Cojera preocupante

laso 3

La verdad es que el primer partido del playoff por el título fue bastante lamentable. Que un equipo al que has machacado por 40 un mes antes te gane el partido inaugural de la serie y te quite la ventaja de campo es un síntoma claro del desgaste -sobre todo mental- que han sufrido los nuestros. Y tampoco es que el Barcelona se marchara en el marcador y ya no pudiéramos cogerlos: la ventaja fue pasando de un equipo a otro, y al final se quedó en el lado culé, como si el Madrid no se hubiera decidido en ningún momento a dar el arreón. Con una defensa deficiente y perdiendo rebotes a porrillo, la calidad y el apoyo del público no fueron suficientes, aunque esto último ciertamente es muy mejorable, con unos Berserker que no lograron arrastrar al restro del pabellón y permitieron varios momentos de silencio sepulcral; un grupo de animación tiene que jalear todo el tiempo, y la acústica del recinto cerrado ya hará el resto. Igual es que están contagiándose de sus jefecillos del fútbol…

El equipo parece haberse dejado ir tras el batacazo de Milán, y si bien un aficionado puede permitirse desconectar mentalmente por la decepción, en un entrenador y en los jugadores esto es inadmisible. Ya sea con mimos, con arengas o con broncas, el trabajo de Laso es mantener el nivel competitivo hasta la consecución del campeonato. De momento no lo ha logrado, aunque sí se dedicó a rajar del árbitraje tras la derrota. Y no es que me oponga frontalmente a esto, ni me parezca mal denunciar cosas raras, pero el momento no fue muy afortunado; esto mejor hacerlo después de ganar, Pablo, porque como tú mismo has dicho, ahora parece una excusa. El míster verá el partido de hoy con la pierna inmovilizada, tras romperse él solo un tendón en el encuentro del otro día; quizá una alegoría de un equipo más cojo de lo debido por la baja de Draper, quien obviamente era más importante de lo que parecía. A ver si hoy se cargan las pilas y encarrilan el objetivo mínimo de la temporada, que es la Liga. Para el año que viene, la no continuidad de Laso es pura ciencia ficción, pero hay que analizar muy seriamente las carencias.

ACB, Segundo partido de la final.
22:00 (La 1)

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suarez

En cuanto al Mundial, Florentino vive un dilema: viendo a Luis Suárez, seguro que se le pone la piperina sobre 9000 y le dan ganas de ficharlo inmediatamente; y con Benzema seguramente le pasaría lo mismo, pero el problema es que es un cromo que ya tiene. Así pues, puede hacerse con una estrella del Mundial, pero deshaciéndose de la otra, o dejándola sin sitio al menos. Yo, que soy un pragmático, llamaría al jeque del PSG -que es igual de pipero que él y debe estar salivando- y le pediría la mitad de la producción de petróleo qatarí del año pasado por el rapero, pero dudo que ocurra. Me parece más plausible que Floper traiga a Suárez, mantenga a Benzema y le diga a Ancelotti: «ahí los encajes como puedas».

Por lo demás, los japoneses parecen muñecos de Playmobil al lado de los occidentales, Inglaterra es tan loser como siempre y Costa Rica quiere liarla parda, igual que Colombia; una final Colombia-Costa Rica estaría graciosa, se acabarían las existencias de anticongelante del mundo. Yitán está pachucho pero su grupo es fácil, así que parece que aún le quedan unas semanas en Brasil. ¿Y Del Bowsky? Parece que, increíblemente, se quiere quedar. ¡¡Lo que le gustan a este tipo de personajes las poltronas!!

