Sí, bueno, ¿no? Ya hay varios jugadores convocados para el Mundianal que no vana jugar un solo minuto debido a lesiones: Mané, Benzema, Gay-ya… Se trata invariablemente de una experiencia traumática para estos peloteros, que los lleva al borde de las lágrimas. La verdad es que en el caso de Mané puedo entenderlo, siendo el abanderado simbólico y persona más famosa de un país muy subdesarrollado, pero a los otros no les compro el dramita; al fin y al cabo, se trata de tipos nacidos en occidente, que llevan luengos años jugando en la élite y que ganan pastones por ello. Lo siento, pero jugar un torneo más o menos no es objetivamente ningún drama.
Lo que me resulta más llamativo de este asunto es que supuestamente estamos en la era del superprofesionalismo: los jugadores no tienen sentimientos y van con quien les paga más, independientemente de en qué club se formaron o de dónde jugaban con soñar cuando eran niños. Pero aaaamigo, cuando se trata del Mundial de los cojones resulta que sí tienen sentimientos, que es la ilusión de su vida, y que no jugarlo los deja psicológicamente hundidos; precisamente el torneo que juegan para las federaciones nacionales e internacionales, entidades que NO pagan sus multimillonarios sueldos y que montan un negocio descomunal a cuenta de los que ponen todos los materiales del circo, los clubes.
A ver, entiendo la raíz de todo esto: que los jugadores son niños grandes y tal y tal. Pero no estaría de más que de una puñetera vez alguien les inculcara algo de responsabilidad y les enseñara que, si ganan como adultos (como varios cientos de adultos, de hecho), quizá no les vendría mal tener un cerebro algo más adulto. Y los clubes tienen que plantarse de una vez: sé por supuesto que abolir los Mundiales es una completa quimera, pero tienen que exigir millonadas por ceder a sus trabajadores. Y cuando digo millonadas me refiero llevarse como el 40% de los beneficios. A no ser, claro, que les guste seguir siendo putas baratas per secula seculorum.
10 Primaveras
Primavera Blanca cumplió una década y celebró su tradicional cena navideña, que no pudo llevarse a cabo durante los últimos dos años por la pandemia de los coj… Fue una ocasión emotiva, en la que se produjeron reencuentos con gente fantástica como Alfonso Favela, el Mesetas & sister, Guille «Cipote de Oro», Matamoros & Ana, el presidente Bonet… También conocí en persona al clasicazo Amsterdam98/Fantantonio y a su «Jefe» Bengoechea, tan simpático y tan oficialista; mucha cordialidad, pero la guarrada que le hicieron a Zidane… ¡¡deberán explicarla algún día!! Fue en definitiva una ocasión para felicitarse por lo mucho bien hecho y, por supuesto, rememorar batallitas de la época fundacional, que algunos denominaron años de plomo, aunque yo los veo más como «años de la aventura».
Por aquel entonces había dos misiones: la primera, transicionar de una grada de animación anacrónica y con muchos elementos indeseables a una modernizada, joven y apolítica, sin que por ello decayera el nivel de empuje al equipo; la segunda, constituirse en «think tank» madridista, penetrando con una visión del club más innovadora en esa durísima corteza constituida por la directiva y toda la burocracia que la rodea. Tras estos diez años puede decirse que lo primero se ha conseguido, con las numerosas imperfecciones y limitaciones aún presentes, y lo segundo, bueno, se ha intentado sinceramente, y algo de lluvia fina ha ido calando, aunque el Madrid es lo que es y tampoco hay que mesarse las barbas por ello.
La asistencia de notables fue mayor que otros años, destacando la del mismísimo JAS, dándose el momento cómico de que le hice una foto junto a dos aficionados que querían retratarse con él; con un poco de suerte, ignoraba que el fotógrafo era quien escribió cierta entrada hace años que llegó a sus ojos y le causó considerable cabreo. También estuvo Arbeloa, apuesto y simpático, y los habituales Josele y Fdez. de Blas. Al primero le gritaron «Josele súbenooos» (al primer anfiteatro, se entiende), y sí, los subirán, pero cuando al club le convenga, y no un segundo antes. Lo de integrar a la grada en la web del club no, porque ya se sabe que Flóper tiene terror a cualquier elemento potencialmente incontrolado, así que ahí seguirán esos entregados muchachos, en la injustísima semioficialidad, durante mucho tiempo.
En fin, que misión cumplida. Aunque algunos estamos ya en otra etapa, muchos seguirán activos en la asociación y en la grada, realizando un trabajo de base completamente agotador y con nula remuneración que sólo se entiende desde una pasión totalmente irrazonable por el club. La base de Primavera Blanca son ahora los jóvenes, muchos ellos de otros países, que siguen ilusionándose por el club y peregrinando con él, raramente siendo reconocidos por ello. Ya madurarán algún día… o no.