Cuando jugaba en el Lech Poznan ya era del Barcas.
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Sí, bueno, ¿no? El FC Farsalona ha casi-fichado a Legañowsky por la módica cifra de 80 milloncetes de leuros, divididos en 45 fijos, 5 en «variables» (atarse las botas), una última «variable» de 10 millones consistente en que el jugador complete un año en el club (es decir que si no lo venden en enero tienen que pagarla), y finalmente la comisión del agente, Pini Zahavi, quien se llevará 5 milloncitos por cada año que el polaco permanezca en el club. A esto, claro, hay que unir el salario, que según las estimaciones más conservadoras, y si no hay «progresividades» ocultas, será de 18 millones brutos anuales, durante 4 años de contrato.

No han faltado las voces que claman que los 10+20 millones adicionales son cifras falsas, despreciándolas como «desinformaciones de Diego Torres». Aquí hay dos problemas: Primero, el hecho de que Torres haya soltado bacaladas en el pasado no significa que no haya dicho también verdades; por ejemplo, le doy todo el crédito al relato de las prácticas mafiosas que en su día utilizó el ínclito Baúl en compañía de su representante Ginesillo de Pasamonte. En el caso concreto de los 10 millones, el hecho de que el Barcas rogara al Bayern no mencionar esa cifra en sus comunicaciones para que el traspaso pareciera más barato se ajusta tan precisamente al modus operandi culero, eternamente preocupado con las apariencias, que no me cabe duda de que el dato es cierto. El segundo problema es que la información de los 20 millones para Zahavi no viene de Torres, sino de Alfredo Martínez, periodista proculero de Onda Cerdo, quien carece de motivos para presentar el fichaje bajo una luz negativa.

En fin, un potosí por este hombre que cumple 34 años en unos días. Nos aseguran los entendidos que el fichaje no responde a la pulsión infantiloide de fichar más y más, restregando las incorporaciones al vecino, aunque estés absolutamente hundido en las deudas, sino a la necesidad de generar ingresos «marketinianos». Es decir, tú te gastas 152 millones en cuatro años y en ese periodo el polaco generará más que esa cifra, o al menos contribuirá a que el club en su conjunto los genere. El único problema de esa lógica es que 152 millones son muchos millones, y por más imaginación que le eche no alcanzo a adivinar qué patrocinadores pueden tener ganas de arrojar dinero a un club absolutamente desprestigiado e insolvente, con polaco o sin él. En concreto, se necesitan 38 millones adicionales cada año para que las cifras cuadren, y teniendo en cuenta que los patrocinios se firman para varios años sigo rascándome la cabeza. ¿Piensan acaso negociar la temporada que viene con espónsors como Nike y Spotify cifras mayores a las actualmente acordadas?

Una posibilidad de aumentar ingresos es avanzar fases en la Champions: puesto que avanzar cada ronda a partir de octavos reporta entre 10 y 15 millones, el curso pasado el Barcas dejó de percibir unos 20 millones que habría cobrado de alcanzar los cuartos. ¿Su cálculo es quizá que sin Legañowsky no lograrían esa meta tan modesta, incluso contando con grandes goleadores internacionales como Depay, Abumellao y Enchufati? Pues qué poca confianza en sus estrellas.

Por cierto, a día de hoy lo único que ha anunciado el Farsalona es un ‘principio de acuerdo para el traspaso’, porque lo cierto es que necesitan liberar casi 104 millones de euros de masa salarial para poder realizar la inscripción, que se dice pronto. Si consiguen librarse de Frenkie de Jong (cuyo fichaje celebraron tanto como el Lewan en su día), aligerarían la nómina en 21 millones, y si hacen otro tanto con Depay serían otros 10. ¿De dónde saldrán los otros 73 millones? Pues no lo sé, quizá planeen jugar sólo con Ter Stegen y Lewan, pues al fin y al cabo los grandes equipos suelen basarse en un portero y un delantero, pero el problema es que el reglamento obliga a jugar con al menos siete futbolistas. ¿Eliminará la FIFA esa incómoda regla a instancias de la RFEF y la LFP? Si es por el prestigio de nuestra competición, es posible que sí.
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Esta es una entrada de disculpa. Sé que en el pasado he dirigido pequeñas críticas bienintencionadas al fútbol femenino, bajo la errónea suposición de que era un espectáculo subestándar que nos estaban intentando colar por el gaznate con motivos de todo menos inocentes. Pero tras ver el amplio resumen del Alemania-España disputado ayer, correspondiente a la Euro femenina, me he dado cuenta de lo erróneo de mis apreciaciones, y he comprendido que sin duda esta disciplina está lista para el praim taim.