Todos contra la Coja, Capítulo 3: Prrrrrrrrrtttttttt

bosque

¿»Patético» es una palabra demasiado dura para describir lo que se vio ayer? No, pienso que es bastante exacta. Fue patético. El Marqués montó una convocatoria-homenaje al grupete «que tanto nos ha dado estos años» y así fue el nivel de la selección en este Mundial: como el de un partido «Corazón Classic Match». Ciertamente, lo terrible de la Coja no ha sido el perder, que siempre jode, sino cómo se ha perdido. Lo que le valió a Mr. Potato para vivir de rentas la friolera de seis años (tocar lo justo y dejar hacer a los pesos pesados del vestuario) es lo que finalmente le ha dejado en bragas delante de toda una nación, poniendo un colofón totalmente ignominioso a una carrera que podría haber concluido con un incomparable prurito de prestigio -engañando a casi todos, eso sí- de haber salido, por ejemplo, tras la Confederaciones.

Porque el fútbol es un deporte complejo, pero hay cosas obvias incluso para esas «aficionadas» que se pintan los colores de su país en el jeto cuando llega un Mundial o Urocopa: si debutas en el campeonato haciendo quizá el peor partido de la historia de la selección, uno piensa que lo lógico es revolucionar el equipo, darle la vuelta como un calcetín buscando la inaplazable reacción. Pero no para Pantuflo Zapatilla: Dos cambios hizo en la once, y se diría que le costó un esfuerzo supremo. ¿Sería para no estropear el ambiente? («Un vestuario sano vale más que 100 horas de táctica», asegura). Nadie lo diría, porque los que saltaron al campo tenían, desde el minuto uno, cara de perdedores, de no querer estar ahí. Cómo sería la cosa, que esto se decía incluso en la mismísima SER, una de las piedras angulares del movimiento cojista. Enfrente, un equipo apañadito y sano -la Roja- leyó el miedo y marcó dos goles sin apenas esfuerzo. «Pero España es mejor», insistían en todos los medios. Ya, y DiStéfano es mejor que yo, pero es un octogenario. Hay unos cuantos factores en el fútbol aparte de la calidad.

Creo que la cagada final, lo que después de muchos años le ha demostrado al mundo lo que es Del Bosque -¡¡que sigue quejándose de su no renovación con el Real Madrid!!- fue la reacción a esta derrota parcial. No pido ya que este señor tan pasivo y tan aburrido les hiciera el discurso de Benito Floro en el descanso, pero joder: estaba todo absolutamente todo perdido, con el equipo haciendo el mayor ridículo de un campeón en la historia del torneo; ¡¡apuéstalo todo, quema las naves!! Parece evidente que había que hacer los tres cambios, cargar como la brigada ligera y encomendarse a Dios. Pero no. Un cambio hizo el hijoputa (aunque para él debió ser una revolución táctica, porque creo que ha cambiado jugadores en el descanso dos o tres veces en su carrera). A partir de ahí, ya sólo quedaba la agonía lenta e ignominiosa; el ver pasar los minutos desde el banquillo, sin hacer absolutamente nada. Hasta para dar dos gritos de ánimo le pesaron los cojones a él y al sempiterno Toni Grande (¡¡qué carrerón el de este tío, 20 años forrándose a base de tomarse cafés con su amigo!!). Tic tac, tic tac. Rascadas de nariz, cuchicheos. Un pedo de viejo tras otro, impreganado -quizá para siempre- el banquillo de Maracaná (Prrrrttttt). Al final metió a Cazorlita y a Torres (¡¡a Torres!!), su concepto de armas letales para intentar una remontada épica.

gol

Seis minutos agregó el árbitro, en un último guiño de la FIFA, que nos hacía saber que éramos «de los suyos». Como si hubieran sido 20: era un equipo muerto. Una vez acabado todo, el cabreo es grande, no tanto entre los aficionados -que al fin y al cabo es gente sufrida y simplona-, sino entre la canallesca, a quien Pantuflo les ha jodido el invento; parece que las pérdidas en audiencias y patrocinios pueden ser de varios millones. Y a partir de mañana, vuelta a inventar fichajes del Madrid («qué pereza», deben pensar). Si fuera por el Marqués, desde luego seguiría en el cargo, pero que no sueñe con ello: esto va a ser una merienda de negros. Dentro de una semana le habrán dado tantas tantas hostias que pedirá que le dejen salir a cambio de no recibir más. Toca volver a su casa de Madrid a tocarse los cojones, a menos algún equipo de élite lo llame para poner a sus jugadores a hacer ronditos (risas). En cuanto a Casillas, ni el peor de sus enemigos le habría escrito un guión así: en los tres últimos partidos importantes de su carrera, tres actuaciones para echarse a llorar. Que tengan ojo aquellos que se creen tocados por la fortuna: se puede acabar así, sobre todo si se anda justo de neuronas. Florentino, acaba la cosa de la forma más higiénica posible; ya, ya sabemos que nos costará dinero.

