…Premios en la intimidaz.

Partidos de Liga en martes. ¿Por qué? ¡¡Porque sí!! Que no os enteráis, que es la mejón Liga del mundo (mundial). Y el calendario FILFA, el mejor concebible, pergeñado por superordeñadores de la NASA trabajando 24/7, los mismos que nos avisan de que se van a fundir los polos y se acerca el apocalipsis (apipalipsis), aunque siempre dentro de cinco años. Pero bueno, si hay que jugar, se juega; el Madriz, ante todo, cluc de orden. Se encuentra el cluc en un momento de calma súper-chicha, tras un nuevo oceano de cartulinas blancas y una goleada yshtórica contra el Deporculo, por realmente debería aprovechar este partido contra el Elx, desharrapado de la Liga, para asentar las sensaciones; no olvidemos que un globo se hincha en dos horas. Desde luego, tenemos todas las claves a la vista: ya se ha comprobado que meter un mediocentro (¡¡aunque sea Illarra!!) equilibra al equipo y que Íker Calvillas ya no para ni los taxis. Si realmente es cierto que hoy va a debutar Gaylord Navas, estará bastante claro que Ancholoto, estudiante lento pero aplicado, por fin se ha despertado y olido el café.

No deja de resultar extremadamente llamativo, eso sí, el momento escogido para sentar al cáncer, justo después de la asamblea. Miren que estaba amortizado y desprestigiado el topo tras el Mundial, pero la idea de que Floper quería tener apaciguados incluso a los últimos recalcitrantes propajillistas se antoja enormemente verosímil, visto el curso de los hechos. Realmente, Carlo es un señor disciplinado, aunque se lo monte para no recibir «órdenes directas». Seguramente las decisiones se tomen en conversaciones de esta guisa, tomando un café:

– Bueno Carlo, ¿cómo ves a Íker?
– Aah, presi, Vecchi dice que no está en forma, Keylor lo va hacer bien.
– Ya, ya, pero fíjate el follón que se va a armar, los periodistas son unos canallas, ya sabes. A lo mejor si Íker juega unos partidos recupera la confianza.
– Aaaah, sí, eso é posíbile. Pero mientras tanto se pierden puntos.
– Ná, hombre, la Liga es muy larga. Le puedes probar, por ejemplo, hasta que pase la asamblea, y luego ya veremos. Pero tú haz lo que quieras, ¿eh?
– Pensaré en ello, presi.

En fin. Si realmente se entierra hoy definitivamente al topo, bien estará. Es un tío demasiado tonto y demasiado malo (en ambos sentidos) para ser tolerado un solo minuto más. Su salida no será por la puerta grande, sino todo lo contrario, pero es lo que él ha buscado y fomentado. Desde ahora le tocará lidiar con la sensación de fracaso, con los increíbles amigos menguantes y, sobre todo, con esa «compañera sentimental» (que no mujer) que Dios le ha dado. Algunos creen que $arita va a dejar a Íker, pero yo no. Materialmente no le va a faltar de nada, y puede que en adelante incluso quiera más a su «compañero sentimental», ahora que ella va a ser más «importante» en su profesión que él. Todo un paradigma de la española del siglo XXI, esta tipa.

Tema «branding»: me suda mucho la polla. En primer lugar, se va a hacer sí o sí, porque es condición sine qua non para recubrir el estadio de 75 años con papel albal. Y aunque no fuera así, se haría igualmente, en la línea de optimización de recursos floperiana. Además, el nombre añadido jamás tendrá un uso popular, igual que Anfield siempre será Anfield y Old Trafford será siempre Old Trafford, por muchos apellidos que les pongan. Son casos muy distintos a los de estadios que ya nacen esponsorizados, como el Allianz Arena. Además, en muy poco afecta a la identidad visual del club poner un logotipo en la fachada; nada que ver con el sangrado de ojos que llevamos sufriendo desde que Mendoza profanara en los 80 el blanco nuclear de la camiseta con el puto logotipo de una lavadora. El «branding» se hará, y como sus efectos tangibles serán mínimos, las protestas se diluirán rapidísimamente. En otras palabras, seguirán mamando.

– Creo que la victoria contra el Basilea va a ser balsámica. Como esos bálsamos que te pones en el ojete antes de que te claven un rabazo bien grande.

– Marrata: «La Shuve me da la confianza que necesitaba». Ya, y a nosotros 20 millones. Pero como te pongan 40 partidos y sigas siendo tan blandita, necesitarás toda la capacidad de persuasión de tu hermana para convncernos de que no eres un paquete.

