Partido trampa


Cambiar «el toro» por «el abonado».

Hoy los jugadores madrilistas afrontan uno de esos momentos con los que han soñado durante toda su carrera: jugar contra el colista de la Liga a un porrón de jornadas del final y fuera de todas las competiciones. La motivación va a ser una cosa loca, por no hablar de la asistencia al estadio; puede ser la peor entrada de los últimos 20 años. Al menos no lo han puesto a las diez como suelen hacernos los domingos para rematar la jodienda, pero la cita amenaza con ser lúgubre y anegada en crujir de pipas.

¿Cómo hacer que los jugadores muevan el culo hoy en el campo? Sólo se me ocurre una forma, la verdad: haciendo un once cien por cien alternativo, formado por jjjjjóvenes y desahuciados que quieran ganarse las lentejas. Al fin y el cambo, Zidane está en la fase «Chimo Bayo» (exte sí, exte no) y alguno de los a priori descartados quizá podría salvarse aún. De hecho, la convocatoria tiene varios nombres llamativos, como Luca Zipayo y un tal Altube (Youtube) en la portería (¿dónde está Moja?). Este corrimiento de escalafón se debe a la baja de Pijamita, por supuesta tendinosis del recto femoral, aunque yo creo que más bien tiene un esguince de polla. A ver si venden a este cabezahueca y recuperamos a Lunin del infierno pepinero.

Las otras líneas también tiene novedades: en el centro del campo vuelve el sargento de las Schutzstaffel Markus Llorentrofen (que se lesionará dentro de 15 días por falta de grasa corporal), y también tenemos a Valverde y a un tal Brahim, el átomo malagueño. Arriba los sospechosos habituales, y mencionar que Lucas Vázquez es oficialmente delantero (para los que nunca creísteis).

En fin, yo haría la alineación por orden inverso de minutos jugados este año, y a lo mejor el calvo consigue que el partido no sea un bodrio insufrible, pero lo va a tener complicado.

Mandarinazo

https://youtu.be/UdgijqFYU28

– Cuando no puedes dominar claramente al rival, bien está ganarle sobre la bocina, y eso es lo que hizo ayer el Madrí en Atenas, con una verdadera mandarina de Rudy que nos dio la victoria cuando ya sonaba el «¡meeeec!» Es un triunfo casi intrascendente en la clasificación (seremos terceros salvo milagro), pero tiene mérito ganarle a este Pao revitalizado bajo la batuta de Rick Pitino, un gringo que ha entrenado cienes de años en el basket universitario estadounidense. Bien está, tras la enésima humillación contra el Parcas. Rudy fue además máximo anotador, con 16 puntos, y 16 rebotes capturó Tavares, su récord con el Madrid. No está mal para un tío que en la pubertad casi no sabía ni caminar.

Lo del saber el rival de cuartos es simplemente imposible: queda jornada y media, pero nada va a decidirse hasta el último partido, lo único matemático es que Fener será primero y que los cuatro últimos están fuera. Todo lo demás es pura incertidumbre: Baskonia puede ser sexto o quedarse fuera, y en las mismas están Pao, Olimpia, Macabri, Olimpiakós, Zalgiris y Gayern. Amanecerá y veremos, dijo el ciego.

– Ayer entrevistaron a Piqué en uno de esos late nights para palurdos y le preguntaron cuántas veces había follado en el último mes. Respuesta: «¿Cuentan las del Bernabéu?» Jajejo jajota. ¿Joden estos chistecitos? Pues a ver si les ganamos de una puta vez.

– Operación Jovic (Jóbit): Dicen que le interesa al Madril este chaval con pinta de sicario… Full disclosure: He visto todos los partidos del Eintracht este año y es peor que Mariano. Ahora bien, si se empeñan en traerlo… Lo bueno es que los equipos alemanes pequeños no están acostumbrados a vender y es fácil timarlos. Con 50 kilos van que chutan. Por cierto, tiene un Cristo tatuado en el pecho… pues muy bien.

Gracias a los moros no gastamos

Me encanta esta espiral de gasto en la que se ha metido el fútbol continental. ¿Por qué? Porque gracias a ella nosotros no gastamos, alejándonos del lamentable espectáculo que están dando todos los horteras, manirrotos y nuevos ricos de Europa. Pagar verdaderas fortunas, precios de cracks por jugadores con 68 de stats en el FIFA es una aberración que hace llorar a los niños. ¿Es que nadie va a pensar en los niños? Que lo haga el Barcas no debe extrañar a nadie, porque son el equipo más hortera del cosmos y siempre, siempre son los que han tirado de los precios al alza. ¿Pero el aristocrático (a la vez que popular) Madrid? Par favar.

