Nietecitas Fúrbol Cluc

https://youtu.be/PKQshEtSSw4

No ha hecho falta escuchar mucho a Zidane para tener una idea bastante aproximada de lo que va a ofrecer su Madrid. Intentaré encontrar una palabra que lo resuma. Ammm, cuál podría ser… ah, ya: mierda. En el ultracompetitivo mercado de entrenadores, sólo destacan aquellos que logran inculcar una férrea disciplina de trabajo a sus pupilos y/o que tienen una idea futbolística muy clara, preferiblemente de cosecha (más o menos) propia. Oyendo al bueno de Zizou, resulta imposible creer que posea ninguna de las dos cosas. Es más, parece que su idea futbolística es lo más tópico y previsible que uno pueda imaginarse: «tener la posesión y atacar». Aaaajá. La piedra filosofal, oiga. Le faltó decir «y meter muchos goles».

Resulta complicadísimo creer en el Zidane entrenador porque las cuatro generalidades que ha soltado son precisamente las que le encantan a periodistas que lo más redondo que han pateado en su vida es la cabeza de sus hermanos. Más difícil aún es tener fe cuando se le oye decir que está asombrado con la calidad de sus futbolistas, que en los entrenamientos nunca pierden la pelota y que Cristiano jugará en la banda o donde se le antoje; y que, por supuesto, tirará las faltas. Zidane va a fracasar casi con seguridad en el Real Madrid porque ha venido a apuntalar una situación fundamentalmente podrida y a intentar sacar resultados mediante el mil veces fallido método de tener contentas a las nitecitas de Floper (alias «los mejores»), a ver si un día les da por demostrar su calidad. No se atisba la menor intención de introducir desafíos en forma de cambios notables en el once, mayor exigencia en lo físico o concepciones futbolísticas alternativas.

Llega al Bernabéu un Depor que desde el célebre Centenariazo trata de repetir la hazaña, aunque su preocupación real sean mantener la categoría. Los dirige Víctor Sánchez, que hasta ahora ha ejercido principalmente como segundo de Míchel (!) y que anda en busca de una personalidad propia. Cogió al Deportivo en Abril del año pasado, y desde entonces sólo ha sufrido cuatro derrotas. Ciertamente, en un partido sin cosas raras podemos golearlos sin demasiado problema; lo malo es que aquí son muy escasos los partidos sin cosas raras. Francamente, prefiero que perdamos 0-5, con Cristiano tirando todas las faltas, y que el siguiente partido lo perdamos por 5 también. Y el siguiente. Y el siguiente. Así hasta que a Zidane se le quite la sonrisa de bobalicón y admita que el equipo que lleva fracasando continuadamente desde Diciembre del 2014 quizá no sea tan buenísimo, que un sistema de juego es algo más que «tener el balón» y que Cristiano no debe tirar las faltas porque, simplemente, lo hace muy mal y nos cuesta puntos. Lo cierto es que la crisis acabará asomando, y entonces no estará tan claro que hayamos ganado con el cambio de míster.

Zurrados por los hijos de Putin

Por Entibia

Nos fockaron y bien fockados. Con el Chacho como único base puro tras la lesión de Llull y lo poco que le permitió Laso al Wonder Boy (lógico si pensamos que tiene 16 años, pero veremos si nos quedan muchas temporadas para disfrutarlo), al final se le notaron al canario el exceso de minutos: las pérdidas de balón y las malas decisiones se multiplicaron hasta llegar a perder por más de 20. Ojo, que la diferencia de puntos es importante y que la cosa va a estar muy igualada.

Lo más destacable, la bronca de Laso al inicio titubeante de Luka: «Ni una puta jugada, cojones, ni una puta jugada”. Teodosic flotaba, y como el primero no entró y el segundo no se atrevió a tirarlo, broncazo que te crió. Bien está. Otro cualquiera se hubiera metido bajo las faldas de mamá o debajo de la toalla, pero éste no. Tras el tiempo muerto, Teodosic volvió a pasar el bloqueo por detrás. «Vale, pues me lo tiro y pa dentro». Y así hasta tres veces, intercaladas con una media asistencia. No está mal para el crío en pocos minutos del segundo cuarto. Lo que más me gusta de él es uno de sus defectos: suelta el balón pronto, tal vez demasiado, y a veces se queda sin bote en su afán de iniciar la jugada. Pero claro, acostumbrados a ver al Chacho botando 18 segundos del ataque, cualquier cosa parece demasiado pronto.

