Victoria sin fin

Rappol

El Real Madrid abordó su primer encuentro serio de la temporada con solvencia y sin aspavientos, demostrando que el oficio está para sacarlo a pasear en las finales —independientemente del riesgo y del premio—, porque en las finales aparte del latón se juega uno el prestigio. Y casi siempre basta el oficio en una final ante blandenguerías futbolísticas como el Eintratch de Barcelona. En todo momento se pudo observar sobre el campo la diferencia abismal a nivel competitivo y futbolístico que había entre el equipo alemán y el español, entre la Paracopa y la Copa de Europa, entre futbolín y fútbol.

El Don no se complicó la vida, sacó su manual de corrección y se aprovechó de la fofería del planteamiento germánico para economizar esfuerzos ante la larga temporada que le espera a sus muchachos. El ritmo general del partido fue absolutamente plácido para la CMK, y hasta la negritud de los frankfurters era así como tristona, de algodón sucio y patrón desdentado. Hay negros y negros, claro. Negros que paracopean y negros que championean. No basta con fichar a un negro solo, ni a mil. Tienen que ser absolutamente sublimes en su negritud. Esto todavía hay gente que no lo entiende, pero tampoco es necesario que se arrodille para pedir perdón.

Con todo, los primeros sustos se los llevaron los blancos, aunque los sustos siempre son menos con Courtois, aka Pijamita y Mejor Portero del Mundo, sin discusión posible. Reconozco que me estomaga un poco en las salidas de balón esas en las que se ponen Divorciao y Alaba en los respectivos picos del área pequeña, pero no es culpa suya, en verdad, y al final siempre te relajas cuando da el patadón si el vudú no ha quedado bien cuadrado.

Pasada la media hora, y tras el gol de Alaba aprovechando una animada verbena-córner en El Raval de Frankfurt, los blancos se fueron gustando progresivamente para acabar pasando por encima de los negros en la segunda parte y quién sabe si en el descanso… ¿le borraría Antonio Rúgider el cerete a Santos y a Tuta en el vestuario? Algo tuvo que pasar, porque la atonía, la apatía, la bisoñez, la barcelonez europea de este Eintratch de Nosédónde…¡Si no tuvo Carlo ni que alinear a Asensio!

Cerró el partido Benzema, que ha encontrado en Vinicius el socio que Ronaldo tenía con él, y luego ya hubo un poco de obra social, que va a ser muy necesaria en los próximos meses. Una final más. Una copa más. Muchos tontos rabiando. Hala Madrid.

El Socio

Sí, bueno, ¿no? Lo único que me queda en la vida es la estética, todo lo demás me importa entre poco y nada. Y al ver ayer a esos dos equipos jugando en ese «estadio» de cuarta, perdidos en el helado culo de Europa (Putin, fóllalos), pensaba: ¿por qué es todo tan jodidamente FEO? ¿Por qué no tiene nadie alguna idea para hacerlos la vida un poco más agradable, más armoniosa?

Pero resulta que yo sí las tengo, y esto es lo que deberían hacer para que la Supercopa fuera una gran fiesta deportiva, no una pachanga deslucida donde Stalin perdió la piedra del mechero: Antes que nada, no decidir la sede de la Supercopa hasta que tener los dos finalistas. Y una vez que se sepan, buscar antecedentes de enfrentamientos que hayan tenido,  escoger uno de ellos y llevar el partido al estadio donde se disputara. Por ejemplo: si es un Madrí-Juve, al Amsterdam Arena; si Madrid-Inter, al Prater; si es Manchester-Bayern, al Spotify; si es Juve-Loserpool, a Heysel (bueno, esa quizá no). Antes del partido los jugadores supervivientes se saludarían, habría imágenes por pantallas gigantes, musiquita y todo molaría un huevo. Qué coño, hasta se podría jugar con réplicas de los uniformes antiguos, las cuales luego se venderían como churros. Todo bonito, emocionante y respetuoso, básicamente lo contrario de los que es el fútbol hoy día, donde los uniformes son clónicos y poco más que superficies publicitarias, y el «respeto» pedir perdón a los señores de un determinado color de piel.