Debo decir que al principio estaba algo desconcertado por ver a esas chicuelas jugando exactamente con el mismo campo, tiempo y reglas que los hombres, cuando esos factores están medidos para las características físicas de los varones y hacer lo más competitivo posible el juego. Es como si de repente a los chicos les alargaran el campo 20 metros, les hicieran la portería un tercio más ancha y cada tiempo durara una hora, y a todo el mundo le pareciera normal. Pero enseguida comprendí que, lo que las chicas quizá no tengan de atleticidad y resistencia lo suplen con voluntad, resiliencia y sororidad. Y sobre todo, con mucha táctica y técnica.

Ejemplo notable de esto es el primer gol alemán, en el cual las teutonas (bueno, algunas eran planas) llevaron a una situación límite a la portera española, de nombre Paños (Calientes). Obsérvese cómo apenas llevándose dos minutos de juego la asfixiante presión del ataque rival fuerza el error de la arquera, completamente rodeada de oponentes, haciendo que pese a su exquisito dominio del juego de pies le envíe el balón a la delantera alemana, con fatales consecuencias para la Chochocoja.

Pese a este contratiempo, un buen ejemplo de la calidad atacante de España se ve en el minuto 1:25 del vídeo, cuando Lucía se planta sola ante la portera rival y la supera con un exquisito toque hacia la derecha que apenas se le va largo por un par de metros. Acto seguido, pese a tener todavía sobrado ángulo para definir, se las apaña para mandar el balón al lateral de la portería, lo cual indica no que sea mala, sino que las alemanas son tan buenas que con su sola cercanía la intimidaron. Fútbol de muchos kilates.

Pero sin duda el momento culminante del choque fue el segundol gol boche, un córner que fue cabeceado por una de las atacantes rivales con precisión quirúrgica, concretamente al centro de la portería y blandito. En ese momento algo le ocurrió a Paños: o no sabe que la portera puede saltar hacia la pelota, o tenía algo mejor que hacer, o simplemente quedó maravillada ante aquel portentoso remate. Lo cierto es que para cuando dio su saltito de la rana el esférico ya estaba dentro y la delantera alemana celebrando con su brazaletito arcoiris. Si alguien piensa que cualquier portero a partir de categoría cadete y con dos brazos para ese balón, que sepa que tiene un grave problema de machismo, y por supuesto de fascismo. Además, hay que ser realista con las expectativas: al fin y al cabo, sólo estamos viendo a las mejores jugadoras del mundo.

Porque obviamente, a la hora de disfrutar del futfem no estamos para nada influidos por 140 años de fútbol profesional masculino, ni esperamos unos mínimos en cuanto a lo que se ve en el campo. Convertimos nuestras mentes en un campo virgen, admirando a estas bravas y poco masculinizadas muchachas por su ilusión, su entrega y su calidad. Además, parece que no se cayeron solas durante el juego, lo cual ya es un gran avance para la categoría.

Con todo y con eso, sin duda lo mejor del choque fue la juez de línea rubia.

Les pesan los cojones.
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Mientras los europeos de a pie apenas estrenan el largo y tórrido verano, que pasarán tostándose al sol, «culturizándose» en tourist traps de las que apenas conservarán un leve recuerdo dentro de un año y atiborrándose de comestibles y bebestibles, los futbolistas profesionales (y Hazard) inician su año laboral, unos todavía aclimatándose al trabajo y otros ya en plena faena: dejando aparte las previas de competiciones europeas (necesariamente madrugadoras por la escasez de fechas) y las ligas escandinavas, que ahora están en su ecuador por cuestiones climáticas, este fin de semana van a disputarse ya varias Supercopas, como la croata, la polaca, la rumana y la rusa. E incluso hay ya algunas ligas en marcha, como la búlgara y la serbia. ¡Cosas de eslavos!

El Mandril por su parte ha pasado reconocimientos médicos y ya está entrenando, a ritmo Carletto; piano piano se llega lontano. No sólo eso, sino que ya tenemos el calendario de pretemporada, la cual se iniciará nada menos que contra el Barcas, creo que por primera vez en la historia; lejos quedan los tiempos de aquellas relajadas pachangas en Nyon. La cita será el día 22 en Las Vegas, y como lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas si les cascamos cinco no será algo muy trascendente. Aunque bueno, contarán con Pedri (quizá), así que puede que nos goleen ellos a nosotros. Luego habrá choques contra América de Méjico y Juve, todavía en la USA, y tras eso diez días de preparación para la Supercopa de Europa (oficialmente, «Supercopa de la UEFA»), que no se celebrará en su tradicional sede de Mónaco sino nada menos que en Helsinki y en un estadio miérder (si Púchin no ha invadido el país por esas fechas). El Eintracht es club amigo por varios motivos, pero hay que machacarlos. Además, lo de Jovic fue un auténtica trolleada (eso, o debimos entender que 17 goles en Bundesliga no eran precisamente un registro de supercrack). 30 millones de pérdida contable asume el Madrid con su marcha, un movimiento sin apenas precedentes en la historia reciente del club; así serían las ganas de perderlo de vista…

