La primera impresión que saqué de la comparecencia del bonobo jefe es que no sólo no va a dosificar sus comparecencias, sino que va a repetirlas cada vez que se aburra o hagamos el ridículo en algo, es decir casi todas las semanas. Viudo y con su sucesor en ACS ya escogido, pocas distracciones le quedan a Flopor aparte de montar su propio «aló presidente», y por penoso que sea el motivo de cada aparición, ya es lo único que le proporciona algo parecido a la adrenalina. ¿Lo de librarnos de la eliminación? Pues está jodido, muy jodido. Fernando Roig ha dicho que la Federación le comunicó la sanción de Chery en su momento y al parecer eso es lo único que se necesita para hacerla oficial. Vamos, que salvo virguería de nuestros abogados podemos darnos por jodidos.
Pese a todo, Floper opina que el Madrid no ha hecho nada mal y no va a echar a nadie, ya sea por convencimiento o por lo impopular de tal medida. Le faltó sacar un pito y decir «circulen». Lo que tengo claro es que no piensa coger el globo, a menos que lo corran literalmente Castellana arriba, algo que podría ocurrir perfectamente si la mano que mueve la mecedora sigue haciendo las cosas igual de «bien». Ciertamente, la comunicación de una sanción puede no llegar, pero también puede ser «traspapelada» u «olvidada»; y desde hace tiempo se están tomando una serie de decisiones tan desastrosas que parecen orientadas expresamente a dejar mal al club. Que se ande con ojo Flopor, que se le está poniendo cara de presidente de honor. En todo caso, mientras la sanción no sea firme queda un hilillo de esperanza, y si el derecho deportivo nos exonera debemos seguir en la Copa a toda costa y ganarla, por joder. A ver si aprendemos ya que nuestra única posibilidad de supervivencia es el hijoputismo.
Otra bola de partido salvada fue en el basket, con un choque muy emocionante contra el Fener. Pese al mal primer tiempo y a que varias veces la cosa pareció perida, el equipo acabó encontrando su juego y… sí, Doncic volvió a brillar. La verdad es que cuesta entender que Laso lo dosifique tanto, cuando está en tan claro estado de gracia. Lo que más llama la atención de este jugador -aparte de la efectividad en el tiro- son sus finísimos movimientos, como de un hombre que midiera 20 cms menos, y la tremenda potencia con que entra a canasta, resultando casi imposible oponérsele. Al realizar estas penetraciones suele dar una vuelta completa a modo de driblaje que bien podría convertirse en el equivalente baloncestístico de la ruleta de Zidane. Importantísima arma este muchacho. Dentro de una semana nos espera el Bayern, en un partido que bien podría valer la clasificación y que será a cara de perro, pero ya estamos acostumbrados a eso.