– Oye, ¿tú qué prefieres, cagar o follar?
– Yo cagar, claro.
– Coño, ¿y eso?
– Porque después de cagar no tienes que pasarte media hora abrazado al váter.
Les cuento este chiste para ilustrar la importancia del buen jiñar, uno de nuestros cuatro pilares fisiológicos, junto a comer, dormir y folgar. Dicho de otra forma, tener un esfínter perfectamente juvenil, elástico y funcional es imprescindible para nuestro bienestar. ¿Pero qué podemos hacer para renovar nuestro ano en el nuevo año? Lo primero y más obvio es la depilación, mediante el método que se prefiera (cera, arrancamiento o afeitado), si bien no deja de ser una medida un tanto superficial. Para una verdadera transformación anal hay que ir a tratamientos más complejos y profesionales, entre los que destacan algunos como el blanqueamiento. Este nos ayuda a borrar parte de nuestro pecado original, dejando lo que antes era negro e inmundo blanco y prístino.
Claro que la medicina ofrece posibildades si cabe más innovadoras y significativas: por lo que cuentan, ciertos tratamientos láser permiten recuperar toda la firmeza y estrechez del ano de un quinceañero, efecto eminentemente práctico para todo aquel que quiera… eh… no tener pérdidas fecales. Implementando simultáneamente las tres medidas (pelos, blanqueamiento y láser) podemos obtener un ano que no lo conocería ni la madre que lo parió. No te preguntes lo que tu ano puede hacer ti, sino lo que tú puedes hacer pot tu ano.
En lo que viene siendo el Real Mandril, esa entidad terrible y pecaminosa, en 2018 se presentan muchos retos, ninguno de ellos fácil. En fúrbol, el desafío es no pasar de la gloria total al ridículo hapsoluto, tesitura por otra parte muy madridista. Zipayo debe exprimir al máximo su intelecto para que el equipo deje de semejar a la mierda de pavo, y ha de encontrar soluciones pronto. Si lo largan, no habrá grandes muestras de duelo, pues el aficionado furbolero es extremadamente desmemoriado y desagradecido, excepto con los jugadores españoles que se convierten en rémoras. El affaire Benzema no es sino la punta del áisberg: el equipo necesita una reinvención espiritual completa; quizá incluso unas cuantas dosis de peyote.
En basket, debemos dejar de ser el equipo chiste por culpa de esa involuntaria hilaridad que irradia Pablo Lolaso; es mucho mejor que te teman a que te amen. Nuestros rivales nos dan por amortizados, pero hay que hacerles llorar lágrimas de sangre. En Marzo estarán disponibles Llull, Ayón y Randolph, lo cual disparará nuestras posibilidades o nos sumirá en el caos. No hay puto término medio.
En espera de una posible encíclica rothbariana, sólo me queda desearos un año/ano muy dichoso. Si no teneis hijos, tenedlos, y si los teneis, enseñadles que el hombre es el puto amo de la creación y puede cazar, transformar y contaminar todo lo que le salga de los cojones. Si son chicas, que sean discretas, estoicas y hacendosas; si son chicos, que sean rectos, inquisitivos y sepan poner a la mujer en su sitio. No seais tacaños pero tampoco manirrotos. Haced saber a los esclavos/soldados de la corrección política, con toda la educación del mundo, que son unos gilipollas de mierda y que os cagáis en su puta calavera. No temáis la soledad, que como dijo Molina somos un ejército de hombres solos.
Feliz entrada y salida.