Potra y Keylor vinieron a nos

Custer

Primero fue el Madrid de los Señoritos, después llegó el de los Jerarcas y ahora que ya no quedan fuerzas para nada, que no pueden ni atarse las botas, que nuestro entrenador tiene la mentalidad de Fofó y el preparador físico la de Miliki, llega por fin el Madrid de Kali, el ¡HALA KALIIIII!, como única baza. ¿Será suficiente el HALA KALI para lograr La Anal?

En la filosofía hindú el terror es sólo un medio por el cual se accede a lo absoluto. Lo que aterra inspira, lo que destruye es fuente de vida. Cuando experimentamos el terror alcanzamos a ver lo que los sabios llaman shakti: el poder eterno, la energía femenina que mantiene vivo el universo. Esa Energía Femenina que nunca llegará a conocer en profundidad Reus, esa Virgen Negra, esa Magna Mater es, mira tú por dónde, el personaje más antiguo del mundo porque recibe adoración desde el Neolítico. Es la diosa de la tierra, de la fertilidad, del renacer en el último minuto y a tomar por culo la Juve. Se la conoce como Rea, Gaia… Kali pero todas las grandes madres relacionadas con la Tierra tienen su origen en Cibeles. Qué casualidad… si es que existen, a estas alturas, las casualidades.

Kali era en verdad una criatura de lo más horripilante. Tiene el cuerpo negro como la boca del lobo, seis manos con las que sostener espadas y la lengua teñida de algo que semeja sangre. Parece, además, que estuviese danzando sobre el cuerpo aturdido de un jugador del Bayern. Pobrecillos. Pobrecillos los boches. Ayer lo hicieron todo bien. Curraron como auténticos monos pero, ah amigo, su portero eligió un mal día para la caidita de Roma y el árbitro les tangó un penalti por la cara. Es lo que hay. ¿No queríais a Puigdemont? ¿No sois tan demócratas? Pues ajo y agua, chavalotes. Es Kali. Os habéis enfrentado al Madrid de Kali, un equipo legendario cuyo escudo es una guirnalda hecha de cabezas cortadas. Vuestras putas cabezas cuadradas más la mohicana de Vidal, y aunque el Madrid tiene varios nombres siempre es y será Kali la terrible.

Pobrecillos.
Se han enfrentado al Madrid de Kali.
Y ya van caminito de casa.
Follados.
Con la miel en los labios.
Y para casa.
Oooootra vez.
¡HALA KALIIIII!

El Socio

El goce del fúrbol, particularmente del fúrbol de eliminatorias, es algo muy particular: sufres durante hora y media con la promesa de un goce (el de la clasificación), pero si palmas te quedas con cara de gilipollas. Resulta entonces que todo ese sufrimiento no ha servido de nada, pero precisamente es la incertidumbre lo que hace único el disfrute obtenido. Este masoquismo tiene diferentes grados, dependiendo de la dificultad que tenga tu equipo para clasificarse: a veces no hay ningún sufrimiento y todo es pasarlo bien (cuando goleas), y otras vives una muerte lenta y silenciosa, especialmente en una situación como la de ayer, en la que estás durante un largo rato a un gol encajado de quedarte sin final de la Champions.

Eso es lo que nos tocó experimentar a partir del 2-2 de Tartajames, aunque claro, antes pasaron un chorro de cosas. Para empezar, el casi inevitable gol a los tres minutos. ¿Que había que defender como leones? Pues venga, encajamos nada más empezar, que son nuestras costumbres y hay que respetarlas. Pero el Madrid gana por caminos inescrutables, y sólo 8 minutos después anotábamos el «equalizer» gracias un pase extraordinario de Marcelo y una deficiente marca alemana, que permitían dar un exitoso testarazo a un cabezeador limitado como Benzema, que ni tuvo que menear el cuello. Lo del moro ya me he cansado de decir que es un medio que Zidane usa para hacer «sus cosas»; quienes lo han aceptado son felices, y quienes no se dedican a fumar en pipa. Ellos sabrán.