Otro a destacar, KC Rivers, gran partido, como si no se hubiera ido. Lástima que no lo buscaran más cuando estaba caliente. Será un refuerzo clave, y ahora mismo está para ser actor principal y no un mero secundario (la tercera opción de ataque en el Chachosistema). Poco a poco se irán sumando más, paciencia. Como Maciulis, que hace muchas cosas cuando está en la pista pero desde que se llevó la hostia en el ojo no ve, y eso es malo cuando tienes que tirar a canasta estando solo. En fin, este partido lo hemos visto más veces, pero no pasa nada, acaba de empezar la cosa en el grupo y quedan partidos por delante para enderezarlo. A ver si conseguimos la clasificación antes de que Rudy se recupere y empiece a joder Ronaldo style.

PD. El negro Trompkins tiene mano pero no tiene sangre. Cortar la mano.

Adiós, Bromuro; Hola, Kebab

https://youtu.be/ve1CYodSVjg

El pobre Benítez ha sido (exceptuando los parches de emergencia tipo García Remón o López Caro) el entrenador más irrelevante que ha pasado por el Madrid en muchos años. Así lo atestiguan las formas de su destitución, un acto de un cinismo atroz y ultrarápido, con una duración inferior a 4 minutos… ¡¡incluyendo la presentación del nuevo entrenador!! Florentino mostró su peor cara, desechando al míster saliente como un condón usado mediante el ridículo eufemismo «hemos decidido resolver su contrato», como si las palabras «despido» o «destitución» fueran demasiado ásperas para el Madridismo Teletubbie que al parecer quiere implantar (por cierto, vergonzante la Tertulia-NODO de RMTV. Una cosa es la moderación de la crítica en un canal oficial y otra la pleitesía sin tapujos).

El golpe a la imagen del club ha sido demoledor, porque se ha vuelto a demostrar lo que vale la palabra del presidente: nada. Cuando habla sobre la situación del equipo suelta invariablemente un discurso prefabricado para contentar a los socios (esa masa acrítica), y cuando ratifica al entrenador está a dos malos resultados de despedirlo. Es un dirigente mentiroso, voluble y débil, cuya fecha de caducidad pasó hace tiempo. El hecho de que no se divisen alternativas aceptables no nos habla de su, sino de la completa decrepitud del madridismo.

Benítez fue un error desde el principio, no tanto por cuestiones futbolísticas (casi todos los sistemas son viables aplicados debidamente) sino por una simple cuestión de talla: el puesto de entrenador del Madrid exige unas cualidades de gestión de grupo, estoicismo y combatividad que jamás han adornado a este señor tan anodino. Cierto que le han puesto muchas dificultades, pero la culpa de su fracaso es exclusivamente suya: hasta un tipo que cojas aleatoriamente de la calle y pongas a entrenar al Madrid tiene un poder supremo: el de decidir la alineación del equipo; a veces es casi el único que tienen. Dicho poder les permite premiar y castigar, e incluso si la mayoría de las estrllas se vuelvan en su contra podrá usar esa arma para alinear suplentes y dejarlas en evidencia,: morir matando.

Benítez no quiso saber nada de eso y prefirió claudicar. Su «método de lucha» ha consostido en sonreír mucho para que la gente no dijera que es antipático. Lo que más desprecian los matones, evidentemente, es la cobardía. y con tal actitud el míster firmó su pena de muerte. Su fútbol ha sido inane, su dirección durante los partidos inexistente y su pleitesía ante las estrellas sonrojante. Simplemente no ha estado a la altura. Hacía mucho que un técnico blanco no acababa la temporada, pero lo cierto es que éste llevaba muchas papeletas. Destituir a un entrenador a mitad de curso es siempre un fracaso (yo lo habría aguantado), pero nadie lo echará de menos (con la posible excepción de Hilde).

