
Luri (izq.): «Ché, aprendí del maestro».
La breve experiencia con Tigres
Rememorábamos en la anterior entrega los excelentes resultados de «Make a team» gestionando a los Dorados de Sinaloa, resumida en el descenso a Primera A en menos de un año (hago una puntualización: Make a team se hizo cargo del club una campaña antes de la llegada de Lillo, logrando 26 puntos sobre 51 en el Apertura 2004). En otoño del 2006, la multinacional CEMEX, propietaria del equipo Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (más conocidos como Tigres UANL, o simplemente Tigres) decide relevar al presidente del club, Alejandro Rodríguez. Así describe el cambio la wikipedia: De manera errónea, se permitió la salida del Ing. Alejandro Rodríguez y se entregó la presidencia al Lic. Fernando Urdiales. El cambio de un hombre de caracter y con amplia experiencia en el fútbol por un hombre sin peso como directivo y con escasos conocimientos fueron notándose en el equipo. ¿Y cuál fue la primera decisión de este «hombre sin peso y con escasos conocimientos»? Entregarle el timón de Tigres a «Make a team».
Los chicos de Valdano, al parecer no escarmentados por la experiencia en Dorados,volvieron a ofrecer como asesor al mismo directivo, Sebastián Luri, quien por cierto contaba entonces con sólo 35 años, y no es de nacionalidad mejicana, sino -sorpresa- argentina. Cuando surge el rumor de la contratación de «Make a team», el presidente Urdiales da estas explicaciones: «Sebastián pertenece a una firma internacional en donde él es el encargado de las oficinas en México y es una empresa de consultoría que le da servicio a diferentes empresas, ellos nos están apoyando la formación de la estructura y la planeación de la implementación de esa estructura, no son promotores que estén buscando personal, pueden llegar a sugerir». «Para nosotros es un consultor para efectos de la estructura deportiva, para fortalecerla en función a los dos… a la principal misión que tenemos establecida en Tigres, número uno regresar a posesionar al equipo en los lugares que debe de estar, y segundo fortalecer el trabajo de Fuerzas Básicas para que elevemos el nivel de los jóvenes».
Un mes después, en Noviembre, se confirma el nombramiento de Luri , pero algo ha ocurrido durante esas semanas: el argentino se desvincula de «Make a team» y pasa a integrarse en «Sinergia Deportiva», filial de CEMEX. ¿Cuál fue el motivo? ¿Le dijo Luri a la directiva de Tigres que sus socios españoles eran unos inútiles? ¿Se dieron cuenta ellos solos durante el mes en el que fueron asesorados por la empresa? ¿Quizá «Make a team»no quería involucrarse tanto? Lo cierto es que Luri continuó solo la aventura, emprendiendo el equipo un camino totalmente errático, en el que Tigres bordeó siempre el descenso, pese a ser el tercer equipo con más presupuesto de la Liga. Un año y medio Luri era relevado de su puesto, momento a partir del cual (casualidades), el equipo empezó a remontar el vuelo. Esto es lo que tenían que decir sobre la «experiencia española» en la principal web de fans del club, solotigres.com: nos estamos olvidando de una empresa Española que nos resultó muy Gallega, pués nos vendió espejitos a cambio de oro. Muy astutos definitivamente. ¿El error de CEMEX en Tigres? Permitir el ingreso a la institución de Make A Team, que trajó a personas que supuestamente vienen a aportar, a hacer equipo y en realidad están deshaciendo, destruyendo equipos.
Formación líder
En definitiva, un éxito rotundo la incursión mejicana de «Make a team»: descendieron al primer equipo que cogieron, y en el segundo los relevaron al cabo de un mes, siendo despedido su testaferro un año y medio después. Por terminar la historia de Luri, decir que el tío logró ser luego nombrado vicepresidente de Jaguares de Chiapas (sin duda aprendió de su socio cómo vender la burra), durando otro año y pico en el cargo. Comentaba asombrado Rogelio Roa en Mediotiempo: «Increíble, en este país es quizás el único lugar donde se premian a los que fracasan y generan desastres en otros equipos».