Desde entonces todo se desarrolló más o menos como pedí, rodeado como estaba de Jamesistas irracionales, algunos incluso apoyando al Bayern mientras vestían la camiseta del Madrid (¡¿QUÉ COJ…?!). Primero pedí que se llegara al descanso sin más goles; luego pedí que pasara lo que fuera en la segunda parte, pero que anotara primero el Madrid, porque lo que no quería bajo ningún concepto era la sensación terrible de tener el cruce igualado o perdido, y sobre todo quería evitar la abominable prórroga. Nada más reanudarse el juego se manifestó la patrona del madridismo y el fanscismo, Santa Potra, inspirando a Uelrich a cometer una de las cantadas de la década; temiendo que le pitaran una cesión, no supo si soplar o tragar, y al final tragó, concretamente el gol más fácil de la carrera de Benzema. Otro que nos ayudó mucho fue Müller, uno de los jugadores más sobrevalorados de Europa, y a Lefandosky parece que también le van quedando grandes los partidos de este calibre.

Con todo, finalmente llegó ese 2-2 (explosión de júbilo en el Team James), que nos abocaba a media hora de vida sobre el alambre, a 200 metros sobre el suelo, con viento y sin red. Ahí volvió a aparecer Santa Potra y también Keylor Navas, que hizo el partido de su vida. Los cabalistas quizá atribuirán algún sentido a su acertado corte de pelo, gracias al cual pasó de parecer un recolector callejero de mangos a un camarero de Ferrero Rocher. Lo cierto es que ayer fue un portero mágico, llegando a balones a los que sólo algo extraordinario podía privar de ser goles. Particularmente, la mano que sacó rectificando a mitad de zambullida es de lo mejor que he visto en mi vida. Le reprochan algunos al tico que no sea un portero perfecto; si eso es lo que buscan, pueden seguir esperando toda la vida. Particularmente, yo seguiría otorgando una merecidísima confianza a este guardameta que va camino de su tercera Champions seguida. Tuvo que hacer horas extra nuestra protectora Potra, que confundió a un Hummels que tuvo el pase en su cabeza; la agonía duró hasta el minuto 6 del tiempo extra, tras el cual pudimos liberar la tensión.

Por supuesto, no faltó el «robo» a favor del Madrid, esta vez en forma de un penalti que fue, pero realmente muy difícil de ver para Çakir, hoy tan vilipendiado https://youtu.be/LoCIAUpyNFQ. A mí los «atracos» ya me parecen una bonita tradición que aumenta notablemente el disfrute de nuestras victorias, especialmente al ver las reacciones que suscita en «el enemigo que siempre vigila». Si alguien me preguntara la definición del «LOL», le diría esto: un culé con los ojos desorbitados gritando «¡¡PANAAAAAL!!» En el Yoya se les ha ido la pinza del todo, y aseguran que la única solución es acudir a la justicia ordinaria con pruebas irrefutables de «la gran conspiración». Buena suerte con eso, yoyerdos, yo pagaría sólo por ver la cara del juez.

En fin, ahí estamos, en la tercera final consecutiva de Copa de Europa, hito sin parangón en el fútbol contemporáneo, que tendría explosiva culminación logrando el título; si hasta hace poco muchos consideraban imposible ganar dos Champions seguidas, ¡¡qué decir de ganar tres!! La verdad es que la noche (tarde en América) dejó excelentes sensaciones: los colombianos recibieron un benéfico baño de humildad, y podrán olvidarse de su obsesión jamesista por lo menos hasta Junio; los madridistas vivirán todo un mes lleno de expectativas y animadas charlas. Admito que me dejan con el culo torcido los que hablan de desatre táctico y de jugadores que no dan pie con bola; joder, el día que lo hagamos en bien nos salimos del mapa. En todo caso, el masoquismo ha compensando esta vez.

