirse que nos favoreció, ahí lo dejo. La expulsión de Sergi Roberto… en fin, un regalito que nos encontramos en el minuto 45 merced a un Hernández Hernández con exceso de vista. Si eso es un contacto para expulsar a un jugador de un campo, yo no sé qué deporte estamos viendo, sinceramente. Que sí, que con el reglamento en la mano es roja; y con el reglamento en la mano habría 15 penaltis por partido. Ojo, a mí S. Roberto me parece un gilipollas por hacer eso, y si te pillan te jodes, pero que encima nos quejemos de agravio arbitral… coño, todo un tiempo jugando contra un Barsa con 10 en Barcelona, ¿cuándo fue la última vez que vimos eso, en tiempos de Tarzán Migueli?

Y cuidado, que en el segundo tiempo hubo más regalitos: ya con el 2-1 en el marcador, le anulan un gol al Farça totalmente legal; Bale le mete los tacos a Umtiti de forma totalmente innecesaria y no ve amarilla; ya amonestado, Ramos se mete en todos los fregados posibles y no acaba en la calle de casualidad, como le ha ocurrido tantas veces. ¿Falta previa en el 2-1? Sí, y qué; hay cientos de jugadas como esa todas las jornadas, aprieta los dientes y defiende como un hombre; y sobre todo, no dejes que el enano te vuelva a hacer la pirula. Penalti no pitado a Marcelo: ¡¡el escándalo del siglo!! Amos, hombre, a mí qué cojones me importa; 45 minutos contra 10 y llorando por un puto penalti (como ejemplo de mingafriísmo, el hecho de que en el 2º tiempo sacáramos en corto todos los córners menos uno. ¿No se les ocurría otra forma de superar a Ter Stegen?). Lo que veo es que tras 14 años intentando hacer labor didáctica aquí, no he logrado prácticamente nada; palmamos por los hálbitros, nivelazo; tipo sexto de primaria. Por supuesto, el otro bando también está convencidísimo de haber sido robado descaradamente, y lo más triste es que esta vez pueden ofrecer argumentos para ello.

En fin, un clásico entretenido, en el que se salvaron los muebles y en el que sólo se mancó Cristiano, de poca gravedad. Lo habría firmado antes de empezar.

– Parcas: 2 (Mordisquitos y Mensi)
– Real Madrid: 2 (Cristiano y Bale)
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Real Madrid, el campeón adaptable

Por Zizou Dios

Todo el mundo sabe que un monoplaza de Formula 1 es el objeto existente más veloz dando vueltas a un circuito. Lo que mucha gente no sabe es que esto no es debido a que tenga un motor impresionante, unos frenos de carbono o un peso extremadamente reducido; bueno sí, por eso también, pero a un equipo que aspira a ganar se le supone que tiene esos componentes.

Lo que hace realmente imbatible a un F1 es que por medio de interruptores en el volante puedes modificar su comportamiento y hacer que se adapte lo máximo posible en cada zona del circuito, permitiéndote correr mucho en las rectas y agarrarte como una garrapata en las curvas.

Este concepto, “quien mejor se adapta gana” es extrapolable a prácticamente toda competición o práctica deportiva. En el fútbol, un deporte que tradicionalmente ha tenido una presencia masiva de gente de letras, toda esta esencia se ha reducido a 3 o 4 mantras simplistas, y así las victorias/derrotas se deben a que los jugadores no sienten los colores, a que hay que poner un 442 en lugar de un 433, a que el inútil del entrenador no ha hecho esto o aquello, o vaya usted a saber qué razón peregrina.

El Madrid, con mayor o menor fortuna, es un equipo que siempre ha entendido lo que es la competición. De hecho, para aquellos que se preguntan cuál es el estilo del Madrid, nosotros lo resumimos diciendo que es GANAR, pero en realidad se trata de eso, de adaptarte, de comprender que aunque no seas el mejor en algunos parámetros puedes compensarlo con otros, y que al final, más allá de sistemas, cuerpos técnicos, jugadores y directivas, lo que tiene cada equipo es un objetivo a conseguir, que son los títulos y una lista de recursos para conseguirlos, que es la plantilla y resto de miembros. De cómo los gestiones dependerán los resultados que obtengas.