¿El partido? Pues bien, supongo. No me gustó que nos llegaran tanto al principio, nuevamente nos estamos fiando a la suerte, y la suerte es como la guerra y las mujeres: muy puta. Ustedes confiarse, y ya verán lo que nos pasa al final; o al principio, que empezamos la liga con tres jodidas salidas a territorios de frontera. Mucho ojete.

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– Real Madrid: 2 (Vitoria y Benzema)
– Oscar Mayer: 0

Sextete anal


El sextete «fake» del Gayern.
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Este miércoles disputamos la Supercopa de Europa contra el Eintracht de Frankfurt, en un partido que, si la UEFA tuviera reflejos, se celebraría en Hampden Park en lugar de jugarla en el culo del mundo, pero claro, estoy pidiendo reflejos a un brontosaurio artrítico. Nunca me han gustado las «Supercopas» porque son títulos demasiado baratos, disputados a uno o dos partidos, pero son lo que hay, y dan la ocasión de empezar la temporada añadiendo metal a las estanterías. Este curso en particular tenemos la oportunidad de ganar el Sextete, fabulosa sucesión de títulos nacionales y europeos que no ha logrado ningún club de la historia.

Y sí, ya estoy oyendo las voces diciendo que Farsa y Bayern tienen «sextetes», pero realmente no es el caso: lo que hicieron fue ganar seis títulos, pero a lo largo de dos temporadas. Esto puede ser contraintuitivo porque, al fin y al cabo, para ganar la Supercopa Europea y el Mundianito necesitas antes ser campeón de Europa, y es comprensible que a eso se le llame coloquialmente «sextete», pero eso no quita el hecho de que son competiciones disputadas en dos temporadas diferentes, y por tanto con distintas plantillas. Ahí tenemos el ejemplo de la ATP, que aunque el tenis es un deporte individual no reconoce un Grand Slam a menos que se ganen los cuatro grandes en el mismo año (como podría haber hecho Nadal el presente curso si no hubiera tenido un pie hecho migas), y lo mismo ocurre con el golf. Con mucho más motivo no podemos considerar «sextete» a una secuencia donde los últimos títulos se ganan con una enorme diferencia temporal respecto a los primeros y un montón de jugadores distintos.

En suma, un «sextete real» se compone de Supercopa de Europa, Supercopa Nacional, Mundialito, Liga, Copa y Champions, todo en la misma temporada. Ahora bien, ¿qué posibilidades tiene el Madrid de ganarlo? Más bien pocas, la verdad. De hecho, tenemos muy pocos dobletes Champions-Liga en la historia, y ningún triplete. El Real ha sido siempre un equipo de esfuerzos sublimes pero concentrados, y desde los 50 su obsesión es la Copa de Europa, en la cual ha ejercido un dominio mítico. Ahora bien, con 14 «cacerolas» ganadas, sinceramente hay que plantearse el más difícil todavía, que sería como mínimo el triplete. ¿Puede el Madrid concentrarse lo suficiente para ganar este año la Copa, su gran talón de Aquiles? Habrá que verlo, pero con pollablanda Angeloti se antoja francamente complicado. No se trata tanto de plantilla, que siempre la hemos tenido, sino de lograr que unos tipos sobrecargados de minutos (o que sólo quieren esforzarse en los partidos «grandes») se dejen los huevos para ganar una competición con poco brillo y cuyas últimas fases se solapan espantosamente con las eliminatorias Champions.

Vamos, que está jodida la vaina. De hecho, temo que el partido contra el Salchicha sea mucho más difícil de lo que parece por la muy previsible relajación. Pero al menos ganémoslo, y luego a ver si juntamos a un conjunto de jornaleros de la gloria (aunque sean negros) y logramos unir al doblete del año pasado la Copa de Emasculado VI.

