
Bajan revueltas las aguas del mandrilismo. Después de que más o menos todo el mundo se haya cansado del gerol de Ancholoto, la pregunta flota en el aire: ¿en quién ha pensado la dinojunta como sucesor? Esto tiene una respuesta muy sencilla: en nadie, absolutamente en nadie. Aquí se va a esperar a ver qué pasa en Copa y Champions, y una vez se ventilen esos resultados, se decidirá si el ancholotismo sigue vigente o no; planificación mandrilista de toda la vida, depender de la pelotita.
Esto no ha impedido que los pajilleros del gran pajódromo llamado tuiter hayan sacado a la palestra un nombre de tintes ya casi míticos: Jose Mauriño (sí, Mauriño), más conocido aquí como MAU. Entiendo el sentido de la propuesta, puesto que el bueno de Mau fue quien primero, más y mejor denunció los siniestros manejos del Tinglado, pero lamento decirle a esos pajeros que se equivocan: en la actualidad Mau está más pallá que pacá, perdió la brújula futbolística hace mucho tiempo y realmente nadie recuerda cuándo alguno de sus equipos post-Madrid (Chelsea, Manchester, Tota, etc.) ganó tres partidos seguidos. Cierto que el año pasado conquistó la Papelera League, y que ahora va camino de meter a la Roma en Chempions, pero me temo que eso a día de hoy no son credenciales para entrenar a un Real Madrid.
Pero entonces, ¿quién es el hombre perfecto para tan colosal tarea? Me alegra que hagáis esta pregunta, que paso a responder prontamente: nadie. Nadie tiene la combinación perfecta de general, estudioso del fútbol, loco, padre y tirano necesaria para llevar a once hijos de la gran puta blancos hasta la gloria. Bueno, quizá Zipayo, pero ya lo quemaron (dos veces) y Fabio Capello hace 25 años. Descartadas estas dos opciones, sólo nos queda arriesgarnos, adaptarnos, improvisar. Algún bendito ha sugerido el nombre de Tuchel, quien además de un técnico terriblemente irregular es la mayor marica mala del fútbol europeo después de Buardiola, un tipo que se retrató el memorable día en que, en pleno cabreo tras una derrota, agarró la mano a Conte sin dejarlo ir, como si se lo quisiera follar, escena lamentable que lo descartó para los restos.
¿Quién más hay por ahí? Tras su exitosa etapa (¿ciclo victorioso?) con el River, Marcelo Gallardo no cogió ningún banquillo, y en lugar de eso anda cogiéndose a una MILF de tetas gordas, así que desde Fans lo bancamos como hombre, ¿pero como entrenador? No sé, no sé… En realidad, en nueve temporadas con los «Mishonarios» sólo ganó una Liga, una copa Sudamericana (la Europa League de allá) y dos Libertadores. ¿Una especie de Ancelotti que empieza las frases diciendo «et-teee»? Posiblemente, pero podría ser divertido. Luego anda por ahí el más temido, Pelograsa, que no ha hecho absolutamente nada reseñable en el Castilla pero está en la lista por descarte, porque el club «lo ha criado» para estar ahí. Yo creo que este tío que marchita las flores sólo con mirarlas es lo que nos faltaría para terminar de amargarnos la vida. Otra opción es Xabi Slonwso, que el otro día le remontó un partido al Bayern, seguramente mérito más que suficiente para los ilustres miembros de la dinojunta. Además, aprendió del «maestro Guardiola».
Poco más queda por ahí. ¿Spalletti? Buen entrenador, se comió muchos segundos puestos con la Roma y ahora por fin va a ganar un Scudetto con el Napoloni. Si se planta en la final de Chempions seguro que entra en las quinielas. ¿Y Lolari? Se le echó con gran inyustishia, pero fue el hombre que hizo un ídem de Vecinius. Yo digo que en un club en el que se ha probado con Benítez y Lolpetegui, el amable y estilizado (aunque algo prisaico) Santiago bien se merece una segunda oportunidad. Lo banco.