Las aventuras de PsychoKlopp, el Topo de mierda y Fat Bastard Benítez

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Por partes, hamijos:

– Lo de la «permanencia del topo» es el enésimo ejemplo de «wishful thinking» del pestilente bizconde de Brunete, que no hace ni un mes intentó colárnosla con lo de la «inminente sanción al Madrid» (aún estamos esperando, y lo que nos queda). La prueba más clara de lo falso de la hecsclusiba es que al mismo tiempo aseguran que la operación De Gea sigue en marcha, cuando todo el mundo sabe que una convivencia entre ambos porteros es imposible. Así pues, sólo caben dos posibilidades: o de la Almorrana miente como un bellaco (le sobra práctica) o el Madrid quiere hacerle un «Baúl» al topo: Ficharle un sustituto que será titular y luego decirle «tú verás». Lo que sí tengo claro es que la directiva quiere librarse de él por cualquier medio, exceptuando los ilegales (menos si les garantizan que no les van a pillar).

– PsychoKlopp: Parece que la radio alemana que anunció su acuerdo con el Mandril al final era Radio Makutën, pero no desesperen, mis cuates, que algo hay. En esto quiero ser muy claro: Kloppo es la última esperanza, la única posibilidad, de que el Madrid se convierta por fin en un club que mole. Es lo que fueron Capello, Van Gaal o Mau en su momento: un ungido, un tipo con conocimiento, personalidad y cojones para enderezar esta cada de putas. No se nos puede escapar de ninguna forma, y cualquier otra elección será un error. ¿Que no sabe español? Mejor. Prefiero que despache las ruedas de prensa diciendo «siempre positifos» o «chicos bien, moral alta, rival difícil».

– Fat Bastard: No va a ser el entrenador. Por algo tan simple como que ninguna directiva es tan tonta como para contratarlo, a menos que viva fuera de la realidad o que su objetivo sea la Europa League (condiciones ambas que reúne la del Nápoles). No nos engañemos, Benítez lleva dando tumbos desde que hace ya diez años ganara aquella Champions (probablemente más por los cojones de sus jugadores para remontar tres goles que por su sapiencia técnica), y sólo puede engañar a equipos con más dinero que criterio. Su defecto más grave, y el principal motivo para no traerlo, es que no lo aguanta ni su puta madre. Eso sí, su contratación tendría la gracia de ver el vestuario mandrilista convertido en la selva vietnamita del 68 en menos de seis meses. La opción preferida para los amantes de caos.

Reflexiones tras el éxito

Campeones
Nonacampeones de Europa.

Nada más ganar la Octava, en 1995, un reportero se acercó a Sabonis para preguntarle sus primeras impresiones. La respuesta del coloso lituano fue «Ya está. Por fin». Era la respuesta de alguien que acababa de sacudirse el peso de unas «urgencias históricas» que duraban ya 15 años; alegría y también alivio, quizá lo segundo antes que lo primero. Ayer el Madrid, alzando la Novena, volvió a librarse de urgencias -que duraban 20 años esta vez-, devolviendo equilibrio al universo deportivo. Totaliza ahora 19 Copas de Europa entre fútbol y baloncesto (probablemente los dos deportes de equipo más populares del mundo), un logro mayúsculo que hay que poner en perspectiva: en todo el continente sólo hay tres grandes clubes con equipos de fútbol y basket: Real Madrid, Barcas y Bayern (el Milano no está vinculado al Milan), y en Copas de Europa combinadas sacamos 13 a los catalanes, que tienen 6. Es algo sin duda amirable y envidiable por cualquier otra entidad.

Se ganó además muy bien, gracias por ejemplo a que alguien secuestró al Chacho y lo sustituyó por un base bastante sobrio que no fundamentaba del equipo en jugarse él mismo los tiros. Carroll tapó por fin la boca a los que le acusaban de no ser decisivo; KC Rivers, la definición canónica de «fichaje de saldo», ejerció de arma sorpresiva; y Nocioni, que llegaba «de vuelta» al Madrid, se proclamó MVP de la Final Four. Una Final Four que se percibía como la mejor de la historia y que, miren ustedes por dónde, se llevó el Real. Quizá quede la espinita de no habernos cargado nosotros al «coco» CSKA, pero así es el formato y lo cierto es que nos proclamamos campeones indiscutibles.