Despues hay imponderables claro: la suerte, los árbitros, las lesiones… pero contra eso no se puede luchar, son cosas impredecibles.

Si echamos la vista atrás y vemos todo por lo que ha pasado el Madrid estas temporadas es impresionante, hemos eliminado a todos los estilos de fútbol existentes y todo ello ha sido gracias a la riqueza de esta plantilla y a su capacidad de adaptación. Quizá no sea el mejor en nada (yo no lo veo así), pero el Madrid es capaz de hacer muchas cosas moderadamente bien.

A mí debo decir que me parece preciosa esa capacidad que tiene el Madrid para adaptarse, para apretar el culo cuando toca, para cambiar el sistema cuando es necesario, para ir a muerte cuando no queda otra. Disfruté mucho de la variante táctica de usar a Lucas-Modric para suplir al lateral derecho, disfruté mucho con ese Di María reinventado como interior y con tantas otras soluciones ingeniosas que ha aplicado este equipo de mierda, con una plantilla de mediapuntas, un entrenador mediocre y la peor directiva de nuestra historia.

Ahora queda un último pasito y quién sabe, quizá no lo consigamos, pero que todo lo malo que nos tenga que ocurrir sea que la gente se ría porque no ganamos finales, lo cual significará que, al menos, llegamos.

Potra y Keylor vinieron a nos

Custer

Primero fue el Madrid de los Señoritos, después llegó el de los Jerarcas y ahora que ya no quedan fuerzas para nada, que no pueden ni atarse las botas, que nuestro entrenador tiene la mentalidad de Fofó y el preparador físico la de Miliki, llega por fin el Madrid de Kali, el ¡HALA KALIIIII!, como única baza. ¿Será suficiente el HALA KALI para lograr La Anal?

En la filosofía hindú el terror es sólo un medio por el cual se accede a lo absoluto. Lo que aterra inspira, lo que destruye es fuente de vida. Cuando experimentamos el terror alcanzamos a ver lo que los sabios llaman shakti: el poder eterno, la energía femenina que mantiene vivo el universo. Esa Energía Femenina que nunca llegará a conocer en profundidad Reus, esa Virgen Negra, esa Magna Mater es, mira tú por dónde, el personaje más antiguo del mundo porque recibe adoración desde el Neolítico. Es la diosa de la tierra, de la fertilidad, del renacer en el último minuto y a tomar por culo la Juve. Se la conoce como Rea, Gaia… Kali pero todas las grandes madres relacionadas con la Tierra tienen su origen en Cibeles. Qué casualidad… si es que existen, a estas alturas, las casualidades.

Kali era en verdad una criatura de lo más horripilante. Tiene el cuerpo negro como la boca del lobo, seis manos con las que sostener espadas y la lengua teñida de algo que semeja sangre. Parece, además, que estuviese danzando sobre el cuerpo aturdido de un jugador del Bayern. Pobrecillos. Pobrecillos los boches. Ayer lo hicieron todo bien. Curraron como auténticos monos pero, ah amigo, su portero eligió un mal día para la caidita de Roma y el árbitro les tangó un penalti por la cara. Es lo que hay. ¿No queríais a Puigdemont? ¿No sois tan demócratas? Pues ajo y agua, chavalotes. Es Kali. Os habéis enfrentado al Madrid de Kali, un equipo legendario cuyo escudo es una guirnalda hecha de cabezas cortadas. Vuestras putas cabezas cuadradas más la mohicana de Vidal, y aunque el Madrid tiene varios nombres siempre es y será Kali la terrible.