En cuanto a la Coja, parece que vuelve a ser España, al menos durante un tiempo; dependerá de a quién pongan para reflotar la cosa, aunque a mí me da igual: de las selecciones sólo pido que dejen de destrozar las temporadas de los clubes y que jueguen únicamente en verano, que así se hace con el basket y no pasa nada. Como simple ejercicio mental, me he puesto a pensar quién podría arreglar el desaguisado, y no salían muchos nombres: Valverde, Juande, Irureta, Míchel, Martínez… candidatos posibles, pero a los que les falta entidad o no merecen acabar en ese estercolero. Pacarrós sí tiene ese bagaje, pero dudo que su estilo se adaptara a la selección; al final sólo me sale Benítez, un tío lo bastante obsesionado con la táctica y el trabajo para poner en pie este desaguisado. Pero sin dejar el Nápoles, ojo: digan lo que digan, la tarea de un seleccionador es de risa y se puede compaginar perfectamente con un club. Creo que el camarero gordo está al final de su carrera y es un tío desagradable, pero quizá precisamente por eso encajaría bien en la selección. Ya veremos, pero pase lo que pase seguro que nos echamos unas risas. Españoles, la Coja ha muerto: ¡¡Viva España, arriba España!!

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final

¡Oh, y empieza la final ACB! Será a las 21:30, por Teledeporte. Va, después de unas semanas en el purgatorio los muchachos de Laxo se han ganado que volvamos a verlos. Hay una Liga en juego, al fin y al cabo.

Todos contra la Coja, Capítulo 2: La Coja vs La Roja

coja
«Chicos, somos unos incomprendidos».

Hoy puede llegar el cataclismo para la Coja, ese conglomerado futbolístico-mediático-ideológico capaz de hacer vomitar a cualquier español con un gramo de raciocinio y decencia en su ser (no es que haya muchos de estos, pero bueno). El partido en cuestión, disputado en el estadio de Maracaná, será contra Chile, cuyo apodo, curiosamente, toda la vida de Dios ha sido «la Roja». Se les debió quedar una cara curiosa al enterarse de que los españoles les habían robado el mote por la cara, una motivación más para pasarle la cara por la mano a los paladines del friki taka. De Chile como país ya dije todo lo que tenía que decir en mi gloriosa entrada «A casa en cuartos: Chile«, en la que explico toda una serie de importantes verdades para ignorantes. A día de hoy, este estrechísimo país sigue siendo el más próspero por debajo del Río Grande. Cosas.

Tras el espantoso ridículo del debut, parece que hoy el gran repulsivo (no hay errata) de Pantuflo será Pedro, alias Perrito, jugadorcín canario que pareció homologable durante los tiempos álgidos del NarcoBarsa, y que a día de hoy es un extremo más del montón. Imagino que aparte de él se hará algún retoque más (¿Javi Martínez?), y hala, ¡este equipo no lo conoce ni la madre que lo parió! Por supuesto, con el Capitán Alopecia defendiendo el marco nacional. O estatal. O lo que sea.

Huelga decir que los chilenos aguarda el choque con expectación inusitada. Basta con ir a esa maravilla del periodismo popular y del español creativo llamada Lacuarta.com, donde podemos leer: «no es que el triunfo sobre los canguros nos tenga caminando con el pecho inflado y el quetejedi parado. Tampoco lo decimos de soberbios ni porque andemos con falacias, pero hay que decir que el caracho a caracho frente a los petazetas nos podría clasificar de una a los octavos de final de Brasil 2014 (…) Chile demostró que el olfato goleador andaba mejor que el de Ronny Dance y que no les tirita la pera a la hora de embocarla. Alexis Sánchez y Eduardo Vargas siempre son carta de gol y con la Roja en el pecho no destiñen al frente del arco». No hase falta desir nada más.