Con todo, el éxito de ayer es un poco desconcertante considerando la dirección un tanto errática de la sección en los últimos años, reduciéndole el presupuesto, escogiendo a un entrenador que favorece el espectáculo pero que siempre ha generado dudas, realizando unos fichajes algo aleatorios y con el populismo siempre de fondo (mantener a Felipe contra viento y marea, los mejores pagados tienen que ser españoles…). Pero lo cierto es que se ha ganado, y que el mito es más grande que nunca. Será que realmente tenemos gente que sabe mucho, o que es cierto eso del «gen ganador».

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¡Los «gafes»!

Ahora bien, sin querer cuestionar todo esto, yo pido algo más. Con mi conexión emocional ya un tanto agotada, lo que ahora espero tanto del fútbol como del basket es un placer intelectual, el hacer las cosas, por fin, con auténtica seriedad y desterrando de una vez las putas servidumbres, más propias de la farándula que del deporte profesional. Porque estoy convencido de que el Real Madrid, teniendo ya un aura legendaria, haciendo las cosas de otra forma tendría bastantes más títulos. Las cinco Copas de Europa que Obradovic ganó con Pao tendría que haberlas ganado aquí. Capello tendría que haber empalmado 20 temporadas seguidas y levantar al menos 5 orejonas, para dar el relevo a Mou o a alguno similar. De estoy estoy absolutamente convencido, y nadie jamás me persuadirá de lo contrario. Es extremadamente cómodo decir que lo hacemos todo muy bien porque vamos cagando títulos con gran esfuerzo a lo largo de los lustros, pero la estadística de ligas, por poner un ejemplo, no engaña.

Así pues, el Real Madrid está en un momento excepcional para refundarse y convertirse en un club que no es bueno porque gana, sino que gana porque es bueno. En fútbol el horizonte a medio-largo plazo siempre ha de ser descinvularse del duo UEFA-FIFA, irremediablemente corrupto, y fundar una nueva liga europea, o -por qué no- mundial. En baloncesto, además de un merecidísimo aumento de presupuesto, hay que recomponer la competición desde cero, y como he dicho múltiples veces eso pasa por la creación de un canal de TV temático en abierto, que aglutine todo el basket español y europeo, e idealmente el NBA; por supuesto, para esto hace falta una gran inversión y un visionario de los que tan pocos hay. Y ambos deportes han de acabar confluyendo en nuestra ciudad de Valdebebas, auténtico futuro y corazón del club. Esperamos al presidente -Florentino o cualquier otro- capaz de recoger este guante.

Fotogalería 1 y Fotogalería 2.

Cuando fuimos campeones

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Lolo tenía buena planta.

El Madrid de baloncesto es bastante más antiguo de lo que parece: nació en 1931, y en su momento tuvo hasta sección de zorritas. La primera captación de jugadores la realizó Ángel Cabrera mediante un anuncio en el ABC (!!), y aquel primer Real Madrid de Baloncesto sólo fue «real» durante unas semanas, pues muy poco después se proclamó la República, tras el golpe institucional de Maura, Alcalá-Zamora y compañía. Era una época de amistosos y de Copas de de España, monopolizadas por equipos catalanes hasta el año 1950, en que llegamos a poner orden con nuestro primer título. Sería el primero de 25 en 43 finales, incluyendo 7 copas consecutivas entre 1970 y 1977. La liga se fundó en 1957, y desde entonces nuestra tiranía fue absoluta (¡¡como Dios manda!!), ganando 19 de las primeras 21 ediciones. De hecho, en el citado septenio ningún equipo ganó un título en España excepto el Real Madrid. Buenos tiempos.

Pero por supuesto, somos un equipo pan-nacional, y nuestra leyenda se asienta en buena medida en nuestras conquistas foráneas. La Copa de Europa de basket nació en 1958, y sus tres primeras ediciones fueron conquistadas por el poderosísimo ASK Riga letón, hoy desaparecido del mapa. En 1961 el CSKA ya daba por saco con su primer título, pero al año siguiente ya estábamos en la final liderados por el legendario Pedro Ferrándiz, perdiendo contra el Dinamo de Tiblisi, igual que ocurrió al año siguiente contra el citado CSKA. En el 64 alcanzábamos la tercera final consecutiva tras dos derrotas y el primer título, logrado contra el Spartak de Brno checoslovaco. Al año siguiente nos vengábamos del CSKA, reeditando el título. El formato de la final iba cambiando, aunque normalmente se disputaba a doble partido. Del 68 al 88 se asentó la fórmula del partido único, y de ahí se pasó a la Final Four.

