El drama del banquillo ya no daba más de sí, y desde ayer Lolpe es historia del Madrid, una historia recentísima pero que parece ya muy lejana. Su huella en el club será diminutiva, aún menor que la de Benítez: al fin y al cabo, Fat Benny logró comerse el turrón, aunque se lo cargaron dos días antes de Reyes; Goletepi no ha aguantado sino diez jornadas, el despido más fulminante desde… ni me acuerdo. Incluso Antic logró atravesar la línea de Año Nuevo. No lo he mirado a fondo, pero dejando aparte las dos dimisiones de Camacho, creo que el único técnico más breve en las últimas décadas fue Toshack, despedido un 17 de Noviembre (con la diferencia de que había entrenado al equipo varios meses de la temporada anterior).
La «resolución de contrato» también ha sido aún más fría que la de Benítez, sin que ningún representante del club se se dignara a comparecer ante los medios. Todo se despachó con un comunicado, que algunos han encontrado especialmente virulento por hacer mención al desaprovechamiento de la plantilla. Quizá esa parte sea un puntín inapropiada (y desde luego refleja el enfado de Flóper), pero a mí, la verdad, no me ha hecho arquear la ceja; simplemente se ha constado el hecho cierto de que esta plantilla da para más que ir novenos y llevar 4 de 5… derrotas en los últimos partidos ligueros.
Voy más allá y defiendo el despido en sí, independientemente de las formas. ¿Es bueno tener proyectos largos? Sí, pero tampoco se va a acabar el mundo por no tenerlos; esto no es más que una distracción, chous bísnes, y el Madrid estaba dando un pésimo chou, lo cual es malo para el bísnes. Lolpe tuvo su oportunidad, pudo trabajar mejor o peor, y cosechó los peores resultados del equipo en décadas. Incluso tuvo una ultimísima ocasión ante el Barcelona, únicamente por la insistencia del capitán, y salió del Nou Camp con otra manita (¿cuántas van ya?). Tampoco había un historial al que agarrarse, pues el palmarés de Toguepeli en clubes es inexistente. Su injusto despido de la selección le puso en bandeja una narrativa de hombre violentado con la que hacer palanca, pero ni eso supo aprovechar. Simplemente no había argumentos para mantener al técnico mientras la imagen del club se degradaba partido tras partido.
Lo que sí puedo cuestionar son las prácticas orwellianas que se aplican a los técnicos despedidos: poned desde hoy Real Madrid TV y os garantizo que no encontraréis la menor mención verbal, escrita o gráfica al ex entrenador; en los «debates» jamás se aludirá a que hubo un técnico antes de Solari. Y aunque Telefló obviamente es un medio de propaganda, humildemente pienso que existen estilos menos burdos.
Desde ahora todo pronóstico pasa por saber quién se encargará del equipo. Lo de Conte me extrañaba porque el club quiere traer a Hazard más pronto que tarde, será interesante saber qué alternativa se ofrece al madridismo. Contra lo que piensan otros, no creo que entrenar al Madrid sea un marrón, sino un reto apasionante, la prueba de máxima dificultad para los entrenadores que quieren probar su temple y conocimientos. Cierto que muy pocos dan la talla, y menos aún están libres, pero pase lo que pase será muy entretenido de presenciar, qué duda cabe. La última vez la improvisación funcionó excelentemente, veremos si en esta ocasión hay tanta suerte.