Ciertamente, podemos considerar el partido contra Holanda como una pequeña anomalía, pero también resulta innegable que Mr. Potato y su segundo de a bordo -el increíblemente chisposo y dinámico Toni Grande- han hecho un esmerado trabajo descomponiendo un equipo que no hace mucho era solvente y ganador. Si hacemos caso a los ‘hecspertos’ futbolísticos, el estilo directo de los chilenos no le va ni medio bien a la Coja, así que, aunque todo puede pasar, no descartemos una nueva deblacle. Qué larga se haría entonces la siguiente semana a la selección en Brasil. Y qué tormenta de risas e improperios hacia el Marqués estallaría en un lado, y de defensa desquiciada de lo indefendible en el otro. Que empiece ya el chou.

Otra vez a aplastar a las cucarachas

laso
– Pablo, ¿te emociona que te entrevistemos para una revista cultureta?
– Es el día más felís de mi vida.

Después de que el Madrit se cargara con un sufrimiento moderado al Uniraja, la Far$a hizo ayer lo propio con el Valencia de Perasovic, ganando el quinto partido en la Fonteta, lo cual tiene su mérito. Así pues, la final de esa Liga semiclandestina llamada ACB (la primera regla de la ACB es no hablar de la ACB) será por enésima vez un Mandril-Farsa. (¡¡Hurraaaaaa!! Bostezo). Realmente es una lástima que el otro finalista no sea el Valencia, el único soplo de aire fresco que ha entrado en una competición completamente quebrada desde hace años, pero como dicen los «hecspertos», seguramente habrían sido peor rival para nosotros. A la Far$a la tenemos tan calada que deberíamos ganarles con el piloto automático y la dosis mínima imprescindible de mala leche. Los tres primeros partidos se disputarán el jueves, el sábado y el martes, con ventaja de campo para nosotros, y la verdad es que ganar el playoff por 3-0 ayudaría a recuperar un poquito de confianza en este equipo que, indudablemente, necesita una vuelta de tuerca para no quedarse en un gran «casi». Obviamente, si no se ganara el título, o se ganara con gran sufrimiento, el debate sería mucho más profundo. Lo que parece obvio es que Laso seguirá: un tipo como Greg Popovich, que parece que entiende algo de esto, aquí sería tratado como un tirano indocumentado al primer broncazo gordo que le metiera al Chacho.

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benzema

En el Mundial ése, nada muy reseñable. Me jodió que Costa de Marfil ganara a Japón, pero tampoco es raro que Drogba quiera hacer algo reseñable en una Copa del Mundo antes de retirarse. Su equipito podría ser la sorpresa africana que suele haber todas las ediciones. Inglaterra e Italia se sacudieron sus malas reputaciones con un festival de fútbol directo, pero los britons tienen difícil despujarse del sambenito de losers, especialmente siendo entrenados por un señor de carrera tan poco reseñable como Hodgson (el que nos regaló a Roberto Carlos); de todos modos, cuentan con mi simpatía. Benzema marcó un semi-hat trick, lo que a mis ojos no hace más que subir su valor de venta, especialmente si se sube a la parra pidiendo nueve milloncejos de nada. Saquen réditos del jugador, señores directivos, porque como le firmen un contratazo y vuelva a tener uno de sus habituales bajones de rendimiento, podemos encontrarnos con un nuevo apalancado en la plantilla, justo lo que necesitamos. Mientras tanto, la Coja intenta arreglar los problemas del equipo mediante un #hashtag. Todo correcto.

