Debimos darnos cuenta desde el principio, lo tuvimos siempre ante nuestros ojos: la final de un Mundial Anal organizado por CAGAR, es decir el PSG, los Al Thani y toda su apestosa estirpe, sólo podía ser Francia-Argentina. O en otras palabras, Meforré contra Mehormoné, a mayor gloria del club más asqueroso que ha pisado alguna vez un céspet, con permiso de la Far$a.
Todo hombre tiene un precio, y el de los arbitruchos de hecho no es especialmente alto: los «trencillas» que han pitado a Peronlandia en este Mundianal casualmente se han inventado un penalti a su favor en todos los partidos delicados, y ahí tenemos al Pettofredo de nuevo en una final tras siete años mirando al piso… sólo hacía falta el espónsor adecuado. En cuanto a França, necesitaba menos ayuditas, pero de ser necesarias habrían llegado, que nadie lo dude.
Sobre quién ganará, tampoco hay dudas: Peronlandia, por un motivo muy simple: los jeques quieren mandarle un mensajito meridianamente claro al díscolo Meforré: «El que intenta salir del redil se queda sin Mundial». ¿No me creen? Lo comprobarán el domingo.
Piensan los jequecillos que con esta operación han logrado promocionar muy positivamente la farsa mundialista y su puticlub-estado, pero lo único que han conseguido es desprestigiar aún más el fútbol de selecciones y terminar de alejar de este juego a los aficionados con algo de cerebro que quedaban. La corrupción rampante, las reglas ridículas, el VAR castrante, los infumables alargues… todo ha contribuido para desvirtuar hasta hacerlo irreconocible al que alguna vez fue el mejor deporte del mundo. Que con sus pitas se lo coman.
·····
En fin, y el Madrid ha fichado un negro brasilero más, porque se ve que teníamos escasez de ellos; y no va a cobrar precisamente en bananas… ¿Qué podemos decir de él? Pues lo mismo que el añorado Jack Charlton: Que youtube nunca miente.
Sí, bueno, ¿no? Como dijo… ¿quién?, el fúrbol es la continuación de la política por otros medios. Los cuatro semifinalistas de este Mundial de Cagar, sin duda colocados ahí por el sistema (?), nos mandan mensajes muy claros que un ora-culo como yo es capaz de interpretar. Concretamente:
– Francia. Gran póster de la inmigración negromusulmana incontrolada. Al promocionar a esta selección, nos dicen que no pasa nada porque lo que queda de Uropa sera invadidos por tierra, mar y aire, que no se nos ocurra llamar a Chuck Norris. Más bien pongamos el culito, convirtamos todo el continente en un gran Saint Denis y si te violan será por culpa del macho blanco uropedo heteropatriarcal.
– Croacia: Gran víctima sacrificial. Única selección sin negros ni sudakas, será humillada como símbolo de la muerte del antiguo mundo.
– Maroc: Francia 2 (La venganza). El mensaje será el mismo que con los ex-franceses: morito bueno, Alá es Grande. Una presencia en la final anal (o incluso un título de campeones) será el último empuje moral que esta Quinta Columna necesita para culminar su desembarco de Norgandía y arrasar con todo (¡sí, todo!) como una plaga de langostas. Y al fin y al cabo, ¿por qué no? No es tan trágico que una raza joven y motivada acabe con una decadente, envejecida y degenerada como la expañola.
– Argentina: El tercer equipo de los moros, con Messi the Great Monguer como cebo para los futbolerdos del mundo. ¿Le dejarán ganar? Quién sabe, es posible… la victoria de un país sudaqués después de ni se sabe serviría para sumir definitivamente al subcontienente en una dictadura izmierdista que prolongue su subdesarrollo al menos dos décadas más, abortando cualquier intento de mancomunidad con el antiguo imperio español mientras este termina de desintegrarse.
Todo esto se resume en una frase muy corta y simple, pero al mismo tiempo muy elocuente: DENSE POR JODIDOS.
El Mundial es una cosa muy anal, que nos ha dejado sin júrgol de calidad y sin tema frívolo de conversación durante más de un mes, sobre todo en estas jornadas que se toman de descanso los muy desahogados. No obstante, podemos aprovechar estos días para disfrutar de la pluma (literaria, se entiende) de un coloso del comentario jurgolístico surgido paradójicamente de ese estercolero conocido como diario Spork. Nuestro autor escribe en los comentarios de esa sentina bajo el nombre generado aleatoriamente usuario_8c04b3a8, pero de hecho hace unas semanas se registró en Fans del Madriz con el nombre Fígaro, sólo que hasta ahora no se ha animado a abandonar su condición de lurker.