Y si pensáis que después de esa cita podremos relajarnos, volved a pensar: cuatro días después, el 14 de Agosto, empieza la liga, en una fecha tan temprana por el puto mundial de Cagar, que descabalará el fútbol de todo el globo. Debutamos con una salida en Almería, y ojete, que seguirán otros dos partidos como visitante, debido a las obras del estadio. Debieron pensar que como la liga pasada las ganamos demasiado fácil tenían que ponernos un hándicap… pues muy bien, luego que no lloren si nuestros negros le dan marcha a su cucu.

(Ah, sí, también hay una Euro de bolleras o algo parecido… no las están viendo ni sus familias.)

Tío Lucas y Paribas dándolo todo.

Queridos fagsistas: Sin duda habréis notado una menor concurrencia en la página durante los últimos días, la cual quizá hayáis atribuido a que nos encontremos en plenta postemporada, sin nada de fúrbol más allá de un puñado de ligas nórdicas, asiáticas y americanas. Pero el verdadero motivo es que estamos en la Semana Grande de los maricones, y como es normal quienes profesan esta condición (el 99% de los fansistas) andan de celebraciones callejeras.

Antiguamente considerada una depravación inaceptable y punible, la homosexualidad ha tenido una evolución francamente positiva en occidente, y ahora se la considera una opción tan válida como le heterosexualidad, sin ningún tipo de efecto negativos para la sociedad en su conjunto. Gracias a la cencia ahora sabemos que de ninguna forma es un trastorno de la personalidad (pues la Sociedad Americana de Psiquiatría la descatalogó como tal basándose en pruebas incontrovertibles), ni hay que preocuparse por sus posibles efectos adversos. Los gueis son personas tan equilibradas como cualquier otra, y llevan vidas plenas y de autoaceptación; en los casos donde esto no es así, se debe al rechazo de los pocos sectores retrógrados y reaccionarios que perviven en nuestro entorno.

Además, el colectivo ha sabido mezclarse de forma completamente fluida y armoniosa con el resto de la ciudadanía, descartando por completo recurrir al victimismo o formar lobbies para tener una presencia mediática absolutamente desproporcionada respecto al porcentaje de población que representan. Es una comunidad tan rica que no les alcanza con denominarse gueis y lesbianas, o simplemente no heterosexuales, sino que usan un acrónimo al que añaden una letra nueva cada tres años, amenazando con agotar el abecedario antes del cambio de siglo. Otra de sus grandes virtudes es que han renunciado a convertirse en una horda virtual, evitando poner el grito en el cielo por pequeñas ofensas, así como esa práctica tan odiosa de intentar destruir a aquellos que supuestamente los han agraviado. Personajes como Orson Scott Card, J.K. Rowling o José Errasti pueden dar fe de la tolerancia y afán de diálogo que caracteriza a este grupo social.

En fin, la misma ciencia que nos salvó de la pandemia mediante arrestos domicilarios, mascarillas, geles hidroalcohólicos y vacunas milagrosas desarrolladas en nueve meses, nos explica que un matrimonio hmosexual es absolutamente normal, aunque sea incapaz de cumplir la función primaria de un matrimonio, es decir producir descendencia. A menos, claro, que estas parejas adopten o que directamente adquieran hijos mediante vientres de alquiler, aprovechando vacíos legales y el ancestral poder del dinero. Como todo el mundo sabe, cualquier adopción es para el niño un proceso sencillo y sin traumas, que apenas se ve dificultado por el factor añadido de tener dos padres del mismo sexo, y en ningún caso los jóvenes sienten angustia existencial por la imposibilidad (a menudo contractual) de conocer a sus padres biológicos. Son historias de éxito que ya han ocupado varias portadas del Hola.

Así pues, a mis poquísimos lectores heteros: si ver a dos tíos comiéndose el morro os produce repugnancia, si un hombre afeminado os causa desmayo o una tipa cogida de la mano de otra con aspecto de camionera punk os resulta ridículo, ya sabéis que tenéis un grave problema de intolerancia y de negacionismo científico. Debéis aceptar lo antes posible estas enriquecedoras tendencias que tantísimo están aportado a Occidente, una sociedad que no deja de avanzar y que de ningún modo se encuentra en una crisis profunda de valores, ni en una espiral de autodestrucción y esterilidad.

Para terminar, y resumiendo todo lo expuesto arriba… ¡¡que os den por culo!!