Vistos sus resultados gestionando clubes de fútbol, se diría que es mejor para «Make a team» centrarse en su negocio de consultoría, aunque las mejoras en la productividad que puedan reportar a las empresas me resulten más bien dudosas, como ya dije en la primera entrega. Uno de nuestros comentaristas, sentur, relataba la visita que realizaron a su lugar de trabajo:
«Makeateam…. todavia recuerdo una charla que vino a darnos su vicepresidente, Zubizarreta (creo que ese era su cargo, no se si lo compatibiliza con sus actuales funciones). Un compendio de tópicos y cantidades de humo industriales… el tio fue incapaz hasta de hacer funcionar la presentacion que traía con lo que al quitarle la parte audiovisual (sacaba un video de su fallo contra Nigeria, no me pregunteis con que fin) fue todavía mas infumable.
Otro habitual de Fans, Piolinito, cree algo más en la utilidad de estas charlas, pero no precisamente por su contenido: «Esos cursillos o conferencias “motivacionales” sí que son de alguna utilidad, pero no por lo que dicen o exponen, sino por quién lo dice o lo expone. La historia que cuentan, el modelo que presentan o el ejemplo que plantean son lo de menos. Puede ser un equipo deportivo triunfador, Shackelton en la Antártida o los supervivientes del avión que se estrelló en los Andes. Lo importante es el envoltorio.
De hecho, muchas veces las historias son sesgadas y parciales, cuando no directametne mentira. El que da la conferencia o el cursillo suele ser un vendedor de crecepelo cojonudo, tipo Valdano, que hace creer que la mesa blanca que estás viendo es en realidad negra. Y te lo crees. Lo que logran muchas veces es que directivos acomodados o desmotivados se espabilen y se motiven».
En un divertido artículo, el especialista en Recursos Humanos Raúl Píriz describía este tipo de formación como «una retahíla de cursos cuyo principal atractivo consistía en escuchar las vanidades personales de los miembros fundadores de Make a Team y recopilar autógrafos de las viejas glorias que los padres necesitados de la aprobación de sus propios hijos piden a los gurus deportivos para darse lustre».
Marquinos, de Futbolitis, también hace alusión a estos cursos en un texto de hace un año: «En el área deportiva Zubi tampoco ha maravillado. Su presentación fue como cualquier charla de ‘Make a Team’. Le preguntaban sobre colores y contestaba sobre formas. Lleno de conceptos, asociar empresa con fútbol es muy bonito menos cuando tu cargo es el de director deportivo.»

…Amics per sempre.
Pero para entender hasta qué punto son capaces de vender la burra, es necesario visitar su web. En la sección «Convenciones y actividades» se ofrecen descripciones de cada servicio, tan rimbombantes que resultan casi indescifrables. Afortunadamente, cada una viene acompañada de un vídeo donde queda muchísimo más claro qué es lo que hacen. Por ejemplo, el Workshop con deportistas consiste en una convivencia formativa orientada a desarrollar una habilidad profesional. Es una metodología innovadora y participativa, donde el intercambio cercano y directo entre el deportista y el grupo de asistentes hace más efectiva la formación, convirtiéndose en una metáfora del mundo del deporte para el mundo empresarial. Cuando pinchas en el vídeo, aparecen Zubi e Iturriaga explicando qué se hace de verdad: «un picoteo en la Ciudad Deportiva de las Rozas para ver un partidazo en pantalla gigante, comentar, disfrutar…» Vamos, una juerga para directivos pagada a precio de oro.