– Varane renueva hasta el 2020. Que es más o menos en año en que lo pondrán de titular regularmente.

– 1000 días con el Cholo. Parecen 10.000; cansinos. (Por cierto, grandes momentos).

– Con Aiyón tenemos un equipón. Entre eso y las tácticas de Laso no nos va a toser nadie. A todo esto, las pérdidas del año pasado, 18 minolles.

– En la preasamblea de socios, los que parecían subnormales (cocigalácticos y queipiperos) no sólo lo han confirmado, sino que han fracasado por completo en sus intrigas de parvulario. Los Jelijánsen directamente están en la lista negra: han perdido para siempre eso que supuestamente tanto les importaba, por su propia radicalidad y torpeza. En cuanto a la pasta, la hay, por supuesto. También se estudia fusionar varios quipos de la cantera; mejor, mneos niñatos tomando de la sopa boba. A ver si de una vez se crea una liga de filiales y dejamos de competir con la gente que lucha por los ascensos. En fin, calma total, pero ojo, que nadie está libre de salir en globo…

Por Madrid sXXI

Esta noche tengo curiosidad por ver si Ancelotti sigue con su afán de jugar al toque con dominio, o da su brazo a torcer y repliega como hemos hecho siempre que se ha ganado algo. Tiene fácil hacer otra prueba ante un equipo a priori muy inferior, aunque tampoco una banda, que lleva dos años pasando la fase de grupos.

Si planta en el campo a Kroos-Modric-James volveremos a ver el festival de los dos últimos partidos, aunque quizá con mejor resultado si al principio logramos desarbolar a los suizos, pero al final nos tocará sufrir como siempre. Si se decide por Illarrita -y este es un partido ideal para él, porque hay relativamente poca presión, y el rival no es de máxima exigencia-, veremos un equipo menos volcado arriba pero más compacto. Y sobre todo, con una defensa más ordenada en nuestros tres cuartos.

Yo querría que jugase el vasquito (nunca pensé que llegase a decir esto), aunque veremos si el italiano es cabezota y necesita más palos para volver a la forma de juego natural del Madrid dados los jugadores que tiene. Lo que está claro es que cualquier cosa que no sea una victoria convincente va a levantar muchas protestas en la parroquia bovina madrididsta, que está en modo “pito porque soy exigente”.

Siempre he sostenido que el viaje, tal como se concibe en la sociedad contemporánea -el realizado como mero turisteo y con la principal obsesión de crear un álbum de fotos- es una experiencia superficial, estresante y sobrevalorada. Pero no menos cierto es que el viaje de toda la vida, el de exploración, autoconocimiento y transformación, siempre valdrá la pena y tendrá vigencia para cualquier humano que se precie. Y tal es el que ha emprendido el autor de este blof, en un periplo que lo llevará por varios países y varias ciudades del mundo mundial, con un «shoestring budget», los ojos bien abiertos y afán de narrar fielmente lo que observe. Cuándo y cómo volverá -o si llegará a hacerlo- es algo que todavía está por verse.

Mi primera etapa me ha llevado al Norte de Europa, concretamente al país llamado Kongeriket Norge, también conocido como Noruega. Lo que uno se pueda imaginar sobre los paisajes de esta alargada nación se corresponde con la realidad de unos bellos bosques de coníferas, abundantes manchas de agua dulce y tejados de dos aguas, todo ello mucho más vistoso bajo la luz de un tiempo benigno. La capital, Oslo, es un lugar francamente acogedor y agradable, con poco aspecto de gran ciudad, debido a la baja altura de sus casas, su arquitectura de aspecto clásico y la presencia siempre palpable de la naturaleza.

Huelga decir que la raza dominante es la nórdica, aunque ciertamente aquí también ha llegado la invasión moruna (hay que ver lo que les gustan los países de infieles), y tampoco escasan los gitanos rumanos, normalmente dedicados al pedigüeñismo. Otras razas minoritarias incluyen a los indios y, creo, los filipinos. En cuanto a las subculturas, parece haber un número importante de frikis militantes -con coloridos atavíos y teñidos- y de metaleros. No es raro tampoco verpor la calle a jóvenes militares solitarios, luciendo llamativos uniformes de camuflaje. Los hábitos de moda son algo distintos a los de aquí, y muy distraidos de observar, y en palpable un mayor nivel de vida y esa modernidad a la que España nunca acaba de llegar. Por ejemplo, la estación central de trenes es más amplia, luminosa y mejor construida que cualquier infraestructura hispana similar.