Llega Zidane, el enésimo experimento con gaseosa. Va a entrenarnos «porque sí, porque era un jugador muy bueno», siguiendo ese patológico empeño florentiniano de reverdecer laureles pasados, incapaz de abrir él mismo nuevas rutas (ya quiso que en su momento entrenaran Valdano y Sacchi). El principal problema del marsellés es un carácter que podemos definir como… peculiar (Chamberí lo describió genialmente como «el autista argelino»); de las tres cualidades que he descrito antes (gestión de grupos, estoicismo y combatividad), dos nos las veo por ningún lado y la otra me parece harto dudosa. Zidane no creo que sea alguien que se pliegue tan obviamente como Benítez, pero sí que realice demasiadas concesiones en pro de la ansiada paz social. En un par de alineaciones sabremos de qué pie cojea.

En español, Zizou tiene el típico acento de morito inmigrante, y se expresa de una forma demasiado coloquial: «Presi»; «Yo pongo siempre a los mejores, ¿sabes?». Hasta ahora no se le ha atisbado ninguna agudeza intelectual o de carácter; igual las tiene, pero vaya, bastante ocultas. Mi pálpito es que aguantará hasta Junio con un fútbol ramplón y luego se largará quejándose de que no tuvo suficiente tiempo para trabajar. Por supuesto, tras esto no habrá asunción alguna de responsabilidad por parte de Floper y JAS, esas dos grandes luminarias de la gestión deportiva, como ayer volvieron a demostrar).

La culpa fue del álbitro

marcgenou

Si hoy me decís que tengo que adivinar al rival solo por la silueta y el ruido de la grada, os diría que hemos jugado en el Rico Pérez. Comienzo esperanzador que ha durado hasta que misteriosamente Kross ha decidido echar el ancla y rascarse las bolas. Lo de este horchatero es de libro. Gatillazo para el 2-0 y la pareja de Dos tontos muy tontos a pleno rendimiento para llegar al intermedio empatados.

Y así hemos transcurrido hasta que la injusticia del fútbol dicta que un honrado y noble Kovacic se debe de marchar del partido por exceso de celo. Otro flashazo de Bale para que Pepe pueda descuidarse en la siguiente marca y no salir con el culo suficientemente escocido.

Por si fuera poco Benzema también se ha enfadado y Ramos se ha autoproclamado jefe de prensa del club. Razones para creer.

Custer

La Champion va a ser para el Madrid un Enterrad Mi Corazón en Wounded Knee. Última batalla de las Naciones Indias contra los fusiles de repetición, el Imperio, la lógica… El Progreso. O los mandan a La Reserva o enterrarán sus corazones en la nieve. No es que no quieran… Es que no pueden. Será una masacre. No quedará nadie en pie para contar esta extrañísima historia de dioses y de monstruos. Con los cuchillos embotados, fuera de las praderas y de sus Montañas Negras, en un bosque helado. No tienen la más mínima posibilidad de sobrevivir. Nada funciona. Nada furula. El incendio lo ha devorado todo. Topismo, Muriñismo, Anchelotismo, Florentinismo, Gagasismo, Gongorismo…

El Bismarck hundido pero con sus cañones aún latiendo bajo las olas. Aquí ya no te puedes fiar de nadie. Ni (como ayer) de los árbitros. Os han esperado en Wounded Knee, os llevaron de la mano al matadero. No vais a salir ninguno con vida. La metralla impedirá reconocer al guerrero de la squaw. Enterrarán vuestro corazón y allí seguirá pudriéndose hasta el chirriar de dientes. Última Canción de Batalla. Última Canción de Muerte. No queda roca, arbusto ni sol de invierno donde protegerse. No hay posibilidad de escape. Os han rodeado. Sólo nieve.

¡Disparad, malditos!
¡Hasta la última bala!

