Ya tenemos rival para la Final de la Copa del Generalísimo 2013: no será otro que nuestro entrañable Palético de Madrid. Y se trata de un rival muy bueno, pues tras cargarnos a la Farsa en las semifinales era obvio que no quedaban equipos con nivel futbolístico para hacernos sombra (esto no es prepotencia, es así), por lo que sólo restana el morbo. Y un partido con el Paleti tiene morbo, dará mucho que hablar y creará mucha expectación. Deportivamente, huelga decir que el Madrid es superfavorito, aunque el Atleti esté haciendo una temporada decente y demás. Digamos que bará la suficiente incertidumbre para tener cierto cosquilleo en el estómago, pero sin temer realmente por el título.
Sobre la sede, parece que se impondrá el sentido común y se jugará en Madrid. No tiene ningún sentido desplazar a 80.000 aficionados a otra ciudad, por cuestiones de tiempo, gasto y logística. Hay quien habla de San Mamón y hasta del Kaka Nou, por hacer la gracia, pero sinceramente no tendría sentido. Cerezo ha mencionado un acuerdo histórico de alternancia de estadios, pero tampoco entiendo muy bien usar el Calderón, con 20.000 localidades menos. Más allá de la tontería de ser el «local» cuando ambas aficiones están repartidas por igual, me gustaría que Cerezo explicara a los 10.000 atléticos que pueden quedarse fuera el sentido de la decisión. He leído a algún memo que no quiere jugar la final en el Bernabéu porque «da mala suerte». Si hay algo que no soporto en la vida es a los supersticiosos, que no es más que otra forma de ser cobarde; si se han perdido finales en el Bernabéu es simplemente porque no se jugaron bien, y precisamente lo madridista es volver al lugar del crimen, ganar y dar la vuelta de honor con la chorra fuera.
Otro argumento de los supersticiosos es que «después de 20 años sin ganarnos, igual les da por hacerlo en la final». Miren, no. Si les llevamos ganando tanto tiempo es porque hemos sido muy superiores, ya sea por presupuesto, juego, cojones o errores de ellos. El hecho de queel partido sea una final no es un hándicap, sino que afilará nuestro instinto competitivo, especialmente con Mourinho al mando. Mou ha jugado nada menos que 18 finales en su carrera, de las cuales ha ganado 13. De sus cinco derrotas, dos fueron con el Oporto (ante Benfica y Milan), otras dos con el Chelsea (ante Liverpool y Manchester) y otra con el Inter ante el Lazio, lo que nos indica que es muy raro que pierda ante un rival de nivel similar o inferior. Sabemos que prepara muy metódicamente estos partidos, y es casi inconbible que Simeone le gane la partida con la diferencia existente de plantillas. Lo normal es una victoria blanca sin demasiado sufrimiento.
Hablando más en general, resulta muy curioso cómo han cambiado las tornas en cuestión de días. Mourinho, hasta hace nada blanco de todos los palos, se convierte ahora en el entrenador dominante de la Liga, e incluso en la mismísima COPE he oído cómo se deshacían en elogios hacia sus planteamientos. Como pasemos ante el Manchester van a tener que ponerse en fila todos los periodistas del país para chuparle el nabo, y puede que hasta Floren tenga que pedir sitio. Entonces la cuestión será si Mourihno quiere quedarse, después de recibir un apoyo más bien tibio del club. Por la cuenta que le trae, más le vale al presidente convencer, desde ya mismo, a este hombre totalmente clave para nuestro futuro.
[polldaddy poll=»6927961″]
[polldaddy poll=»6927963″]