https://youtu.be/0-TEErhXsXg
Tras la Supercopa y el inicio de la ACB (¡¡aún no nos hemos ido!!), la temporada de basket arranca definitivamente con la primera jornada de la Euroliga, competición que celebra su vigésima edición. ¿Cuál es el balance de estos 20 años lejos del yugo de la FIBA? Pues que, aunque no son los mismos perros, se les parecen mucho, y los collares tampoco han cambiado en exceso.
La Euroliga de Bertomeu es casi igual de caciquil, mal organizada y mal arbitrada que la antigua Copa de Europa, y resulta fácil ofrecer ejemplos. Por ejemplo, los horarios, establecidos con total indiferencia respecto a los de fútbol, como si el basket fuera el deporte dominante y un aficionado del Madrid, Barsa, Bayern o Fenerbahce fuera a darle preferencia cuando juega la sección de fútbol al mismo tiempo. ¿Hablamos de organización? No hay más que ver la Final Four del año pasado, con unos precios tan abusivos (sólo abonos, nada de partidos individuales, con precios entre 185 y 535 €) que ser finalista en tu país no te garantiza en absoluto el apoyo de tu público. ¿Arbitrajes? Ahí está lo que le pasó al Jhimji contra el CSKA en los cuartos de final de 2018, cayendo eliminado porque el reloj oficial no corría durante una jugada del último minuto en la que encestaron.
Sobre la viabilidad económica de la competición, en fin… digamos que hoy por hoy reparte un poquito de dinero, y se puede agradecer el milagro que no sea deficitaria. ¿Cómo esperar más que eso con un modelo de explotación televisiva marginal, sin iniciativas para emitir en abierto, hacer transmisiones más espectaculares o promocionar el torneo? ¿Y se habla de NBA europea? Para eso harían falta equipos potentes y asistencias multitudinarias en Londres, París, Milán o Barcelona, cosa utópica a día de hoy. Con todo, es cierto que la Euroliga es un campeonato de alto nivel, probablemente con más riqueza táctica que la NBA, y que el sistema de grupo único es atractivo por su simplicidad. Este año el número de equipos se ha ampliado a 18, cayéndose Boducnost, Darussafaka y Gran Canaria, e ingresando el Estrella Roja, el Lyon-Villeurbanne, el Valencia, el Alba Berlín y el Zenit de San Petersburgo, estos dos últimos entrenados por los españoles Aíto y Juan Plaza, respectivamente. También hay algunos cambios en las normas.
La primera jornada nos depara nada menos que un Madrid-Fenerbahce, que bien podría ser la final. No hace falta hablar de la solvencia de los equipos de Obra, los cuales siempre buscan tanteos bajos. La idea es llevarlos a nuestro terreno, con el ya clásico juego de perímetro que nos permite lograr grandes parciales en poco tiempo. Las grandes novedades de nuestro plantel son Laprovittola (un jugador con mucha vitola) y por supuesto Garuba, un pívot que con 17 años está en 2,03 y arroja unos números espectaculares; los de la NBA ya están con los dientes largos listo para llevárselo en tres temporaditas, como si les faltaran negros fumadores de crack por allí. Pero bueno, mientras tanto lo disfrutaremos, y quizá nos llemos un par de Euroligas más.
Uroliga, Jornada 1. Real Mandril-Fenerbache. 21:00, DAZN.