En los Talleres Motiva se combinan sesiones teóricas del concepto a trabajar con su puesta en práctica, a través de la relación directa entre el deporte y el management. Un deportista de élite y un consultor combinan sus vivencias en el deporte de alto rendimiento con herramientas útiles para la gestión de personas en el entorno laboral, entrelazando actividades indoor y outdoor. Al pinchar en el vídeo, vemos a unos ejecutivos con petos pasándose una pelotita con palos de hockey siguiendo las intrucciones de la «consultora». Se trata de una de las actividades «outdoor» para aprender a trabajar en equipo. Un concepto similar ofrece Team building, actividades en equipo con un toque más veraniego, algunas tan lúdicas como las regatas y el fútbol playa. Quizá lo más surrealista que se ofrezca sean las charlas denominadas El otro yo, en las que el simpatiquísimo «Itu» imparte motivación empresarial hablando con una proyección de su propia persona desde el escenario. ¡Qué original y entretenido! Algunas charlas las da Corbalán, actual presidente de la empresa, al que algunos piden para el basket, pero a quien yo, visto con quién se junta, prefiero tener lejos.
En honor a la verdad, «Make a team» ofrece también paquetes mucho más específicos, (ventas, formación financiera…), pero dudo que mucha gente los contrate cuando seguramente hay empresas mejores y más especializadas en esos menesteres. Parece obvio que el producto estrella de «Make a team» son las actividades mencionadas más arriba, por las que se embolsan cantidades entre los 3.000 y los 18.000 euros. ¿Y cómo se pueden permitir pagar las empresas tanta pasta por algo con un valor real tan escaso? Fácil, porque los clientes de «Make a team» son empresas de la talla de Movistar, Roche, Repsol, Bimbo, BBVA, Banco de Santander… que tienen el suficiente desahogo como para darse estos caprichos, o así era antes del hundimiento de la economía. Hasta 10 millones de euros facturaró «Make a team» en el año 2003. Ahora, como dice Piritz: «La crisis evitará el lamentable espectáculo en cierta medida, porque la actual escasez de liquidez de las empresas no recomienda gastos en chorradas, beneficiando indirecta e indudablemente la salud de sus directivos aspirantes a estrella.»
Eso sí, como pagadores no parecen muy diligentes, quizá precisamente por la crisis. Nos relata un contertulio, de mote Florentino Pérez: » Yo puedo dar mi experiencia personal con el grupo Inmark, desarrollé junto a un compañero una aplicacion web con la que el grupo trabaja desde hace meses y puedo decir que aun estoy esperando que me paguen… se han valido de una triquiñuela para no pagarnos al momento y sí cuando ellos quieran, no hablo precisamente de unos pocos euros.» Está la cosa muy malita, vaya. No podemos reprocharle a Valdano que coja trabajos en la SER, y hasta en Radio Teléfono Taxi si le llaman.
Algunos ya se habrán fijado en el detalle, especialmente llamativo, de que en Make a Team trabajen codo con codo Valdano y Zubizarreta, hasta hace poo los máximos dirigentes deportivos de Real Madrid y Barcelona. ¿No le parecía a Valdano que había alguna incompatibilidad? ¿Se lo planteó en algún momento a Florentino? Ná, para qué. Si no llegan a largarlo, habría seguido compaginando ambas actividades sin el menor problema. Pero algunos malpensados creemos que debe ser complicado darle estopa a un tío que, aunque puede estar conspirando en la UEFA para que perjudiquen a tu club lo más posible, comparte contigo empresa, beneficios e intereses. No obstante, pido comprensión una vez más: estos dos ya eran socios antes de ser directivos en Madrid y Barça, y ya se sabe cómo es el fúmbol: hoy tienes un cargo, y mañana vete a saber. Eso sí, luego a presumir de valores madrilistas, ¿eh, Jorge?
Ya lo véis, compis, una vez más Valdano se alza como referencia empresarial y moral del orbe madridista. Lástima no tener ni de lejos la pasta necesaria para contratar una de sus charlas, pero siempre nos quedará escucharlo semana tras semana en la SER (¡de gratis!), analizando el juego de nuestro equipo desde una perspectiva neutral y totalmente carente de rencor. Y siempre con valores, con muchísimos valores.
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Tranquilos, que mañana hablaremos de Cuantrol.
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