En el 67 y 68 cayeron la tercera y la cuarta, contra Olimpia y de nuevo el Brno. La quinta se haría esperar hasta el 74; fue la última de Ferrándiz, en un año especialmente próspero que trajo el triplete. El rival fue un Varese que venía dispuesto a arrasar con todo y que disputó nada menos que seis finales seguidas. En el 75 y el 76 nos ganaron, pero en el 78 conquistamos la sexta contra ellos en Múnich. La séptima cayó también en Alemania, en Berlín, contra el Maccabi. En medio de ligas, Copas y Copas de Europa, también ganamos intercontinentales y otros trofeos exóticos como la Recopa; el palmarés de la sección es largo como un pívot dominador. En los 80 llegaron los yugoslavos, con aquella Cibona y aquel Petrovic imparables que nos derrotaron en el 85. El Barcelona empezaba a colarse en las finales, perdiéndolas todas para grandes risas, pero nosotros empezábamos a perder fuelle: nuestra siguiente final no fue hasta el 95, en Zaragoza, con Zeljko, con Sabonis, contra Olympiakos. La octava.

Después llegó Messina y el retorno a la Final Four, y por fin el lolasismo, con dos finales seguidas perdidas, como en los 50. Hoy jugamos la tercera y nuevamente contra Olympiakos (en casa, una cosa bastante excepcional). Confieso que admiro a los griegos y la forma en que hacen muchísimo con poco. Se han cargado al CSKA en dos semifinales echándole unos huevos como toros, en la mejor tradición del Madrid antiguo, sí, son grandes, pero nosotros somos el Madrid, que es sinónimo de «lo más grande». 20 años son muchos años, y ha llegado la hora de recuperar nuestra senda, con un equipo muy loco pero muy valiente y muy talentoso. Creo que llevamos dentro el basket para ganar.

Más sobre el Madrid de basket en Wikipedia.

Ganadla

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En el deporte profesional, la «necesidad» es un concepto muy subjetivo. Hablando puramente, ningún equipo tiene necesidad de ganar nada: puede estar 100 años jugando, no ganar nada y cumplir con su objetivo primordial, que es tener a unos tipos corriendo para mitigar en lo posible la corrupción y el adocenamiento de la carne. Ganar es excelente, pero según se van logrando títulos se crea la expectativa de conseguir más; algunos equipos ganan tanto que ya no ven sentido a su existencia si no es haciéndolo constantemente. Así creó el Madrid su leyenda, que es su orgullo y su losa.

La victoria también insensibiliza al éxito. Para los madridistas de mi generación (30-50 años), LA COPA siempre será la Séptima, ni la Décima ni nada: la Séptima era el verdadero grial porque llegó tras una larguísima travesía en el desierto, tres décadas de intentos fallidos en la que ningún merengue vio a su equipo levantar el trofeo máximo. Por eso, no hay especial prisa en lograr la Undécima. Ya llegará, a ser posible de la mano de Klopp, que es el único entrenador-personaje que queda en la élite del fútbol, junto con Mau y Gaydiola, y por ello el único que me sirve para el Madrid. Cualquier otro me parecerá una claudicación mediocre, y me producirá un aburrimiento solemne.

La situación en el basket es ciertamente distinta. Estamos en un momento en que necesitamos nuestra «Séptima» (en este caso la Novena), y sentimos que no podemos desperdiciar a un grupo muy singular de jugadores, que además ha roto la tendencia histórica europea del basket-control. Cierto que Laso es un tipo caótico, pero tiene una idea, y este grupo tiene posibilidades de ganar la Euroliga, ¡¡sobre todo siendo su tercer intento consecutivo!! No lograrlo nos sumiría en la melancolía profunda de un equipo que siente que ha perdido su identidad y que ha fallado a sus mayores. La Copa ya está en Madrid, ni siquiera tenemos que violentar terreno extranjero para ganarla. Es un trofeo que ha tenido muchas formas en las últimas décadas, y la actual no es ni muy fea ni muy bonita. Se trata de un jarrón plateado largo, lo suficientemente vistoso como para quedar bien entre sus 8 semejantes con forma de red, que la esperan en nuestro museo.