Sé que queréis que os hable de las zorritas y lo haré: ¿es realmente la guarrilla noruga tan superior  a la de otras latitudes del mundo? Francamente, resulta difícil de decir. Desde luego es curioso moverse entre una población donde la proporción de rubios y de morenos/castaños es exactamente la inversa que en los países mediterráneos, pero no firmaría con sangre que las noruegas estén en general más buenas que las españolas; hay rubias que son del montón o simplemente monillas. Quizá podamos decir que aquí hay un 20% más de cachondas que en Ispain, y también un número algo mayor de pibones despampanantes, sobre todo si a uno le gusta el modelo de valkiria ojiazulada. Lo que es innegable es que les gusta el ejercicio, y cada poco uno se cruza con alguna chavalita corriendo por la calle embutida en sus mallas. De tales hábitos se deriva que apenas haya gordas, y también un número notable de culazos. ¿Parecen más amigables y sanas que las españolas? Sí, desde luego, y esa es una gran ventaja.

Curiosamente, lo que quizá reafirme a los noruegos como campeones de la guapura sea que también hay un número notable de tíos apuestos, no pocas veces empujando el carrito que transporta a sus hijos. Oslo parece próspera, tranquila y fértil. Y esa prosperidad sin duda tiene sus consecuencias, con unos precios que se antojan desorbitados para el recién llegado. Hasta el producto más básico cuesta un buen puñado de coronas noruegas (NOK), y es fácil quedarse totalmente NOKeado en cuanto uno sale por ahí y consume un poco. Por poner un ejemplo, el billete más barato de metro cuesta 30 coronas, que hoy día son 4,7 euros. Billete que por cierto no es necesario para entrar a los trenes, pero según me sopló mi anfitrión Hilde existe una «Metro Police» vestida de paisano que puede crujirte muy cucamente si optas por tentar la suerte.

Una gran diferencia cultural es que aquí el bilingüismo es una realidad, y puedes estar seguro de que si preguntas algo en inglés a cualquier persona escogida al azar por la calle, ésta te responderá como mínimo con corrección; algo que en España seguirá siendo una quimera mientras el 90% de la gente consuma doblados los productos culturales extranjeros, por mucho que se invierta en ostentosos programas bilíngües. También es llamativo que se pueda pagar con tarjeta casi en todas partes, incluso los 10 céntimos que cuesta usar los lavabos de las estaciones; literalmente, usan la tarjeta hasta para cagar, y en ningún momento necesité la divisa local.

Además de ofrecerme hospitalidad, Hilde tuvo la gentileza de llevarme a un pub futbolero de la capital. Distribuídos en numerosas televisiones, se ofrecían partidos de las principales ligas europeas, cada uno con su pequeño grupo de espectadores (¡incluyendo una peña juventina!). Los españoles allí congregados siguen al Madrid degustando pintas a 61 coronas la pieza y con el interés que confiere la nostalgia, conviviendo amigablemente, no obstante, con personajes como un noruego -según me aseguraron- supremacista y del Atleti. «It’s the only way!», reafirmó el barbudo personaje. Del partido, pocas cosas novedosas podría decir. Lo que os aseguro es que, obviando el drama-esperpento de la portería, un equipo que juega siempre a tres-cuatro toques en estático jamás desarbolará a un equipo encerrado atrás y que tiene toda la paciencia del mundo. El cuadro se completa con dos defensas que olvidaron hace mucho cualquier rigor táctico y a un supuesto 9 que desperdicia escandalosamente ocasiones inmejorables. Basta con mirar a la cara de los jugadores para saber que ya nadie cree en nadie y que la temporada será un penoso peregrinar, para aquel que tenga la paciencia de seguirla.

En conclusión, Noruega es ciertamente un lugar que vale la pena, sobre todo cuando está bañada por el sol como en esta época. Si te ofrecen un trabajo aquí, seguramente no te arrepientas aceptándolo: podrás ahorrar mucho dinero a poco aplicado que seas, y tendrás ocasión de ligarte a muchas zorritas. Pero para mí ésta ha sido sólo una corta etapa del viaje. Aunque mi vuelo para el siguiente destino se ha cancelado y ahora escribo desde un hotel, mañana espero reanudar la marcha; el siguiente capítulo será redactado a muchos miles de kilómetros de aquí.