El Socio

El partido se resume muy fácilmente en dos jugadas, y no precisamente las de los tantos madridistas (que en toda justicia que fueron golazos). La primera de ellas es la que siguió al penalti no pitado sobre Bale: tras este error arbitral, lo único que se le pedía era al Madrid era apretar el culo durante 60 segundos y llegar al descanso con un resultado cojonudo para sus intereses. Sin embargo, era demasiado pedir: No es ya que les permitiéramos marcar, sino que se lo pusimos en bandeja con un penalti demencial del sospechoso habitual Pepe. La segunda jugada es la posterior al 1-2, un gol que logramos sudando tinta (¡con un jugador menos!) y fundamental para la Liga. Esta vez tampoco logramos el minuto de concentracion necesario para contrarrestar los primeros ataques del Valencia (los más briosos) e ir minándoles la moral. Ese minuto maldito es nuestro actual límite, amigos: podemos hablar del árbitro, del viento, del céspet y de si la abuela fuma rubio o negro, pero el auténtico problema es una brutal falta de tensión competitiva (aparte, por supuesto, del inane sistema benitesco y de su vergonzante elección de jugadores). En suma, no hay nada nuevo bajo el sol: vean desarrollarse el drama como quienes ven al suicida caer desde la azota, conscientes de que su destino está sellado. Street Pizza para todos.

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– Violencia: 2 (Vete a saber)
– Madrit: 2 (Benzema y Bale)

Incidencias: el autobús de la grada Fans fue apedreado por gente con mucho honor.

Un partido en la grada animativa

Jpeg

Ayer, dos años y medio después del debut de la grada de animación, tuve la ocasión de visitarla en su estado actual. Mucho han cambiado las cosas desde esos primeros tiempos heroicos y casi clandestinos, y a día de hoy la Grada Fans RMCF (nombre no relacionado con esta web) está mucho más integrada en la estructura del club (aunque aún queda bastante por hacer en ese aspecto). Llama la atención el rigor en el control de acceso: yo pasé con una entrada de cesiones y, además de tener que mostrar el DNI en taquilla y torno, me pusieron una pulsera irrompible y debí superar dos cacheos. Como puede verse, es simplemente imposible revender entradas para esa zona del campo, por más que proclamen lo contrario lo que queda de nazis sur y sus organizaciones satélite («Movimiento ámbar» y «Socios Real Madrid»). Lamentablemente, no puede decirse lo mismo de las entradas normales, que siguen siendo ofrecidas en todo el perímetro del estadio por personajes decididamente siniestros, ante la absoluta indiferencia del club. ¿De dónde salen estos cientos, quizá miles de entradas? ¿Es ésta la imagen de una multinacional del siglo XXI? ¿Acaso esta reventa flagrante no afecta a los derechos de los socios, que supuestamente tanto preocupan a los palmeros de los ultras? En fin.

El perfil del gradero es eminentemente joven (mayoría de veinteañeros y treintañeros) y hay bastante elemento femenino, en torno al 20%. El requerimiento de llevar los colores del equipo ha sido todo un acierto, y la grada forma una agradable mancha blanca en un estadio no muy dado a la homogeneidad visual. Se respira un ambiente agradable y seguro, lejos de esos tiempos donde debieron coexistir aficionados normales y ultras resquemados, cuando cada partido era una aventura y ni siquiera estaba garantizado el control del micrófono, que si no estaba custodiado por unos matones era directamente saboteado. Pese a ellos, quedan aún algunos elementos que lucen iconografía filoultra (el escudo del Madrid sin corona, con fondo negro y rodeado de laureles), como aferrándose a aquellos tiempos superados. Desde esas alturas del 4º anfiteatro también es posible divisar a los escasísimos y dispersos partidarios del «movimiento ámbar» (alias «movimiento pis»), que difícilemnte llegan a la treintena. Destaca la cuidada parafernalia gradera, con atractivos banderones y pancartas repartidos por los cuatro sectores de localidades.