– Real Madrid: 2 (Benzema)
– Gayern de Múnich: 2 (Mikkich y James)
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Ni el pelo de una gamba

Vuelta de semis contra el Gayern en el Pipas; señores, no se despacha nada más grande ni de mayor nivel en el cosmos futbolístico. (¿Mundial? ¿Qué es eso? Ah, sí, esa cosa que ven las zorritas en la tele con la cara pintada de colores). Los caminantes blancos obtuvieron un resultado de lujo en el Allianz Arena, un 1-2, pero como ya sabréis queda mucha tela que cortar. Me reitero en lo dicho en anteriores entradas: marcar no es la clave para los blancos en este partido, de hecho es algo que llegará casi seguro por la inercia del juego; lo fundamental será frenar las acometidas bávaras y evitar esos goles que tan dañinos serían para nuestros intereses.

Sí, estimados amigos: el Bayern nos quiere follar analmente, sin amor ni nada. Habrá a quien esto le parezca cuestión baladí, e incluso se plantee coquetear con el sexo entre varones: «venga, un rato por probar»; «vale, pero sólo la puntita». No saben cómo se engañan: muchos iniciaron esa estrecha y oscura senda, para no volver jamás.

Efectivamente, la clave está en la defensa, la D-fense, que sólo puede ejecutarse sólidamente a base de velocidad, calidad y concentración. Las dos primeras las traen de serie nuestros zagueros; la última, bueno, por días y ratos. Hoy deberán ejercerla al máximo durante 90 minutos (¿120, acaso?), porque cualquier resquicio, cualquier milímetro descubierto, será el hueco que aproveche la wurst alemana para excavar un profundo túnel del amor.


Potra, no nos desampares.

Por supuesto, también necesitamos que potra esté con nos; cierto que el otro día nos asistió durante todo el partido, pero nos hace falta su compañía durante hora y media más. ¿Querrá seguir siendo nuestra valedora? Y por otro lado, tras los indescriptibles sacrificios y rituales psicomágicos que debieron ser necesarios el otro día, ¿le quedará fuerza chamánica al irrepetible Von Rothbart para culminar la tarea? Son preguntas que tendrán respuesta esta noche.

Isco está lesionado, no habrá truco del enano. ¿Bale titular buscando masacrar al contragolpe, en un último cantar de gesta? Improbable, pero de ocurrir sería hermoso. El equipo afronta una tarea complicada, pero la fazaña inédita de alcanzar la tercera final seguida está al alcance de la mano; lo normal es que se pase, de un modo u otro. ¿Que algún hincha se infartará por el camino? Bueno, toda guerra necesita carne de cañón.

¿Cuánto vale una liga culé?


Farsalonista observando emocionado campeonar a su equipo.

Pues mira, depende. En los años del «Aquest any sí», era la polla, y cada campeonato valía su peso en oro. Hoy día, en que están habituados a ganarla, la realidad es esta: vale según lo que haga el Madrid. Si los dos equipos siguen en Chempions o el Madrid está fuera, la Liga es cojonuda. No obstante, con el Madrid dentro y el Barsa fuera, como este año, es una celebración descafeinada, que sólo tendrá pleno sentido si los blancos quedan eliminados. Pero claro, esa posibilidad sólo puede darse dentro de dos días, cuando el partido contra el Dépor (para colmo les ha tocado ser campeones fuera) sea ya un recuerdo muy, muy lejano.

Ha querido la casualidad que, además, el Clásico sea el fin de semana que viene. En principio sería un duelo intrascendente, pero como el Madrid se clasifique para Kiev saltarán chispas: los culerdos querrán demostrar que «son los mejores» y el ambiente estará más que caldeado; eso dejando aparte todas las reivindicaciones del «popla oprimit», claro. Recordemos otro detalle importante: el Parcas tiene la posibilidad de terminar la liga imbatido, algo casi inédito en las grandes ligas europeas (sólo recuerdo que lo hiciera una vez el Arsenal y quizá el Milan de Capello). Si el Madrid pasara a la final de Champions y ganara en el Kampf sería una doble estaca en el corazón culé que tardaría mucho, mucho en olvidarse y que dejaría el título de Liga en simple anécdota (más aún si también ganáramos la Euroliga). Y no es porque lo diga yo, es la realidad: la felicidad culera depende enteramente de lo que haga el Madrit. Por supuesto, también podría tocarnos el otro lado de la moneda, pero los jugadores tienen en sus manos que no sea así.