Es bueno que el Barcas haga trampa


¿Estrecheces? ¡Ná!
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Sí, bueno, ¿no? Los amigos de Can Farsa han vuelto a hacerlo: igual que en los viejos buenos tiempos, el equipo de la cantera y los valores ha sido este verano el que más ha gastado de todo el planeta en algo tan importante como señores que patean un balón. Cómo lo han hecho o dejado de hacer, o si es justo o injusto, no dejan de ser debates un tanto fútiles: ¿cómo lo han hecho? Por supuesto, empeñando todo lo empeñable y más. ¿Es justo? Absolutamente no, al menos en cualquier sistema de competición que pretenda regirse por un «fair play financiero». ¿Qué «fair play» es ese en el que quien más debe puede al mismo tiempo ser el que más gasta? Es como si a una señora adicta a la tragaperras se le permite vender partes de su patrimonio para mantener el vicio, en lugar de obligarla a no jugar. Claro que es el mismo «fair play» que permite clubes financiados por estados…

Pero bueno, no falta quien muy seriamente te explica que para la supervivencia del cluc blaugrana es fundamental gastar otra salvajada en futbolistas «salvadores», varios de los cuales serán dentro de 12 meses morralla a vender lo más rápido posible, y a quienes se podrá incluso amenazar con no pagarles el sueldo que tienen firmado. Por supuesto, la solución será volver a fichar, pero todo por generar ingresos y garantizar el futuro del club, no porque el mismo esté dirigido por unos adolescentes mentales con una necesidad compulsiva de vender humo a su afición y sentirse mejor que «el enemigo», aunque sólo sea en el apartado del gasto y las «copas de la ilusión».

Por cierto que no estamos ante nada nuevo: el Barcas lleva teniendo «su propio reglamento» desde que compraban con dinero en metálico a árbitros como Rigo y Antonio Camacho, colegiado que con sus magros ingresos podía permitirse un Mercedes, y que fue discretamente expulsado de la Liga por José Plaza, el jefe del comité de árbtros «antibarcelonista» con quien el Barcelona ganó una Liga y 7 Copas.

¿Pero cuál es el plan de Laporta para salir de este círculo infernal? El mismo que tenían Bartomeu y cia: absolutamnte ninguno, a menos que se pueda considerar «plan» querer vivir del crédito hasta el final de los tiempos. Laporta sabe que en su caso el crédito tendrá nueva el precio de ceder la propiedad parcial (y quizá el contro efectivo) del club a un tercero, pero seguramente su razonamiento sea que, puesto que eso iba a pasar igualmente, ¿por qué no gozársela? Cualquiera que haya seguido su trayectoria (o que simplemente observe sus 120 kilos en un cuerpo de 1,70) sabe que no es un señor interesado en realizar sacrificios por un bien ulterior. Desde el principio visualizó su nueva presidencia como una repetición de la primera: una fiesta de la despreocupación basada en la chiripa, la aquiescencia (o indiferencia) de los distintos entes del entramado futbolístico y, si acaso, una pizquita de gestión.

Así pues, tras una temporada que debió ser un verdadero infierno para él, con Depay como fichaje ilusionante, el Eintracht de Frankfurt sometiéndolos a un ridículo equiparable al de la final de Sevilla y el Madrid ganando su enésima Champions, se marcó un Scarlett O’Hara y a Dios puso por testigo de que nunca más viviría un verano sin fichar lo que le saliera de los cojones (lo de no pasar hambre se da por hecho).

Bueno para el Madrit

Pero a lo que nos interesa: ¿es todo esto perjudicial para los intereses del Real Madrid? Realmente, no, como lo demuestra la simple observación del último siglo futbolístico. Un Barsa hundido y con las manos atadas sería bueno para las risas, pero a nivel competitivo tan sólo nos serviría para implantar una dictadura del terror a nivel local, replicando los espantos deportivos que se han vivido en Italia, Alemania y Francia, ligas donde perfectamente el mismo equipo puede quedar campeón siete años seguidos. No hace falta resaltar las consecuencias que esto tiene cuando se salta al entorno ultracompetitivo de la Champions.