https://youtu.be/feiO425sn8w

Tras la liturgia de cantar la alineación y el himno de la Décima, comienza la animación, un «curro» que dura 90 minutos. El actual speaker se siente muy identificado con su papel, mostrando un entusiasmo que raya en la imprudencia temeraria: encaramado en las barandillas y de cara al público, tan solo un fino raíl sus espaldas lo protege de una caída mortal de necesidad; no parece importarle. Este orondo personaje tiene la misión de mantener tensionados a los parroquianos durante hora y media, animándolos o regañándolos según corresponda, e intentando imprimir a la animación la cadencia propia de una galera (cosa por otro lado imprescindible para lograr el ambiente deseado). No es fácil aguantar el ritmo: la voz se resiente enseguida y dar palmas sin parar es un ejercicio exigente, que precisa resistirse a la tentación de ver plácidamente el partido. En ocasiones el speaker interpela a las distintas peñas de la grada para que inicien ellas un cántico. Si bien su empuje es realmente encomiable, no puede decirse lo mismo de sus habilidades vocales: a menudo sus cánticos son demasiado graves, con un tono que recuerda al de un oso un oso, lo cual empeora la musicalidad de los temas dificulta cantarlos con fuerza.

El actual repertorio es bastante variado, con cánticos que funcionan muy bien y otros que no tanto. El «descontrolados» es muy popular, aunque alguno debería moderar un poco su «descontrol» para no descalabrar a sus vecinos haciendo el imbécil. Otros momentos graciosos son el «trenecito», en que los graderos se desplazan a izquierda y derecha agitando sus bufandas en el aire y el «shalalalá», que se inicia con la gente agachada y oculta tras los asientos. Algo simplemente incomprensible es que se cante a menudo el «Go west» (iniciado con la estrofa «Lucha, siempre hasta el final»), repitiéndolo hasta la saciedad, pero sin llegar nunca al estribillo, que toda la vida fue uno de los cánticos más potentes y fáciles de seguir en el Bernabéu (ése que dice «Aléeee, Real Madrid, alé»). Otro gravísimo error es dedicar nada menos que tres cánticos (!!!) al Atlético de Madrid, una actitud propia de equipo pequeño y pueblerino, obsesionado con rivalidades locales. Entre las posibles mejoras, también vendrían bien unos bombos y megáfonos en el 4º anfiteatro, que siguiendo lo marcado por el 3º mejorarían la integración de esta zona.

Jpeg

Conseguir tirar de la inmensidad del Bernabéu no es ni fácil ni difícil, es casi imposible, por una simple cuestión numérica: 1.600 no pueden arrastrar a 88.000, especialmente cuando esas decenas de miles tienen un perfil muy avejentado y pasivo. Especialmente difícil resulta la tarea en días como el de ayer ayer, en que el equipo no acompañó mucho e incluso en la propia grada Fans hubo momentos de decaimiento. ¿Cómo rugir cuando ves a un jugador como James salir ANDANDO del campo con empate a uno? Su actitud dejó claro que está definitivamente perdido para la causa, y que Benítez durará exactamente lo que los jugadores quieran. Al menos vimos un gol maravilloso de Ronaldo y una gran actitud de Bale, cosas que nos recordaron el potencial del equipo, pero que muy difícilmente bastarán para ganar algo este año.

Sea como fuere, la grada cumplió su labor de forma encomiable. Cuando había pitos redobablan sus esfuerzos, simplemente porque lo consideraban su deber. Esperando a que algún día se cumpla el sueño de todo un fondo dedicado a la animación, los graderos llevan a cabo lo que es prácticamente un trabajo para el club, exigente en lo físico y con la única compensación de un abono rebajado. Además, aún no es un espacio saneado al 100%: debido a los elementos proultras que quedan tanto dentro como en los alrededores de la grada, cada jornada sigue siendo una lucha, como me contó el presidente de PB. Tras el partido, los graderos nos fuimos a tomar unas tapas, por supuesto de salchichón Manolito; salchichoneros, sí, pero orgullosos. Sinceramente no sé de dónde saca esta gente la energía y el entusiasmo para entregarse a tope partido tras partido. El madridismo puro debe parecerse bastante a esto.

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– Real Madric: 3 (Ranaldo (2, 1 de pen.) y Lucas Vázquez)
– Real Bildu: 1 (quién sabe)

Incidencias: Buena asistencia naboideña.