¿Qué ocurriría si fuera al revés, el Madrid campeón de Liga pero eliminado de la Champions, mientras el Barsa sigue adelante? Pues no lo sé, que yo recuerde no se ha dado el caso. A día de hoy la verdad es que ganar la Liga siempre es motivo de celebración para los merengues, porque nos hemos desacostumbrado a ello; es lo contrario de lo que pasó en la era Mendoza, cuando la quinta de la Quinta fue poco más que otra muesca en el revólver. Quizá sea imposible saber qué pasaría en esa hipotética situación hasta que se produzca, pero siempre he creído que el madridismo es mucho más optimista e independiente que el culerdismo. Obvio que se mira con el rabillo del ojo a los de la esquinita, pero una Liga siempre es una Liga, y la historia blanca lo más importante.


El carro de la 13, casi a rebosar.

Sea como sea, hay algo innegable: el recién campeón del doblete se siente indiferente y taciturno, e incluso baraja seriamente echar a su entrenador, mientras que un Madrid que ha hecho una Liga y una Copa desastrosas rebosa de ilusión y podría tener una temporada memorable. Paradojas del fúrbol, amigos.

¡¡A la Final Ford!!

Al igual que el fútbol, el baloncesto del Real Madrid ha tenido altibajos, épocas gloriosas y épocas oscuras. En estas últimas, que abarcan principalmente el final de los 90 y la primera década de este siglo, ni siquiera olíamos la Final Four, ya fuera en la antigua Copa de Europa o en la actual Euroliga. Eso es completamente distinto ahora, y el equipo ha estado presente en 5 de las últimas 6 finales a cuatro. No sé si llamar a esto un éxito, pero desde luego es una clara mejoría, y hay que dar el crédito correspondiente al duo formado por Sánchez y Herreros (que tuvo un comienzo francamente errático) y al técnico Pablo Laso.

Eso es lo bueno del equipo. Lo malo es que, consideraciones presupuestarias aparte, el Madrid de Laso no es un equipo ni remotamente sólido, y no lo ha sido en ninguna de las temporadas planificadas por el vitoriano. El guión que vaticiné para ayer se cumplió con exactitud, y el resultado del cuarto partido nunca estuvo asegurado, ni siquiera cuando nos pusimos con ventaja de 22 en el tercer cuarto (!!!). Esta montaña rusa de tanteos a la que nos tiene acostumbrados el equipo puede estar bien para dominar la competición doméstica ante en un Barça ridículo (bueno, el año pasado ni eso), y para ir acumulando Final Fours como quien colecciona medallas de plata y bronce, pero nunca servirá para crear un equipo hegemónico. ¿Se ha visto alguna vez un equipo de élite que tarde 7 minutos de un cuarto en meter una canasta de campo, con el entrenador mirando con cara de bobo en la banda?

Sabéis que soy un tanto dado al triunfalismo, pero diré esto con claridad: no somos favoritos contra el CSKA, un equipo mucho más disciplinado y regular, incluso teniendo como base a Sergio Rodríguez, cuyas peculiaridades todos conocemos. Que nadie se engañe, ayer el Pao se achicó cuando nos tenía cogidos por los huevos, y si ganamos fue por una mandarina milagrosa de Doncic (igual que entró podía haber dado en el borde superior del tablero) y por un Felipe Reyes que con 38 años debería ser un refresco, no el único jugador que mantiene el tipo en la pintura. Estas monerías pueden valer en casa y frente a un segunda espada europeo dirigido por un histérico como Xavi Semidesnatado, pero ante un CSKA o el Fener de Obradovic puede dejarnos nuevamente abochornados

Ojalá todo vaya perfecto y seamos campeones en Belgrado; en ese caso Laso seguirá, porque lo que funciona (aunque sea haciendo ruiditos y soltando humo negro) no se toca, pero en caso de no lograrlo, creo que este ciclo estará agotadísim. Reitero mi apuesta por David Blatt, entrenador quizá menos pinturero, pero de profundos conocimientos y caracter, y que dudo permitiera verbenas como las que nos ofrece regularmente el Madrid lolasiano; luego triunfaría o fracasaría, pero sería algo distinto a insistir en el error. Claro que con la cara que tenían todos ayer de «objetivo cumplido», cualquier cambio es harto dudoso.