Todos contra la Coja, Capítulo 1: Holanda

En la debacle de ayer, ni siquiera sentimos la pena de ver al imperio antaño arrogante doblegado y humillado. Era tal el asco y el hastío que provocaban el equipo, sus adláteres y su «filosofía» que tan sólo alcanzamos a celebrar alborozados el castigo del caído en desgracia, como aldeanos alrededor de una picota medieval. Imposible compadecerse de Mr. Céspet y sus muy culerdos amigos, de su novio el calvo decadente y del seleccionador, ese señor de mirada turbia y una panza tan abundante como su resentimiento, cultivado afanosamente desde que alguien tuvo la osadía de decirle lo evidente: que no era un entrenador de élite. Del Bosque ha sido muy tonto: podría haberse convertido en una figura casi mítica del Madrid, recordada con infinito cariño; un Molowny con Copas de Europa, que habría acabado volviendo tarde o temprano con un cargo de asesor o llevando la cantera, pero no: prefirió cocerse en el jugo de su rencor, despreciar cualquier gesto de acercamiento del Madrid y, en el momento preciso, pisar el «cadáver» de un Luis Aragonés recién coronado rey de Europa. El señor de la ética no intentó llamar a Luis para convencerlo de que siguiera, sabiendo que podría vivir de los réditos de su obra. Era su única opción de volver a medrar, tras el ridículo espantoso la única vez en su vida que intentó construir un equipo él mismo (su calamitosa experiencia en el Besiktas).

Y ha vivido bien en la Coja, sí: copiando primero torpemente el esquema de Zapatones para lograr la victoria en el Mundial más mediocre de la historia, en una competición ya de por sí mediocre (8 goles en 7 partidos), y luego imitando a Guardiola, un tío igual de malo pero con bastante más inventiva, que le dio hechos el sistema y los jugadores; Pantuflo sólo tenía que poner el campo un Far$a vestido de rojo: igual de aburrido, igual de antiespañol e igual de eficaz; aunque para la Euro, eso sí, ya se necesitó que el árbitro dejara cruelmente a Croacia favoreciéndonos a nosotros, y que la suerte acompañara en la tanda de penaltis contra Portugal. La gasolina física, mental y táctica se acababa, y era hora de que el seleccionador introdujera sus propios jugadores, sistemas y su carácter. Los dos primeros no los tocó, porque suponía mucho esfuerzo, pero de lo último sí que ha logrado imbuir totalmente a la Coja. El resultado lo vimos ayer: la peor derrota de la selección en 40 años y la mayor paliza a un Campeón del Mundo en ejercicio. Ya tiene por fin su propio récord Pantu, gracias también a una Holanda que se portó como el pringaíllo que se rebela contra el matón del patio. Van Gaal, un señor que es más entrenador que Pantuflo a un nivel de varias magnitudes, lo dejó tan en evidencia que el fofo seleccionador quedó en estado de shock: «Hay que decir que Holanda nos ha empatado inmediatamente después de marcar nosotros» (¡¡España marcó en el 27 y Holanda en el 43!!).

Le queda por delante un camino bastante penoso a la Coja. No es que se encuentre en una situación irremontable, ni mucho menos. Al fin y al cabo, sólo necesita ganar los dos partidos que le faltan y meter muchos goles. Incluso dentro del grupo torpemente seleccionado para Brasil hay material suficiente para ello. Pero el capitán de la nave carece por completo de los cojones y la audacia para dar el golpe de timón necesario. ¿Alguien se lo imagina cambiando siete hombres de la alineación, señalando para empezar a los Príncipes de Asturias, ya casi ex fubolistas? No: incluso aunque la jugada le podría salir bien y muchos le halagarían, prefiere no asomarse a ese abismo. Sabe que seguir con los mismos cabrones -a excepción un par de retoques- le garantiza ya una jubilación dorada, considerado por palmeros y subordinados un «hombre de sentido común» hasta que estire la pata. Quién sabe qué improperios tendría que soportar si cambia el equipo y pierde; el vuelo de vuelta sería muy desagradable, incluso viajando en Primera, y está ya mayor el Marqués para soportar siquiera 14 horas de incomodidad. El mayor problema, claro, es que esta Coja muy goleadora no es. Y aunque pasara por un milagro… la esperaría Brasil en octavos; que por otro lado sería la excusa perfecta. Para eso debe estar rezando del Bosque: para sufrir una derrota «justificada» contra el anfitrión del Mundial.

