Hoy debutamos en la Liga esa, una competición para pobres y marginales, por su paupérrimo nivel deportivo, por lo viejo e inadecuado de muchos de sus estadios y por la corrupción y descontrol de su organización. Sí, el torneo del Madrid es la Chempions (aunque también sea una puta chapuza), y todo lo demás son básicamente entrenamientos. Esto no quita, por supuesto, para que el Madrid pueda y deba ganar hasta los entrenamientos. La derrota contra el Paleti fue una afrenta para la afición, con Anchorloti como responsable máximo, y ya que las actuales convenciones sociales impiden azotarlo en el párking de la Castellana, exigimos algún tipo de satisfacción.
Tal satisfacción, por supuesto, ha de ser derrotar contundentemente a todo equipucho que se nos ponga delante de aquí a Junio, hacerles conocer el miedo y la sensación de derrota anticipada cada vez que tengan delante la gloriosísima caniseta blanca (o la fucsia, o la negra con el dragoncito). En realidad es fácil: con esta plantilla basta con seguir la táctica de las olivas de Rexach, y poner siempre a los mejores en el campo, obviando jerarquías, divinidades y caprichitos. Que en el Calderón jugaron al menos tres pavos que tenían mejores alternativas en el banquillo lo sabe hasta el más tonto, y a eso se reduce todo: ponga a los mejores, hostias, que ya se entenderán ellos sobre el campo. Esto empieza, claro está, por la portería, y por eso desde ahora jugará Gaylord (ya lo verán).
Quien no estará será Di María, que se larga, y quiero dejar esto bien claro: es la mejor venta en la puta historia del club, con un beneficio que enorgullcería a la mismísima bruja Avería. El pavo llegó por 35 minolless, y se va a ir por 80 kilos de vellón; incluso descontando sus 4 años de ficha es un pelotazo. «¿Por qué te vas?», le preguntaría Jeanette. Por la pasta: empezó en el escalón salarial más bajo (1,8 millones) , y pidió su primera subida… ¡¡a los seis meses de llegar!! El pobre tuvo que esperar medio año para lograr su objetivo, pasando a cobrar 3,5 kilos y declarándose «feliz» y «dispuesto a dejarse la vida». ¡Ah, pero es tan breve, la dicha! Ahora dice que para recobrar la felicidad necesita ganar 8 kilos por año. Pues muy bien, señor, ahí tiene la puerta, y más le vale ser más regular en su juego que aquí, aunque realmente ya no es asunto nuestro. Futbolísticamente perdemos poco, y estéticamente ganamos una barbaridad.
Y luego está el caso Khedira, que se queda. Bien está, sobre todo para los que reclaman cemento en el centro del campo (desde luego, seguro que lo aporta mejor que Cagarramendi). Ya que se va a pirar gratis, esperemos que dé unos aceptables réditos deportivos.
Pues eso, partidete a las ocho contra un equipo que la última vez que estuvo en Primera aún mandaba el Caudillo de todas las Españas. Reitero que el Madrid tiene la obligación de arrasar. Si a partir de ahora ganan todos los partidos como mínimo por 7-0 es posible que llegue a perdonarlos. Y para ambientar tan loable misión, os dejo el tema Redemption, de esa gran peli llamada Rocky II.
https://youtu.be/vBoEz4yCHlE