¿Y todo para qué? Para comer polla. Porque estas inversiones muchimillonarias de 500, 600, 700 kilos que han hecho varios clubes han tenido un resultado exacto de cero Champions. Las pelas en el fúrbol compran el éxito hasta cierto tiempo, pero luego hay un techo de cristal que sólo se supera con una combinación de misticismo, saber futbolero y caos. Por eso el Mandril ha engrosado obscenamente su palmarés gastando «dinero de bolsillo» mientras otros se iban a casa pagando el doble en nóminas. Sí, a base de inversión puedes llegar a dominar tu liga, pero ojo, que eso se puede lograr gastando mucho menos, y a partir de ahí invertir un 100% más no te hace un 100% mejor. Ejemplo paradigmático: el Gayern, que ha mandado en su Liga con puño de hierro durante lustros y competido fuerte en Europa con un gasto muy chequitito; si se los han follado ahora es por un mal ojo en los fichajes y por dejar envejecer la plantilla, más que por no invertir bastante.

¿Y Flópor, romperá la hucha e intentará sacarse su arrugada pichulina este verano? Tiendo a pensar que no, o que al menos el gasto neto será pequeño. Obviamente, si pudiera fichar al bluff (francés) del PSG haría de tripas corazón y pondría los 300 palotes sobre la mesa, pero parece que ese negro es ahora mismo prisionero del ISIS (o de sus financiadores, más bien). Desde luego, no se van a hacer salvajadas tipo Coutiño o Dempelé, gastar 150 kilos por tíos que pueden estar en el Cesena dentro de dos temporadas. Sí puedo ver 200 milloncejos por un Kane u otro delantero pintón, sí y solo sí se consigue soltar bastante lastre (imagino que el precio de salida de Bale serán 100 kilos). ¿Jasard? Habrá un largo tira y afloja. Si se esperara un año costaría sólo la prima de fichaje, pero el Madrí lo necesita ya y el Chelski se aprovechará de ello; no obstante, creo que por 80 kilos, incluyendo jugadores, quedarán todos tan amigos.

Sé que esto no le gusta a la gente, que quiere su chute de piperina y ganar la Copa de la Ilusión, pero qué queréis que os diga; con estos precios no se puede. Sí, es posible que nos toque volver a mamar, pero yo personalmente prefiero fichar poco y sobre seguro que empezar a traer a todos los piernas futbolísticos del mundo a precio de beluga.

España desfaise (non hai homes)

.
Qué cosa más kitsch.

Sí, bueno, ¿no? Estamos a un mes y cuatro días de las elecciones y aún no sabemos si España se irá a la mierda definitivamente por un puñado de votos. Sí, pueden ganar «las derechas», pero será por un margen estrecho, lo cual resulta paradójico cuando estamos en una encrucijada casi de vida o muerte para el país. ¿Por qué ocurre esto? Mientras cagaba en el baño, he llegado a la conclusión de que el motivo es que en las últimas décadas hemos perdido mucha población adulta en España; no me refiero a adulta por edad, sino por madurez intelectual y emocional.

Pensemos por ejemplo en el 15M. A día de hoy, todavía hay millones (!!!) de personas que piensan que fue un movimiento social de profundo calado. Unos cientos de desocupados y guarros okupando la principal plaza de España durante meses repitiendo consignas pueriles fue para todos esos millones un momento pivotal en su vida política. Lo cierto es que fue un fenómeno igual de cutre y vacuo que el Mayo del 68, pero sin tomarse la molestia de tirar adoquines y cócteles molotov.

No obstante, el 15M es sólo un síntoma: lo que subyace es una sociedad que quiere vivir eternamente en Nunca Jamás como el guarro de Michael Jackson. En la España de la Transición, a los 20 años ya tenías bigote y estabas pensando en casarte y tener una cipoteca (con razón, porque podías pagarla en cinco años). Hoy día, a los 40 estás pensando en «sentar la cabeza», a los 30 estás «en el momento de pasarlo bien» y a los 20 eres directamente un niño; un niño con derecho a voto, eso sí. Aunque discurriendo un poco puedo pensar en las ventajas del sufragio universal, las desventajas pesan tanto que inevitablemente pienso que hemos retrocedido al conceder este privilegio tan alegremente, lo que ha concedido que los líderes políticos vivan pensando en cómo hacer a sus electores promesas que nunca los saquen de su zona de confort. Y a medida que aumenten «movimientos» como el animalismo, esas promesas tendrán que ampliarse para incluir el garante del bienestar de chuchos, gatos, toros y demás seres irracionales (aunque la mayoría de animalistas no han visto un toro bravo en su vida, e ignoran que viven como verdaderos marqueses del mundo animal).

Puede que salvemos esta bola de partido, pero el problema estructural seguirá ahí. Ayer volvió Pablemos, y aunque ni siquiera fue capaz de llenar la modesta plaza del Reina Sofía, oye, aún van a votarle casi dos millones de panolis. Más los que votarán a la ETA. Y a los lazis. Y al Pacman. Y a la Colau. Mientras tanto, un partido como Vox es comúnmente denominado como extremista; que oye, yo no niego que puedan ser rancios, o que puedan tener muchos fachas sudaos entre su militancia o masa electoral, pero al menos han sabido identificar los temas claves para la supervivencia de la nación; no son ellos precisamente el peligro o el «extremo». En definitiva, tenemos que encontrar la forma de llenar nuevamente el país de hombres y mujeres, en lugar de «chicos» y «chicas». Eso o tirar la bomba.