La semifinal, que se jugará hoy a las nueve, será contra Obradovic, el hombre que nos dio la Octava, en uno de esos giros novelescos que a veces tiene el deporte. Zeljko es el mejor entrenador europeo de la historia, el rey del mencionado basket-control, y tiene tantas Copas de Europa como el Madrid: 8. No ha perdido casi ni un cabello en estos 20 años, pero su cabeza es ahora totalmente plateada, y alberga todo el basket en su interior. Su equipo, el Fenerbahce, lo tiene todo menos la tradición, y hoy habrá que ganar en buena parte con la camiseta, sabiendo ya el nombre del otro finalista al empezar el partido. Jugamos en casa y con toda la plantilla disponible, no debemos poner excusas. Os recomiendo que no os lo perdáis por nada porque, a fuerza de necesidad, éste es uno de esos títulos realmente emocionantes de ganar.

Cero dramas, siempre smile

NewBlondIguanodon

Madrid SXXI

Un gol separa al genio del idiota. Ayer fue el del 2-1. Lo evidente de los fallos de la temporada:

– El equipo ha llegado muy cansado al final. Los últimos partidos, desde el Barsa, se ha visto a un Madrid reventado en los últimos quince minutos. Ayer la carrera de Pogba y Kroos corriendo al trote detrás, sin poder hacer nada, para el recuerdo. Otros equipos han llegado muy bien. Así que algo se podrá hacer en el plano físico. Y no me habléis de batidos.

– Ancelotti ha formado un once y lo ha explotado hasta la ruina. Kroos hace meses que no puede más. Modric se rompió enseguida al jugar todo tras su lesión. Las rotaciones han sido inexistentes, sobre todo en puestos de medio campo que tienen un gran desgaste.

– Se ha cambiado poco a poco a un sistema de ataque estático para el que quizá no tengamos a los mejores jugadores. El contragolpe ha desaparecido del repertorio y sobre todo últimamente el juego se basaba en balones a la olla para un remate de cabeza. Sin espacios Ronaldo no brilla y Bale es… un jugador más. Con este sistema el Madrid no tiene nada de especial. Y sobre todo, para que este modo de jugar funcione necesitamos a Modric en buena forma. Si no lo tenemos, el atasco es monumental. Como ha pasado.

– Esto es un gusto personal. Pero a mí los titularísimos contra los jugadores de relleno nunca me ha gustado. Se crean dos grupos perfectamente diferenciados que no suelen funcionar. Está claro que hay jugadores mejores que otros que saldrán nueve de cada diez veces, pero mantener a un titular aunque no esté bien en detrimento de un suplente en plena forma es malo para el equipo. La meritocracia y tal. En eso el italiano es nefasto. Le falta valentía para sentar a un indiscutible en baja forma y sacar a un segunda espada con ganas. Consecuencia lógica de su carácter conciliador y poco amigo de enfrentamientos y polémicas. Siempre va a lo fácil.

– Lo malo de todo esto es que no es culpa solamente del entrenador. Es el sistema del club. Cuando la dirección solamente busca evitar problemas e intentar quedar bien con todos, y eso lo transmite al cuerpo técnico, tenemos lo que hemos visto. Mediocridad pagada a precio de oro.

Así que yo no cambiaría a Ancelotti. Cualquiera que venga creo que lo hará igual o peor, porque no está en él cambiar la situación del equipo.

Zizou Dios

Recuerdo cuando era pequeño y veia las “competiciones” de pressing catch por parejas.

A un luchador le estaban pegando una paliza, su compañero estaba fuera del cuadrilatero, agarrado a las cuerdas, extendiendo el brazo y con medio cuerpo dentro del ring para que su compañero pudiera tocarle y darle el relevo para entrar. Cuando le tocaban, entraba al ring poseído, metia de hostias al otro luchador, a su compañero, le zurraba al arbitro, bajaba y pegaba al representante de los otros luchadores y si se ponían tontos le arreaba un par de silletazos a los jueces.

Si algo ha demostrado el Madrid es que sólo funciona asi, en ciclos Capello-Del Bosque o Mou-Ancheloti, así que a lo mejor la solucion es contratar a los dos e irlos intercambiando en funcion de las necesidades. En el aspecto puramente futbolistico el resumen es sencillo, los nenes dijeron que echaran al del látigo porque ellos eran mayorcitos para responsabilizarse solos asi que ahora a apechugar, Ancheloti en primera instancia y los capitanes en segunda son responsables de lo que tenemos hoy en dia.

