
…«Hey».
Comentaba en mi última y muy lúcida entrada que el inefable director general del Real Madrid, JAS Garfio, había traído al bueno de Beni Benítez como parte de una estrategia para desestabilizar al club. Sin embargo, mi tesis no estaría completa sin exponer otras medidas directamente dependientes de nuestro personaje que han puesto al presidente Pérez en una situación ya casi insostenible. Veamos pues el historial completo de faltas contra el Madrid cometidas por el ejecutivo durante la presente temporada:
Pecado 1: Benítez. ¿Hubo un fracaso más previsible que éste en toda la historia blanca? Sólo se me ocurre el de Queiroz, pero al fin y al cabo Valdano era un ideólogo, un demente… JAS debería ser todo lo contrario, un hombre desapasionado, pragmático… Hablamos de la persona que avaló el fichaje de Mou, el único que despachaba regularmente con él. ¿Qué extraña degradación mental podría llevarlo a recomendar a Benítez, un hombre ya muy de vuelta, que venía de fracasar en el Nápoles (hoy líder de la Serie A) y conocido nada menos que por su torpeza en las relaciones con los jugadores? Nadie, asolutamente nadie (bueno, sólo Hilde) creía en él. Por tanto, sólo existen dos posibilidades: o Garfio se imbuyó de la soberbia que impregna todo el club o hizo un fichaje con obsolescencia programada, como los productos de Apple. Flóper Pan rechazó a Benítez desde el minuto 1, y le bastó la excusa de un empate en Valencia para ejecutar el despido menos ceremonioso que se recuerde de un entrenador. Me niego a creer que no hay una intrahistoria detrás de todo esto.
Consecuencias: Ninguna. Nadie asumió responsabilidad de ningún tipo por tan desatinada elección. Se puso al frente del equipo a Zidane -un hombre de nula experiencia en la élite- y a otra cosa.
Pecado 2: Caso Cheryshev. Este rocambolesco error por parte del Madrid desembocó en su humillante eliminación de la Copa. Busco las funciones de un delgado de equipo y veo que, principalmente, son presentar las fichas al árbitro y ratificar que los jugadores convocados son los que aparecen en el acta. Es fácil pensar que estas funciones deberían extenderse a comprobar qué jugadores son susceptibles de participar en un encuentro o no, porque, de lo contrario, ¿qué hace el delegado el resto de la semana? ¿Realmente se lleva un sueldo por echar una firma antes de cada partido y sentarse dos horas en el banquillo? No obstante, puedo creerme que en el Madrid Chendi no haga nada de esto, y que dicha comprobación dependa de la dirección general de fútbol, es decir de JAS y Ramón Martínez. ¿Es realmente posible que una sanción se traspapele sin que nadie caiga en la cuenta? De hecho, se da la circunstancia de que particulares llamaron al club avisándoles de la circunstancia, sin que ocurriera nada. Es casi como si hubiera sido un error programado, dirigido, buscando un efecto muy concreto.
Consecuencias: Ninguna. No se le exigió la más mínima responsabilidad a Chendi (quizá porque «alguien» sabía que habría sido injusto) y los directivos se han lavado las manos, pese al ridículo mundial.
Pecado 3: Caso niños. Resulta que otros clubes los sancionan por decenas de menores fichados irregularmente y al Madrid lo empapelan por 8, con argumentos en su mayoría poco sostenibles. Si el club estaba seguro desde hace meses de que su posición legal era inatacable, ¿cómo es que la FIFA ha encontrado un resquicio para acabar jodiéndonos? Parece que el problema es que la Federación Madrileña no está reconocida por la FIFA, hecho surrealista pero que forzosamente debía ser conocido en las altas esferas del club. Al igual que en el caso de la Copa, que hayamos sido víctimas de un capricho del azar o de un desliz administrativo parece de hecho la opción más improbable. Este fallo tan pequeño, tan indetectable, parece nuevamente diseñado por alguien con gran poder ejecutivo y que sabía cómo colocar exactamente las piezas para que todo el castillo se acabara derrumbando.