Por cierto, hoy jugamos contra el Barcas de canastos.

Nos va a tocar el Barcas y vamos a morir

Dicen que los homenajes antes de los partidos dan mala suerte, lo cual siempre me ha parecido una chorrada, pero lo cierto es que ayer se homenajeó a Reyes por ser el jugador con más partidos en la historia de la Euroliga y el Madrid hizo uno de sus comienzos mierdosos, llegando a ponerse 18 abajo. En la segunda parte, gracias a la recuperación de la seriedad defensiva y a una aportación anotadora muy repartida, logró evitarse el ridículo (ver estadísticanales), pero la mala noticia es que las posiciones siguen como estaban: el Madrí no se mueve del tercer puesto y el Barcas persiste en el quinto, con muy poco margen para cambios ya.

Quedan únicamente tres jornadas, y para evitar este cruce tan desagradable tendríamos que ganar nuestros tres compromisos y que el Cheska pinchase como mínimo la semana que viene en Moscú contra el Fener. El problema es que nuestros partidos no son moco de pavo: Baskonia y Pao fuera y un partido «relajado» en casa contra el Zalgiris para cerrar la fase regular (exactamente el mismo choque que nos jodió la ventaja de local hace pocos años). En realidad es mucho más fácil que el Barcas quede cuarto, gracias a un calendario incomparablemente más sencillo, con Gayern fuera y Buducnost y Jimji en casa, así que tendremos que animar a nuestros amigos culerdos para que pillen a Efes. De todos modos, es mejor prepararse para lo peor e ir preparando el cruce contra los de Pesic, porque como nos echen Flópor va a tener que hacer descuentos del 60% el año que viene en los euroabonos de fúrbol y basket.

Por cierto, se rumorea a Nando Cocacolo como fichaje para el año que viene. ¿Os acordáis de cuando era un juvenzuelo que jugaba en Valencia? Pues ya tiene 32 tacos, pero sería un gran fichaje, un nuevo ratatá para ir sustituyendo a jugadores ya algo acartonados como Carroll. De lo que no se ha vuelto a saber nada es de lo de abandonar la ACB, pese a todo el ruido que hizo el club con el tema. ¿Será que al Tito ya se le ha pasado el cabreo de la final de Copa? Sigan, sigan.

Abolir el penalti

Una de las nuevas normas aprobadas para la próxima temporada por la FIFA International Board (una panda de carcamales biencomidos que hace parecer a la dinojunta madridista un panda de austeros jovenzuelos) es la prohibición de los rechaces tras un lanzamiento de penalti. Es decir que si mandas la pelota al poste o el portero la para, no puedes remacharla con un zapatazo o como sea, y en lugar de eso se concede tiro a puerta. ¿Por qué? Es ridículo, una vez lanzas el balón está en juego. Claramente esta norma ha sido concebida por gente tan hastiada que cambia algo por cambiar, pero sólo la puntita, sin abordar temas de verdadero calado como la masacre que se produce todas las temporadas con el fuera de juego, la regla más castrante y mal aplicada que existe.

¿Saben lo que haría yo si realmente quisiera cambiar el fútbol, aparte de reformar dramáticamente el offside? Eliminar los penaltis. ¡¡A tomar por culo!! ¿Y por qué? Porque se han convertido en una forma de manipular los partidos y los campeonatos, aplicada cada vez con más discrecionalidad y oscurantismo. Esta norma tenía sentido en el fútbol antiguo, en el que las faltas eran algo rarísimo (apenas se producían 3 o 4 por partido), y de ningún modo se consideraban una forma normal de defender. Bajo esa óptica, una falta en el área era lo bastante grave como para conceder un gol (eso es en la práctica el penalti) al equipo que la sufriera. ¿Pero hoy día? Se pita penalti cuando al árbitro le sale de los cojones: por faltas pequeñas, medianas y grandes, por manos intencionadas y no intencionadas, por mirar mal o por tocar a un jugador cuyo equipo «cuida mucho la pelota».

Este asunto se ha convertido en una mala broma hace tiempo, y hay que ponerle freno de una vez. Personalmente sólo conservaría el penalti en dos casos: cuando hacen falta a un jugador que va a rematar sin portero o cuando se intercepta con la mano un balón que va a entrar. Todo lo demás lo convertiría en libres indirectos dentro del área, que también son muy peligrosos pero no un fusilamiento al portero. Porque, pensémoslo: ¿a cuento de qué hacerle una carga o tocarle el tobillo a un tipo en la esquina del área tiene que convertirse en gol? ¿No se dan cuenta de que esto sólo estimula las zambullidas en el área (con diferencia la trampa más frecuente del fútbol) y la corrupción arbitral? Además, esta nueva norma tan extraña de los rechaces va en la línea de reducir los goles de penalti, ¿no? Pues que lleguen hasta el final y así podamos volver a un fútbol donde quien quiera marcar tenga que hacerlo con una jugada que lleve el balón a la red, no gracias a las dotes dramáticas y a los repentinos vahídos de sus futbolistas.