Mi sensación es que el Madrid ha dado todo lo que tiene, el problema ha sido que tienen muy poco, y con eso no te ha dado ni siquiera para pasar encerrando a tu rival en el area y con Buffon sacando balones como podía. Hoy los madridistas de bien estamos jodidos porque no hay nada peor en el mundo que ver talento y recursos desaprovechados.

https://youtu.be/-SP0X_SEVlA

El Socio

Pues… qué pena, ¿no? A ver, habría molado pasar, pero, mirando en el fondo de nuestros corazones, ¿realmente lo merecíamos? ¿Qué mensaje le habría mandado a la humanidad hacer las cosas como el culo y llegar a la final? ¿Qué es mejor, tres semanas dándonos golpes de pecho y Panocha diciendo que quiere un hijo del Toportero, o tres haciendo autocrítica e intentando montar un equipo serio por una puta vez en la vida? Por otro lado, no sé si soy un mal madrilista, pero reconozco que me encantó la última jugada, el colofón perfecto para la carrera de ese bastardo llamado Caspillas. Que la imagen que quede en la cabeza de la gente sea esa catastrófica falta de saque, la cosa más tonta que te puede pasar en un campo.

En todo caso, lo de Berlín era una final-trampa se mire como se mire: con el equipo en este estado, nos habríamos tirado hasta el 6J en estado de yshteria yntegral y con los medios dando el coñazo 24/7 con las dos filosofías contrapuestas, los valores far$antes y demás cuestiones apasionantezzzzzz. No, deja, cuando pillemos a la Far$a en una final que sea con un equipazo afinado como un reloj; ahora mismo casi confío más en la Shuve para dejarles con cara de pánfilos. A los jugadores ahora les toca ganar los dos partidos que quedan (en vez de echarse la siesta, que era el plan original), y vosotros no os amarguéis, ¡¡que sólo es júrgol!! Siempre felices, conquistando sueños.

– Real Madrid: 1 (Ranaldo, pen.)
– Vecchia Putana: 1 (El hermano de la hermana)

Incidencias: Espectacular mosaico y tifo al comienzo del partido. Unos «madridistas de rancio abolengo» trataron de sabotear el segundo rajándolo con un objeto punzante, siendo finalmente expulsados por la seguridad.

Sin miedo ni dolor

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«¡Gñé!»

Hoy hay júrgol. Una semifinal de Chempions. Y vamos a pasar. ¿Por qué? Porque sí, porque somos el Madrí (ojo al eslogan que acabo de crear). No voy a decir que el fúrbol tenga lógica -no soy tan osado-, pero hay cosas que caen por su propio peso (como mis cojones). La Shuve no nos va a echar en nuestra casa, porque son bastante ramplones y aburridos, y yastá. Además, tienen el suficiente nombre y un resultado en la ida lo bastante bueno como para que nosotros salgamos con las pilas puestas y pisando el acelerador; otra cosa habría sido jugar contra un Mónaco, eso sí habría sido peligroso en Madrid, la Capital Imperial del Caos. A ver, no digo que sea imposible de toda imposibilidad palmar, pero sinceramente no lo visualizo. Vamos a ir a Berlín porque, como dice Mister Bungle, tenemos una cita con la Histeria.

Sí, ya sé que la final contra la Far$a da pereza. Incluso diría que alguno está acogotado, acongojado… ¡¡acojonado!! Pero es un deber que hay que cumplir. El Mandril es un ejército y un infierno (un puto infierno donde sólo disfrutan los piperos), y si hay que ir a Berlín a partirse el cobre con unos bastardos dopados, se va. A mí esa final no me da ningún miedo, de hecho me parecerá un gran especta-culo pase lo que pase; cualquier cosa menos el aburrimiento, señores. Además, la Far$a está muy sobrevalorada, es claramente un equipo de entreguerras, y eso nos conviene mucho. Me reitero, por otro lado, en la cara de loser de Luis Amunike, y no descarto en absoluto que termine la temporada con un nadaplete. Recuerden que si ocurre lo leyeron primero aquí.

Disfruten el partido de esta noche, tan sólo eso les pido. Si pueden, véanlo borrachos, con permiso de su zorrita o zorrito. Hay preparado un mosaico muy guay (gracias al trabajo desinteresado de los voluntarios de la grada) y habrá buen ambiente. Sé que Casillas da un asco infinito, pero háganle poco caso, el Madrid ha demostrado que puede ganar cosas gordas incluso con semejante lastre, es lo que le distingue. Y a partir de mañana, pase lo que pase, se empezarán a pasar facturas, que es otra cosa muy divertida.