Nota adicional sobre la Euroliga: Giannakopoulos será un loco peligroso, pero lamentablemente este campeonato privado no es mucho mejor que el que organizaba la FIBA. La canallada que le hicieron ayer al Khimki pasará a los dobles anales: yendo uno abajo y a falta de 5 segundos, los amarillos atacaron y https://youtu.be/0y7OaTVPiCc… ¡¡porque la mesa no estaba contabilizando los segundos transcurridos desde el saque!! Absolutamente inaudito que las reglas no permitan usar el vídeo oficial de los árbitros como respaldo para el cronómetro. Al Khimki se le privó del quinto partido por una bochornosa ineptitud técnica, que deja en pésimo lugar al consorcio Euroleague. Desgraciadamente, el basket continental sigue siendo incapaz de darse una organización homologable.


Siempre recordadas.

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La vengantsa: El Lega, ¿no? El equipo que nos echó de la Copa en un día de anal memoria. Con la Liga amortizadísima y la ultradecisiva vuelta de semis a tres días vista, preveo un equipo muy parecido al Castilla, lo cual no quitará para que los jugadores intenten darse un gusto a costa de los siempre estimados pepineros. Bien, que goleen si quieren, aunque deberían haberlo hecho entonces, no ahora. ¿Qué sería lo más interesante? Sacar a un equipo lo más parecido posible al que sucumbió aquella aciaga noche, para salvar al menos esa honrilla.

Qué bonito es ser mandril

https://youtu.be/3EiD5cB5y1k

Ganamos los dos partidos, qué pasa; no fue nada fácil, pero ahí estamos. El equipo de lolaso tuvo un comienzo particularmente horroroso, una especie de estreñimiento inverso: no le entraba nada. Por suerte, Panathinaikós no lo hizo mucho mejor, y ahí estuvieron los dos equipos mucho rato, equilibrados en el ascopena. Llull reapareció pero estaba perdido, como si llevara nueve meses sin jugar.

A 20 segundos para el final del primero tiempo, inesperadamente entró en juego el «factor Giannakopoulos»: Payne entró hacia la canasta madridista haciendo unos pasos muy claros, y de repente Xavi Semidesnatado Pascual saltó a la pista berreando como si le estuvieran apalizando a la madre. Tecnicaza, claro. Tanto él como su presidente son puro ADN Far$a: todo es un robo, todo una gran conspiración contra ellos… aun así, no sé qué coño le pasó por la cabeza: ¡¡armar la marimorena por unos putos pasos con el partido casi empatado!! El Madrid aprovechó el regalo para irse 6 arriba al descanso y tranquilizarse, que buena falta le hacía.

En el segundo tiempo aumentamos la ventaja a 13, pero por supuesto nos acabaron alcanzando, porque esto es el Mandril del lolaso y los parciales bestias en contra son impepinables. Por suerte, fue el momento escogido por Llull para regresar de verdad (no estaba muerto, estaba de parranda) y contribuir con dos triples a una victoria muy sufrida, aunque no lo parezca por el marcador (81-74). Estamos ya sólo a un pasito de la Final Ford, pero -y lamento insistir- no podremos celebrar nada hasta el pitazo final, tan loco es este equipo. Eso sí, con hacer un partido mínimamente mejor que el de ayer nos debería llegar; con eso y, a ser posible, con otro ataque de furia de Xavi en un momento clave.