Reflexiones de un fansista en el país del Mundial

sao paulo

Por Ultraviolento

Hace algunos meses le prometí al Socio que escribiría una entrada sobre el país-continente donde se celebrará este año el maldito Mundial de las narices, nada más y nada menos porque es el lugar donde la Providencia ha colocado hace más de una década a este madridista de bien y español de derechas, fiel fansista, casi siempre lurker que os escribe. Así, se podrían ustedes ambientar un poco para mejor acompañar el batacazo que, por fin, previsiblemente se dará la Coja este año.

Brasil –Brasiú, como se pronuncia aquí– es un país de profundos contrastes. Por un lado su potencial es prácticamente ilimitado: con unos recursos naturales que se dirían inagotables, es una nación hecha para convertirse en la mayor potencia mundial que los siglos conocieron (después de la España de los Austrias, claro). Sí, señores, en ese país que probablemente visualizáis como sumido en una vergonzante pobreza, por la imagen mil veces difundida por la prensa de las favelas –chabolas en apañol– o de los meninos de rua –niños de la calle– la riqueza es total. Largo sería explicar el porqué de esa miseria a la que los juntaletras tanto suelen aludir, por lo que no me extenderé en eso, pero aquí todo recurso natural abunda en una proporción capaz de hacer rico a cualquiera que se lo proponga seriamente y esté dotado de un mínimo de inteligencia y fuerza de voluntad. Casos conozco en la ciudad de São Paulo, donde vivo, de personas que comenzaron pobres con una borracharia –cutre-taller para cambiar neumáticos; se pueden instalar en cualquier lugar, hay millones– y que a fuerza de trabajar con ahínco hoy en día tienen un pedazo empresa montada que les da pingües beneficios.

Estoy hablando de empresas… pero la riqueza aquí está sobre todo en una naturaleza que hace decir a personas entendidas que Brasil será silo del mundo en el futuro. La riqueza de su suelo –aún sin explorar en gran parte– es enorme y permite varias cosechas por año en algunos cultivos, con fincas particulares que tienen el tamaño –en serio– de algunas comunidades autónomas de España, minería inagotable capaz de desestabilizar el mercado mundial y tantas otras cosas. Esta abundancia natural genera un potencial empresarial para quien quiere ponerse a trabajar. El flujo de valores que se mueve, por ejemplo, en esta ciudad de São Paulo es una cosa de locos… la cantidad de ricos que hay aquí es impresionante y el presupuesto de la ciudad supera al de algunos países vecinos enteros. La mayor prueba de la riqueza de Brasil es que Brasil es rico… a pesar de los brasileños y sus gobernantes. Y aquí paso al segundo punto.

Antes de tratar del brasileño en sí, hay que hablar de una de las principales razones que han frenado en la última década el definitivo ascenso de Brasil a la cumbre. Un país con esta abundancia y casi doscientos millones de habitantes está hecho para que, favoreciendo un poquito el libre mercado haya un progreso alucinante. ¿Qué ha ocurrido, pues? Hace doce años ganó las elecciones un individuo seboso e izquierdoso llamado Inácio Lula da Silva. Trabajador mecánico en su juventud, decidió meterse a sindicalista comunista, seguro de que le daría mayores réditos, y como primera medida se automutiló el dedo más inútil para quedar por siempre eximido de sus obligaciones laborales. Así, aderezada por algunas acciones sangrientas, comenzó su larga carrera política en el PT (Partido de los Trabajadores), luchando durante largos años para alcanzar la presidencia de la nación. Una tarea nada fácil, pues a pesar de las mejores expectativas, una y otra vez fracasaba; Brasil seguía siendo férreamente anti-comunista. Pero hete aquí que un día decidió peinarse, darse un ducha y recortarse su barba proletaria. Cambió la camiseta sudada con una estrella roja por un traje italiano hecho a medida y su tradicional discurso demagógico a favor del oprimido trabajador –que no le funcionaba, porque en Brasil no hay verdadera lucha de clases– por otro aún más demagógico,  sobre la necesidad de paliar el hambre de las masas… con pingües subsidios sociales. Hambre, por cierto, inexistente: en Brasil no hay hambre… hay, esto sí, un alto índice de obesidad.

