Lo que ha hecho Florentino está muy bien. Nada es enteramente bueno o enteramente malo y si deportivamente la cosa está mal en otros ámbitos su legado es ya historia de oro del club. Deja un estadio ampliado y modernizado al que se le puede sacar un rendimiento antes del necesario cambio a un CocaCola Arena. Deja un proyecto de ciudad deportiva que va a ser señero en Europa; un club organizado, serio, profesional. Deja canales de comunicación con su afición, una imagen reforzada y limpia, una marca en todo el mundo. Y, sobre todo, queda una manera elegante y respetuosa de proceder. Ni la chulería algo barriobajera de Sanz, ni la chulería de alto standing de Mendoza. Floren cae mal a los antimadridistas, pero porque ha salvado al club. De él no ha salido una mala palabra, ni un mal gesto. En eso, más que en otra cosa, se encuentra su vuelta a los origenes. De ese señorial comportamiento tuvimos un ejemplo el sábado.
En mi opinión, Floren se equivocó lanzándole un temerario reto al fútbol. Cuando ganó la última liga decidió prescindir de Hierro y Del Bosque y poco después dejó marchar a Makelele. En esas decisiones se suele datar el origen del desastre cuando en mi opinión el problema estuvo en lo que sustituyó a ese proyecto. Un entrenador de “perfil bajo” y la radicalización sin red de los Zidanes y los Pavones. Recordemos que ese equipo de Queiroz –zzzzz…-eran once más Solari y cinco muchachos no precisamente brillantes (Pavón, Raúl Bravo, Rubén, Borja y el sin par Portillo). Ese equipo resistió hasta el 11M, después una final de copa que nunca debió haberse celebrado y de ahí en adelante cuesta abajo y sin frenos hacia la gran leche.
A partir de ese momento, Florentino fue abandonando sus dogmas, sus estrambóticas ideas que al principio nos parecieron geniales y luego han resultado surrealistas. Empezó a fichar defensas, a jugadores de clase media y este año ha optado por volver a fichar jugadores jóvenes, estrellas en ciernes. Es decir, el fútbol, con sus viejos axiomas y sus esquemas ya centenarios, pudo más que sus intuiciones. El fútbol está inventado; fútbol es fútbol, quien perdona lo paga, las ligas la ganan las plantillas, once jugadores no hacen un equipo y toda la larga cadena de tópicos que aburren pero que son verdad. Se da el agravante de que esta plantilla vieja y cascada ha tenido que soportar el calendario más exigente de la historia del fútbol sin refresco alguno. Raúl y Zidane han jugado a ritmo de NBA durante años. Nadie puede exigir regularidad a la genialidad. Florentino les ha sacado hasta la última gota de sudor y no es justo que les critiquemos ahora. Hemos exprimido el limón de Zidane y no creo que a este hombre le queden ganas de volver a jugar al fútbol.
¿Qué queda entonces? Pues en mi opinión queda darle la razón al fútbol de forma definitiva. Volver plenamente a la ortodoxia. Una de los eslóganes célebres de Floren –esos que repite con frecuencia de líder de secta religiosa-ha sido el de volver a la normalidad. “Trabajemos desde la normalidad”, nos dice con su voz aflautada y nasal. Eso es, precisamente, lo que no ha hecho. Ha optado siempre por entrenadores sin prestigio y sin fuerza suficientes para llevar el club. En el fútbol se inventó, hace ya muchas décadas, la figura del entrenador. El mal necesario, dicen algunos. Es un señor que se viste de traje y suele utilizar un lenguaje forzosamente técnico –toda profesión tiene su jerga para blindarse, ellos no van a ser menos-, un individuo itinerante y anodino que suele ver tarde o nunca lo que toda su afición ve en un instante. Un tipo caprichoso que gusta de ofrecer soluciones complicadas a problemas simples y que suele llevar bajo el brazo un compendio de geometría y frases sacadas de un manual de psicología que se denomina “su sistema”, artefacto técnico-ideológico por el que es capaz de vender a sus hijos . Los entrenadores, pese a todo, parecen ser vitales en los equipos y hay grandes misters para grandes clubes. Sucede a veces, por inexplicable que resulte, que algunos grandes se peguen por un mismo entrenador. En el fútbol hay porterías, banderines de córner que solo sirven para que Eto’o vaya allí a hacer el gilipollas, masajistas que llevan un milagroso linimento, directivos bocazas que se dedican a la contrucción y fuman puros contaminantes , árbitros amanerados que sacan tarjetas como puñales, futbolistas toscos que se llaman defensas, futbolistas hábiles o medios, acróbatas locoides que responden al nombre de porteros y egoístas patológicos que nunca bajan y están para empujarla y ligarse a la más golfa. Y hay entrenadores. Así que Floren debería dejar de descubrir mediterráneos y darle la responsabilidad a un entrenador-manager que tome las decisiones. Toda la vida se ha dicho eso de “Fulano no es entrenador para el Madrid”. Pues eso, uno que esté a la altura de este glorioso club al que amamos con loca pasión de gavilanes. Ayer hablamos de Benítez. Puede ser él o puede ser Capello. En otras circunstancias podría intentarse una solución más arriesgada y “belcalcistica”, pero estamos desesperados y me temo que sólo ellos dos garantizan un 100% de aciertos. Apuesta segura, competitividad garantizada. Tres años sin ganar títulos en el Madrid son una eternidad.
Estoy de acuerdo sólo Benitez y Capello nos garantizan titulos pero ambos sólo podrían llegar este verano como minimo.
¿Y hasta el verano?
O nos quedamos con Luxemburgo que me convence cada vez menos con sus decisiones y sus peticiones de jugadores o lo largamos.
En este caso hay pocos entrenadores capaces en el mercado y ninguno de ellos vendría como parche hasta la hipotetica llegada de Capello por ejemplo.
De todos modos hace falta una verdadera revolución en la plantilla y en la directiva y si no hacen eso cambiar de entrenador va a servir poco.
Tenemos que fichar a un entrenador que sea tambien director deportivo y así construir su plantilla sin depender de los acuerdos de Sacchi o de Butragueno.
Ojo, que ayer la Cope aseguró que se había alcanzado un acuerdo con Capello hace ya unos días y que su llegada para la próxima temporada es segura. ¡Ojalá sea verdad!
Ójala que eso sea igual de cierto que la primicia de lo de Ronaldinho al Chelsea el verano pasado, que ellos mismos «adelantaron».
Daniel, no me seas Menottista, hombre. Capello gana siempre o casi siempre.
Los deportes en la Cope son poco fiables. Y es una pena porque dijeron que hay un acuerdo con Fabio Careto y… atención… redoble de tambor… zas: Adriano.
Viva la galaxia!