Pobrecillos.
Se han enfrentado al Madrid de Kali.
Y ya van caminito de casa.
Follados.
Con la miel en los labios.
Y para casa.
Oooootra vez.
¡HALA KALIIIII!

El Socio

El goce del fúrbol, particularmente del fúrbol de eliminatorias, es algo muy particular: sufres durante hora y media con la promesa de un goce (el de la clasificación), pero si palmas te quedas con cara de gilipollas. Resulta entonces que todo ese sufrimiento no ha servido de nada, pero precisamente es la incertidumbre lo que hace único el disfrute obtenido. Este masoquismo tiene diferentes grados, dependiendo de la dificultad que tenga tu equipo para clasificarse: a veces no hay ningún sufrimiento y todo es pasarlo bien (cuando goleas), y otras vives una muerte lenta y silenciosa, especialmente en una situación como la de ayer, en la que estás durante un largo rato a un gol encajado de quedarte sin final de la Champions.

Eso es lo que nos tocó experimentar a partir del 2-2 de Tartajames, aunque claro, antes pasaron un chorro de cosas. Para empezar, el casi inevitable gol a los tres minutos. ¿Que había que defender como leones? Pues venga, encajamos nada más empezar, que son nuestras costumbres y hay que respetarlas. Pero el Madrid gana por caminos inescrutables, y sólo 8 minutos después anotábamos el «equalizer» gracias un pase extraordinario de Marcelo y una deficiente marca alemana, que permitían dar un exitoso testarazo a un cabezeador limitado como Benzema, que ni tuvo que menear el cuello. Lo del moro ya me he cansado de decir que es un medio que Zidane usa para hacer «sus cosas»; quienes lo han aceptado son felices, y quienes no se dedican a fumar en pipa. Ellos sabrán.

Desde entonces todo se desarrolló más o menos como pedí, rodeado como estaba de Jamesistas irracionales, algunos incluso apoyando al Bayern mientras vestían la camiseta del Madrid (¡¿QUÉ COJ…?!). Primero pedí que se llegara al descanso sin más goles; luego pedí que pasara lo que fuera en la segunda parte, pero que anotara primero el Madrid, porque lo que no quería bajo ningún concepto era la sensación terrible de tener el cruce igualado o perdido, y sobre todo quería evitar la abominable prórroga. Nada más reanudarse el juego se manifestó la patrona del madridismo y el fanscismo, Santa Potra, inspirando a Uelrich a cometer una de las cantadas de la década; temiendo que le pitaran una cesión, no supo si soplar o tragar, y al final tragó, concretamente el gol más fácil de la carrera de Benzema. Otro que nos ayudó mucho fue Müller, uno de los jugadores más sobrevalorados de Europa, y a Lefandosky parece que también le van quedando grandes los partidos de este calibre.

Con todo, finalmente llegó ese 2-2 (explosión de júbilo en el Team James), que nos abocaba a media hora de vida sobre el alambre, a 200 metros sobre el suelo, con viento y sin red. Ahí volvió a aparecer Santa Potra y también Keylor Navas, que hizo el partido de su vida. Los cabalistas quizá atribuirán algún sentido a su acertado corte de pelo, gracias al cual pasó de parecer un recolector callejero de mangos a un camarero de Ferrero Rocher. Lo cierto es que ayer fue un portero mágico, llegando a balones a los que sólo algo extraordinario podía privar de ser goles. Particularmente, la mano que sacó rectificando a mitad de zambullida es de lo mejor que he visto en mi vida. Le reprochan algunos al tico que no sea un portero perfecto; si eso es lo que buscan, pueden seguir esperando toda la vida. Particularmente, yo seguiría otorgando una merecidísima confianza a este guardameta que va camino de su tercera Champions seguida. Tuvo que hacer horas extra nuestra protectora Potra, que confundió a un Hummels que tuvo el pase en su cabeza; la agonía duró hasta el minuto 6 del tiempo extra, tras el cual pudimos liberar la tensión.