Consecuencias: Ninguna. Pese al gravísimo perjuicio de no poder fichar durante dos periodos, no se ha tomado ningún tipo de medida ni se ha reconocido ningún fallo en nuestra actuación. «Son cosas que pasan», es el mensaje implícito de la cúpula.

…«¿Parezco sospechoso?
Medio pecado: Roures. Esta cuestión no es tan obvia ni escandalosa como las tres anteriores, pero la resalto porque tiene unas consecuencias potenciales igual de desastrosas. Desde hace casi ya una década (si no me confundo) toda la producción audivisual del club (es decir Real Madrid TV) está en manos de Mediapro, la empresa presidida por el infame Jaume Roures. Mi anidmarvesión por este personaje no tiene nada que ver con antipatías personales ni porque «sea culé». De hecho, estoy convencido de que el fútbol se la sopla y de que jamás ve un partido por entretenimiento personal. Roures piensa (con toda la razón del mundo) que el fútbol es una herramienta de control de masas: quien tiene el fútbol tiene la audiencia, y quien tiene la audiencia tiene la pasta y el discurso, que son las cosas que interesan a este marxista (con Ferrari), secesionista y adoctrinador, íntimo entre otros de Pablo Iglesias.
Es crucial señalar que Roures ha sido tan importante en la ascensión del Barsa a la primera línea mundial como lo fueron en su momento los mismísimos Laporta y Guardiola: fue él quien, cuando el Madrid lideraba holgadamente las audiencias televisivas, ofreció al club culé un multimillonario contrato (respladado por créditos, no por su propio dinero) que igualaba las condiciones presentadas al Madrid, ante la complacencia de Ramón Calderón, que aceptó este agravio en un error estratégico sin precedentes. Resulta absolutamente obvio que a Roures no le interesa una narrativa en la que el Madrid recupere la simpatía que durante mucho tiempo se le profesó en España; al contrario, es uno de los principales artífices de la actual ficción que presenta mundialmente a los culés como un club «solidario», «con valores», «de cantera». Por ello, sólo puede calificarse de terrorífico que una empresa dirigida por este hombre decida los contenidos de nuestra televisión. Y sin embargo, JAS siempre lo ha favorecido en la medida que le ha sido posible, pese a ofrecer un canal de baja calidad y con gran retraso técnico (probablemente fue la última cadena nacional en adoptar el formato panorámico, estándar desde hace muchos años).
Son estos los graves pecados de Garfio, que habrían sido motivo de despido fulminante en cualquier parte y curiosamente han quedado impunes. O este hombre es un completo incompetente con la complacencia de toda la directiva, o tiene un plan perfilado al detalle, bien como salvador desinteresado (o casi) de un club que está pidiendo a gritos un relevo, bien como parte beneficiada de una revolución merengue. Mientras tanto, nuestro pobre Flóper Pan está cada vez más enajenado, absorto en su Nunca Jamás Galáctico, sin darse cuenta de que el Jolly Roger avanza imparable y repletito de piratas. Puede que el polvo de hadas proporcionado por Campanilla Redondo lo mantenga en el aire unos meses más, pero mi pálpito es que toda esta historia va a estallar antes de que acabe la presente temporada. ¿Y los Niños Perdidos? A esos se la sopla todo.
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No quiero terminar sin recordaros que en pallacanestro tenemos un partido en el Palacio contra Olympia y Coz decisivo para encarrilar la clasificación en el Top 16. Los griegos fueron apalizados de 20 puntos la semana pasada por el Zalgiris, pero eso en mi opinión sólo los hace más peligrosos. Sinceramente, o ganamos hoy o quedará bastante claro que este año iremos a por metas menores, como la ACB y la Copa. Los nuestros tendrán que aguantar nuevamente a la gota malaya de Spanoulis, pero para eso les pagan, oye.
Euroliga, Top 16, Jornada 5. Real Madrix-Olympia y Coz (20:45, Streaming).