Es un hecho poco conocido que residí durante varios años en la noble villa de Leganés. En contra de lo que cabría esperar por sus características (zona sur de Madrid, nivel socieconómico teóricamente medio-bajo…), este pueblo más bien gigante (190.000 moradores) nunca me pareció digno the recibir la bomba, sino un sitio bastante agradable. Quizá sea una sensación muy subjetiva, pero para mí Leganés no transmite opresión urbana de extrarradio como Alcorcón, Móstoles o Fuenla, sino más bien una sensación acogedora y de amplitud de espacios.
No son pocos pocos los alicientes de la localidad: además de una profusión de anchas avenidas, cuenta con una de las dos únicas pantallas Imax de todo Madrid, un bonito anfiteatro al aire libre (donde he sido tanto espectador como artista) y calles de nombres bastante exóticos, como la de AC/DC o la Plaza del Centenario del Real Madrid. Obviamente también tiene sus puntos oscuros, entre los que podemos destacar una universidad (para que los garrulos puedan estudiar sin salir de su puto pueblo) y varios lugares consagrados a tétricas figuras de la izquierda, tales como Rigoberta Menchú o el verdugo estalinista Ernesto Guevara, cuya efigie «adorna» la entrada del anfiteatro Egaleo. También fue donde reventaron los moros carnavalescos del 11-M. Mención especial merece «El monstruo de Leganés», quien tras muchos años de cachondeíto con el juego de palabras se hizo realidad en una de las famosas rotondas de la ciudad, siendo bautizado como «Nensi».
El Lega fue siempre un club simpático a fuerza de humilde, presidido por un entrañable vejete, Jesús Polo, que estuvo al mando de 1978 a 2005. Como curiosidades, fue el club de debut de Eto’o y el de retirada de Víctor. Butarque me pillaba relativamente cerca de cada, pero su acceso a pie no parecía nada bueno y la verdad es que nunca me molesté en ir a ningún partido. Es un campo majo y bien hecho, con el aforo justo (11.000 espectadores), nada bombardeable. En el 2003 se produjo una operación muy rara, cuando el empresario argentino Daniel Grinbank puso 6 millones y trató de convertir el Lega en un equipo de su país, fichando nada menos que 15 compatriotas y poniendo a José Pekerman de entrenador. Sin embargo, se salió pronto al ver que el proyecto no era rentable, y finalmente en 2005 Polo vendía sus acciones al empresario local Felipe Moreno. Este nombró presidente a su mujer Victoria Pavón, vieja aficionada del club. El año pasado, de la mano de GaritAno, llegaba el milagro del ascenso, curiosamente el año que descendía el Geta.
El Madrid y el Lega mantienen una relación de amo-vasallo, y eso no tiene nada de malo; al fin y al cabo es un sistema que funcionó de puta madre durante siglos. Pensar que podemos dejarnos puntos en Butarque es ciencia ficción: si al amo le apetece puede follarse a la mujer del vasallo, pero si este hiciera lo propio, al día siguiente estaría en el cadalso por felón; no tiene nada que ver con jugar bien o mal. Además, de los pepineros que vayan hoy al campo, como mínimo el 60% serán del Madrid, así que no va a haber exactamente un ambiente hostil. Zentradín ha dicho que no vamos a ganar fácil, pero vamos, sabe que es mentira, y podemos esperar más de un miembro del Equipo B como titular (¿descanso para Modric?). En las próximas semanas tendremos que atravesar un campo de minas, pero antes nos subiremos al bus y recogeremos 3 puntos en Lega, un sitio al que siempre vale la pena volver.