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Sobre el fúrbol, mi principal impresión es que lo que este año no nos ha dado San Bombo, nos lo ha dado Santa Potra. Desde luego, el primero parece habernos ignorado por completo: PSG, Juventus y Bayern, ¡¡vaya caramelitos!! Pero como en la mitología griega, el héroe maltratado por una deidad es favorecido por otra: hemos disfrutado una chorra importante en momentos decisivos, y como bien sabemos, eso unido a la calidad y los huevos te va llevando poquito a poquito hacia los títulos.

Abundando en esto, seguramente habríamos visto otro partido si el Bayern hubiera marcado en su ataque del minuto 2, pésimamente defendido por el Madrid, pero que acabó con remate fallado estrepitosamente por Bluffller. No fue la única ocasión en que Santa Potra veló por nosotros: los de rojo tuvieron varias ocasiones claras para ponerse 2-0, y cuando ya habíamos remontado, Lefan falló una de las que mete cualquier 9 porque… pues vete a saber por qué la falló. Además, nuestro rival sufrió algunas bajas importantillas: a las ya sabidas de Vidal y Alaba se unieron durante el partido las de Robben y Boateng, ¿tocados por una extraña maldición?

El Madrid, como suele ocurrir, encontró nuevo aliento tras salvarse de milagro, recuperando en el momento justo su mítica «pegada», primero por medio de McCelo (le chorrea la calidad por esos pelos de gitano) y luego mediante Asensio y sus botas rosas (¿casualidad? no lo creo). Pero aunque la definición del mallorquín fue excelente, despiadada, quiero destacar el pase de Lucas que culminó el contrataque, porque es una acción engañosamente fácil, que se falla muchísimas veces en la élite. «Chopped» supo hacerlo directo y no aturullarse, habilitando perfectamente a su compañero. También estuvimos listos en varios lances, como cuando retrasamos una peligrosa falta al borde del área; mucho oficio ya el de este equipo.

A Ranaldo se le anuló un gol por mano que parecía clara, pero https://youtu.be/AXsyJsN3MDU… el problema es que cuando estiras el brazo así te van a pitar mano casi seguro. Hubo otras polémicas, porque por supuesto el Madrí «roba» en absolutamente todos sus partidos de Champions; pero mejor, así es más divertido, sobre todo cuando lees páginas como el Yoya. Entre cientos y cientos de mensajes, uno de sus moradores acertó a describir el verdadero sentimiento general:

¿Y la vuelta, qué? Si metemos un gol los hundimos, ¿cierto? En realidad el problema no es ese, porque seguramente marcaremos; la dificultad es encajar los menos goles posibles. Tenemos muy buenos defensores, pero una mala defensa, y de aquí a cinco días no creo que vayamos a desarrollar un sistema milagroso. Eso sí, yo ya zidanista de por vida: no sé si el tipo sabe mucho o poco, pero la forma en que gestionó la lesión de Carvajal, cambiándolo por un delantero y retrasando a Lucas, fue de tener los cojones como cocos, algo que encontró su premio. ¿Suerte? Es una dama que gusta de los valientes…

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– Gayern de Múnich: 1 (Mikkich)
– Real Madrid: 2 (McCelo y Asensio)
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Supermiércoles

Buah, chaval, y os lo queríais perder. Estamos probablemente ante el día madrilista más intenso de toda la temporada, con nuestros dos equipos jugándose los garbanzos en sendas eliminatorias. Ambas dan acceso a los eventos máximos del fúrbol y el basket europeos: la final de la Chempions (26 de Mayo, Kiev) y la Final Ford (18-20 de Mayo, Belgrado). Esta maratoniana jornada empezará a las 18:45, en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Mandril, alias Wizink Center. Originalmente el horario del partido coincidía con el fúrbol, pero alguien con media neurona sugirió que igual era buena idea adelantarlo un poco, y así se hizo. No obstante, se ha dejado tan poco margen entre el final del basket y el principio del fútbol que temo que el Palacio vaya vaciándose en los momentos decisivos. Ya me dirás tú qué costaba haberlo puesto a las 18:15 en vez de las 18:45, pero bueno, hablamos de grandes prebostes deportivos que se llevan una talegada anual por decidir estas cosas, así que quién soy yo para cuestionarlos.