Por supuesto, no faltó el «robo» a favor del Madrid, esta vez en forma de un penalti que fue, pero realmente muy difícil de ver para Çakir, hoy tan vilipendiado https://youtu.be/LoCIAUpyNFQ. A mí los «atracos» ya me parecen una bonita tradición que aumenta notablemente el disfrute de nuestras victorias, especialmente al ver las reacciones que suscita en «el enemigo que siempre vigila». Si alguien me preguntara la definición del «LOL», le diría esto: un culé con los ojos desorbitados gritando «¡¡PANAAAAAL!!» En el Yoya se les ha ido la pinza del todo, y aseguran que la única solución es acudir a la justicia ordinaria con pruebas irrefutables de «la gran conspiración». Buena suerte con eso, yoyerdos, yo pagaría sólo por ver la cara del juez.

En fin, ahí estamos, en la tercera final consecutiva de Copa de Europa, hito sin parangón en el fútbol contemporáneo, que tendría explosiva culminación logrando el título; si hasta hace poco muchos consideraban imposible ganar dos Champions seguidas, ¡¡qué decir de ganar tres!! La verdad es que la noche (tarde en América) dejó excelentes sensaciones: los colombianos recibieron un benéfico baño de humildad, y podrán olvidarse de su obsesión jamesista por lo menos hasta Junio; los madridistas vivirán todo un mes lleno de expectativas y animadas charlas. Admito que me dejan con el culo torcido los que hablan de desatre táctico y de jugadores que no dan pie con bola; joder, el día que lo hagamos en bien nos salimos del mapa. En todo caso, el masoquismo ha compensando esta vez.

– Real Madrid: 2 (Benzema)
– Gayern de Múnich: 2 (Mikkich y James)
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Ni el pelo de una gamba

Vuelta de semis contra el Gayern en el Pipas; señores, no se despacha nada más grande ni de mayor nivel en el cosmos futbolístico. (¿Mundial? ¿Qué es eso? Ah, sí, esa cosa que ven las zorritas en la tele con la cara pintada de colores). Los caminantes blancos obtuvieron un resultado de lujo en el Allianz Arena, un 1-2, pero como ya sabréis queda mucha tela que cortar. Me reitero en lo dicho en anteriores entradas: marcar no es la clave para los blancos en este partido, de hecho es algo que llegará casi seguro por la inercia del juego; lo fundamental será frenar las acometidas bávaras y evitar esos goles que tan dañinos serían para nuestros intereses.

Sí, estimados amigos: el Bayern nos quiere follar analmente, sin amor ni nada. Habrá a quien esto le parezca cuestión baladí, e incluso se plantee coquetear con el sexo entre varones: «venga, un rato por probar»; «vale, pero sólo la puntita». No saben cómo se engañan: muchos iniciaron esa estrecha y oscura senda, para no volver jamás.

Efectivamente, la clave está en la defensa, la D-fense, que sólo puede ejecutarse sólidamente a base de velocidad, calidad y concentración. Las dos primeras las traen de serie nuestros zagueros; la última, bueno, por días y ratos. Hoy deberán ejercerla al máximo durante 90 minutos (¿120, acaso?), porque cualquier resquicio, cualquier milímetro descubierto, será el hueco que aproveche la wurst alemana para excavar un profundo túnel del amor.


Potra, no nos desampares.

Por supuesto, también necesitamos que potra esté con nos; cierto que el otro día nos asistió durante todo el partido, pero nos hace falta su compañía durante hora y media más. ¿Querrá seguir siendo nuestra valedora? Y por otro lado, tras los indescriptibles sacrificios y rituales psicomágicos que debieron ser necesarios el otro día, ¿le quedará fuerza chamánica al irrepetible Von Rothbart para culminar la tarea? Son preguntas que tendrán respuesta esta noche.