Y catapún, chimpún, Lula ganó. Se movieron los cimientos del establishment brasileño, pues había subido el terrible comunista analfabeto… parecía el fin. Pero no… Lula – ¡oh, perdón! los que gobernaban mientras Lula intentaba a duras penas leer sus discursos en un portugués insufrible– se dedicaron a disfrutar los dividendos generados por la política de libre mercado de sus antecesores siguiendo una táctica muy simple: dejar el país crecer con la inercia y dedicarse, con ese mismo dinero, a comprar los votos de futuras elecciones con sus políticas de subsidios sociales.  ¡¡Sí, señores, comprar votos!! Porque ¿para qué va a decidirse el morenete del Nordeste a trabajar para hacer subir un país con tantas posibilidades si el gobierno le da una pensión para no pase hambre? Sí… al sujeto que nunca en su vida la pasaría. Los programas Fome zero y Bolsa familia, subsidio para esto, subsidio para aquello… Una lista interminable que si les detallara a ustedes aquí se quedarían alucinados y pensarían que los peores años del PSOE –el estado-biberón– fueron de broma en relación con eso. Dicen las malas lenguas que el candidato del partido equivalente a nuestro PP español iba ganando en todas las encuestas cuando se fue de gira al Nordeste y dijo que iba a dar trabajo a todo el mundo… ¿Trabajo? Fue su ruina. En una semana perdió sus posibilidades de ganar.

arena corinthians

Y así, en ese sistema… vamos para 12 años de dictablanda del PT, y parece que en Octubre ganarán de nuevo con esos votos comprados a la masa ignorante. Es un partido así eternizado en el poder, que subió también amparado en su discurso contra la corrupción (real) imperante… y que la ha superado por encima de lo que cualquier imaginación calenturienta podría concebir. Sería un poco largo detallar este escándalo, pero es que toda la cosa pública en Brasil, desde las bases hasta las más altas esferas, está completamente corrompida, y eso lo ha podido comprobar servidor en vivo y en directo. Para que le adjudiquen a usted una obra pública… prepárese a dar un altísimo porcentaje de lo presupuestado en facturas para que todos los estamentos puedan llevarse su pellizco. Aquí se roba todo lo que se puede, dentro de un funcionariado inmenso que hace de la maquinaria estatal un verdadero elefante blanco sin dinamismo, una máquina pesada y mal engrasada que impide al país crecer realmente. El año pasado, por ejemplo, una cosecha récord de soja que se debería haber exportado al mundo entero por las sequías de otras regiones del mundo se perdió en gran parte porque no había infraestructuras para realizar esa exportación con el dinamismo adecuado. Algo análogo es lo que se ha visto con el maldito Mundial de las narices: se ha robado tanto que se han olvidado de que además había que construir las infraestructuras necesarias para el evento (aeropuertos, avenidas, etc.) y no sólo los estadios a última hora. Pero no… no se han acordado, y Brasil va a pasar por un ridículo histórico delante de todo el mundo civilizado, como el que pasó con lo de la soja y como el que pasa constantemente. Si conocen ustedes a alguien de los que vendrán aquí a gastarse su dinero estúpidamente el próximo mes, díganle que les cuente cuánto tiempo perdieron en aeropuertos, atascos, etc.