La eliminatoria está 1-1, y me reafirmo en lo dicho sobre el lolaso: puede que resolvamos en Mandril, que perdamos hoy y ganemos los dos siguientes partidos o que palmemos los dos encuentros de locales; todo es posible y nada está descartado. El equipo tiene hoy un pequeño as en la manga, que es la previsible reaparición de Sergio Llull tras su larguísima baja; el momento exacto de su ingreso a la cancha deberá ser gestionado con inteligencia por Lolaso, de forma que maximice su efecto sobre el equipo. Confiamos también en el rendimiento de jugadores como Carroll y Thomkins, sobre todo el último, de quien nunca se ha dudado en esta casa. ¿Doncic? Bueno, estaría bien que nos ganara algunos partidos de playoff antes de irse, que ya tiene bastantes pelos en los huevos.

In other news, Baskonia arañó una victoria en casa al Fenerbahce, pero dudo mucho que sobrevivan al cuarto partido. Olympiakós palmó de nuevo contra Zalgiris y, aunque nunca hay que darlos por muertos, ahora mismo lo tienen en lituano. Estoy pensando que quizá no se dejaran perder en la última jornada, sino que Zalgiris es realmente un muy buen equipo, que ha ganado tres veces a los griegos en apenas dos semanas y que puede ser el tapado de la Final Ford.

En fin, creo que la mejor versión del Mandril es más fuerte que la mejor versión del Pao; a ver si tenemos suerte y la vemos.

Euroliga, cuartos de final, Partido 3: Real Madrid-Panathinaikós. 18:45, Streamingvisión.

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Y casi sin tiempo de respirar, pasamos al fúrbol, que nos lleva del Allianz de Turín al Allianz de Múnich (el vil capitalismo obliga a jugar en estadios de 5 estrellas, en lugar de hacerlo en templos como Balaídos). Gayern-Real Madrid, el que para muchos es el duelo cumbre del fútbol europeo. ¿Y cómo veo la cosa? Me parece que el Bayern está adocenado, que gana su Liga por 25 puntos y que está olvidando lo que es la verdadera competición. Sí, es verdad que el Madrid le pone la pichulina dura, pero nosotros venimos de un lugar muy distinto, de un infierno: cada partido de liga es una batalla, cada acción que nos pitan a favor «el robo del siglo», cada victoria una ofensa a «pueblos oprimidos». ¿Qué coño sabe el Bayern de sufrir, de que te tronchen las canillas, de que te hagan pitar los oídos, de que te apedreen el bus? La Champions es prácticamente un balneario para el Madrid, y además es el equipo con más talento puro del mundo, por eso la ganamos tanto.

No digo que no vaya a ser duro, pero… ¿Jénquens ganando su tercera Copa de Europa con 72 tacos y esa cara de ciervo atropellao? No lo veo, no lo veo… mucho mito es lo que hay. ¿Sus delanteros-torre? Bueno, sí, son peligrosos; pero nada que no hayamos visto antes y nos hayamos pasao por la piedra. Salgan y diviértanse. ¿Será Benzemalo titular? Muy probablemente, pero no os alteréis; es un sentimiento de Zipayo, no tratéis de entenderlo.

Sobre la otra semi, Liverpool y Roma demostraron ser dos equipos muy divertidos… y muy bizcochables. Vale que los rojos cascaron cinco goles y que Salá está pletórico, pero parece que sólo saben hacer dos jugadas. No se antojan tan difíciles de cortocircuitar, la verdad. Y de la Roma qué decir… es un escuadra simpática porque juega como Rocky: al intercambio de hostias, con mucho corazón y a ver quién aguanta más, pero lo cierto es que son bastante bandilla. Me parece que están fuera, pero la vuelta en su estadio puede ser francamente interesante.

En fin, me mojo: hoy ganamos otra vez en Múnich. No sé por qué diferencia, pero ganamos.