Isco está lesionado, no habrá truco del enano. ¿Bale titular buscando masacrar al contragolpe, en un último cantar de gesta? Improbable, pero de ocurrir sería hermoso. El equipo afronta una tarea complicada, pero la fazaña inédita de alcanzar la tercera final seguida está al alcance de la mano; lo normal es que se pase, de un modo u otro. ¿Que algún hincha se infartará por el camino? Bueno, toda guerra necesita carne de cañón.

¿Cuánto vale una liga culé?


Farsalonista observando emocionado campeonar a su equipo.

Pues mira, depende. En los años del «Aquest any sí», era la polla, y cada campeonato valía su peso en oro. Hoy día, en que están habituados a ganarla, la realidad es esta: vale según lo que haga el Madrid. Si los dos equipos siguen en Chempions o el Madrid está fuera, la Liga es cojonuda. No obstante, con el Madrid dentro y el Barsa fuera, como este año, es una celebración descafeinada, que sólo tendrá pleno sentido si los blancos quedan eliminados. Pero claro, esa posibilidad sólo puede darse dentro de dos días, cuando el partido contra el Dépor (para colmo les ha tocado ser campeones fuera) sea ya un recuerdo muy, muy lejano.

Ha querido la casualidad que, además, el Clásico sea el fin de semana que viene. En principio sería un duelo intrascendente, pero como el Madrid se clasifique para Kiev saltarán chispas: los culerdos querrán demostrar que «son los mejores» y el ambiente estará más que caldeado; eso dejando aparte todas las reivindicaciones del «popla oprimit», claro. Recordemos otro detalle importante: el Parcas tiene la posibilidad de terminar la liga imbatido, algo casi inédito en las grandes ligas europeas (sólo recuerdo que lo hiciera una vez el Arsenal y quizá el Milan de Capello). Si el Madrid pasara a la final de Champions y ganara en el Kampf sería una doble estaca en el corazón culé que tardaría mucho, mucho en olvidarse y que dejaría el título de Liga en simple anécdota (más aún si también ganáramos la Euroliga). Y no es porque lo diga yo, es la realidad: la felicidad culera depende enteramente de lo que haga el Madrit. Por supuesto, también podría tocarnos el otro lado de la moneda, pero los jugadores tienen en sus manos que no sea así.

¿Qué ocurriría si fuera al revés, el Madrid campeón de Liga pero eliminado de la Champions, mientras el Barsa sigue adelante? Pues no lo sé, que yo recuerde no se ha dado el caso. A día de hoy la verdad es que ganar la Liga siempre es motivo de celebración para los merengues, porque nos hemos desacostumbrado a ello; es lo contrario de lo que pasó en la era Mendoza, cuando la quinta de la Quinta fue poco más que otra muesca en el revólver. Quizá sea imposible saber qué pasaría en esa hipotética situación hasta que se produzca, pero siempre he creído que el madridismo es mucho más optimista e independiente que el culerdismo. Obvio que se mira con el rabillo del ojo a los de la esquinita, pero una Liga siempre es una Liga, y la historia blanca lo más importante.


El carro de la 13, casi a rebosar.

Sea como sea, hay algo innegable: el recién campeón del doblete se siente indiferente y taciturno, e incluso baraja seriamente echar a su entrenador, mientras que un Madrid que ha hecho una Liga y una Copa desastrosas rebosa de ilusión y podría tener una temporada memorable. Paradojas del fúrbol, amigos.

¡¡A la Final Ford!!

Al igual que el fútbol, el baloncesto del Real Madrid ha tenido altibajos, épocas gloriosas y épocas oscuras. En estas últimas, que abarcan principalmente el final de los 90 y la primera década de este siglo, ni siquiera olíamos la Final Four, ya fuera en la antigua Copa de Europa o en la actual Euroliga. Eso es completamente distinto ahora, y el equipo ha estado presente en 5 de las últimas 6 finales a cuatro. No sé si llamar a esto un éxito, pero desde luego es una clara mejoría, y hay que dar el crédito correspondiente al duo formado por Sánchez y Herreros (que tuvo un comienzo francamente errático) y al técnico Pablo Laso.