No, al Madrid le conviene mucho más tener un rival que se salta las reglas con tanto descaro, con un saldo arbitral en cuanto a penaltis y expulsiones que pondría verde de envidia al Steaua de Ceaucescu y que encula con consentimiento (sólo sí es sí) a casi todos los equipos de la Liga, los mismos que amenazan con hacerte un Putin al Madrid si este simplemente pregunta por uno de sus jugadores (los culeros fichan fácilmente ¿al triple? de jugadores en la Liga del país que desprecian). No, esta dinámica no nos ha ido mal: puede que nos falten Copas del Rey, pero nuestro palmarés es ya un absoluto escándalo, material de leyenda; podríamos disolver el club hoy mismo y posiblemente en un siglo ningún otro nos habría alacanzado.

La única pregunta es: ¿hasta cuándo durará la dolce vita culera? Quizá hasta dentro de muchos años, o quizá sólo unos meses. Pese a todos los fuegos artificiales, lo cierto es que el Barsa aún no ha inscrito a ninguno de sus fichajes, a apenas diez días de que empiece la competición. Un completo informe publicado por The Athletic (y subido graciosamente por esta página) da jugosos detalles sobre la situación financiera del club, una lectura muy recomendable que perfila lo que podría pasar muy pronto. Quizá nunca veamos una subasta de activos culeros al mejor postor, pero puede que si haya un señor vestido con turbante y chilaba en el palco antes de que Legañoski acabe su contrato.

Benzema y 10 más

Por Rappol

Salió el Madrid con Lunin, Chopped-Rugíder (Groarrr)-Nacho- Mendy; CMK y VBA. El árbitro complementó la idea de lo que es esto: una serie de pachangas para empezar a estirar las piernas y recolectar sestercios. Ritmo de cártel colombiano de los 80, muy del gusto del Madrid talludito. ¿Raúl llevaba el 7, verdad? Hazard tiene que luchar contra demasiadas cosas. El gol de los caliqueños no lo vi. El de Benzema fue una bonita combinación cerca del pico izquierdo del área grande. Vini, Benzema avanza en diagonal y pasa con el exterior a Asensio, que está de espaldas (ejem), y devuelve de primeras para que el francés remate con precisión ajustando al palo derecho con un arco muy bonito y efectivo.

En el descanso disfruté de la gran actuación de la portera de la selección sueca de chochos en el Inglaterra 4- Suecia- 0. Esencialmente, el fútbol femenino tiene un alto componente de espectáculo cómico. Supongo que si se lo comentas a alguna mujer se enfadará, aunque no le guste siquiera el fútbol.

Tras la reanudacion, penalti inocente a Chopped que transforma Hazard. La cosa táctica va de equipo que juega a alto ritmo, presiona muy arriba y cierra con dos (Alaba-Militao), Chupamelmeni de Casemiro y laterales que suben mucho (Groarr y Chopped). Rodrygo por la izquierda, Valverde por la derecha. Ceballos y Hazard con mucha movilidad vertical, y Camavinga de interior izquierdo. Pero atacamos con mucha gente que, además, aparece en muchas partes del campo. Una cosa un poco loca.

En el 82, penalty regalado al rival. Inexistente. Pobre Tobías. Chuta uno y para Lunin. Detiene también el segundo remate, pero el árbitro este es gilipollas. Que se ha movido. Vuelve a tirar el tipo ese, casi lo vuelve a parar. Y empatan los caliqueños. Su portero salvó la última, empate a 2. Segunda parte muy divertida.

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– Sudáfrica: 2 (Benzemalo y Jasard (pen.)
– Cluc América: 2

Esto está muy negro

120 años de fúrbol y civilización para acobar jugando con una banda de kikuyus. Amos anda. Que liquiden el cluc y vendan el aluminio del estadio al peso. Esto no da más de sí.

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– Zimbabue: 0
– Far$a: 1 (Rapiña)