– Arletismo: Las pruebas de velocidad las ganarán casi todas los useños, porque tienen muchos negros dopados. Estaría bien que ganara Bolt porque es simpático y eso, pero si no lo consigue que se joa. En brincos y lanzamintos ganarán los que se dopen más, y en las pruebas de fondo ganarán los negros africanos (negratas keniatas). Estos últimos son de los pocos que no se dopan, porque la organización les promete que si ganan, además de la medalla, les darán un bocata de calamares, así que corren que se las pelan. En general será una competición muy bluff porque han echado a todos los atletas rusos, por doparse patrocinados por el estado, a diferencia de los useños, que se dopan usando espónsores privados.
– Natación: Aquí ganarán todo blancos, porque los negros no saben nadar. De entre estos whities ganarán los que se chuten más guarradas, como Michael Felpas, que se mete hasta cannabis. Claro que el tío está hasta los mismísimos cojones de entrenar y tiene ya 31 añazos, así que seguramente se le escapen unas cuantas medallas. Luego está el caso de nuestra Mireya Belmonte, que era una chica medio mona hasta que se empezó a meter vitaminas y se le puso quijada de mula y espalda de Hulk; ella sabrá si le compensa.
Fúrbol: Me da igual quien gane, con tal de que no sea Brasil, para que se les quede otra vez cara de tontos. Estaría bien un Maracanazo III.
Baloncesto: Aquí sí juega Rusia, así que espero que ganen, aunque seguramente se lo lleven los negratas EN BI EI, que además de ser buenos van dopados hasta las cejas. España es campeona Duropa y podría optar al bronce, o incluso a la plata (de la que cagó la gata). Pues si ganan cualquiera de los metales muy bien, oye. Y a Gasol que le pique un mosquito por cagón.
Gimnasia artística y rítmica: No sé quiénes serán las favoritas, pero igual cae paja. Ojalá ganen todo las rusas, y en hombres también, aunque seguramente arrasen los putos chinos.
Tiro con arco: Espero que se escape alguna flecha y le acierte en los cojones al presidente del COI.
Tenis: Rafa Nadal ha ganado mucho en su vida gracias a ir dopadísimo, hasta el punto de que se ha quedado calvorota. Sin embargo, ha forzado demasiado su físico y ya no puede ni con los huevos, por lo que se comerá los mocos; gran diferencia con Federer, que ha decidido no jugar más este año para recuperarse bien de sus molestias. ¿Quién será campeón, pues? Pues no sé, porque juegan en tierra (creo), que es la superficie más rara. Si va Garbiñe, que gane ella, y en manes Yókovich.
Ciclismo: Estos son los que mejor me caen, porque se dopan como todo quisqui y tienen controles mucho más estrictos, pero llevan el sambenito de «los más trampsoos». Espero que gane el equipo ruso, o Canchelara usando su bici motorizada.
Resto de deportes: A nadie le importan una mierda antes de los juegos, a nadie le importan durante los juegos y a nadie le importan después. Bueno, sí, igual a ti te fascinan el remo y el tiro olímpico, la equitación (?!) o la esgrima. Pues háztelo mirar. Si acaso, entre el fansismo puede tener éxito la lucha grecoromana, que es una maricada.
¿La ceremonia? Bien, gracias, no la vi, aunque he comprobado que hubo alguna cosa interesante, como la foto sobre estas líneas. Al parecer se exhibió un rotulito que decía «Salvad el planeta»; miren, si hiciera falta salvarlo no habría tanto gilipollas suelto diciendo tales majaderías. Por lo demás, mucha risa en general con el asunto del dopaje, respecto al cual nos quieren hacer creer que van a suspender una verbena de 15.000 milloncitos por la «pureza del deporte». Oiganme bien, señores: hace no años, sino décadas, que es imposible llevar el cuerpo a esos límites yendo limpio, y los atletas lo saben y lo aceptan. Por supuesto que se podría competir sin tomar cochinaditas, pero para empezar es algo totalmente irrealizable en la práctica, y aunque se lograra volveríamos a récords de hace 20 o 30 años, y eso no molaría a nadie, empezando por las teles: ya saben, ciltius, altius, fortius y, sobre todo, pastius.
Así pues, yo propongo un enfoque ultraliberal: legalizar todo el dopaje, poniendo los mejores médicos a disposición de los atletas y explicándoles los riesgos, y que luego ellos tomen sus decisiones; además, qué cojones, ganar sigue siendo durísimo, así que pocos les repricharían meterse ayuditas. ¿Creen que la gente dejaría de ver la competición por ello? Ja, ja y ja. Una vez superado el shock inicial, las audiencias serían casi las mismas, porque el arreglo satisfaría a todas las partes: organizadores (pasta), deportistas (pasta y gloria) y público (chou). Sea como sea, los juegos de los weps no dejan de resultarme un espectáculo profundamente antipático, que no me importaría ver interrumpido por un buen pepinazo atómico.