Eso es lo bueno del equipo. Lo malo es que, consideraciones presupuestarias aparte, el Madrid de Laso no es un equipo ni remotamente sólido, y no lo ha sido en ninguna de las temporadas planificadas por el vitoriano. El guión que vaticiné para ayer se cumplió con exactitud, y el resultado del cuarto partido nunca estuvo asegurado, ni siquiera cuando nos pusimos con ventaja de 22 en el tercer cuarto (!!!). Esta montaña rusa de tanteos a la que nos tiene acostumbrados el equipo puede estar bien para dominar la competición doméstica ante en un Barça ridículo (bueno, el año pasado ni eso), y para ir acumulando Final Fours como quien colecciona medallas de plata y bronce, pero nunca servirá para crear un equipo hegemónico. ¿Se ha visto alguna vez un equipo de élite que tarde 7 minutos de un cuarto en meter una canasta de campo, con el entrenador mirando con cara de bobo en la banda?

Sabéis que soy un tanto dado al triunfalismo, pero diré esto con claridad: no somos favoritos contra el CSKA, un equipo mucho más disciplinado y regular, incluso teniendo como base a Sergio Rodríguez, cuyas peculiaridades todos conocemos. Que nadie se engañe, ayer el Pao se achicó cuando nos tenía cogidos por los huevos, y si ganamos fue por una mandarina milagrosa de Doncic (igual que entró podía haber dado en el borde superior del tablero) y por un Felipe Reyes que con 38 años debería ser un refresco, no el único jugador que mantiene el tipo en la pintura. Estas monerías pueden valer en casa y frente a un segunda espada europeo dirigido por un histérico como Xavi Semidesnatado, pero ante un CSKA o el Fener de Obradovic puede dejarnos nuevamente abochornados

Ojalá todo vaya perfecto y seamos campeones en Belgrado; en ese caso Laso seguirá, porque lo que funciona (aunque sea haciendo ruiditos y soltando humo negro) no se toca, pero en caso de no lograrlo, creo que este ciclo estará agotadísim. Reitero mi apuesta por David Blatt, entrenador quizá menos pinturero, pero de profundos conocimientos y caracter, y que dudo permitiera verbenas como las que nos ofrece regularmente el Madrid lolasiano; luego triunfaría o fracasaría, pero sería algo distinto a insistir en el error. Claro que con la cara que tenían todos ayer de «objetivo cumplido», cualquier cambio es harto dudoso.

Nota adicional sobre la Euroliga: Giannakopoulos será un loco peligroso, pero lamentablemente este campeonato privado no es mucho mejor que el que organizaba la FIBA. La canallada que le hicieron ayer al Khimki pasará a los dobles anales: yendo uno abajo y a falta de 5 segundos, los amarillos atacaron y https://youtu.be/0y7OaTVPiCc… ¡¡porque la mesa no estaba contabilizando los segundos transcurridos desde el saque!! Absolutamente inaudito que las reglas no permitan usar el vídeo oficial de los árbitros como respaldo para el cronómetro. Al Khimki se le privó del quinto partido por una bochornosa ineptitud técnica, que deja en pésimo lugar al consorcio Euroleague. Desgraciadamente, el basket continental sigue siendo incapaz de darse una organización homologable.


Siempre recordadas.

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La vengantsa: El Lega, ¿no? El equipo que nos echó de la Copa en un día de anal memoria. Con la Liga amortizadísima y la ultradecisiva vuelta de semis a tres días vista, preveo un equipo muy parecido al Castilla, lo cual no quitará para que los jugadores intenten darse un gusto a costa de los siempre estimados pepineros. Bien, que goleen si quieren, aunque deberían haberlo hecho entonces, no ahora. ¿Qué sería lo más interesante? Sacar a un equipo lo más parecido posible al que sucumbió aquella aciaga noche, para salvar al menos esa honrilla.