La actividad preferida de Fígaro, madridista infiltrado en el tabloide culé, es ser el azote de Luis Mascaró (alias Luis Mascabrón), actual director del diario, donde publica editoriales cuya conexión con la realidad es un tanto tenue, cosa normal en textos cagados por uno de los propagandistas más serviles de la esfera mediática culerda, ya bastante delirante de por sí. Veamos algunas de las últimas glosas de Fígaro a los textos mascabrónidos:
«Mascaronte sigue en su línea de autismo periodístico y faenas de aliño. Así seguirá mientras dure el Mundial. Dando la matraca con los jugadores del Barça en la selección española —y los que haya en las demás, a las que anima realmente— haciendo reverencias a Lluís Kike y, de vez en cuando, mascullando algo sobre temas periféricos que no le interesan ni a él, o sobre los talentos de Xavi para pensar en la forma de un rábano y soltando veneno caducado sobre todo lo que huela a Real Madrid y España. En realidad, Mask se aburre durante el Mundial. Y si su alarido ya es aburrido —aunque cómico en ocasiones— de diario, lo de ahora se antoja realmente plúmbeo. Hoy suelta una arcada mal escrita cuando habla de “críticas absurdas, a veces manipuladas y otras veces ruines”. No vamos a analizar lo que quiere decir de forma abstracta nuestro compadre Vlad Maskar, pero nos esforzamos por encontrar algo rescatable para la comedia en el páramo pedregoso que nos larga hoy. Eso sí, el título parece sacado de los payasos de la tele, pero el contenido tiene más que ver con Pompas Fúnebres Don Jaume que otra cosa.»
«Todo el mundo es contradictorio. Mascagargol, que hasta que se demuestre lo contrario en algún laboratorio polvoriento de los Cárpatos, es humano, tiene por tanto sus contradicciones y sus cruces de cable. Desde hace no se sabe cuánto, Mask apoya al combinado español. Los sarpullidos que provoca esto en su lacerado pellejo de licántropo veterano él los sabrá bien. A los demás nos provoca una mezcla de hilaridad y desasosiego ver la mutación coyuntural de este personaje y su errar desvariado por las mesetas exteriores a la Masía. Hay demasiada luz blanca en el horizonte y los aullidos del lobete implorando otros y otros y otros ojos nuevos se escuchan en la Pedrera. De gafas se puede cambiar, de corazón es más complicado. Incluso admitiendo esas contradicciones lógicas que dijimos y especialmente para una criatura del Imperio de la Milonga.»
«Mascaídolos saca hoy el espejo de Alicia y nos regala, por fin, una columna que no es nueva en cuanto al tema, pero que añade grandes dosis de cieno, desesperación y alaridos de purgatorio y merece, por tanto, ser disfrutada desde el humor y la crítica. Es de agradecer que Mask se abra la gabardina y nos enseñe su esqueleto humeante para que busquemos el hueco donde se aloja su corazón. Porque, sí, Mascarowski también tiene corazón. Y bombea sangre roja y azul, como es lógico. En ese espejo donde se mira el que escribe esta columna de opinión aparecen —aparte de anuncios de la nueva línea de gafas anarquistas que ha sacado Roures Jaime, pomadas varias o cromos del Mundial— visiones del pasado, escombros de recuerdos y también fantasías animadas de un futuro incierto.
Entre las imágenes que brotan del vetusto espejo está la recurrente estampa de Messi levantando la copa del Mundo con la camiseta azulgrana ante la mirada extrañada del Papu Gómez o Scaloni. Tras esta fotografía brotan también Busquets y Lluís Kike, palmeados por Eric García y Ferrán, levantando el trofeo y vestidos del mismo modo, con una camiseta del Barça, sonriendo y mirando un enorme cartel de un Laporta feliz que reza “Ganas de volver a Vía Veneto”. Mascatextos no esconde nada y nos lanza, esculpida en salfumán, su sentencia definitiva y en la que se resume su canción de invierno perpetuo tras la final soñada: “Y que gane el mejor”. Con esa finta cree haber descubierto la sonrisa nuestro amigo Mask. Intenta adjudicar a los demás su deseo —legítimo y no secreto, repito— de que la selección “de” Lluís Kike no gane el Mundial, que lo haga Argentina, construyendo el relato de que los demás, los madrileños/madridistas para ser concreto como a él le gusta, queremos que ganen Portugal o Brasil.
Para apuntalar su andamio medieval afirma, así, por toda la cara, que el alma de la selección española es Lluís Kike y el de la albiceleste, Messi. Si tomamos por cierta la afirmación de Mask, observaremos que quizá ahí esté el problema o gran parte del mismo: el protagonista oscarizado de los argentinos está en el césped y el de los españoles no juega. Mascaworld lo enfoca todo desde un punto de vista emocional y gótico. La mayoría de los españoles, madridistas incluidos, apoyan a España y, digamos, que les importa bastante menos lo que hagan Messi, Cristiano o Rapinha. Mask va más allá, al convertir —intentarlo— a diario y por intereses digamos “partidistas”, a Sport en Clarín, u otro diario argentino, y a los lectores de Sport en seguidores albicelestes en vez de fomentar decididamente el apoyo a la selección de “su” Lluís Kike. La selección española es algo así como una coartada para Mask.