Otro capítulo son los impuestos. Aquí tenemos que trabajar 5 meses y 8 días para pagar nuestros impuestos… –sí, lo que leen, sin exageración– que sufragan a esos vagabundos y maleantes que maman de la demagógica teta del PT. Y cualquier cosa importada, como un triste ordenador o una botella de vino, cuesta más del doble de su precio real por una trasnochada política proteccionista. Lo gordo es que, con todo lo que se roba y con una carga impositiva que se ha elevado a límites insoportables, no se termina de quebrar económicamente, y la gente que quiere vive bien. Eso nos lleva al tercer punto…

¿Cómo se consigue mantener ese chiringuito? Por culpa de la gente. La gente es muy indolente. Mientras tengan pan –subsidios del gobierno– y circo –fútbol– aquí nadie se anima a hacer nada. Las protestas que tanto ruido están supuestamente haciendo no van a dar en nada, e incluso están siendo manejadas por el gobierno a su favor. Aquí hay mucha gente emprendedora y con horizontes, pero al mismo tiempo es inmensa la masa de los indolentes que prefieren quedarse como están. El brasileño medio es excesivamente conformista, demasiado sensual (en todos los sentidos) y sentimental, y es ahí donde se encuentra la explicación de que todo esto no haya todavía dado el salto para convertirse en una potencia mundial. Y es una pena porque, miren ustedes… el brasileño también es, generalmente, un tipo inteligente. Al juntarse la pereza con esa inteligencia, a veces incluso termina saliendo bien… pero nunca perfecto. Un ejemplo de eso es nuestro Marcelo is real, querido u odiado según por donde se le mire. Un tipo con sus genialidades pero al que traicionan su poca seriedad y dedicación en explotar su potencial, su nula profesionalidad, pudiendo pasarse lastrado por sus lorzas media temporada sin mayor preocupación, porque tiene su salario garantizado. Lamentable, sí. Es una parábola de Brasil.

niños

Sin embargo, como no quiero ser pesimista, creo que esta tierra todavía puede ser una nación insigne para el futuro. Hace falta alguien que sepa explotar el potencial no sólo natural, sino también humano, de este país-continente. Para que se hagan ustedes una idea, aquí existe una completa amalgama de razas derivada del mestizaje entre el factor indígena, el factor negro y el factor portugués/español, a los que se unieron a lo largo del último siglo las más variadas inmigraciones, que vinieron aquí en busca de una oportunidad –¡y vaya si la consiguieron los que se lo propusieron!–: japoneses a porrillo, libaneses, bolivianos (mejor que se hubieran quedado en su casa) y de las más variadas naciones europeas: italianos, más portugueses, españoles, alemanes, eslavos de todo pelaje, etc. Pues bien, con esta curiosa mezcla… ¿saben ustedes que en Brasil no existe prácticamente el fenómeno racismo? No, existe una armonía completa, pues una de las virtudes del brasileño es la acogida, de lo que doy fe. Nunca pensé que consiguiera vivir mucho tiempo en un país así, una persona que venía del ambiente de los Ultras Sur de los años 90 –espero que El Socio comprenda que los de esa época somos un poco diferentes de los que vinieron con el nuevo siglo, responsables por el desastre del Fondo Sur–, de la derecha de siempre… pero sí, uno está muy bien integrado aquí. Creo que el gran salto Brasil lo dará cuando aparezca alguien que sepa capitalizar todas las virtudes de la nación y de sus “acogidos” –que son los que han transformado la riqueza natural en riqueza real–, enfrentando el desafío de formar a los comodones para construir una nación puntera del tercer milenio. Quién sabe si el Mastuerzo no es el hombre elegido por Dios para esta misión histórica… si Podemos gana las próximas elecciones, puede organizar un golpe de estado tomando primero el poder en España, para después dar el salto a Brasil.

Perdonen si algunos de ustedes hubiera querido que servidor tratase de fútbol o de féminas… pero eso, si quieren y les gustó este “reportaje” lo haremos otro día. Como sé de la gran kurtura de los fansistas, creo que les gustaría saber cosas sobre estas temáticas. Un abrazo. ¡Arriba España! ¡Hala Mandril!