Acaba su columna de hoy con una sentencia sobada y sus puntos suspensivos de costumbre: “Pero soñar, sin duda, es gratis…”. Al leer esa última frase, Roures Jaime ha levantado el teléfono y ha llamado al president, que estaba jugándose unos cartones en un Bingo, y ha soltado esa última palabra envuelta en ardientes interrogaciones: ¿Gratis?»
¡Fígaro, sal de las tinieblas culerdas y déjate bañar por la luz multifacetada fansista que derretiría la cerúlea piel de Mascabrón!
Si alguno espera ver alguna vez a un chinorris (de variedad china, japonesa o coreana, da igual), ganar algo en fúrbol, que se vaya olvidando. Esto es porque la calidad en este deporte va muy unida a la longitud de la minga, y por eso los blancos ganan siempre, o como mucho blancos mezclados con negros. ¿Los amarillos estos? Muy bien para jugar a la Nintendo y fliparse en artes marciales donde no pegas de verdad, ¿pero en fúrbol? Parecen mascotillas y les falta carácter, basta con ver la tanda de ayer: no había visto a nadie patear penales con menos huevos desde Duvan Zapata. Si Kojiro Hyuga existiera en la vida real se habría nacionalizado… no sé, ¿queda algún país con algo de dignidad y que sepa jugar a este deporte?
«Es una putada, pero es la puñetera realidad».
Respecto a lo de hoy de Morocco, coincido con Pichirri en que hay que ganarles aunque sea para que no se lleven esa alegría, que ya nos dieron bastante por culo con el 11M, atroz crimen político y humano nunca resuelto. La verdad es que uno se pone a pensar en eso y es difícil poner cara al autor intelectual: ¿cómo ordenas la masacre a sangre fría de cientos de civiles? ¿Cómo te justificas ante ti mismo? ¿Es por una ganancia religiosa, política, personal…? ¿Lo ves como una acción de guerra? Nunca lo sabremos, y eso es porque quien tuvo el poder para investigarlo, los dos grandes partidos, jamás quiso hacerlo, más allá del juicio-farsa presidido por el marido de Elisa Beni que acabó cargándole los muertos a un par de desgraciados. Uno de tantos traumas no resueltos en Españita, demasiado ocupada en discutir cosas «más importantes».
En fin, en cuanto a tamaño de polla no sé cómo andarán los marroquíes, pero a juzgar por la afición que tenía Cristiano a su «amigo» boxeador deben ir bien armados, así que cuidado con ellos.
Los Mundiales tienen una cosa entretenida de la que no me había percatado hasta ahora: que habiendo equipos de tantas nacionalidades uno puede delelitarse en sus filias y fobias sin necesidad siquiera de ver los partidos. Caso claro: la Coja y Japón. Sabía que los cojeros eran mediocres, pero perder contra los micropenes japoneses ya es otro nivel. ¿Podría ser que estos nipones conserven en un rinconcito de su ADN algo del espíritu que llevó a su minúscula nación a intentar dominar toda Asia? Ná, no lo creo; de hecho, seguramente la mayoría de jugadores coleccionen cartas de Pokémon y Yugi-Oh!, pero al menos las risas están ahí, y desde luego es una selección que siempre cae simpática. Quién sabe si no hará también la gracia ante una decadente Croacia.
En cuanto a Caspaña, podría incluso palmar ante Marruecos, un país de gente bastante más echada palante, como lo demuestra la cantidad de emprendedores marroquíes que hay en España, o que intentan llegar a ella. El otro día se armó la marimorena en Bruselas cuando ganaron a Bélgica, así que si doblegan a la Coja puede ser… ¿curioso? Pero se tratará de incidentes aislados, eso sí, nada tan grave como que le mandaran una «carta bomba» al presidente el mes pasado (no esta semana), o esos igualmente peligrosos sobres con balas que enviaron radicales ultraderechistas a cargos podemitas hace un par de años.
¿La gran lástima de la jornada? Lo de Costa Rica. Si hubieran aguantado unos minutos esa fugaz ventaja ante los maricas alemanos (aquí lo dijimos primero), quién sabe en qué universo alternativo nos habría metido esa selección cuya victoria en el Mundial se pagaba 3.000 a 1… En fin, al menos podrán contar a los nietos que durante unos minutos tuvieron eliminados de un Mundial a España y a Alemania. ¡Pura vida!